martes, 7 de abril de 2015

WALLADA BINT AL-MUSTAKFI [15.435]



Wallada


Wallada bint al-Mustakfi, en árabe ولادة بنت المستكفي (Córdoba, 994 - íd. 26 de marzo de 1091), poetisa andalusí, hija de Muhammad al-Mustakfi, uno de los efímeros califas de Córdoba y de la esclava cristiana Amin´am.
Hija de Muhammad III al-Mustakfí, de sangre omeya y uno de los últimos califas cordobeses, que llegó al poder el 11 de enero de 1024 asesinando al anterior califa Abderramán V y fue a su vez asesinado a los dos años en Uclés. Su infancia coincidió con el esplendor de la carrera política de Almanzor. Su adolescencia transcurre en las guerras civiles que marcan la agonía del Califato, en medio de todo tipo de intrigas palaciegas desencadenadas tras la muerte del hijo de Almanzor, al-Muzzaar.
Como el califa no tuvo descendencia masculina, heredó los bienes de su padre y abrió un palacio donde se dedicó a educar a chicas de buena familia y al que acudían también los poetas y literatos de su tiempo. Era una belleza para los cánones de la época: rubia, de piel clara y con los ojos azules, además de inteligente, culta y orgullosa. Bordaba sus versos en sus trajes y tuvo el atrevimiento de participar en las competiciones masculinas de completar poemas inacabados mostrando libremente su rostro, conducta que la hizo ser llamada "perversa" y ser criticada muy duramente por los integristas, aunque también tuvo numerosos defensores de su honestidad, como el escritor Ibn Hazm, autor de El collar de la paloma, y el visir Ibn Abdus, su eterno enamorado que, al parecer, permaneció a su lado y la protegió hasta su muerte, cuando ya era octogenaria.
La gran pasión de su vida fue el poeta Abenzaidún o Ibn Zaydún, con el que mantuvo una relación secreta, dada la vinculación del poeta con los Banu Yahwar, linaje rival de los Omeyas al que ella pertenecía y que le hacía andarse con cuidado por Córdoba. Sobre esta relación giran ocho de los nueve poemas que de ella se conservan. La relación se rompió por la relación de Ibn Zaydún con una esclava negra de Wallada, lo que puede ser cierto, pero también responde a un tópico de la poesía de la época.
Entre estos poemas, que tuvieron la misión de ser cartas entre los amantes, dos expresan los celos, la añoranza y los deseos de encontrarse; otro, la decepción, el dolor y el reproche; cinco son duras sátiras contra su amante, al que reprocha entre otras cosas tener amantes masculinos, y el último alude a su libertad e independencia.
Entre sus alumnas destacó Muhya bint al-Tayyani, una joven de condición muy humilde (hija de un vendedor de higos) a la que acogió en su casa y que terminó denigrándola en crueles sátiras.
Wallada murió el 26 de marzo de 1091 el mismo día que los almorávides entraron en Córdoba.

Biografías y curiosidades

En el 2000 se publica su primera biografía Wallada, la última luna, de Matilde Cabello. La biografía de Mujeres Andaluzas que se expone aquí, también está firmada por Matilde Cabello.
En el Festival de la Guitarra de Córdoba el 15 de Julio de 2.004 se estrena "Wallada(El sueño de un poeta cordobés)", Musical de Rock Sinfónico Andaluz.
En febrero de 2008 el grupo musical Saurom lanza una canción dedicada a la historia de Wallada, titulada "Wallada la Omeya", incluida en su álbum "Once Romances desde Al-Andalus". La banda también dedica un vídeo musical a esta canción.


POEMAS DE WALLADA LA OMEYA.


Visita

Espera mi visita cuando apunta la oscuridad,
pues opino que la noche es más encubridora de los secretos.
Tengo algo contigo que si coincidiera con el sol,
éste no brillaría
y si con la luna, ésta no saldría
y si con las estrellas,
éstas no caminarían.


*

Tras la separación, ¿habrá medio de unirnos? ¡Ay!
Los amantes todos de sus penas se quejan. Paso las horas de la cita
en el invierno sobre las ascuas ardientes del deseo y cómo no,
si estamos separados.¡Qué pronto me he traído mi destino lo que temía!
Mas las noches pasan y la separación no termina,
ni la paciencia me libera de los grilletes de la añoranza
Que Dios riegue la tierra que sea tu morada
con lluvias abundantes y copiosas



A Ibn Zaydun, Reprochándole 
Su Desvío Y Su Inclinación 

Por Una Esclava Negra

Si hubieses sido justo en el amor que hay entre nosotros,
no amarías, ni hubieses preferido, a una esclava mía.
Has dejado la rama que fructifica en belleza
y has escogido rama que no da frutos.
Sabes que soy la luna de los cielos,
pero has elegido,para mi desgracia, sombrío planeta.

*


Así se expresa la poetisa traicionada en sus versos.
Pero, llegan los celos, el despecho y una serie de duras sátiras.


Tu apodo es el hexágono, un epíteto que no se apartará de ti ni siquiera después de que te deje la vida: pederasta, puto, adúltero, cabrón, cornudo y ladrón.



A pesar de sus méritos, Ibn Zaydum ama las vergas que se guardan en los calzones;si hubieras visto el pito en las palmeras,se habría convertido en pájaro abâbîl



Poema Que Wallada Hizo Bordar 
En Oro Sobre Su Vestido

Yo ¡por Dios! merezco la grandeza
y sigo orgullosa mi camino.
Doy gustosa mi mejilla a mi enamorado
y doy mis besos a quien los quiera.



Enamorado de Júpiter

Si hubieses hecho justicia
al amor que hay entre nosotros
no hubieses amado ni preferido a mi esclava,
ni hubieses abandonado la belleza de la rama
cargada de frutos,
ni te hubieses inclinado hacia la rama estéril.
Siendo así que tú sabes que yo soy
la luna llena en el cielo,
sin embargo, te has enamorado,
por mi desgracia, de Júpiter.

Wallada bint Al-Mustakfi, incluido en Poetisas arábigo-andaluzas
(Diputación Provincial, Granada, 1985, ed. de Mahmud Sobh).




Como una divisa de su independencia y sentido de libertad sobre el hombro derecho de su túnica llevaba escrito este emblemático verso:

Estoy hecha, por Dios, para la gloria,
y camino, orgullosa, por mi propio camino.
Sobre el izquierdo:
Doy poder a mi amante sobre mi mejilla
y mis besos ofrezco a quien los desea.



SÁTIRA DEL SEIS, CONTRA IBN ZAYDUN

Te apodas El seis
y este mote no te dejará mientras vivas:
pues eres marica, puto y fornicador,
cornudo, cabrón y ladrón.


OTRA SÁTIRA CONTRA IBN ZAYDUN

A pesar de sus méritos,
Ibn Zaydun ama las vergas de los zaragüelles;
si hubiese visto falo en las palmeras,
se habría convertido en pájaro carpintero.



IBN ZAYDUN Y WALLADA. 
UN AMOR DE LEYENDA.




Friedrich von Amerling (Austrian , 1803-1887) – Oriental Woman

Esta historia de amor pasional entre la bella princesa Omeya Wallada y el apuesto poeta Ibn Zaydun, transcurre en Córdoba, capital de al-Andalus, después de la caída del Califato (1031).

El padre de Wallada, Abderramán Obaidallah al Mustafkí, fue uno de los muchos califas que durante la "fitna" (guerra civil) llegaron al trono cordobés por medio del asesinato. Su reinado duró sólo siete semanas. Dos años después fue asesinado en Uclés.

Tras la muerte de su padre, vendió sus derechos reales. Wallada con apenas 17 años, adquiere la independencia y opta por un modo de vida inusual, de absoluta despreocupación por los convecionalismos sociales. Prescindió de la tutela masculina y abrió un salón literario en Córdoba.

Su adolescencia transcurrió paralela a la agonía del Califato. La hermosa princesa dio muestras de su carácter fuerte, cuando decidió no llevar velo, gozó de una libertad inusual para una mujer. Se mezclaba en las tertulias poéticas con los intelectuales, dando amplias muestras de su valía como poetisa. Este comportamiento llamó la atención. No dejaba a nadie indiferente. La hermosa Wallada contaba con admiradores y detractores, mientras que el pueblo llano, improvisaban canciones y coplas sobre la princesa. Alcanzó una alta posición y heredó de su padre riquezas suficientes para ser una mujer independiente. Para entonces, se había convertido ya en una prolífera poetisa, que competía con poetas y literatos.

En aquella hermosa casa, con varias estancias abiertas al patio central, enseñaba a leer, escribir, recitar y demás materias básicas a las hijas de las familias ricas e iniciaba a las esclavas en el arte de la poesía y el canto. Con el tiempo. el salón literario, se convirtió en un lugar obligado de reunión para los intelectuales. estos discutían acerca de los vaivenes de al-Andalus, la destrucción de Medina Zahra o comentaban acerca del califa de turno. Ella hacia especial hincapié en el desarrollo de la poesía, más que en temática política.. De esta manera, Wallada organizaba sesiones poéticas, donde se improvisaban versos y estrofas llenas de color, ritmo y descripciones, en un ambiente distendido envuelto en almohadones de seda, copas de vino, el suave sonido del laúd y la sutil fragancia a almizcle.





Rudolf Ernest, 'The Reader', 1854-1932


La bella Wallada vestía a la moda de Bagdad y adornaba sus vestidos con poemas bordados en los hombros. 

En el lado izquierdo decía:

"Por Allah, que merezco cualquier grandeza y sigo orgullosa mi camino".

Y en el lado derecho decía:

"Doy gustosa mi mejilla a mi enamorado y doy mis besos a quien los quiera".


EL ENCUENTRO.

A la edad de 20 años Wallada conoce al hombre que marcó para siempre su vida: Ibn Zaydun. 

Él era un joven noble de excelente posición, con gran influencia política y sin duda el intelectual más elegante y atractivo del momento, mientras que Wallada era la mujer más culta, famosa y escandalosa de Córdoba.

Se enamoró de Zaydun en una noche de fiesta poética, jugando a completarse poemas según la costumbre cordobesa de entonces. Fue el choque de dos vanidades literarias, en las que ella tomó la iniciativa.

Wallada escribía estos versos dedicados a Ibn Zaydun:

"Espera mi visita cuando apunta la oscuridad
Pues opino que la noche es más encubridora de los secretos
Tengo algo contigo que si coincidiera con el sol
éste no brillaría
y si con la luna, ésta no saldría
y si con las estrellas, éstas no caminarían".

Ibn Zaydun contestaba:


"Tu amor me ha hecho célebre
entre la gente
por ti se preocupa mi corazón y
pensamiento,
cuando tú te ausentas
nadie puede consolarme y
cuando llegas todo el mundo está presente"

"Si he perdido el placer de verte,
me contentaré oyendo hablar de tí.
Si el guardian se descuida,
Me contentaré con un breve saludo.
Temo que los censores sospechen, pero
¿Hay plazo en el amor?"

Ibn Zaydun describía a Wallada así:

Aquella muchacha de ojos bellos,
de fragancia deliciosa,
de aliento perfumado, de aroma penetrante.
Me tendió su fina mano, y comprendí
que era hermosa mujer de mirada seductora.
Por su talle corre fresca sabia juvenil;
Ungida está de almizcle por su muy clara virtud.
Cuando me ofrece jazmines en la palma de su mano
recojo estrellas brillantes de la mano de la luna.

Tiene carácter dulce,
talle perfecto
y una gracia como el aroma
o la euforia del vino.
Me ofrece solaz su charla
Tan deleitosa
Como la unión amorosa
lograda tras la ausencia.

Cuando Ibn Zaydun debía ausentarse de Córdoba por actividades políticas, Wallada lo extrañaba y sintiendo su ausencia escribía:

"¿Acaso hay para nosotros,
después de esta separación, una salida;
puede quejarse cada uno de nosotros
de lo que ha sufrido?
Pernoctaba yo en los tiempos
de nuestras visitas mutuas durante el invierno
sobre las brazas crepitantes por la pasión.
¿Cómo, pues, estando en la situación de este abandono,
ha apresurado el destino lo que yo temía?
Giran las noches y no veo el fin.
De nuestro distanciamiento,
ni la paciencia me libra
de la esclavitud de mi anhelo.
Riegue dios la tierra donde estés
con toda clase de lluvias copiosas".

Ibn Zaydun, por su parte le escribía:

"Cuando tú te uniste a mí
como se une el amor al corazón,
y te fundiste conmigo
como el alma se funde con el cuerpo,
enfurecio a los detractores
el lugar que yo ocupaba en tí:
en el corazón de todo rival
arde la llama de la envidia".

EL ENGAÑO Y LA TRAICIÓN.

La relación amorosa fue víctima de un engaño. Ibn Zaydun ocupaba una posición política privilegiada, y entre sus enemigos estaba Ibn Abdús, un poderoso visir del débil califa de turno. Éste envidiaba a Zydun por la relación amorosa que manteía con Wallada, Abdús la deseaba para él. 

Sobornó a una esclava de la princesa, para que sedujera a Ibn Zaydun. Éste, sin sospechar, pecó de ingenuo. La esclava puso en marcha todas sus armas de seducción hasta que éste se dejó envolver. cuando "su presa" había caído en el engaño, apareció el visir e hizo público la supuesta traición.

Wallada montó en cólera. Su orgullo estaba dolido, su prestigio dañado, su vida pública se vio salpicaa por este escándalo. La hermosa princesa había sido traicionada por su gran amor. Ella no pudo o no supo personarlo.

Zaydun hizo todo lo posible para que ella lo perdonara:

"Desde que estas lejos de mí, 
el deseo de verte consume mi corazón
y me hace lanzar torrentes de lágrimas
mis días son ahora negros y
antes, gracias a ti, mis noches eran blancas".

Pero ella no dio su brazo a torcer. Su orgullo y fuerte carácter hicieron que el amor apasionado se tornara en apasionado odio por Ibn Zaydun. Éste por su parte, quedó desolado, muerto de amor, deambulaba por las calles de Córdoba completamente desolado. Ya ni se acercaba al salón literario, pero llegarona sus oídos los versos que la herida Wallada le dedicó:


"Si hubieses hecho justicia
al amor que hay entre nosotros
no hubieses amado ni preferido a mi esclava
ni hubieses abandonado la belleza de la rama
cargada de frutos
ni te hubieses inclinado hacia la rama estéril
siendo asi que tu sabes que yo soy
la luna llena en el cielo,
sin embargo, te has enamorado,
por mi desgracia, de Júpiter"


PURA PIEDRA:

Cuando te enteraste de lo mucho que te quiero
y supiste el lugar que ocupas en mi corazón,
y cómo me dejaba arrastrar por el amor, sumiso,
Yo, que a nadie mas que a tí consenti que me arrastrara,
Te alegraste de que el sufrimiento cubriera mi cuerpo
y de que el insomnio pintara de negro mis párpados.
Pasa tus miradas por las líneas de mis cartas
y verás mis lágrimas mezcladas con la tinta.
Cariño mío: mi corazón se deshace
De quejarse tanto a un corazón de pura piedra".

El envidioso visir Ibn Abdús no se contentó con separar a Ibn Zaydun de Wallada, provocó su caída política en Córdoba y fue encarcelado. Zaydun logró escapar de su celda y se refugió en Sevilla. Allí obtuvo la confianza de al-Mutamid, rey de Sevilla, y rehizo su vida en la corte sevillana.

La princesa Wallada, dolida, quizá por vengarse se acercó al visir Abdús, quien siempre la había deseado. Ella lo sabía, pero nunca le había dado esperanzas. Ibn Zaydun,  desde Sevilla, al enterarse de esta relación, escribió esta sátira sobre Ibn Abdús.

¡Oh que noble es Wallada!
Un buen tesoro para quien busca ahorrar
Pensando en las necesidades del futuro
¡Ojalá distinguiese entre un albéitar y un perfumista!
Me han dicho que Abu Abdús la visita y
me han contestado: a veces la mariposa busca el fuego".

La respuesta no se hizo esperar. Wallada le escribió:

POEMA DE LOS SIETE INSULTOS

"Tienes por apodo el hexágono
y es un calificativo que no abandonarás mientras vivas.
pues eres, sodomita, degenerado, adúltero, cabrón, cornudo y ladrón".

Ibn Zaydun, a pesar de sus virtudes,
Maldice de mí injustamente y no tengo culpa alguna;
Me mira de reojo, cuando me acerco a él,
Como si fuese a castrar a su "Alí".

EL FINAL DE LOS ENAMORADOS.

Zaydun se convirtió en el hombre fuerte de al-Mutamid, asumiendo el cargo de visir. Fue un poderoso hombre de la corte y un gran poeta. El eterno enamorado murió en Sevilla  en 1070, habiendo alcanzado la máxima reputación, poder y riqueza personal.

Wallada vivió bajo la proteción de Ibn Abdús. Con el tiempo perdió su fortuna, recorrió Al-Andalus exhibiendo su talento poético, en idas y venidas, siempre volvía junto a Ibn Abdús, en cuyo palacio acabó viviendo, aunque sin casarse con él. Así envejecieron hasta cumplir más de 80 años.


Monumento a los amantes (Córdoba)


Monumento dedicado al amor entre Wallada e Ibn Zaydun. Situado entre el alcázar y una de las puertas de la muralla, que da acceso a la judería. En sus mármoles pueden leerse, en castellano y en árabe, los siguientes versos:

¡Ay, qué cerca estuvimos y hoy qué lejos!
Nos separó la suerte, y no hay rocío
que humedezca, resecas de deseo,
mis ardientes entrañas; pero en cambio,
de llanto mis pupilas se saturan.

(Ibn Zaydun)

Tengo celos de mis ojos, de mi toda,
de ti mismo, de tu tiempo y tu lugar.
Aún grabado tú en mis pupilas,
Mis celos nunca cesarán.

(Wallada)


http://tarabalandalus.blogspot.com.es/2013/08/ibn-zaydun-y-wallada-un-amor-de-leyenda.html



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