martes, 1 de abril de 2014

DAVID SÁNCHEZ SANTILLÁN [11.409]


David Sánchez Santillán 

(Quito, ECUADOR 1981). Abo­gado y Doctor en Jurisprudencia, Licenciado en Ciencias Políticas y Sociales. 2007. Magíster en De­recho Ambiental, primera promoción UNAP 2011. Fue miembro del Taller “Nueva Generación” de la ciudad de Quito, en 1996. Premio obtenido y participaciones poéticas: Jornadas Poé­ticas. “Arte, música y sapiencia”. Primer Premio. Colegio Jesuita San Gabriel, 1998. Quito. Premio Nacional .-Con­curso Nacional de Poesía “Gonzalo Escudero” Primer Pre­mio. Sociedad ecuatoriana de escritores .S.E.D.E. Desde 1994 participaciones exitosas en Jornadas Poéticas Juveni­les del Ecuador, en las ciudades de Quito e Ibarra. Participe en la Antología virtual Cultura de Veracruz, Revista de Literatura Contemporánea 2010 México, en el espacio Novísima Poesía Ecuatoriana.  Presentaciones en cafés literarios de las ciudades de Quito, y Recitales en colegios secundarios de la misma ciudad.  OBRAS.- El Origen de los Rostros – Poemario 2010. El nublo de la escardonia, 2012.


I

Los rostros moldean su aspereza
en las delicias.
Empalagan la ciega efigie
al saciar el gusto en las formas.
¿acaso vagan en los manantiales del vino?
Son el mismo barro forjado de sal
y alba.





II

El amanecer...
El calor une a las miradas tras los corredores
que una vez condujeron a mis venas.
Lejos
el deseo esconde uno a uno
a los siervos del agua,
círculo de espadas emanando los sitiales,
inmolando en las piedras el reflejo de la luz.
Medusa calla...
y danza en los vitrales.



***



II

Conviérteme en mi desnudez…
seré el Druida, elucubraste en tu flora

Encájalo en un solo ser

Se la barcaza en donde rebosen
mis hojas
Donde se viera mi Corteza…

No resquebrajes mis sentidos.

Toma mis frutos
Entrelázalos entre tus ramas…el Viento

No te conviertas en Silencio.






VIII

No eres tú la del espejo
Alguien detrás de ti se mira.
Dile que se retire
Que no moleste.

Los espejos son falsos
distorsionan
lanzan a la cara mentiras.

Esa no eres tú
esos no son tus ojos
ni esa tu sonrisa.

¿De dónde habrán salido
esos monstruos?

No creas tampoco en las gradas que has subido
ellas también engañan.

Créele a la tinta
créeme: no eres tú la del espejo
otra es quien se mira.
la tinta lo jura
¡créele a la tinta!







XXVI

La salud me obliga a ser espada
tajo,
brillo,
el nacer de una estocada.

Desata mis hombros
al paso de tu trote desbocado.

Giro como los trompos
en la cuerda venal de mis nublos.

No busca a quién culpar
no me defiendo.

Me río en los discursos
o me duermo.

En los días de difuntos
felicito a los difuntos.

Y en todos los años nuevos
doy mi sentido pésame.

Nací en la tierra un buen día
y siempre espero que otro buen día
desaparezca la tierra.

¡Y me voy por la calle perseguido
por el canto de los pájaros
y el furor de la gente!








XXIX

El papel es un pájaro
-la mejor expresión al definirlo-

¡Escucha el batir de sus alas!
Picotea hasta que sangra sangre,







XXXVI

¿Por qué me odias camarada 
de palabras?

naciste para escribir
para nacer escribo yo

aprendiste a leer con Dostoiesvsky
entre cuatro paredes aprendí yo

todo se lo debo a los ríos
a los páramos
y a los tajos que mi hice
con los árboles

tuyos son los caminos,
las condecoraciones

Mío el cero de la luna
y uno que otro fantoche que me aplaude
No sé por qué me aborreces
Marcadas son tus marejadas… de palabras.

(De El nublo de la escardonia, 2012)






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