sábado, 17 de mayo de 2014

PASCUAL BRANDI VERA [11.716]



Pascual Brandi Vera

Pascual Brandi Vera (Valparaíso, CHILE 1897 - 1971). Poeta y dibujante. Publicó, entre otros libros, "La quietud del farellón" (poesía, 1919), "El meteoro" (novela, 1922), "El oro de otoño" (poesía, 1925), "La fogata de los hampones" (novela, 1926), "Jazz" (novela, 1935), "Música de puerto" (poesía, 1940), "Aguas al mar" (poesía, 1952).





CUANDO SE FUE

Cuando se fue mi niño la calle quedó sola,
inmensa como un campo baldío y sin estrellas.
Llamó mi corazón y las casas miraron
sin ojos, con el rudo mutismo de sus puertas.
Como un filo de nieve y acero pasó el cierzo
arrastrando las flores de mis lágrimas.
Cuando se fue mi niño la calle quedó sola,
sin promesa de esquinas, ni rincón de esperanzas.

Cuando se fue mi niño la calle se abrió helada
como abismo y sin alma.





La quietud del farellón
Autor: Pascual Brandi Vera
[s.n.], 1919

CRÍTICA APARECIDA EN LAS ÚLTIMAS NOTICIAS EL DÍA 1920-02-10. AUTOR: RAMÓN RICARDO BRAVO
Este poeta que es, además, un excelente dibujante, ha querido lanzar su primer libro con todas las prerrogativas del buen gusto. Con este ideal por lema ha publicado recientemente “La quietud del Farellón”, libro en que a la belleza del texto se aúna el refinamiento de la impresión. Coincidencia rara resulta esta entre nosotros, aquí donde los buenos poetas están revestidos de una humildad franciscana y los mediocres de un orgullo ilimitado.

En cuatro subtítulos está dividido el libro de Brandi. El primero de ellos, que a la manera francesa da el nombre al libro, está formado por una decena de composiciones, que son algo así como la enunciación del resto de la obra. En los subtítulos siguientes ese programa se amplía e intensifica, hasta llegar en el último a un desarrollo máximo.

Como alguien ha advertido al analizar este libro, su autor no está exento de influencias extrañas; desgraciadamente esas influencias han ido más allá de lo normal. Tan de cerca ha seguido este poeta los pasos de sus maestros, que en algunas composiciones han quedado demasiado visibles las huellas magistrales. Así, por ejemplo, los versos titulados “Era serena y dulce” tienen mucha similitud con “Gratia Plena” de Amado Nervo.

Esto, desgraciadamente, resta muchas esperanzas para el futuro de un artista, ya que la mayor gloria del arte es la originalidad, por cierto la originalidad producida por el talento, pues los cretinos suelen también ser originales.

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