martes, 14 de octubre de 2014

ANTONIO DE SAAVEDRA [13.665]


ANTONIO DE SAAVEDRA  

Nací en Lima, Perú en Septiembre de 1974. Estudié Literatura en la UNMSM. Formé parte de los grupos poéticos Ensueño Indescifrable (1993) y Mammalia (1994). Fundé el Grupo Neosurrealista (1995-1999). Fui director de la Revista Neosurrealista (1995-1996) y de la hoja de poesía Nadja (1999). He publicado las plaquettes Guarismos (1994), Airones (1995), y Canto En El Fuego (1997), y el libro de poemas Laguna De Electricidad (1998). Tengo inéditos el libro de poemas Espejos A La Distancia y el poema Holoturia. En cuanto a traducciones he publicado en revistas versiones de César Moro, Allen Ginsberg, Benjamin Péret, entre otros. En libro publiqué mi versión de La Unión Libre / Xenófilos de André Breton (1997). Entre el 2004 y 2005 fui editor, coordinador y redactor de la revista musical Freak Out! Entre 1992 y 1994 formé el grupo death metal Undebe, con el que editamos dos demos. En el 2002 formé el grupo indie pop Ambarina, con el que editamos el EP Desde La Madrugada (2004). Actualmente estamos grabando nuestro segundo EP titulado Ancient. I love the winter, cats and the blue color 



Gatillo

Se ha enredado una cantidad de ojos
sobre el borde de la cama del hornero
quien todas las mañanas pasa
delante del sol antes que salga
ha agarrar las pluma que caen
de la tristeza humeante de encendido
trigueñismo de los cachorros
que viven en las fontanas eléctricas
en lo alto de los árboles
con hélices salientes de sus bocas
en forma de organillos
asomados por todas las ventanas
conocidas
que están cristalizadas por
los fantasmas de tijeras colgantes
en las faldas de mis hermosas
hermanas azuladas por dentro
de sus cuerpos marinos y airados
al vuelo de las cigüeñas ensoñadoras
buscando tesoros
en las palmas de las manos
de una gitana que conversa así de ti
timonel de este mes
sujeto a una rueda de flores
sobre el mar lagrimeante
durante el aluvión cincelado
por unas redes gélidas de espadas

16 julio 1995





Muy A Menudo Barro Las Mejillas Primeras...

Muy a menudo barro las mejillas primeras
Juego con todos los niños enfermos del mundo,
Transito entre sarcófagos y equipajes,
Pero olvido a veces de sufrir en plumas.
Mis manos perdonan a los bulevares
Calmosos y resfriados, para el lado sur
Sus alientos de torres simples ya no corren
A capela.
Veo a las luciérnagas
En bajos y altos desiertos
Temblando de cutáneas mujeres,
Todas ellas dieron sus eternos rostros
A la jugarreta de días faltos.
El silencio quisiera tocarnos nadando
En cuanto domingo se posa
Sobre la punta del bolígrafo encantador
Y su tiempo es telegráfico.
Lobos de papel traen a ancianos buenos,
Ellos esculpen cornetillas
Si el cielo está más azul que celeste
Y los pueblos, a quienes escribo,
Entienden porque hacer centenares de plazas
Aguadas como esta.

12 de Abril 1995







El Mar Es La Fuente Del Silencio…

El mar es la fuente del silencio
De donde han salido mis labios con blanca humedad
Por eso vine a la costa
Buscando la singladura de habitables pensamientos terrestres
Que se acumulan y se conservan
En las olas doradas en las gaviotas tenues
Alzo mi cuerpo entonces de entre las arenas
Avanzo con rumbo a los campos
A reencontrarme con girasoles de agua
Las alas despiertan de su soñar
Convirtiendo el aire en escaleras que me conducen a la remembranza
De ideas sublimes sobre el cuerpo que espera mi retorno
Esos jardines en el regreso de vida
Esas montañas y su ansia de cielo
Esa fauna hambrienta de frutos
Todas estas visiones flotando van por la cabellera del alba
Aquella durmiente luz
Que escarba en el sueño buscando tesoros en las manos de las gitanas
Pasa mi sombra por debajo de los puentes
Y se avistan las colinas donde habita la infanta de mis silencios
A quien le traigo la albura del océano
Para regarla por los andenes
Estaré aquí para siempre
Consolándote por cada pequeña ave que cae de su nido
O por cada flor arrancada de nuestro parque neblinoso
Ya estoy aquí
Suelta los atardeceres eléctricos
Para que recorran las calles solitarias y vuelvan a reinar las alondras
Déjame que acomode el amor de mis palabras que brotan de esa fontana que eres tú
Con el corazón abierto en todos los ríos
Como si fuera el día en que el crepúsculo nos amó de la misma manera que sus hijos
Dormir bajo la alameda de la luna y de las estrellas
Juntos es mi más ponderado deseo
Tras un largo viaje entre desgastados helechos
Esta es la oportunidad que nos da el rocío de la noche
Para rehacer cada movimiento en nuestro lienzo inconcluso
Así es como vuelvo a amarte
Pues a veces mi mente escapa a la región de la inocencia
Y recupero mi estado natural
Pero mis ojos y los otoños
Nunca dejarán de agradecerte por el afecto recibido
Y seguir fascinado por tus armonías de sol
Siempre vuelvo a entibiarme en tu pecho boscoso
Pues tu amor no es cosa común
Y nuestra existencia depende de ambos
Regresaré siempre a amarte
Hasta que el viento nos vuelva una ebullición de blancas rosas en el mar

20-22 de Noviembre 1998




Lamento IX

a Kurt Cobain
sin violencia
y contigo
donde estés...

Contigo he pensado montarme en tinta.
Y lo hago describiéndote cárdeno
de interiores animales totales
desde tu ser mismo.
¿Para qué pensar otra vez
en aquella rueda negra de la que
hemos nacido ambos, viviente de Seattle?
De nuevo caeríamos al mismo
sucio mundo de coleópteros
que por ahí, en las entrañas de ellos,
nos arrojan, triste amigo,
a un jardín que tú creaste
con tus años, con tu estómago,
con tus comprensiones distorsionadas
a lo lejos del sol
y de un concierto cancelado.
Cuando me decías
que todos éramos todo lo desconocido,
miraba mi reloj florecido
y te prestaba más atención de mis venas
contra la fuerza oscura
que una copa de champagne trae
a su lado; a tu ámbito total, total.
Pensaríamos dos veces que camisa a cuadros
ponernos en el dolor,
que guitarra destrozar hoy día,
que misterio esconder a tu cigarrillo,
que momento sería el mejor para acariciar
y multiplicar a otros que no son de los nuestros,
pero que han bebido y que nos han sentido
desde un grito ronco y una canción perdida.
Hermano mío,
ya te has ido con un pequeñísimo cañón
entre los ojos de artista y de espectador;
ya no me dirás que nunca lo pensaste,
ya no serás un rayo de sol para Jesucristo;
ahora eres un héroe sin batalla,
un amigo nuevo caminando milenario.
Adiós a mi grunge, lúdico gruñido,
a mí mismo,
estrella voluptuosa de mariposas negras,
vacante de los no nacidos a su derecho,
casa azul y verde sin visitas.
Nos vamos, hermano, nos vamos.

Abril 1994





La Incumbre De Espiral
Darle la inquietud al medio cielo
que, en el mar jaspeado y en los surcos,
podría ser bebido a conciencia
cuando se oye el agujero negro del sol.
Suena así mi nombre, a todo lo que 
puso mi mano perdida, entrecortada,
a lo largo del anillo
y de las llaves con su suficiente recuerdo,
su tono explícito y su libro
de dimensiones vivas o dramas góticos.
Ver perder casi todo,
saber qué decir cuando llega el portal de poemas.
Rumoreo desde el final sin vida
con una vuelta descortés
todo lo interpuesto entre mensajes,
códices, emblemas de radicación.

Miradas volcánicas
acechándome de su pecho,
afloran en la noche acompañante
que para siempre tendré, a lo lejos a llorar.
Cerrar los ojos de sequía
gustarme soñaría, aquí en el aliento.
Y trastear las lágrimas
que eran de entrada
y no de gobernar…

Verano de 1994







A LA SALVA de miles de cañones
los árboles comen sus conejos macabros y firmes
sobre el lomo de los zapatos negros
y brillaban los días mientras
entraba al escalera mecánica
en la nariz de un muerto amigo
y de alta cercanía
a los panes que solíamos
poner cerca de los poros
de un pulpo varado en una pileta
que cuando miraba las frutas
más férreas en las manos que
tienen apariencia de reloj
tentaban a esos bolsillos pues ellos
tenían que ser sometidos a una profundidad
de agua de color canario
para que exista la lluvia
cuando estabas colgando
tus pies desintegrados
por las minas vecinas a tu casa
de aspecto de cabina telefónica







LA LLUVIA que sale invisible
del trasatlántico
sube a la cima de la ciénaga
en forma de manzana
que se irá susurrando
unas canciones figuradas de cereal
con la protección de abrigos
estampados de rosedales
incendiados
por pasajeros nidos
leyendo postales nunca pensadas
en la cercanía de la escuela
en las chozas volando en el bosque
en la muchacha dentro de una bombilla
en el brauprés atado al juguete
en el desierto limpio de abanicos
amables con los caballos
sin hogar y muchos ángeles
visitados por los pies descalzos
olientes a pianos espumosos
y dedicados a tener hijos de cartulina
con amores
descubiertos en granjas de carbón
susceptibles a la naturaleza
contenida en un marfil húmedo
así sea durmiendo en cráneos
atravesados por pizarras de seda
como las parafernalias
que conocemos los que comen
playas durante el paracaidismo





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