martes, 10 de febrero de 2015

DANTE ALIGHIERI [14.804] Poeta de Italia


Dante Alighieri

Dante Alighieri (Florencia, c. 29 de mayo de 1265 – Rávena, 14 de septiembre de 1321) fue un poeta italiano. Su obra maestra, la Divina comedia, es una de las obras fundamentales de la transición del pensamiento medieval al renacentista. Es considerada la obra maestra de la literatura italiana y una de las cumbres de la literatura universal. En italiano es conocido como il Sommo Poeta («el Poeta Supremo»). A Dante también se le considera el «padre del idioma» italiano (llamado volgare en aquella época). Su primera biografía fue escrita por Giovanni Boccaccio (1313–1375), en el Trattatello in laude di Dante.

Participó activamente en las luchas políticas de su tiempo, por lo que fue desterrado de su ciudad natal. Fue un activo defensor de la unidad italiana. Escribió varios tratados en latín sobre literatura, política y filosofía. A su pluma se debe el tratado en latín De Monarchia, de 1310, que constituye una exposición detallada de sus ideas políticas, entre las cuales se encuentran la necesidad de la existencia de un Sacro Imperio Romano y la separación de la Iglesia y el Estado. Luchó contra los gibelinos de Arezzo. La fecha exacta del nacimiento de Dante es desconocida, aunque generalmente se cree que está alrededor de 1265. Esto puede deducirse de las alusiones autobiográficas reflejadas en la Vita nuova.

Se desconoce en qué año nació Dante, aunque suele datarse su nacimiento en torno a 1265, tomando en cuenta algunas alusiones autobiográficas en la Vita Nova y en el Infierno (que se inicia «en medio del camino de nuestra vida», cuando se sabe por otras de sus obras que, siguiendo una tradición bien conocida, Dante consideraba que la mitad de la vida de un hombre eran los 35 años, por lo que, si el viaje imaginario se inicia en 1300, debería haber nacido hacia 1265). Algunos versos del Paraíso informan que nació bajo el signo de Géminis, es decir, entre el 21 de mayo y el 21 de junio.

L'aiuola che ci fa tanto feroci,
volgendom' io con li etterni Gemelli,
tutta m'apparve dà colli a le foci;
poscia rivolsi li occhi a li occhi belli.
Paraíso, canto XXII, 151–154.


Pudo haber sido bautizado con el nombre de «Durante» en el Baptisterio de Florencia, y Dante podría ser la versión hipocorística de tal nombre. Su familia era una gran familia florentina cuyo verdadero nombre era Alaghieri, favorable al partido güelfo. Su padre, Alighiero de Bellincione, era un güelfo blanco, pero no sufrió la venganza de los gibelinos, después de su victoria en la batalla de Montaperti. Esta salvación le dio un cierto prestigio a la familia.

La madre de Dante era Bella degli Abat y falleció cuando Dante tenía sólo 5 ó 6 años. Poco después su padre Alighiero se volvió a casar con Lapa di Chiarissimo Cialuffise (existe controversia en cuanto a esa boda, proponiendo que los dos se hayan unido sin contraer matrimonio, debido a las dificultades levantadas, en la época, a la boda de viudos). El padre de Dante tuvo con ella dos hijos: Francesco y Tana (Gaetana).

Mientras estudiaba en su ciudad natal en 1278, fue discípulo de Brunetto Latini, quien hace aparición en Infierno (canto XV), y fue amigo del poeta Cavalcanti.

Cuando Dante tenía 12 años, se comprometió con Gemma, hija de Messer Manetto Donati, con la que se casó en 1291. Los matrimonios negociados a edades tan precoces eran entonces frecuentes y constituían una ceremonia importante, que exigía actos oficiales firmados delante de notario. Dante tuvo varios hijos con Gemma: Jacopo, Pietro y Antonia, y quizá un cuarto (Juan). Antonia se hizo monja con el nombre de Hermana Beatrice.

Educación y poesía

Dante y Beatriz, por el pintor prerrafaelista Henry Holiday, que imagina el encuentro entre Dante y Beatriz en el Puente de Santa Trinidad.
Muy poco se sabe de la educación de Dante. Se presume que se educaba en casa y que estudió poesía toscana de Guittone de Arezzo y Bonagiunta Orbicciani. En ese momento, la Escuela Siciliana (Scuola poetica siciliana), un grupo cultural de Sicilia, cautivó a Dante. Sus centros de interés lo llevaron a conocer juglares de Provenza y la cultura latina. También se hacía evidente su admiración hacia Virgilio. Además estudió la lengua vernácula italiana, el latín (el idioma franco de esa época), el provenzal, y de hecho insertó algunos versos en este idioma en el Purgatorio.

Hay que señalar que en la Edad Media la caída del Imperio romano dejó una docena de pequeños Estados, de modo que Sicilia estaba alejada cultural y políticamente de la Toscana, como ésta lo estaba de Provenza: las regiones no compartían la misma lengua ni la misma cultura y los medios de comunicación eran difíciles.

Cuando tenía 9 años encontró a Beatriz Portinari, hija de Folco Portinari, de la cual se enamoró «a primera vista», y al parecer sin aún haberse hablado. Él la vio con frecuencia después de los 18 años, a menudo intercambiaban saludos en la calle, pero nunca llegó a conocerla bien, él mismo con eficacia propuso el ejemplo para el amor cortés.

Es difícil entender lo que este amor comprendía en realidad, pero algo sumamente importante para la cultura italiana . Era en nombre de este amor que Dante dio su impresión al Dolce stil nuovo que influenciaría a escritores y poetas a descubrir el tema del «Amor», que nunca antes había sido tan acentuado. El amor por Beatriz, al parecer, era la razón de su poesía y de su vida, junto con sus pasiones políticas.

Cuando Beatriz murió en 1290, Dante trató de encontrar un refugio en la literatura latina. Entonces se dedicó a estudios filosóficos en escuelas religiosas, como Santa Maria Novella.

Esta pasión «excesiva» por la filosofía sería criticada más tarde por el personaje de Beatriz en el Purgatorio, el segundo libro de la Divina comedia.

Política

Dante, como muchos florentinos de aquellos días, estuvo involucrado en el conflicto de los güelfos y gibelinos. Luchó en la batalla de Campaldino (el 11 de junio de 1289), con los Caballeros Florentinos Güelfos contra los Gibelinos de Arezzo, luego en 1294 estuvo entre los caballeros que escoltaron a Carlos Martel de Anjou-Sicilia (el nieto de Carlos I de Sicilia) mientras él estaba en Florencia. En junio de 1290, se sitúa la fecha de la presunta muerte de Beatrice, a la edad de 24 años.

Más adelante en su carrera política, se hizo doctor y farmacéutico. Se propuso no ejercer estas profesiones, pero una ley emitida en 1295 «el efecto de las reglas de Giano del Bella» requirió que la nobleza que pretendía ocupar cargos públicos debían alistarse en uno de los gremios de Corporazioni di Arti e Mestieri, entonces Dante obtuvo una rápida admisión en el gremio de los boticarios. La profesión que escogió no era completamente inepta, vendía sus libros en las tiendas de los boticarios. Como político, logró un poco de importancia.

Después de derrotar a los Gibelinos, los Güelfos se dividieron en dos facciones: Güelfos Blancos (Guelfi Bianchi), el partido de Dante, liderados por Vieri dei Cerchi, y los Güelfos Negros (Guelfi Neri), conducidos por Corso Donati. Los «colores» fueron escogidos cuando Vieri dei Cerchi dio su protección a la familia Grandi en Pistoia, aquella zona fue llamada La parte bianca («La parte blanca»); Corso Donati por consiguiente había protegido al rival (Parte negra), y estos colores se hicieron los colores distintivos de los partidos en Florencia. Es miembro del Consejo Especial del Pueblo entre 1295 y 1296 y posteriormente formó parte del consejo que elegía los priores. De 1296 a 1297 fue miembro del Consejo de los Ciento. En el año 1300 fue designado como embajador en San Gimignano. En 1300 Dante es elegido como uno de los seis magistrados más altos en la ciudad de Florencia.

La situación política en Florencia no era fácil, porque el Papa Bonifacio VIII planificaba una ocupación militar de la ciudad, y esto dificultó su labor como funcionario político. En 1301, Carlos de Valois, hermano del rey Felipe IV de Francia, visitó Florencia porque el Papa lo había designado pacificador de Toscana. Pero el gobierno de la ciudad ya había reaccionado negativamente a la llegada de los embajadores del Papa algunas semanas antes, buscando así la independencia de las influencias papales.

Para resolver el problema, Dante fue designado como embajador y jefe de una delegación para proponer un tratado de paz, pero al llegar a Roma fue retenido por el Papa Bonifacio VIII que pretendía tomar Florencia, para que, de acuerdo con los güelfos negros, la ciudad se anexara a los Estados Pontificios. Corzo Donati, jefe de los güelfos negros desató una persecución en contra de los güelfos blancos, después de que el pontífice tomó la ciudad por la fuerza en 1301.

Condena, exilio y muerte

Bonifacio VIII pidió a la delegación volver a Florencia y obligó a Dante a permanecer en la ciudad. Al mismo tiempo (el 1 de noviembre de 1301) Carlos de Valois entró en Florencia con los Güelfos negros, quienes en los seis días posteriores destruyeron todo y mataron a la mayor parte de sus enemigos. Después del nombramiento de Cante dei Gabrielli da Gubbio como podestà (alcalde) de Florencia (9 de noviembre de 1301), Dante fue condenado por él a exilio durante dos años, y a pagar una gran suma de dinero (sentencia de 27 de enero de 1302). El poeta no podía pagar su multa y finalmente fue condenado a exilio perpetuo (10 de marzo de 1302) al igual que a otros 600 güelfos blancos, partidarios de la independencia y le fue negada toda participación política. El podestà declaró que si alguna vez Dante fuera atrapado por soldados florentinos, sería inmediatamente ejecutado (igne comburatur sic quod moriatur). Gemma, la esposa de Dante permaneció en Florencia con el fin de evitar la total confiscación de los bienes conyugales.

El poeta participó en varias tentativas de los güelfos blancos para recuperar el poder que habían perdido, pero fallaron entre otras cosas debido a traiciones. Dante, disgustado por el trato que recibió de las manos de sus enemigos, también se molestó por las luchas internas y la ineficacia de sus aliados, y de hecho votó a hacer un partido de uno. Llegado a este punto comenzó a bosquejar las ideas para la Divina Comedia.

Fue a Verona como invitado de Bartolomeo Della Scala, entonces se trasladó a Sarzana (Liguria), y es después de esto que, como se supone, vivió un tiempo en la ciudad de Lucca, en donde estuvo tranquilo con Madame Gentucca (más tarde y, como señal de gratitud, fue mencionada en el Purgatorio, XXIV, 37). Algunas fuentes especulativas dicen que Dante permaneció en París entre los años 1308 y 1310. Otras fuentes, de menor fiabilidad, lo sitúan en Oxford.

En 1310 Enrique VII de Luxemburgo, Rey de los Romanos, invadió Italia; Dante vio en él la ocasión de la venganza, así que le escribió varias cartas (y a otros príncipes italianos) en las que le incitaba a destruir violentamente a los güelfos negros. Mezclando la religión y preocupaciones privadas, invocó la peor cólera de Dios contra su ciudad, sugiriendo varios blancos particulares que coincidían con sus enemigos personales.

En Florencia, Baldo d'Aguglione perdonó a la mayor parte de güelfos blancos del exilio, y les permitió volver; sin embargo, Dante había ido al margen de la sociedad en sus violentas cartas a Enrique VII, y por ello no fue perdonado. En 1310, Enrique VII, emperador de Alemania, fue coronado en Milán, como rey de Italia. En 1312, Enrique VII asaltó Florencia y derrotó a los güelfos negros, pero no hay ninguna prueba de que Dante estuviese implicado. Unos dicen que rechazó participar en el asalto sobre su ciudad; los otros sugieren que su nombre se hubiera hecho desagradable para los güelfos blancos y también que cualquier rastro de su paso por la ciudad había sido quitado cuidadosamente. Dante buscó entrevistarse con Enrique VII y aunque no pretendía deber su regreso al ejército alemán, sí quería ver una Florencia libre de la codicia pontifical. Los deseos de Dante cambiaron a raíz de enterarse de que Enrique VII había fallecido envenenado; y con él cualquier esperanza para que Dante volviera a ver Florencia otra vez. Así que regresó a Verona, donde Cangrande della Scala le permitió vivir con cierta seguridad, por lo visto, en una cantidad justa de prosperidad. Cangrande fue admitido al Paraíso de Dante.


Dante en el exilio

En 1315, Florencia fue forzada por Uguccione della Faggiuola (el oficial militar que controla la ciudad) a conceder una amnistía a los exiliados. Dante estaba en la lista de ciudadanos perdonados. Pero Florencia requirió que, aparte del pago de una suma del dinero, estos ciudadanos estuvieran de acuerdo con ser tratados como delincuentes en una ceremonia religiosa y someterse a un consejo público en el que se les reconocería como delincuentes públicos. Dante rechazó este vergonzoso requerimiento y prefirió permanecer en el exilio.

Cuando Uguccione finalmente derrotó a Florencia, la pena de muerte de Dante se convirtió en el confinamiento, con la condición única de que volviera a Florencia a jurar que nunca iba a entrar a la ciudad otra vez. Confirmaron su condena a muerte y la ampliaron a sus hijos. Mucho tiempo esperó Dante ser invitado a volver a Florencia en términos honorables. Para él, el exilio era casi una forma de muerte porque le despojaba de la mayor parte de su identidad. Desde luego, nunca regresó.

El príncipe Guido Novello da Polenta lo invitó a Rávena en 1318 y él aceptó. Terminó el Paraíso, y finalmente murió en 1321 (a la edad de 56 años) cuando regresaba a Rávena de una misión diplomática en Venecia, quizás por la malaria. Dante fue enterrado en la Iglesia de San Pier Maggiore (llamada más tarde San Francisco de Asís). Bernardo Bembo, pretor de Venecia, mostró preocupación en 1483 por sus restos y organizó su traslado a una tumba mejor.

Finalmente, Florencia lamentó el exilio de Dante. En 1829, se construyó una tumba para él en Florencia en la Basílica de Santa Cruz. Esa tumba ha estado siempre vacía y el cuerpo de Dante permanece en su tumba en Rávena. El frente de su tumba en Florencia se lee Onorate l'altissimo poeta («Honrad al más alto poeta»).

Obras

Vita nuova

La Vita nuova ('Vida nueva') es la primera obra conocida de Dante Alighieri; escrita entre 1292 y 1293, poco después de la muerte de su amada Beatriz. En la obra se alternan 31 poemas líricos y 42 capítulos en prosa. El sentido del título viene dado por la renovación vital que experimenta el poeta al enamorarse de su amada. La parte en prosa sirve como explicación de los sonetos, escritos según los cánones del dolce stil nuovo, y escogidos entre los que Dante había compuesto desde 1283, en honor de diversas mujeres y de la propia Beatriz. Destacan algunos, como Donne ch'avete intelletto d'amore (capítulo V), o Tanto gentile e tanto onesta pare (capítulo XXVI). Las explicaciones en prosa se escribieron después, con el objeto de dar un marco narrativo a los poemas. La Vita Nuova es la máxima expresión del sentido del Dolce Stil Novo.

El tema de la obra es el amor platónico de Dante por su amada Beatriz. Dante encuentra por primera vez a Beatriz a los nueve años y se enamora de ella en el acto. Vuelve a encontrarla nueve años después, a los dieciocho de edad, y compone un soneto en su honor. Desde ese momento, siente por Beatriz un amor platónico, y su mayor felicidad es ser saludado por ella. Sin embargo, oculta cuidadosamente el amor que tiene por Beatriz cortejando abiertamente a otra dama.

Llegado esto a oídos de Beatriz, ella le niega el saludo. Se le aparece el Amor, y en su discurso, que el poeta no comprende, profetiza la muerte de Beatriz Portinari. Dante toma como objetivo de su vida expresar a través de la poesía su amor por Beatriz. Muere el padre de Beatriz y, poco después, Dante cae gravemente enfermo. Durante su enfermedad tiene una pesadilla que es un presagio de la muerte de Beatriz, que se relaciona con el número 9.

Dante se cree enamorado de otra dama, pero vence esta falsa pasión, y una visión le muestra a Beatriz, vestida de rojo, en la gloria de los cielos, por lo cual el poeta decide no amar a otra mujer y consagrar su vida al recuerdo de su amada, aunque no escribirá sobre ella hasta que no sea capaz de encontrar la forma adecuada de hacerlo.

En el ámbito universal se conoce a Beatriz como una de las más grandes musas de la historia. Fue esta mujer quien inspiró a Dante para escribir una de las más grandes obras de la literatura mundial.

De vulgari eloquentia

De vulgari eloquentia (acerca del habla popular) es el título de un ensayo de Dante Alighieri, escrito en latín e inicialmente iba a consistir en cuatro libros, pero Dante desechó la idea después del segundo. Fue probablemente escrito en los años que precedieron el destierro de Dante de su natal Florencia, entre 1303 y 1305. Los ensayos latinos eran muy populares en la Edad Media, pero Dante hizo algunas innovaciones en su trabajo. Primero: el tema, la lengua vernácula, que era una opción rara en ese momento. Secundariamente, la manera en que Dante se acercó a este tema, dando a la lengua vernácula la misma dignidad que se le otorgaba al latín. Finalmente, Dante escribió este ensayo para analizar el origen y la filosofía de lengua vernácula, porque, en su opinión, este idioma no era algo estático, sino algo que evolucionaba y necesitaba una contextualización histórica.

Al principio, Dante enfrentó la evolución histórica del idioma que él pensaba que nació unitario y luego fue separado en modismos diferentes debido a la vanidad demostrada por la humanidad en la Torre de Babel. Compiló un mapa de la posición geográfica de los idiomas que él conocía, mientras dividió el territorio europeo en tres partes: uno al este, con los idiomas griegos, uno al norte, con los idiomas germánicos, y al sur los idiomas del Romance, separado en tres ramas, identificadas por el adverbio de afirmación, el idioma del oc, el idioma del oïl y el idioma del sì. Rebatió la idea de que la gramática es un idioma estático que consiste en reglas inmutables. Dante necesitó recuperar los idiomas naturales.

Entre los capítulos diez y quince del primer libro, Dante escribe sobre su investigación para una lengua vernácula ilustre, entre las catorce variedades encontradas en la región italiana. Directamente o indirectamente, Dante leyó los trabajos de San Agustín, los de Tomás de Aquino y algunos diccionarios enciclopédicos como el Etymologiae de Isidoro de Sevilla y Li livres dou trésor de Brunetto Latini. Él también se inspira en la filosofía Aristotélica, y en el trabajo de Dante se pueden identificar algunas referencias en los textos a representantes de lo que a veces se ha llamado Aristotelismo Radical.

Divina comedia

La Divina comedia es una epopeya alegórica en tercetos encadenados escrita entre 1304 y su muerte, considerada como una de las obras maestras de la literatura italiana y mundial.20 Numerosos pintores de todos los tiempos crearon ilustraciones sobre ella, destacan Botticelli, Gustave Doré y Dalí. Dante la escribió en el dialecto toscano, matriz del italiano actual, que se utilizó entre los siglos XI y XII. La obra se divide en tres partes: Infierno, Purgatorio y Paraíso.

Cada una de sus partes está dividida en 33 cantos, a su vez compuestos de tercetos. La composición del poema se ordena según el simbolismo del número tres (número que simboliza la trinidad sagrada, Padre, Hijo y Espíritu Santo, así como también, el número tres simboliza el equilibrio y la estabilidad en algunas culturas, y que también tiene relación con el triángulo): tres personajes principales, Dante, que personifica al hombre, Beatriz, que personifica a la fe, y Virgilio, que personifica a la razón; la estrofa tiene tres versos y cada una de las tres partes cuenta con treinta y tres cantos. El poema puede leerse según los cuatro significados que se atribuyen a los textos sagrados: literal, moral, alegórico y anagógico. En este poema, Dante hace gala de un gran poder de síntesis que es característico de los grandes poetas.

Dante Alighieri llamó comedia a su libro pues, de acuerdo con el esquema clásico, no podía ser una tragedia, ya que su final era feliz. El libro suele presentarse actualmente con un gran cuerpo de notas que ayudan a entender quiénes eran los personajes mencionados. Estos comentarios incluyen interpretaciones de las alegorías o significados místicos que contendría el texto, que otros prefieren leer como un relato literal. Esta tendencia se acentuó en el siglo XX entre los exégetas y críticos de La divina comedia, muchos de los cuales sostienen que Dante narró una historia en el mundo material de ultratumba tal como se lo concebía en su tiempo. Miguel Asín Palacios, por otra parte, destacó la importancia de la escatología musulmana en la estructura del Infierno dantesco23 , y en particular de la obra Escala de Mahoma, en la que Mahoma, guiado por el arcángel Gabriel, recorre el Cielo y el Infierno, dividido este último en siete estancias.

Dante en la cultura moderna

La vida y obra de Dante ha tenido una influencia decisiva en la construcción de la identidad italiana y en general en la cultura moderna. Muchos escritores e intelectuales han utilizado y lo siguen haciendo la Divina Comedia y otras obras de Dante como una fuente de inspiración temática, lingüística y expresiva.

Literatura

La Sociedad Dante Alighieri, que se dedica a difundir la lengua italiana, nació en Roma en 1889 mediante el Real Decreto Nº 347.24 Cartas a los años de nostalgia (1997), (Natsukashii e no tegami) es una novela del Premio Nobel de Literatura de 1994, Kenzaburo Oe, la cual relata la historia de los sucesos acaecidos desde antes de su entrada a la universidad hasta los ulteriores años como celebridad. Utiliza como plataforma de fondo a La Divina Comedia. El párrafo final de Deus caritas est primera encíclica escrita por el Papa Benedicto XVI, está inspirado en la Divina Comedia de Dante Alighieri (particularmente en el último canto de Paraíso, el cual finaliza en la Luz interminable que es Dios mismo, la Luz que es al mismo tiempo el Amor que mueve al Sol y a las otras estrellas),25 concluyendo al considerar el ejemplo de los santos y al elevar una oración a la Virgen María. En el álbum Nº 28 de Superlópez titulado El Infierno, Juan López nos muestra a su más famoso «hijo» atravesando el infierno de Dante en versión cómic. El poeta guatemalteco Luis Cardoza y Aragón utiliza a Dante como personaje en su largo poema en prosa Pequeña sinfonía del nuevo mundo; en esta obra el poeta vaga por Nueva York guiado por un niño. En la obra poética de Eugenio Montale es frecuente los términos y las fórmulas del Dante lírico y del Dante de la Comedia. El poeta Thomas Stearns Eliot se inspirá en Dante en el poema La tierra yerma donde traduce literalmente los versos 56-57 del tercer canto del Infierno. El poeta argentino Jorge Luis Borges, escribió Nueve ensayos dantescos y realizó numerosas conferencias en relación con el sagrado poema. Su trabajo refleja muy a menudo las claves de la Comedia que incluye en sus poemas como en Poema conjetural que incorpora el episodio en el Purgatorio. En la novela de Matilde Asensi, El Último Catón, aparece involucrado con la sociedad de los Staurofilakes, ya que el revela la ubicación de la Vera Cruz al mundo cuando redacta la ruta de iniciación de la sociedad en la estructura del Purgatorio en la Divina Comedia.

Artes plásticas


Dante y Beatriz a orillas del Leteo 1889, obra del pintor venezolano Cristóbal Rojas.


En Italia, el diseño de la cara nacional de la moneda de 2 euros muestra el retrato de Dante Alighieri realizado por Rafael Sanzio que se conserva en el ala del papa Julio II del Palacio del Vaticano.26 En el año 2007, científicos italianos de la Universidad de Bolonia recrearon la cara «real» de Dante. Se cree que es el más parecido a su verdadera apariencia. Un retrato pintado por Botticelli fue usado como base junto al cráneo.27 * Dante cuenta con numerosas representaciones gráficas ya desde tiempos contemporáneos al personaje, como la que realizó Giotto en la Capilla del Bargello. Célebre es el Dante y su Divina Comedia (1465), obra de Domenico di Michelino conservada en el Duomo de Florencia. o el retrato que incluyó Andrea del Castagno entre su colección de Florentinos ilustres (Uffizi, hacia 1450).

Numerosos artistas de todos los tiempos crearon ilustraciones sobre Dante y sus obras, destacan Botticelli, Gustave Doré, Salvador Dalí, Miguel Ángel, el inglés William Blake, el italiano Gioacchino Antonio Rossini y el alemán Robert Schumann, entre otros. La escultura conocida como El Pensador de Rodin fue bautizada originariamente por Rodin como Dante pensando en las puertas del infierno. Aunque se conoce popularmente como El Pensador. La iconografía de Las Puertas del Infierno obra de Auguste Rodin está basada en La Divina Comedia de Dante y en los poemas de Baudelaire de su obra Las flores del Mal, tratando de realizar una gran alegoría del amor y la condena. También Rodin nos presenta en su obra El beso (Le Baiser), en un principio llamada Francesca de Rimini. a uno de los personajes del Infierno de Dante que se enamoró del hermano de su marido, quien les descubrió y asesinó.




Amor e'l cor gentil

Corazón y el Amor son una cosa
sola y gentil -el sabio lo ha dictado.
Ninguno sin el otro ha palpitado,
que la razón no puede estar ociosa.

Falla natura cuando está amorosa,
y Amor o el Corazón por un cuidado;
transcurra el tiempo breve o dilatado,
lo mismo en inquietud que si reposa.

Si a la Bella se suma la Discreta, 
y nuestra vista bebe su dulzura
colmando el corazón de ansia secreta,

del Amor al asedio que perdura
pidiendo estadio la Beldad nos reta
como bravo adalid en su armadura.

Versión de: Carlos López Narváez







Canto I° de la Divina Comedia

(Fragmento)

Del camino a mitad de nuestra vida
encontréme por una selva oscura,
que de derecha senda era perdida.
¡Y cuánto en el decir es cosa dura
esta selva salvaje, áspera y fuerte,
que en el pensar renueva la pavura!
Tanto es amarga que es poco más muerte:
más, para hablar del bien que allí encontrara
diré otras cosas de que fui vidente.
Yo no se bien decir cómo allí entrara;
tan lleno era de sueño en aquel punto
que el derecho camino abandonara.
Mas luego, al ser al pie de un monte junto
en donde daba término aquel valle
que aflicto en miedo el corazón me tuvo,
miré a lo alto, y vi que era en su talle
vestido ya de rayos del planeta
que nos guía derecho en cualquier calle.
Fue entonces la pavura un poco quieta,
que en el lago del pecho aún me duraba
la noche, que pasara tanto inquieta.
Y como aquel que con cansadas ansias,
salido ya del piélago a la riba,
se vuelve a ver las peligrosas aguas,
así el ánima mía, aún fugitiva,
se volvió atrás a remirar el paso
que no dejó jamás persona viva.
Cuando di algún reposo al cuerpo laso
aquella proseguí playa desierta,
tal que el pie firme siempre era el más bajo.
Y he aquí, casi al comenzar la cuesta
una onza ligera y presta pronto,
que de pie maculada era cubierta:
y no se me apartaba de ante el rostro,
así tanto impedía mi camino
que muchas veces intenté el retorno.
Tiempo era el principio matutino,
y remontaba el sol con las estrellas
que eran con él, cuando el amor divino
movió al principio aquellas cosas bellas;
tal que de esperar bien me dio ocasión,
de la fiera de piel pintada aquella,
la hora del tiempo y dulce la estación:
mas no sin que temor no me infundiese
la aparecida vista de un león.
Este semblaba contra mi viniese
con la testa alta y apetito fiero,
que el aire parecía le temiese;
mas una loba, que de todo anhelo
parecía cargada en su magrura,
y vivir mucha gente hizo con duelo,
esta causome turbación tan dura
con el temor, nacido de su vista,
que perdí la esperanza de la altura.
Y como aquel, que con placer aquista,
y llega el tiempo que perder le haga,
que en todo su pensar llora y se atrista,
tal me hiciera la fiera de paz falta,
que, viniendo a mi encuentro, poco a poco,
me rechazaba allí donde el sol falla.
Mientras retrocedía al lugar hondo
ante mi vista se hizo descubierto
quien mudo pareció en lo silencioso.
Cuando yo le miré en el gran desierto,
"Apiádate de mi -le grité al mismo-,
quienquiera seas, sombra u hombre cierto."
Respondiome: "Hombre no; hombre ya he sido,
los que diéronme el ser fueron lombardos,
y ambos por patria a Mantua la han tenido.
Nací sub Julio, bien que un poco tardo
y viví en Roma, bajo el buen Augusto,
en tiempos de engañosos dioses falsos.
Poeta he sido, y yo canté del justo
hijo de Anquises, que volvió de Troya
después que fuese el soberbio Ilión combusto.
Mas, ¿por qué a tanta pena tu retornas?
¿por qué no vas al deleitoso monte
que es principio y razón de dicha toda?"
"¿Eres tu aquel Virgilio, aquella fuente
que tan gran río en el hablar difunde?
-le respondí con vergonzosa frente-.
¡Oh, de los otros poetas honra y lumbre!
válgame el largo estudio y grande amor,
que a mí buscar me han hecho tu volumen.
Eres tu mi maestro, eres mi autor:
eres tu solo aquel, de quien yo hurto
el bello estilo, que me ha dado honor.
Mira la bestia por la cual yo huyo:
de ella, famoso sabio, has de ayudarme,
que me hace estremecer venas y pulso."
Te conviene seguir distinto viaje,
-dijo, después de ver que yo lloraba-,
si quieres huir de este lugar salvaje:
porque esta bestia, por la qual tu clamas,
no deja que otro pase por su vía,
mas tanto se lo impide que lo mata;
y es su natura tan malvada e impía
que su rabiosa gana nunca llena,
y ha más hambre al comer que antes tenía.
Con muchos animales se empareja,
y aún serán muchos más, hasta que el Veltro
vendrá, y hará que con dolor se muera.
Este no comerá tierra ni peltro,
pero si amor, virtud, sabiduría,
y su patria estará entre Feltro y Feltro;
será salud de aquella humilde Italia,
por quien murió la virginal Camila,
Euríalo y Turno y Niso en la batalla.
Este la cazara por cada villa,
hasta arrojarla dentro del infierno,
del que al principio la sacó la envidia.
Mas ahora por tu bien pienso y discierno
que tu me sigas, yo seré tu guía:
te sacaré de aquí a un lugar eterno,
donde oirás espantosa gritería:
verás viejos espíritus en duelo,
que todos la segunda muerte ansían;
luego aquellos verás, que están contentos
en fuego, porque esperan la llegada
entre los alabados, a su tiempo:
a los cuales, si tu ascender desearas,
otra alma te quiara que yo más digna,
te dejaré con ella cuando parta:
que aquel Emperador, que reina arriba,
porque yo con su ley rebelde me hice,
no quiere a su cuidad por mi la ida.
En toda parte impera y allí rige,
allí está su ciudad y su alto asiento:
¡dichoso aquel, que al lado suyo elige!"
Yo le dije: "Poeta, te requiero
por ese Dios que tu no conociste,
para huir de este mal o más adverso,
que me lleves allá donde dijiste,
tal que yo vea la puerta de San Pedro
y aquellos que tu dices ser tan tristes."
Anduvo entonces, y seguí postrero.

Versión de: Carlos López Narváez






Canto III de la Divina Comedia ( fragmento )

Inscripción

Por mí se llega a la ciudad doliente.
Por mí se avanza hacia la eterna pena.
Por mí se va tras la perdida gente.

Dios al pecado señaló condena
y surgí entonces cual suprema alianza
del poder sumo y la justicia plena.

Y no existiendo en mí fin ni mudanza
nada me precedió sino Dios mismo.
Los que entrásteis perded toda esperanza.

Versión de: Nicolás Bayona Posada







Con l'altre donne

Otra ninguna mis pupilas llena;
y si las miro, no dudéis, Señora:
lo que disperso en otras enamora
vuestra beldad lo junta en gracia plena.

La vuestra duda no será condena,
ni razón contra mí torturadora:
por tanta gallardía seductora,
tan fija a vuestro ser va mi cadena,

que a cuanto no es lo vuestro, fenecidos,
sólo en Vos mi pensar y mis sentidos
saben vivir su esclavitud gozosos.

Y si en otras mudara alma y figura,
nuevo Luzbel sería, de la Altura
cayendo a los abismos tenebrosos.

Versión de: Carlos López Narváez







La vida nueva    (fragmento)

Muchas veces me vienen a la cabeza
la oscura cualidad que me da el Amor
y me tengo lástima y así me digo:

¡Ay de mí!, ¿les pasa esto a otros?;
porque tan hábilmente me asalta el amor
que la vida casi me abandona:
sólo un hilo de espíritu deja medio vivo,
uno que sólo por ti vive y razona.

Luego me esfuerzo, yo deseo salvarme,
y casi muerto, sin ningún valor,
vengo a verte, creyendo así curarme:

y cuando alzo los ojos para observarte
en mi corazón se inicia un terremoto
que suspende en mi alma todos los latidos.







Oltre la spera...

Allende el orbe de rodar más lento
llega el suspiro que mi pecho exhala:
nuevo intelecto con que Amor escala
célica altura en alas del lamento.

Cuando alcanza la cima de su intento
ve la Mujer que otra ninguna iguala
por su esplendor: a quien todo señala
de Amor para el más alto rendimiento.

Viéndola así, con voz sutil, ardiente,
Amor le habla al corazón doliente
que lo interroga y no comprende nada.

Soy yo quien me hablo a mí y ante la bella
membranza de Beatriz, todo destella
y lo entiende mi mente iluminada.

Versión de: Carlos López Narváez







Soneto

Amor brilla en los ojos de mi amada,
y se torna gentil cuando ella mira:
donde pasa, todo hombre a verla gira
y a quien ve tiembla el alma enamorada.

Anochece si esconde su mirada,
y por volverla a ver todo suspira:
ante ella la soberbia huye y la ira;
bellas, honrad conmigo a mi adorada.

Feliz mil veces quien la ve y la siente;
al nacerle el alma al punto empieza
todo humilde pensar, toda dulzura,

y no sabe, almirarla sonriente,
si en ella se excedió naturaleza,
o el milagro gentil tanta hermosura.

Versión de: Alejandro Araoz Frazer







Soneto XL

Peregrinos que vais meditabundos
talvez en algo que no veis presente:
¿Venis desde una tan remota gente
que os miro, con agobios tan profundos

y sin llanto en los ojos errabundos,
ir a través de la ciudad doliente,
como si ciego, sordo, indiferente,
la viera vuestro ser desde otros mundos?

Me dice el corazón entre lamentos
-parad por escucharlo unos momentos-
que al salir d'ella os seguirá el quebranto.

Ya su BEATRIZ sólo es celeste sombra,
y de toda palabra que la nombra
fluye un acerbo manantial de llanto.

Versión de: Carlos López Narváez







Tanto gentile

Tanto es gentil el porte de mi amada,
tanto digna de amor cuando saluda,
que toda lengua permanece muda
y a todos avasalla su mirada.

Rauda se aleja oyéndose ensalzada
-humildad que la viste y que la escuda-,
y es a la tierra cual celeste ayuda
en humano prodigio transformada.

Tanto embeleso el contemplarla inspira,
que al corazón embriaga de ternura:
lo siente y lo comprende quien la mira.

Y en sus labios, cual signo de ventura,
vagar parece un rizo de dulzura
que el alma va diciéndole: ¡Suspira!

Versión de: Carlos López Narváez







Tutti li miei penser...

Sabe sólo de Amor mi pensamiento;
por él y en él lo tengo tan cambiante:
de Amor la potestad lo lleva amante,
o a loco razonar, su valimiento.

Me infunde en la esperanza dulce aliento,
o acerbo lloro en onda desbordante;
tan sólo se unifica si tremante
mi alma de pavor se ve un momento. 

Y así mi suerte ignoro en la contienda, 
y no querer decirlo y que lo diga: 
vagando voy en amorosa erranza...

Y si con todos he de hacer alianza
vano será clamarle a mi enemiga
-la insensible Piedad- que me defienda.

Versión de: Carlos López Narváez






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