miércoles, 14 de noviembre de 2012

MANUEL RUANO [8381]




MANUEL RUANO
Nació en Buenos Aires (Argentina) en 1943. Estudios de literatura en la Capital Federal. Director de la revista de poesía latinoamericana "Quevedo".

Libros publicados

Bibliografía:

Los gestos interiores (Editorial Losada, Buenos Aires, 1969)
Según las reglas (Edit.Losada, Bs.As., 1972)
Son esas piedras vivientes (Edición Premio Nacional de Poesía de la Asociación de Escritores de Venezuela, Caracas, 1982)
Yo creía en el Adivinador orfebre (Ediciones El Gallinazo, Quito, 1983)
Mirada de Brueghel (Fondo de Cultura Económica, México, 1990)
Hypnos (Gabrielle Editores, Lima, 1995)
Los Cantos del Gran Ensalmador (Monte Ávila Editores, Caracas, 2005)
Concertina de los rústicos y los esplendorosos (Ed. El Perro y la rana, Caracas, 2008)
No son ángeles del amanecer (De los cuatro vientos, Bs.As., 2010)
Lautréamont y otros ensayos (CELARG, Caracas, Venezuela, 2010)

Plaquettes:

Escaramuzas con Arthur (Ediciones A sotto voce, Caracas, 1998)
La Canción del Enano (Ed. A sotto voce, Caracas, 2002)
Etcétera, etc.

CD

Manuel Ruano en su tinta, Poemas selectos (Ed. Los Hijitos de Quevedo, Caracas, 2004)


Antologías y otras publicaciones

Poesía Nueva Latinoamericana (El Gallinazo, Lima, 1981)
"Y la espiga será por fin la espiga" (Ed. de la Presidencia de la República del Perú, CICLA, Lima, 1987)
Cantos Australes (poesía argentina 1940-1980, Monte Avila Editores, Caracas, 1995)
Poesía amorosa de América Latina (Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1995)
Crónicas de poeta (sobre artículos de César Vallejo, Bib. Ayacucho, Caracas, 1996)
Diccionario Enciclopédico de las Letras de América Latina (Tres tomos, Bib. Ayacucho, Caracas, 1998)

Algunas distinciones a su obra

1962: Primer Premio Ensayo "Domingo Faustino Sarmiento", Buenos Aires, Argentina.
1966: Primer Premio de Poesía Revista "Microcrítica", Buenos Aires, Arg.
1967: Primer Gran Premio Internacional de Poesía de Habla Hispana "Tomás Stegagnini, correspondiente a los V JUEGOS FLORALES DE POESÍA, Mar del Plata, Pcia. de Buenos Aires.
1967: Premio de Poesía Federación Gráfica Bonaerense, Bs.As.
1968: Premio de Poesía "Francisco Isernia", Mención honorífica, Ateneo Popular de la Boca, Bs.As.
1968: Premio de Poesía "Barrilete", Mención honorífica, Bs. As.
1968: Premio de Poesía Revista "Tiempo Nuestro", Premio honorífico, Rosario, Pcia. de Sta. Fe, Arg.
1968: Concurso Hispanoamericano de Poesía Revista Encuentro, Mención honorífica, Bs.As.
1968: II Juegos Florales Latinoamericanos de Poesía, Distinción Especial, Revista "Jornada Poética", Arequipa, Perú.
1969: Premio de Poesía Carabela de bronce, accésis, Barcelona, España.
1969: Premio de Poesía Carabela de plata, accésis, Barcelona, España.
1970: Premio Latinoamericano de Poesía Revista IMAGEN, Premio honorífico, Instituto Nacional de Cultura, Caracas, Venezuela.
1972: Premio Latinoamericano de Poesía "César Vallejo", Lima, Perú.
1976: Premio de Poesía Ayuntamiento de Martorell, Premio honorífico, Barcelona, España.
1980: Premio Nacional de Poesía, Asociación de Escritores de Venezuela,Caracas.
1985: Premio Municipal de Poesía del Estado Lara "Antonio Arráiz", Primera Mención, Estado Lara, Venezuela.
1985: Premio de la Revista Poesía, Primera Mención, Ciudad de Valparaíso, Chile.
1986: Premio de Poesía "Roberto Sosa", Premio honorífico, Tegucigalpa, Honduras.
1997: Premio de Poesía "El Olivo de Oro" de la Municipalidad de San Isidro, Premio honorífico, Lima , Perú.
1999: Reconocimiento Certamen Literario Nro. XXXII Aldo Alessandri, para la revista "Quevedo".
1999: Reconocimiento Certamen Literario Nro. XXXII Aldo Alessandri, a la obra de Manuel Ruano, Premio a los Trabajadores de la Cultura, Círculo Literario Bartolomé Mitre, Intendencia Municipal de Azul, Pcia.,de Bs.As.
1999: Concurso Literario Nacional de Poesía "Julio Arístides", Premio honorífico, Revista Ser en la Cultura, Comisión de Cultura de la Mutual Universitaria de Gral. San Martín, Pcia.de Bs.As.





SALMO DEL REY DE LA LLUVIA

“Noviembre sepulta el paisaje. Y mi vida.”
Lubicz Milosz

La más perversa desnudez es la más bella.
A la hora en que esos ángeles dormitados,
criaturas tiernas son de la concupiscencia.
Aquí hay que ganarse la virtud o la impostura,
recogiendo el servicio hospitalario de lesa humanidad,
arrojando entre algodones el bofe cotidiano,
implorando en la Casa de las Alucinaciones
como en el altar de un dios despiadado,
que reclama para sí el reino de las tinieblas,
enfundado en la celebración de un vino amargo.
Así el ofidio muerde para el ensueño o la locura.
Y yo viajo desde hace tiempo en un tren anónimo
que va sumergido en el miedo y la desolación,
para poder verte algún día como un espejismo en la bruma.
Mis recuerdos van cargados de ayer.
Y me pregunto qué fundidor de metales trabajará mi canto.
Yo  no sé de la memoria de la piel,
de hoteles baratos que dejaron sin aliento nuestro  amor
en medio del  paraíso perdido.
Yo no sé si  hay amor en la impostura.

Sólo sé que la más perversa desnudez es la más bella.






TODOS ME MALVERSAN

Los poetas a la moda me malversan;
los poetas que no están a la  moda me malversan;
y yo, que nada sé de sus malversaciones,
me malverso también.
Sólo me siento gozoso en tu Casa de virtud, Poesía,
tu cielo siempre limpio es mi manjar
entre cantos y alabanzas.
Siento correr bajo mis pies el agua de tus fontanas;
huelo tus aromosos huertos de verdes racimos;
oigo las pajareras de los patios lavados
y me regocijo en soledad...
¡Me regocijo en soledad!...
Cuando quiero enterarme de tus últimas noticias,
(lo confieso)
voy a tus clásicos.
Cuando quiero saber de tus viejas noticias,
voy a tus clásicos.
Entre libros y escrituras, soy mi propio bien.
Con ojos siempre limpios voy volando a tus clásicos. 







NUBES VIAJERAS PARA UNA DESVELADA AUSENTE

a Olga Orozco, in memoriam

Esa es tu voz.
Sí, un cartílago de oro que iluminó al sol.
Mas bien debería recordarte que he aquí un cristal de roca de una belleza  inaudita.
Es ese espacio por donde tu alma pasa con el verbo ad verbum atemperado,
que contradice a las presencias en su traje ritual.
En sinfonía de voces.
Más exactamente, había en ti una convalescencia de penumbra,
que llegaba sin aliento a las conclusiones inesperadas...
De igual manera, había  en la memoria una pajarera desconocida en las nubes,
adonde entrabas y salías siempre, alabando los paseos perdidos.
Tengo la sensación, te digo, de estar tomando contigo el té de las difuntas,
en el fondo de un jardín y tú “con tu corona de flores”.
“Es un diálogo secreto entre los huérfanos”, dijiste.
No estoy tan seguro de haber develado esas ausencias,
pero esos lamentos, esos paraísos  perdidos, son de aquella geografía del adiós.
Con rigor, debo confesarte que no debes confundir los sabores,
los reinos invisibles, las pasiones inescrutables que alguna vez te han hecho llorar.
¡Ah, tapices revestirán una galería de abriles crueles,
de gladiolos moribundos, de lágrimas de una mujer solitaria 
que toma sopa con los retratos de un paisaje irrenunciable!
No debes alzar la voz cuando alguien te habla de los salones desiertos...
Más aún, deberías controlar a quienes te adulan. No siempre son de confiar.
Pero la niña terca que hay en ti, mira fijamente su plato 
mientras se mueven las cortinas que dan hacia un balcón vacío...
No hay nada que hacerle: 
¡robarle fuego al sol, ocasiona desgracias!
Te pone por delante una viuda de luto que augura calamidades 
y prepara el pensamiento para la muerte.
Con todo respeto, siempre hay un embaucador de cosmogonías,
que pretende ocultar las nubes, las tormentas que se avecinan, como un anticipo de los
                                                                                                [tiempos.
No te dejes impresionar por la distancia.
Recuerda que los poetas se conocen más cuando no hablan.
Realmente, no hay embuste posible en los versos 
que no han dejado flores marchitas como la soledad...
Pero los huéspedes, amiga, no han vuelto. Y tú me dijiste:
“Me voy por unos días”, y yo te lo creí, como un creyente de las cosas que vuelan;
los poemas de Pessoa se vuelan en un lejano bar de Lisboa que ha quedado fijo en tu recuerdo;
pero tú, te ibas para siempre...







PARA CONFIARME A TU CUERPO

Para confiarme a tu cuerpo no fui ladrón ni verdugo,
tampoco un adicto que te regala versos, o finge 
   la locura más extraña;
ni un ángel fumador de opio en los arrabales de Alejandría,
que se refleja cada tanto en tus sueños...
Para confiarme a tu cuerpo por toda una eternidad,
fui contador de perlas en Macao, transmisor de sífilis
   en Estambul,
cantor de tugurios como algo, creo, venerable;
acaso, un bebedor más viejo que Khayyam con su hetaira
   más hermosa y sus velos sensuales.
Para confiarme a tu cuerpo, fui desvergonzado estafador
   en Rímini,
divulgador de historias en Bogotá que anduviera
   por carne semejante...
Fui buscador como el que más del metal sagrado que hay
   en la apestosa muerte.
Nada más que para confiarme a tu cuerpo.







ERES COMO UNA NIÑA DE UN CUADRO FAMOSO

De Mirada de Brueghel, F.C.E., México, 1990

Eres como una Niña de un cuadro famoso.
A la que tal vez habría que agregarle una manzana,
o la embriaguez golosa de una flor
que se abre al despuntar de la mañana...


Eres así de silvestre y soñadora
como una Niña de un cuadro famoso.
Tal vez como una de esas muchachas 
locas de amor, que se perturban
cuando llega la hora de la fantasía

Pero recuerda bien esto:
"que sólo acierta en amor quien se equivoca".
Sí, eres una Niña traviesa que ama los ríos, 
la luna, los puentes, los caminos...


DONDE SE DA CUENTA DE LA PRESENCIA DE LOS BÁRBAROS
"Ha caído la noche y no llegan los bárbaros.
Y desde la frontera viene gente diciendo
que ya los bárbaros no existen."
Kavafis, de Esperando a los bárbaros
La historia golpea a tu puerta, Ilustrísima:
-¿Ya han pasado los bárbaros por aquí?
-Sí. Y se han quedado en el lugar modernizando la usura
    en el computer...
En secreto los oradores se disponen en la Plaza.
El senado se congrega en los baños públicos
y las mujeres en las terrazas del Emperador.
Los payasos ocupan el lugar de los poetas.
Los bárbaros están aquí y pusieron todo al revés,
    todo al revés.
Homero, Shakespeare, Cervantes, han sido desalojados
    del panteón de los ilustres.
La Señora Corrupción sentó sus posaderas en el altar
    del templo,
y el Poder burló toda elocuencia.
Guerreros y extraños ya han pasado por aquí.
Difamados están los antiguos dioses.
Y se cubren de miseria los muros de la ciudad.
¿No habrá himnos ni loas para los bárbaros?
¿No habrá un poco de agua para lavar su decadencia?

No. La historia golpea a tu puerta, Ilustrísima.
Y no hay tiempo para corregir nuestros errores...








(Un cuadro de San Martín rondaba tu fecha de nacimiento)

Eras el único pasajero de mi Simbad de plata.
Siempre supe que estabas del lado herido de mi coraza tornasol.
Tus pasos eran clandestinas digitales que ponían luz en las escaleras
e iluminaban la tierra en la que los vientos de febrero
rompían sus soles luminosos, con sus cometas de la nada...
Y mi espejo Ferdidurke, llevaba la  cuenta de tus desvelos,
en el que un tío comprensivo te encomendaba sacar a pie 
/     una valija enorme,
desde una bodega de hechizados seres del mar y de piratas,
con remos guarnecidos en islas verdes,
en faroles que encendían tu cráneo Tannhaüser,
para que fueran después las mañanas de Praga,
las torres de Moscú o de La Habana,
las caminatas de Florencia, las discusiones de París...
Pero enardecido siempre en el  bronce trágico de su clave de fa








(No penetres jamás la laguna dorada)

Ni pienses en las salamandras de índigos extraños,
que brillan como diamantes en la ensoñación.
Sus mágicos colores, no figuran en el mapa,
ni en las galerías de arte,
ni en los ojitos de una muñeca
pueden ser recompensados jamás en una subasta escolar,
de buhonero o gitano o tahúr,
para terminar la función en una tarde de cine.

Se compran las historietas como una barajita infantil
que iluminan la memoria como gemas falsas,
de pájaros parlantes de lo que no son,
desplumaderos inservibles del canto de anteayer.

No. No penetres jamás la laguna dorada,


De: manuelruano.blogspot.es





1 comentario:

  1. Excelente selección de poemas de Manuel Ruano, que da razón a Baudelaire cuando dice que "la poesía debe ser leída en la religión de la soledad".
    Alicia

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