miércoles, 2 de abril de 2014

EDUARD MÖRIKE [11.423]


Eduard Mörike 

(Ludwigsburg, 8 de septiembre de 1804 - Stuttgart, 4 de junio de 1875) fue un escritor alemán perteneciente al Biedermeier.

Vida y obra

Tras acabar sus estudios de teología, trabajó durante ocho años en diferentes lugares como vicario, hasta que en 1834 obtuvo un cargo de pastor en la pequeña parroquia suaba de Cleversulzbach. Pero ya con 39 años, enfermizo y tendente a la supersensibilidad hipocondríaca, se retiró anticipadamente. Fue profesor de literatura en un colegio femenino en Stuttgart.

Sus hermosos poemas de amor y la alegre musicalidad de sus versos contrastan con las condiciones externas de su vida y con sus relaciones con las mujeres. Se mantuvo alejado de las discusiones de actualidad política.

Durante su tiempo de estudios en Tubinga inventó con un amigo el país de ensueño Orplid, que era, como escribió después en El pintor Nolten, “una esfera propia de poesía”, el sueño de la reconciliación entre la realidad y la poesía. Algo de este sueño de la “ingenuidad” primigenia se mantuvo en su poesía, aunque con la conciencia de que era trabajo de recuerdo.

En 1838 aparecieron reunidos por primera vez en un volumen sus poemas, en parte ya aparecidos en revistas. El volumen fue ampliado varias veces hasta su cuarta edición en 1867. En su lírica con temática de la naturaleza, preferentemente las transiciones de los momentos del día, convirtió las imágenes de la naturaleza en movimiento, que simboliza también el sentimiento del amor realizado o perdido. La naturaleza es personificada hasta el punto de que en Una hora antes del día, una golondrina narra la infidelidad del amado.

Los compositores Robert Schumann, Johannes Brahms y Hugo Wolf compusieron canciones con textos poéticos de Mörike.


Poemas de Eduard Mörike
Fundación Juan March



Viaje a pie

Cuando, con mi cayado recién cortado,
bien de mañana,
atravieso los campos,
subo y bajo colinas,
como el pajarillo entre las hojas
canta y revolotea,
como los dorados racimos de uvas
restallan de dicha
con el primer sol de la mañana:
así siente también mi viejo y querido 
Adán la fiebre del otoño y la primavera,
el espíritu divino, 
los nunca perdidos
primeros deleites del paraíso.

Tú no eres tan malo, oh viejo 
Adán, como dicen los severos maestros:
no has dejado de amar y alabar,
no has dejado de cantar y glorificar,
como un día de la creación eternamente nuevo,
a tu amado Creador y Mantenedor.

¡Que así me sea concedido
y mi vida entera sería
entre el ligero sudor del caminante
un paseo matutino como este!


Fussreise 

Am frischgeschnittnen Wanderstab
Wenn ich in der Frühe 
So durch Wälder ziehe,
Hügel auf und ab: 
Dann, wie’s Vöglein im Laube
Singet und sich rührt,
Oder wie die gold’ne Traube
Wonnegeister spürt
In der ersten Morgensonne: 
So fühlt auch mein alter, lieber 
Adam Herbst- und Frühlingsfieber, 
Gottbeherzte, 
Nie verscherzte 
Erstlings-Paradiseswonne.

Also bist du nicht so schlimm, o alter 
Adam, wie die strengen Lehrer sagen;
Liebst und lobst du immer doch,
Singst und preisest immer noch,
Wie an ewig neuen Schöpfungstagen,
Deinen lieben Schöpfer und Erhalter.

Möcht’ es dieser geben
Und mein ganzes Leben
Wär’ im leichten Wanderschweiße
Eine solche Morgenreise!



El muchacho y la abejita

En lo alto de la colina de viñedos
se encuentra una casa temerosa del viento;
no tiene ni puerta ni ventana,
el tiempo pasa lentamente.
Y el día es tan sofocante
que todos los pájaros han enmudecido,
junto a los girasoles, completamente sola,
zumba una abejita.

Mi amada tiene un jardín
con una preciosa colmena:
¿Vienes volando desde allí?
¿Es ella quien te ha enviado conmigo?

“Oh, no, hermoso muchacho,
nadie me tomó por mensajera;
esta niña no sabe nada de amor,
apenas si te ha visto.

¿Qué saben además las muchachas
recién salidas de la escuela?
Tu adorada mujercita
no es aún más que una niña mimada.

Le llevo cera y miel;
¡Adiós! Medio kilo he reunido.
¡Cómo se reirá tu tesoro!
Ya se le hace la boca agua.”

Ah, querrías decirle a ella
que conozco cosas mucho más dulces:
¡Nada hay más delicioso en este mundo
que abrazar y besar!


Der Knabe und das Immlein

Im Weinberg auf der Höhe 
Ein Häuslein steht so windebang,
Hat weder Tür noch Fenster, 
Die Weile wird ihm lang.
Und ist der Tag so schwüle, 
Sind all’ verstummt die Vögelein,
Summt an der Sonnenblume 
Ein Immlein ganz allein.

Mein Lieb hat einen Garten, 
Da steht ein hübsches Immenhaus:
Kommst du daher geflogen? 
Schickt sie dich nach mir aus?

“O nein, du feiner Knabe, 
Es hieß mich niemand Boten gehn;
Dieses Kind weiß nichts von Lieben, 
Hat dich noch kaum gesehn.

Was wüßten auch die Mädchen,
Wenn sie kaum aus der Schule sind!
Dein herzallerliebstes Schätzchen
Ist noch ein Mutterkind.

Ich bring’ ihm Wachs und Honig;
Ade! – ich hab’ ein ganzes Pfund;
Wie wird das Schätzchen lachen,
Ihm wässert schon der Mund.”

Ach, wolltest du ihr sagen,
Ich wüßte, was viel süßer ist:
Nichts Lieblichers auf Erden
Als wenn man herzt und küßt!


Encuentro

¡Vaya tormenta la de esta noche
hasta que ha asomado la mañana!
¡Cómo han limpiado los desabridos escobazos
las chimeneas y las callejuelas!

Llega una muchacha por la calle,
que mira tímidamente en su redor;
como rosas agitadas por el viento,
así se sonroja vacilante su carita.
Un apuesto joven sale a su encuentro,
quiere acercársele lleno de dicha:
¡cómo se miran, alegres y turbados,
los pícaros pipiolos!

Él parece preguntar si su amada
ha arreglado ya sus trenzas,
alborotadas por la tormenta nocturna
en su cuartito desabrigado.

El joven sueña aún con los besos
que le dio su dulce muchacha,
inmóvil, extasiado con su encanto,
ella se apresura entretanto tras la esquina.


La doncella abandonada

Pronto, cuando los gallos cacarean, 
antes que se disipen las estrellas,
debo estar junto al hogar, 
debo encender el fuego.

Es hermoso el brillo de las llamas,
saltan las chispas;
contemplo su crepitar
sumida en la tristeza.

De pronto recuerdo, 
muchacho infiel,
que por la noche
he soñado contigo.



Begegnung

Was doch heut Nacht ein Sturm gewesen,
bis erst der Morgen sich geregt!
Wie hat der ungebetne Besen
Kamin und Gassen ausgefegt!

Da kommt ein Mädchen schon die Straßen, 
das halb verschüchtert um sich sieht;
wie Rosen, die der Wind zerblasen,
so unstet ihr Gesichtchen glüht.
Ein schöner Bursch tritt ihr entgegen,
er will ihr voll Entzücken nahn:
wie sehn sich freudig und verlegen
die ungewohnten Schelme an! 

Er scheint zu fragen, ob das Liebchen
die Zöpfe schon zurecht gemacht,
die heute Nacht im offnen Stübchen
ein Sturm in Unordnung gebracht.

Der Bursche träumt noch von den Küßen,
die ihm das süße Kind getauscht,
er steht, von Anmut hingerissen,
derweil sie um die Ecke rauscht.



Das verlassene Mägdlein

Früh, wann die Hähne kräh’n, 
Eh’ die Sternlein schwinden,
Muß ich am Herde stehn, 
Muß Feuer zünden.

Schön ist der Flammen Schein,
Es springen die Funken.
Ich schaue so darein,
in Leid versunken.

Plötzlich, da kommt es mir, 
Treuloser Knabe,
Daß ich die Nacht von dir
Geträumet habe.


En primavera

Aquí estoy en la colina primaveral;
las nubes pasan a ser mis alas,
un pájaro vuela por delante de mí.
¡Ah, dime, mi solo y único amor,
dónde estás, para que pueda estar contigo!
Pero tú y las brisas no tenéis casa.

Mi alma se ha abierto como un girasol,
anhelante,
expandiéndose
en amor y esperanza.
Primavera, ¿qué es lo que quieres?
¿Cuándo me apaciguaré?

Veo pasar las nubes, y el río,
el sol besa su resplandor dorado
profundamente dentro de mis venas;
mis ojos, maravillosamente encantados,
se cierran, como si se durmieran,
sólo mis oídos siguen oyendo a la abeja zumbando.

Pienso en esto y en aquello,
anhelo y, sin embargo, no puedo decir qué:
es mitad dicha, mitad lamento:
dime, corazón mío,
¿qué recuerdos tejes
en las hojas verdes y doradas en la penumbra?
¡Días antiguos e innombrables!


Im Frühling 

Hier lieg ich auf dem Frühlingshügel:
Die Wolke wird mein Flügel,
Ein Vogel fliegt mir voraus.
Ach, sag’ mir, alleinzige Liebe,
Wo du bleibst, daß ich bei dir bliebe! 
Doch du und die Lüfte, ihr habt kein Haus.

Der Sonnenblume gleich steht mein Gemüte offen,
Sehnend,
Sich dehnend
In Lieben und Hoffen. 
Frühling, was bist du gewillt?
Wann werd’ ich gestillt?

Die Wolke seh ich wandeln und den Fluß,
Es dringt der Sonne goldner Kuß
Mir tief bis ins Geblüt hinein; 
Die Augen, wunderbar berauschet,
Tun, als schliefen sie ein;
Nur noch das Ohr dem Ton der Biene lauschet.

Ich denke diez und denke das,
Ich sehne mich und weiß nicht recht nach was:
Halb ist es Lust, halb ist es Klage;
Mein Herz, o sage,
Was webst du für Erinnerung
In golden grüner Zweige Dämmerung?
- Alte unnennbare Tage!


A un viejo cuadro

En la floración estival de un verde paisaje,
entre aguas frescas, cañas y juncos,
¡mira cómo el inocente Niño
juega libremente sobre el regazo de la Virgen!
¡Y allí, en el delicioso bosque,
ay, verdea ya el tronco de la Cruz!


Auf ein altes Bild

In grüner Landschaft Sommerflor,
Bei kühlem Wasser, Schilf und Rohr,
Schau, wie das Knäblein Sündelos
Frei spielet auf der Jungfrau Schoß!
Und dort, im Walde wonnesam,
Ach, grünet schon des Kreuzes Stamm!





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3 comentarios:

  1. Hola, hay que separar el poema de la doncella abandonada. Parece la continuación del poema Encuentro. Don Fernando, tendrá la traducción de los poemas "Der Genesene an die Hoffnung" y de mi poema preferido "Um Mitternacht"? Lo felicito por el sitio. Muy bueno. Saludos. Claudia

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  2. Sí, Claudia, muchísimas gracias, fuerte abrazo

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  3. Buenas tardes:
    ¿Còmo puedo encontrar poemas de Mörike en español?... ¿Hay alguna edición?

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