sábado, 1 de octubre de 2016

LILIANA SAVOIA [19.184]


Liliana Savoia

Nace en Rosario, Argentina, en 1953, lugar donde radica y desarrolla su obra.
Ha recibido numerosos  premios nacionales e internacionales en el campo de la literatura y las artes plásticas.

*Publicaciones:

-“Rozando el alma” Poesías- Argentina- 2008
-“Sueños sin despertares- Micro - relatos –Argentina-2009
-“Masticables” Poesías- Argentina-2010
-“Antígeno” Poesías – Argentina-2011
-“Al Sur del Alma” Novela – Estados Uninidos-2011
-“Aproximación a la obra de Cortázar“- Ensayo- Argentina- 2011
-“Recuerdos fragmentados” Relatos –España 2012
-“Hilvanes de cemento” Poesía- España -2012
-“Parir una agonía” Relatos encadenados – España – 2012
-“Detrás del terraplén”-Novela-Argentina-2013

*Antologías:

-II Concurso 2007de Cuentos para niños- Antología Editorial Creaciones Literarias Israel
-II Certamen Cuento Antología 2007 Grupo Ediciones del Árbol
-Selección de Textos 2007 de Editorial Dunken
-VOL XV 2OO7 Antología poética “De Baigorria con Amor”
-Seleccionada para Antología Poética por la Editorial Raíz Alternativa 2008
-Seleccionada el Libro de Cuentos Lunario, Antología de Editorial Dunken 2008
-Seleccionada para integrar la Antología NGC3660 – España2008
-Antología de Cuentos Infantiles 2007 Israel
-Antología de Creadores Argentinos "Convivir”. Capital Federal2008
-Antología Poética Latinoamericana- Rosario 2008
-El árbol de los mil haikus – Granadero Baigorria-2009
-Libro de los Talleres Editorial Dunken Vol. IV 2008
-Libro de los Talleres Editorial Dunken Vol. V  2009




Marionetas

Detrás del telón,
las marionetas sin cordeles,
inventan discursos.
Oscuridades espesas las envuelven,
en el blanco capricho del decorado.
Entre sangre invisible y telitas de colores
ellas sueñan que son humanas.
……………………………………………….
Un reloj caprichoso eterniza la aventura de creernos libres de la locura.



El dolor de lo  intrascendente

Bajo una luz brillante y severa
la invade un grito leve
                desde una piedra muerta.
A su lado circulan
lagartijas nerviosas y transparentes,
Su manos dejan caer
 arena blanca  de entre los dedos.
Él pretende
                caminar por el aire
conquistando la lealtad y el fervor
de la indiferencia del tiempo..
Ambos, concluyen por condicionar
todo cuanto sucede,
desde valores medianos
                o trascendentes,
desde los microuniversos donde el hambre se anuncia
solo con ruidos a tripas vacías.
Ellos lucharán por los cambios,
de eso están seguros
¿Aunque todavía no saben
a ciencia cierta como harán?
En su agria necesidad
no hay lugar para sutilezas
sólo para el valor y la entrega
……………………………………………….
Sin urgencias ni estruendo siguen respirando
y tramando conjeturas.



Caminar en círculos

Exudar
dejar la piel en el asfalto, 
morir en plena incandescencia.

Adormecerse,
entregarse maniatada,
quebrando la luz
estrellada   entre lluvias penitentes.

Anestesiarse ,
perseguida por desastres
y sabidas mezquindades
Avanzar por la ruta del destino
quebrando muros de aullantes destierros

Duro saco de metal
 arrastra sobre su espalda,
dialoga  mansamente con un ave
tratando de convencer a las piedras
y a ella misma.
…………………………………………….
Solo somos pura molécula que emigra entre los vientos




PREOCUPACIONES SOBRE LA SED

Cuando llueve no se sale
aconsejan los vientres maternales
convertidos en solemnes mantras.
Quizás en un futuro
los autores del agua se fatiguen,
no fabriquen más gotas perturbadoras
Preocupa más la sed
que el agua
porque se vive con la lengua seca
de verdades
que se evaporan en el cemento
convertidas en escarcha de fuego.
…………………………………………….
Seremos las cenizas donde dormirá el Fénix



ACONDICIONAMIENTO PARA LA SOLEDAD

Propone
la medición de su propio tiempo:
para vivir treinta centímetros
para sopesar el destino
sólo
tres escasos milímetros.
No desperdiciar las horas,
reacondicionar el reloj,
que las agujas viajen en círculos
contrarios a la rutina
Cree que a la luna
la prenden y la apagan
desde Plutón o Saturno
según el calendario de la fiebre
Se queja porque
no puede oír su intimidad
que murmura entre los muebles
Por eso, metió la cabeza entre las piernas,
para no sentirse solo.
La nada es válida en el jardín de la espera



CONSTRUCCIONES ÓSEAS

La distancia de la equivocación
no puede medirse en pulgadas
ni en ecuaciones logarítmicas
ni hectolitros de lágrimas.
Sólo podemos aventurarnos
a vigilar el techo
de nuestro propio destino
que parece inalcanzable..
Las maderas marrones
atravesarán los blancos exactos
que se dirigen con cautela
al lado cortado por la lanza
Los espacios cerrados agobian
las tortugas esconden
sus patas y su cabeza.
Nosotros , a veces,
dejamos de hablar
…………………………………………….
Sólo necesitamos diseñar el puente
que nos lleve a la conciencia



EL BARQUERO

Trayectorias opuestas se encuentran
entre muslos temerosos
El amor arranca sus raíces al sueño
Una nube se cierne sobre el párpado
del gran señor de la mañana
El barquero navega
por ríos ciudadanos
Atraviesa alcantarillas con su carruaje de remos
extraviándose en arroyos azules.

Una canaleta que actúa de puente
lo detiene
en el punto exacto donde se acumulan los murmullos.

La huérfana gota esquiva su voz colérica
hacia la mirada del agua

En la inmovilidad del río
el barquero espera
que la lluvia acuda en su socorro
……………………………………………….
Solo somos pasajeros anónimos
en el valle de las lágrimas



PREOCUPACIONES SOBRE LA SED

Cuando llueve no se sale
aconsejan los vientres maternales
convertidos en solemnes mantras.
Quizás en un futuro
los autores del agua se fatiguen,
no fabriquen más gotas perturbadoras
Preocupa más la sed
que el agua
porque se vive con la lengua seca
de verdades
que se evaporan en el cemento
convertidas en escarcha de fuego.
……………………………………….
Seremos las cenizas donde dormirá el Fénix



Cae la tarde

Asisto al coloquio
de las tardes que mueren
en el escenario
del atardecer
con mortecinas alas
de leves libélulas
cual golondrina
que viaja
hacia el mar
no emitir palabra
y en ese silencio
poder escuchar
voces que hablan
de secretos íntimos
de seres que vieron un día llorar.



Homenaje a Oliverio

«Hora en que los muebles viejos
aprovechan para sacarse las mentiras…»
Oliverio Girondo

Horas nocturnas
        Insomnio
        Desvelo
luna en la ventana
pintada de estrellas
        gato aullante
recuerdos de tu voz
        cielo
        tejado
        antenas
No estás
te busco
        en mi vigilia
        en mis sueños desvalidos
        en la taza de café sin terminar
        en el diario arrugado de la mañana
        en las almohadas
adivino tu sombra
estiro los brazos
doloridos de esperas
y sólo estrecho brumas.



Metaliteratura

Definición: La metaliteratura es literatura sobre literatura. Es un discurso autorreferencial que se manifiesta de varias formas. En algunos casos el autor interrumpe el argumento o se mete dentro de él para aclarar algo, hacer juicios de la obra misma y de su elaboración, tratar temas relacionados al género y las técnicas narrativas o hablar de la literatura en general. En otros casos, es un personaje quien aborda estas cuestiones. El texto se vuelve autoconsciente y difumina la barrera entre la ficción y la realidad.
         
También conocido como: metaficción, metanovela, metanarración, metateatro, metapoesía
         
Ejemplos: Los ejemplos abundan en Don Quijote, de Miguel de Cervantes. Por ejemplo en el capítulo VI de la primera parte, el cura y el barbero hacen juicios literarios de las obras que hallan en la librería de Don Quijote en la que predominan los libros de caballería. También mencionan a Cervantes, como vemos en esta cita del cura: "Muchos años ha que es grande amigo mío ese Cervantes, y sé que es más versado en desdichas que en versos".
         
En la segunda parte, Don Quijote y Sancho hablan del Quijote apócrifo, de Alonso Fernández de Avellaneda. En el capítulo LIX, un caballero les dice: "Sin duda, vos, señor, sois el verdadero don Quijote de la Mancha, norte y lucero de la andante caballería, a despecho y pesar del que ha querido usurpar vuestro nombre y aniquilar vuestras hazañas como lo ha hecho el autor [Avellaneda] de este libro que aquí os entrego".
         
Un ejemplo del siglo XX, viene de Niebla, de Miguel de Unamuno. En ella, el personaje Víctor habla de una nivola que está escribiendo. Nivola es un género que creó Unamuno para diferenciar su obra Niebla de la novela. En el capítulo XXV, Víctor le dice a Augusto: "Suelo dudar lo que les he de hacer decir o hacer a los personajes de mi nivola, y aun después de que les he hecho decir o hacer algo dudo de si estuvo bien. 
         
Al final de este capítulo Unamuno interrumpe la historia con un párrafo autoreflexivo que contiene estas líneas: "Mientras Augusto y Víctor sostenían esta conversación nivolesca, yo, el autor de esta nivola, que tienes, lectores, en la mano y estás leyendo, me sonreía enigmáticamente al ver que mis nivolescos personajes estaban abogando por mí y justificando mis procedimientos. 

Fuente: http://literatura.about.com/od/terminosliterarios/g/Metaficcion.htm

        Liliana Savoia


Pigmeísmos metaliterarios


El trago

Bajo la luz mortecina del salón, Johnny Carson limpia maniáticamente la barra del bar. Con frecuencia, para preparar su trago favorito, sacude la coctelera como quien realiza un acto de magia. El brillo reflejado en el metal hiere unas pocas retinas; después de las tres, sólo quedan las caras de siempre, ambarinas, hinchadas por el alcohol.
Roberto se acerca a la barra; no es uno de los parroquianos habituales del lugar. Johnny le ofrece su mejor trago. 
—Un Súper Johnny —le sugiere.
Roberto lo mira y le contesta con incredulidad: —Yo solo bebo aguafuerte.


Imágenes

Alison Weir está apoltronado en su sillón favorito; la TV aturde sus sentidos. Luego, lentamente, se va despertando de ese sopor que inevitablemente lo invade cuando pasa mucho tiempo frente al aparato; un dolor punzante invade su cabeza. En el noticiero de la ocho ve una avalancha de imágenes irreales que sobrevienen al sueño. Una plaza, hombres de negro, una canasta. Caras pálidas como la misma muerte Un golpe seco y filoso, poco antes de que el carmín invada la pantalla. Cree escuchar un nombre: Ana.


Teoría

Llegó tarde a la cita. Estaba más nerviosa de lo habitual.
—Doctor, usted no comprende… mi hermano, doctor —dijo con voz chillona mientras movía la cartera con un ademán extraño—. Quiere hablarme sobre mi madre. Esta noche…
—Electra, no se altere—. ¿Cuál es el problema? Yo la entiendo.
—No, doctor, usted no entiende.
—Electra, por favor, cálmese…
Electra se levantó con brusquedad, se dirigió hacia la puerta, la abrió y la cerró de un golpe, haciendo añicos el vidrio. En el suelo quedó un trozo de cristal en el que se leía: DR. SIGMUND FREUD.


Todavía

Monterroso persigue al dinosaurio en completo estado de sonambulismo. Primera explosión. Aullidos de terror. Polvo y más polvo. Segunda explosión… quinta… Ceniza y más cenizas… Luego el silencio. Silencio cada vez más intenso. Olor a muerte. Más silencio, ancestrales silencios, pisadas petrificadas en lava volcánica; los que sobreviven avanzan hacia el norte; sólo unos pequeños pasos se detienen avanzando hacia el oeste. Desde el oeste lo hacen hacia el sur. Unos pocos pasos se dispersan y se dirigen al este. En el centro, el principio de nuevas impresiones. En el norte, la muerte. 
Cuando despertó, Bush y sus bombas todavía estaban allí.


Conjunción

México relucía bajo el sol otoñal y Buñuel, con los brazos extendidos frente a la ventana, cumplía con el ritual de llenar la fina copa triangular helada. La colocaba a trasluz junto a una botella de vermut Noilly Prat, dejaba que un destello las atravesara, y listo. De esta forma, el Martini capturaba la suficiente cantidad del licor de hierbas francés. Pero con lo que el aragonés no contó esta vez fue con que Asummpta Corpuscularia Lapislazulina se interpondría, convirtiendo la bebida en un bello líquido azul que alteraba los sentidos.


La receta

Joseph Pla estaba concentrado en la escritura de un manual de cocina llamado El que hem menjat, con el que esperaba sorprender a todo el mundo, cuando lo sobresaltó el chirriante sonido del timbre. 
Al abrir la puerta encontró a una joven que parecía sudamericana. La muchacha se presentó con timidez. 
—Me llamo Tita, y necesito su ayuda; me han dicho que usted es un experto en cuestiones de cocina. 
Confundido, pero curioso, Pla la invitó a pasar y le preguntó: 
— ¿Qué estás buscando? 
—La receta del agua para chocolate —dijo ella con ternura.


Evolución

Yzur era muy especial, su educación circense lo había intelectualizado. Una tarde, sentado en círculo con otros monos, dijo: —Oí un rumor que por cierto ha de ser falso, o por lo menos debemos fundamentarlo antes de darle crédito; ese rumor asevera que el hombre desciende de nuestra noble raza. 
A metros del allí, Darwin y Wallace hacían el ridículo tratando de subirse al cocotero. Los monos arrancaron algunas páginas más de la Teoría Sintética para alimentar la hoguera y calentarse.


Maravilla

Un grupo de alumnos avanzaba por la Capilla Sextina conducido por su maestro, Michelangelo Buonarroti. Eran Sandro, Luca, Perusino, Pinturicchio y Ghirlandaio, todos estudiantes destacados de bellas artes. Cuando llegaron a la pared sobre el altar mayor alzaron sus cabezas y quedaron embelesados. Rojos, azules, violetas intensos luchaban con el amarillo fosforescente y el escarlata. Pinturicchio tomó la palabra. 
— ¡Qué maravilla, maestro, esto sí que es arte! 
— ¡Es la obra máxima del expresionismo abstracto! —contestó el maestro. 
En el confesionario, Pollock enmendaba sus pecados.


Lealtad

Urbino, 6 de Mayo de 1497, atardece. Lucrecia viste de brocato, su rostro ovalado luce pétreo los finos rasgos que inspiraron la impronta de los pinceles de Bartolomeo Veneto. Está mirando con fijeza uno de los platos de la lujosa mesa tendida para la cena. Sabe de antemano quien comerá de él. 
A pocos metros de allí Yiya, su leal cocinera nacida en Murano, trabaja afanosamente.


El arenero

El sol de Yonville, cerca de Ruán, pinta de rosa la cara de dos niños que juegan ensimismados hasta que la niña se decide a preguntar: 
— ¿Eres huérfano o pupilo? 
—Huérfano, ¿y tú? —contesta el pequeño. 
—También; me llamo Berta —dice la niña. 
— ¿Cómo se llamaba tu mamá? —pregunta él. 
—Emma —responde la chiquilla, frunciendo los labios—. ¿Y la tuya? 
—Cio-Cio-San —dice el pequeño, con leve acento oriental. 
—Vamos a jugar al teatro —dice Berta. 
—Bueno —consiente el niño. 
Charles, el celador, vigila. El arenero del orfanato se sume en el más profundo silencio; sólo lo sobrevuela una delicada mariposa.

Liliana Savoia







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