sábado, 3 de octubre de 2015

CANTOS / POEMAS ESQUIMALES [17.171]


CANTOS/POEMAS ESQUIMALES

Habría que denominarlos Esquimaleutas. Porque estos habitantes del casquete Polar Artico y de los territorios de Siberia, Groenlandia, las Islas Aleutianas, Alaska y Canadá, pertenecen a estos dos grandes grupos, Esquimales y Aleutas,
descendientes de un origen común.

Podríamos decir que los antecesores comunes de ambos pueblos han habitado estas zonas desde hace alrededor de 20 mil años, como fecha máxima, y 12 mil como fecha más reciente.

Los Esquimales y los Aleutas son 'primos'. Linguísticamente, por ejemplo, se los podría equiparar con el inglés y el ruso, dos lenguas de origen indoeuropeo. Pero no se han encontrado -al menos hasta donde yo haya podido averiguar- relaciones lingüísticas entre sus idiomas y el resto de los idiomas conocidos.

Los primeros contactos con el hombre blanco datan del siglo X, en el que los nórdicos ocuparon Groenlandia.

Su dura lucha por la existencia en esos parajes desolados, los ha convertido en grandes inventores: el kayak, la lámpara de petróleo, el harpón, el taladro, las ropas hechas con pieles cosidas y el trineo de perros, son algunas de sus proezas técnicas.

De la misma manera, son grandes artesanos y, según los hechos han demostrado, notables artistas. Hace algunas décadas, se expuso en New York una gran colección de esculturas en marfil, que sorprendieron por su finura y belleza.

La durísima vida de los esquimales (que no se llaman a sí mismos de esa manera, sino como "Inuits"), asediados por el frío y el hambre, alternativa o concurrentemente, se convierte en una verdadera experiencia poética, casi constante. Uno de los rasgos más detacados de sus cantos es, justamente la tendencia a la introspección, a la búsqueda  de sí mismos, a la duda, la desconfianza y la auto-ironía.

Así como los chinos dividen sus poemas de acuerdo con la estación del año a la que pertenecen, la vida esquimal y por ende sus cantos, están asociados en una forma aún más fuerte y real con el invierno y el verano.

El cazador solitario espera durante horas su presa en medio del invierno más cruento. Las expediciones de caza, por otra parte, están relacionadas con una verdadera cuestión de vida o muerte.

Los esquimales, como el resto de los indios de América del Norte, carecen de especialización y jerarquías sociales. El único liderazgo lo ejercen los chamanes. Éstos se ubican como intermediarios entre las fuerzas naturales, el misterio insondable de la vida y sus compañeros humanos. La poesía está presente de una manera muy vívida entre los esquimales: hombres y mujeres cantan constantemente mientras viajan y mientras trabajan; los niños crean canciones en sus juegos; los cazadores se sienten acompañados por el canto, las mujeres componen uno pequeño hasta para recibir a sus visitantes...

Uno de los grandes exploradores del Artico es Knud Rasmussen (1879-1933), quien nació entre los esquimales en Groenlandia, fue educado en Dinamarca y regresó para realizar varias notables expediciones a los territorios polares esquimales. 

Los archivos y publicaciones de esos viajes forman una parte escencial de los conocimientos que se tienen de la cultura de ese pueblo, disperso en más de la mitad del casquete polar Ártico.

Rasmussen informó que, habiendo recorrido una buena parte  de los pueblos esquimales, sólo halló pequeñas diferencias idiomáticas entre ellos, entendiéndose con los esquimales de Siberia de igual forma que con los de Canadá o Groenlandia.

Uno de esos viajes, publicado en el Informe de la Quinta Expedición de Thule, 1921-1924, editado en Copenhagen poco después, refiere estas palabras esclarecedoras del pensamiento esquimal, provenientes de un chamán de los
Esquimales Netsilik, llamado Orpingalic:

 "Mi aliento- así llamo yo a este canto, ya que es tan necesario para mí cantar como lo es respirar. Cantaré esta canción, una canción que es fuerte..."

 "Los cantos son pensamientos, cantados al mundo con el aliento cuando las personas son movidas por grandes fuerzas y el habla común ya no es suficiente. El hombre es movido igual que el témpano que boga aquí y allí en la corriente.

Sus pensamientos son arrastrados por una fuerza fluyente cuando siente dicha, cuando siente dolor. Los pensamientos pueden pasar por encima suyo como una inundación, haciendo que su sangre venga a bocanadas, y su corazón palpite.

A veces, como un abatimiento del clima, lo mantendrá deshelado, y entonces sucederá que nosotros, que siempre pensamos que somos pequeños, nos sentiremos aún más pequeños. Y temeremos usar palabras. Pero ocurrirá que las palabras que necesitamos vendrán de sí mismas. Cuando las palabras que queremos usar se disparan a sí mismas... entonces tenemos un nuevo canto."

A su vez, un esquimal de Alaska, referido por Freunchen, decía: "[Las palabras, los cantos]toman forma en las mentes  de los hombres y emergen como burbujas de las profundidades del mar, burbujas que buscan el aire para estallar en la  luz."

Agrega Rasmussen: "Grandes esfuerzos son realizados para unir bella y diestramente las palabras para que haya melodía en ellas, mientras que al mismo tiempo sean pertinentes en su expresión. Un hombre que quiere componer una canción puede caminar largamente ida y vuelta de algún lugar solitario, combinando las palabras mientras murmura una melodía
que también tiene que producir él mismo."

Una leyenda de los Esquimales Iglulik ilustra asimismo el valor mágico de las palabras: 


CUANDO LAS CASAS ESTABAN VIVAS

 Una noche una casa súbitamente se alzó del suelo y se fue flotando a través del aire. Estaba oscuro y un sonido restallante se escuchó mientras atravesaba el aire. La casa no había alcanzado aún el final de su recorrido cuando la gente que estaba adentro le rogó que parara. Asi que la casa paró.

Cuando se detuvieron no tenían grasa de ballena. Así que tomaron nieve blanda recién acumulada y la colocaron en sus lámparas, y ardió.

Habían descendido en un poblado. Un hombre vino a su casa y dijo: -Miren, están quemando nieve en sus lámparas.

La nieve arde.

Pero en el momento en que esas palabras fueron pronunciadas, la lámpara se apagó.



ESQUIMALES DE GROENLANDIA 


CANTO MÁGICO PARA AQUEL QUE DESEA VIVIR

El día se alza
De su sueño,
El día se despierta
Con la luz del alba.
Tú también debes alzarte,
Tú también debes despertar
Junto al día que viene.



ESQUIMALES IGLULIK 
(N.O. DE CANADÁ)

ORACIÓN MÁGICA

Me levanto del descanso con raudos movimientos
Al batir de las alas del cuervo
Me levanto
Para encontrarme con el día
Wa-wa.
Mi cara está vuelta de la oscuridad de la noche
Para mirar hacia el alba del día,
Que ahora emblanquece en el cielo.



ESQUIMALES CARIBÚ (TERRITORIOS de BARREN)

CANTO DE AKJARTOQ ACERCA DE LOS VIEJOS
DÍAS

Llamo para que venga la canción...
Inhalo profundamente...
Mi pecho respira pesadamente
Mientras llamo para que venga la canción.

Oigo acerca de distantes poblados
Y de su miserable pesca
Y aspiro hondo...
Mientras llamo a la canción
-De arriba-
Aya- jaye
Ayia.
Olvido por completo
La pesada respiración de mi pecho
Cuando atraigo a mi mente los viejos tiempos
Cuando tenía suficientes fuerzas
Para trozar poderosos toros caribú.
Sigo llamando a la canción
Ayaya- aya
Sigo llamando a la canción.
Tres grandes toros caribúes podía yo trozar
-Y tener toda la carne limpia puesta a secar-
Mientras el sol todavía ascendía
A través del cielo.
Sigo llamando a la canción
Mientras inhalo hondo
Aya aye.


ESQUIMALES AMMASSALIK

EL SUEÑO

Anoche soñé con vos.
Soñé que caminabas sobre los guijarros de la orilla
y que yo caminaba con vos.
Anoche soñé con vos.
Y como si estuviese despierto,
soñé que te seguía,
que te deseaba como a una foca jovencita,
que eras deseada por mí
del modo que el cazador
desea a una foca jovencita
que se sumerge cuando se siente acechada.
Así eras deseada
por mí,
que soñé con vos.


ESQUIMALES CARIBÚ

CANTO DE ULIVFAK

Eye-aya
Llamo a la mente
y pienso acerca de la temprana llegada de la primavera
tal como yo la conocí
en mis días jóvenes.
¿Fui alguna vez ése cazador?
¿Era yo realmente?
Pues veo
al volver en la memoria
a un hombre en un kayak;
lentamente se mueve
acercándose a las orillas del lago,
remolcando a un caribú muerto a lanzazos.
Soy muy feliz
en mis recuerdos de cazador en kayak.
En tierra nunca tuve gran renombre,
entre las manadas de caribú
y como un anciano que busca fuerzas en su juventud,
amo más que nada pensar en las hazañas
mediante las cuales gané renombre.

[Ulivfak refiere cantar esta canción en lugar de llorar.]


ESQUIMALES DE ALASKA

CANTO DE LA MADRE

Todo está tan quieto en la casa.
Hay una calma en la casa;
la tormenta gime allí afuera,
y los perros están enrollados con sus hocicos bajo la cola.
Mi pequeño niño está durmiendo sobre la repisa,
yace sobre su espalda, respirando por la boca abierta.
Su pequeña pancita está redonda y repleta-
¿sería extraño que me pusiera a llorar de felicidad?


ESQUIMALES DE THULE

HAMBRE

Tú, extranjero, que sólo nos ves felices y libres de preocupa-
                                                                                    [ciones
Si supieras los horrores que a menudo debemos atravesar
Entenderías nuestro amor por la comida, el canto y el baile
No hay uno solo entre nosotros
Que no haya atravesado un invierno de mala cacería
Cuando muchas personas perecieron de hambre.
Nunca nos sorprende enterarnos
De que alguien ha muerto de hambre- estamos acostumbrados
                                                                                        [a eso.
Y no se debe culparlos: la enfermedad viene,
O el mal tiempo arruina la cacería,
Como cuando una tormenta de nieve tapa los respiraderos.

Una vez vi colgarse a un anciano sabio
Porque se estaba muriendo de hambre
Y prefería morir a su propia manera.
Pero antes de morir se llenó la boca con huesos de foca,
Porque así se aseguraba obtener suficiente carne
En la tierra de los muertos.

Una vez durante una hambruna de invierno
Una mujer dio a luz a una criatura
Mientras los otros yacían a su alrededor muriendo de hambre.
¿Qué podía esperar ese bebé de la vida en este mundo?
¿Y cómo podía vivir cuando su propia madre
Estaba ya resecándose de hambre?
Así que lo estranguló y lo dejó congelarse.
Y luego se lo comió para seguir viva-
Después se cazó una foca y la hambruna pasó,
De modo que la madre sobrevivió.
Pero desde entonces quedó paralizada
Porque se había comido una parte de sí misma.

Esto es lo que puede pasarle a la gente.
Nos ha pasado a nosotros mismos
Y sabemos a qué podemos llegar, así que no los juzgamos.

¿Y cómo podría cualquiera que esté saciado y se sienta bien
entender la locura del hambre?
¡Sólo sabemos que todos ansiamos tanto vivir!


ESQUIMALES IGLULIK

PALABRAS PARA CONVOCAR LA CAZA

¡Bestia del mar,
Ven y ofrécete en la hermosa mañana temprana!
¡Bestia de la llanura,
Ven y ofrécete en la hermosa mañana temprana!


ESQUIMALES IGLULIK

INTRODUCCION A LAVIDA

(Mientras la madre sostiene al bebé en sus brazos, el cha-
mán, con sus labios próximos a la cara de la criatura, mu-
sita estas palabras:)

Me alzo del descanso con movimientos suaves
Como el batir de las alas del cuervo
Me alzo
Para encontrarme con el día
Wa-wa.
Mi rostro está vuelto de la oscuridad de la noche
Para mirar el alba del día
Que ahora emblanquece en el cielo.


ESQUIMALES IGLULIK

PALABRAS A UN NIÑO ENFERMO

¡Pequeño niño! Los pechos de tu madre están llenos de leche.
¡Ve y aliméntate,
ve y bebe!
¡Sube a la montaña!
 Desde lo alto de la montaña buscarás salud,
extraerás vida.


ESQUIMALES NETSILIK

PALABRAS MAGICAS A LA GAVIOTA

La gaviota, según se dice,
La que hiende el aire con sus alas,
La que habitualmente está por encima tuyo.
Hó-he, aya.
Hó-he, aya.
Gaviota, tú ahí arriba,
Dirígete, timonea hacia mí,
Ven a mí.
Tus alas son rojas,
Allí arriba en el frescor.
Aya-ya.
Aya-ya.


ESQUIMALES COPPER (COBRE)

PARA AQUIETAR UNA TORMENTA FURIOSA

Hombre de ahí afuera,
por favor entra,
por favor entra en mí.


ESQUIMALES IGLULIK

SORTILEGIO DEL CLIMA

Frío, Frío,
Escarcha, Escarcha,
¡No me arrojes a un costado!
Me has doblado lo suficiente.
¡Fuera! ¡Fuera!


ESQUIMAL AMMASSALIK

PARA SOJUZGAR A UNA MORSA

La morsa, la arponeo,
Golpeando su mejilla.
Te volviste callada y dócil.
La morsa, la arponeo,
Palmeo sus colmillos.
Te volviste callada y dócil.


ESQUIMALES NETSILIK

CIELO E INFIERNO

Y cuando finalmente morimos,
en realidad sabemos muy poco acerca de lo que ocurre en-
                                                                                  [tonces.
Pero la gente que sueña
a menudo ha visto a los muertos aparecer
tal cual eran en vida.
Por lo tanto, nosotros creemos que la vida no se termina
                                                                [aquí en la tierra.

Hemos oído acerca de tres lugares donde van los hombres
                                                                 [después de morir:
hay la Tierra del Cielo, un buen lugar
donde no hay ni penar ni temor.
Ha habido hombres sabios que han ido ahí
y regresaron para contarnos de aquello:
vieron gente jugando a la pelota, gente feliz.
Que no hacían otra cosa que reir y divertirse.
Lo que vemos desde aquí abajo en forma de estrellas
son las ventanas iluminadas de los poblados de los muertos
en la Tierra del Cielo.
Después hay otros mundos de los muertos bajo tierra:
muy hondo hacia abajo hay un lugar idéntico a éste
excepto que sobre la tierra se padece hambre
y allí abajo hay suficiente comida.
El caribú pasta en grandes manadas
y existen interminables praderas
con fresas jugosas agradables para comer.
Allí abajo, también, todo
es felicidad y diversión para los muertos.

Pero hay otro lugar, la Tierra de los Desdichados,
justo debajo de la superficie de la tierra que hollamos.
Ahí van todos los hombres perezosos que eran malos caza-
                                                                                  [dores,
y todas las mujeres que rehusaron ser tatuadas,
que no quisieron sufrir un poquito para embellecerse.
No tenían vida dentro de sí mientras vivían
de modo que ahora después de la muerte deben permanecer
                                                                            [en cuclillas
con las cabezas colgantes, de mal humor y en silencio,
y vivir con hambre y estar ociosos
porque malgastaron sus vidas.
Sólo cuando una mariposa entra volando
alzan sus cabezas
(como pájaros pichones que abren rosadas bocas inútilmente
en pos de un mosquito)
y cuando lo atrapan, una bocanada de polvo
surge de sus secas gargantas.


ESQUIMALES DE LA ISLA VICTORIA

CANCION

Y pensé una vez más
en mis pequeñas aventuras
como cuando con un viento playero navegué
con mi kayak
y pensé que estaba en peligro.

Mis temores, 
los pequeños
que yo sentía tan grandes
por todas las cosas de la vida
que yo debía obtener y alcanzar.

Y sin embargo, hay sólo
una cosa grande,
la única cosa:
vivir para ver desde cabañas y en los viajes
el gran día que amanece
y la luz que inunda el mundo.


ESQUIMALES DE LA ISLA NUNIVAK (ALASKA)

CANTO COMPUESTO AL INICIO DEL OTOÑO

El otoño viene soplando;
Ah, yo tiemblo, tiemblo ante el severo viento del norte
que me golpea inmisericorde con su fuerza imponente
mientras las olas amenazan volcar mi kayak.
El otoño viene soplando;
ah, yo tiemblo, tiemblo no sea que la tormenta y el mar
me envíen a las húmedas quietudes de las profundidades.
Raramente veo el agua calma,
las olas me arrojan de un lado a otro;
y yo tiemblo, tiemblo pensando en la hora
en que las gaviotas picoteen mi cadáver.


ESQUIMALES CARIBÚ

LA TIERRA DEL CIELO

 El cielo es una gran tierra. En esa tierra hay muchos aguje-
ros. A estos agujeros los llamamos estrellas. En la tierra del
cielo vive Pana [La Mujer-de-allá-arriba]. Hay un espíritu
poderoso, y los angatkut sostienen que es una mujer. A ella
pasan los espíritus de los muertos. Y a veces, cuando mueren
muchos, hay mucha gente allá arriba. Cuando se derrama algo
allá arriba, se derrama a través de las estrellas y se convierte
en lluvia o nieve. Las almas de los muertos renacen en las
moradas de Pana y son traídos de vuelta a la tierra por la luna.
Cuando la luna está ausente, y no se la puede ver en el cielo,
es porque está ocupada ayudando a Pana trayendo almas a la
tierra. Algunos se convierten otra vez en seres humanos, otros
se convierten en animales, toda clase de bestias. Y así la vida
continúa sin fin.


ESQUIMALES NETSILIK

MI ALIENTO

Éste es mi canto: un canto poderoso.
Unaija-unaija.
Desde el otoño he estado yaciendo aquí,
desvalido y enfermo,
como si fuese mi propio niño.

Y le deseo a mi mujer 
un protector más afortunado,
ahora que carezco de la fuerza
para levantarme de la cama.

¿Te conoces a tí mismo?
¡Qué poco de tí comprendes!
Estirado, enfermo sobre mi banco,
mi única fuerza reside en los recuerdos.

¡Presas de caza! ¡Grandes presas de caza
por delante!
¡Déjame revivir eso!
¡Déjame olvidar mi fragilidad,
invocando el pasado!

Traigo a la mente al gigante blanco,
el oso polar,
que acerca, con el cuarto trasero elevado,
su nariz a la nieve.
¡Convencido, mientras se avalanzaba sobre mí
de ser el único macho!

Una y otra vez me derribó;
pero desgastado al fin,
se acomodó sobre un montículo de nieve,
para descansar,
ignorando que yo iba a terminarlo.
¡Pensó que era el único macho!
¡Pero yo también era un hombre!

Tampoco he de olvidar a la gran berreante,
la foca del fiordo que degollé,
desde una masa flotante de hielo
antes del amanecer, mientras mis compañeros en casa
estaban acostados como los muertos,
enfermos de hambre,
famélicos de mala suerte.
Me apuré en volver a casa,
cargado de carne y de grasa,
como si sólo estuviese corriendo a través del hielo
para espiar en un agujero-en-el-hielo.
Sin embargo éste había sido un viejo toro ladino,
que me olfateó enseguida-
pero antes de que hubiera tomado aliento,
mi lanza estaba hundiéndose en su cuello.

Así es cómo ocurrió.
Ahora yazgo en mi banco,
demasiado enfermo como para alcanzar
un poco de aceite de foca para la lámpara de mi mujer.
El tiempo, el tiempo apenas parece pasar,
aunque el amanecer siga al amanecer,
y la primavera se acerque al poblado.

¿Cuánto tiempo deberé yacer aquí?
¿Cuánto tiempo? ¿Por cuánto tiempo
deberá ella andar rogando
aceite para la lámpara,
pieles de reno para sus ropas,
y carne para su comida?
Yo, un desventurado enfermo;
ella, una indefensa mujer.

¿Te conoces a tí mismo?
¡Qué poco de tí comprendes!
El amanecer sigue al amanecer,
y la primavera se acerca al poblado.


ESQUIMALES DE CUMBERLAND

EL CANTO DE UTITIAQ

¡Aja, soy dichoso; esto es bueno!
¡Aja, no hay otra cosa que hielo a mi alrededor, eso es bueno!
¡Aja, soy dichoso; esto es bueno!
¡Mi país no es otra cosa que fango, eso es bueno!
¡Aja, soy dichoso; esto es bueno!
Aja, ¿cuándo, por cierto, terminará esto? ¡Esto es bueno!
¡Estoy cansado de mirar y despertar, esto es bueno!

[Canción referida por Franz Boas, compuesta por un hombre
joven, llamado Utitiáq, que anduvo a la deriva mientras caza-
ba focas, y no alcanzó la orilla sino después de una semana de
esfuerzos y privaciones.]


ESQUIMALES IGLULIK

CANTO DE PRIMAVERA (Fragmento)

Qué gloria es ver
A las jóvenes mujeres
Reunidas en pequeños grupos
Y visitando las casas-
Entonces de pronto los hombres
Desean ser viriles...

...Qué gloria es
Ver a los caribúes de pelo largo del invierno
Regresando de los bosques...
... Mientras el rebaño sigue la marca de la marea baja
Con una tempestad de cascos batientes.
Qué gloria es
Cuando ha llegado el tiempo de recorrer los campos.


ESQUIMALES NETSILIK

CANTO DURANTE LA PESCA

Remando oímos un sonido;
Un pez ha saltado sobre la superficie del agua;
¡Un siliuro! ¡Un pez sierra! ¡Es para nosotros que saltan
                                                                          [los peces!
Un pez volador, haciendo ruido mientras salta, salpicando
                                                                           [el agua...
Un pez sierra al lado nuestro; porque escucha el sonido de
                       [nuestra canoa, la canoa de los Djangguwal.
¡Peces saltando! Peces sierra, salpicando el agua con ruido.

[Djangguwal : el nombre de los antiguos ancestros de los
esquimales:]


ESQUIMALES NETSILIK

LA ALEGRIA DE UN CANTANTE

¡Una magnífica ocupación
la de hacer canciones!
Pero demasiado a menudo
resultan fracasos.

¡Un maravilloso destino
que tus deseos se cumplan!
Pero demasiado seguido
pasan de largo.

¡Una maravillosa ocupación
cazar caribúes!
Pero raramente nos destacamos
en ella
así que quedamos parados
como una llama brillante
sobre la planicie.


ESQUIMALES DE KEEWATIN

CANTO PERSONAL

Es tiempo de hambruna,
Pero no tengo ganas de cazar,
No me interesan los consejos de los mayores,
Sólo me interesa soñar, desear, nada más.
Me gusta el caribú joven, la edad en la que comienzan 
                                                      [a despuntar sus astas;
Nadie es como yo,
Soy demasiado perezoso, simplemente demasiado perezoso,
No puedo levantarme e ir a conseguir algo de carne.


ESQUIMAL AMMASSALIK

CANCION DEL REMERO EN UN MAL DIA DE CAZA

Tengo mi poema en perfecto orden.
Sobre el umbral de mi lengua
Se hizo su composición.
Pero fracasé, por cierto, en mi cacería.


ESQUIMALES DEL NORTE DE GROENLANDIA

UNA TRUCHA SALMON (HEMBRA) A SUS HIJOS

Allí cerca del promontorio está saliendo el kayak,
yayee...
Los remos del hombre del kayak están rojos de sangre,
yayee...
Los bordes blancos de hueso están rojos de sangre,
yayee...
Oh, han matado a vuestro padre,
yayee...


ESQUIMALES DE THULE

CANTO

¡Oh calor del verano barriendo la tierra
Ni un soplo de viento,
Ni una nube,
Y sobre las montañas
Los caribúes pastando,
El querido caribú
En la distancia azul!
¡Ah, qué extasiante,
Ah cuánta dicha!
Me acuesto en el suelo, llorando...


ESQUIMALES NETSILIK

PALABRAS MAGICAS

En los tiempos primeros,
cuando tanto las personas como los animales vivían sobre la
                                                                                      [tierra,
una persona podía convertirse en animal si quería
y un animal podía convertirse en ser humano.
A veces eran personas
y a veces animales
y no había diferencia alguna.
Todos hablaban la misma lengua.
Ese era el tiempo en el que las palabras eran como magia.
La mente humana tiene misteriosos poderes.
Una palabra dicha casualmente
puede tener extrañas consecuencias.
Puede de pronto cobrar vida
y lo que las personas quisieran que pase pasaría-
lo único que tenías que hacer era decirlo.
Nadie podía explicar esto:
Era de la manera que era.


ESQUIMALES NETSILIK

LA CANCION DEL ANCIANO, ACERCA DE SU MUJER

marido y mujer nos hemos amado entonces
lo seguimos haciendo ahora
hubo un tiempo
en el que cada uno hallaba al otro
hermoso

pero hace unos pocos días tal vez ayer
ella vio en el agua negra del lago
un rostro enfermizo
un rostro de mujer ajado
arrugado lleno de manchas

yo lo vi dijo ella
esa forma en el agua
el espíritu del agua
arrugado y manchado

¿y quién había visto ese rostro antes
arrugado lleno de manchas?
no era yo acaso
y no soy yo ahora
cuando te miro?


ESQUIMALES NETSILIK

CANTO DE UNA MUJER, ACERCA DE LOS HOMBRES

primero agaché la cabeza
e inicialmente miraba hacia el suelo
por un segundo no pude decir nada
pero ahora que se han ido
alzo mi cabeza miro recto hacia el frente puedo responder
Dicen que yo robé un hombre
el marido de una de mis tías
dicen que lo tomé como marido propio
mentiras
cuentos de hadas
difamaciones
Fue él, él
se acostó al lado mío
Pero ellos son hombres
por eso es que mienten
esa es la razón
y es mi mala suerte.


ESQUIMALES NETSILIK

CANTO DE UVLUNUAQ

[Uvlunuaq es la esposa de Orpingalik, el chamán que hemos
mencionado en la introducción. El hijo de ambos había mata-
do a un hombre y a resultas de eso tuvo que huir de la justicia
y vivir como un bandido en las colinas remotas. Cuando su
madre escuchó la noticia, permaneció varios días en silencio
en medio de una profunda tristeza sin lágrimas. Fue entonces
que surgió este canto]

Eyaya-eya.
Reconozco
un pedacito de una canción,
y lo tomo  
como a un prójimo.
Eyaya-eya.

Debería sentirme avergonzada
del hijo
que una vez porté orgullosamente
en el amaut,
cuando supe de su huída
de las moradas de los hombres.
Eyaya-eya.

Aquellos que piensan así
tienen razón.
Eyaya-eya.
Tienen razón
Me siento avergonzada,
pero sólo porque
él no tuvo una madre
que fuera inocente como el cielo azul,
sabia y sin locura.
Ahora, las lenguas de la gente lo instruirán,
y los chismes completarán su educación.
Eyaya-eya.

Esto tengo yo 
-su madre- merecido,
yo que crié un hijo
que no se convertiría en el refugio de mi vejez.
Eyaya-eya.

¡Debería avergonzarme!
En vez, envidio a aquellos
que tienen multitudes de amigos,
saludando en el hielo,
cuando después de una jornada de fiesta deben partir.

Recuerdo una primavera
hicimos campamento en "Ojo bizco".
El clima era templado.
Nuestras pisadas
se hundían crujiendo
en la nieve ablandada por el sol.
Yo era entonces como un animal manso,
feliz en compañía de la gente.

Pero cuando ese mensaje llegó
del asesinato y de la huida,
la tierra se convirtió en una montaña de pico agudo,
y yo estaba parada sobre el punzón de la cima
y vacilaba
¡y caí!

No soy más que una pequña mujer...


BIBLIOGRAFIA

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Willard TRASK. The Unwritten Song. Vol. I. The MacMillan Co., 1966.


Publicado por Robert Rivas 
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