jueves, 19 de abril de 2012

6559.- FREYA HÖDAR NISTAL


FREYA HÖDAR NISTAL
Freya Hödar Nistal nació en Santiago de Chile y creció en el seno de una familia refugiada de la Guerra Civil Española. Es así como desarrolló un gran sentido social y una profunda atracción por la literatura que se desata tanto en el exilio, ambiente que siempre bordeó su vida. Terminó sus estudios secundarios en esa ciudad y luego se fue a vivir a USA, donde crecieron sus hijos, su familia. Allí estudió Psicología en la Universidad de Baltimore, sin llegar a titularse, pues prefirió consagrarse a la maternidad. Actualmente vive en Viña del Mar.

Cultiva el género poesía en las variadas formas de la métrica castellana. Actualmente se expresa principalmente en verso libre. La intención e imágenes de sus poemas son la expresión del sentimiento del ser humano. Su creación poética es influenciada grandemente por la lectura de poetas como Juan Ramón Jiménez, Walt Whitman, F. Delgadillo, J. Sabines, J. L. Borges y A. González.

Obra publicada:
De silencios y olvidos, poemas. Sello Colección Biblioteca Digital Siglo XXI. Noviembre 2010

Publicaciones en Antologías:
Luces y Sombras, Centro de Estudios Poéticos, Madrid, 2004.
Poesía Iberoamericana del Siglo XX, edición conmemorativa del XXI Congreso Mundial de Poetas de la World Academy of Arts and Culture, Los Ángeles, California (Volumen I, 2005, Volumen II, 2006, Volumen III, 2007).
La Metáfora, Antología de la Asociación Cultural Ventana Literaria, Almendrarejo, España (2006, 2007, 2008).
Antología de los III Jogos Florais do Balneário de Camboriú, Santa Catarina, Brasil, 2008.
Experimentos, Antología del Foro Poesía Pura, 2007.

Publicaciones en periódicos y revistas:
Diario El País, ciudad de Salta, Argentina, 2008.
Argentina Universal, editada en USA y Argentina, y en la Web (2005 hasta la fecha).





ESCRIBO

Escribo para ser tangible entre tus sueños
entrar por el camino de tus iris
y encender esa lumbre desnuda en fantasías
que los versos transforman
en criaturas fecundas de esperanzas
y al desvelo en amigo disfrazado
que martilla mis sienes
imaginándote en las sombras,
que eres sólo mío.

Escribo la verdad para el olvido,
que de tanto pensar en olvidarte
vives dentro de mi como un sollozo.






TU TIEMPO

En mis bordes tu voz es mi delirio
y entre luces de un sueño el pensamiento
va buscando el rocío de tu labios,
y a mis surcos lo trae a condición
de semilla arrastrada por el aire.

Eres magia voraz como un incendio
que atraviesa mi mar sin dimensiones
y dislocas mis nortes sin cerrojos
para hacerme subir hasta la cima
amarrada a la punta de un bordado,
cuando disparas
al cantar tu misterio.

Y tu tiempo es exacto en minuteros
del reloj que no tiene una estación,
tiene huellas de sed de un caminante
con mochila vacía de arrumacos.

Cabalgan potro y pasto con tu ausencia
urdiendo de amarillo las distancias,
boca y beso enloquecen
con sudor perturbado por la impar geografía,
de mi cuerpo en tus manos.






EL MISMO AGUA

Mi esencia es almíbar del aroma,
con el verde perpetuo del invierno
que acumulan los años en el alma.

Las distancias albergan espejismos
donde el arte se baila en candilejas
con los ojos de luz encandilados
por la ausencia pesada del estudio
cuando sólo empeñamos el pasaje
del camino de ida sin regreso.

El amor no se muere entre estaciones,
se sostiene trotando en alamedas
mientras yerguen los caldos las figuras
de lo andado y el canto por andar,
como nunca me olvido de ese beso
enhebrado en tu boca día a día.

No pierdas la envoltura de tus labios
ni prives la visón tras falso espejo,
escucha el adjetivo de tu fuente
y mira por la orilla de mi río
rodar hacia la mar la misma agua.





DESPROVISTA

Desprovista quedé de tus imágenes,
de tu voz y tu sombra
y de los besos
que antaño me ofreciste.

Me arrancaste fraccionándome de tu orilla
con un brusco sigilo,
como si hablarte te arañara,
y no me reconoces más que culpas,
y soy yo,
soy yo la que ansió descifrarte
y no pude con tu órbita
que incendió mi vocablo.

Eres penumbra que mi boca empaña
como una esquina con aroma a miedo,
de la extasiada seducción que hacías voto,
pasaste a ser espina en una sintonía
que no me roza,
sin embargo persigues mi palabra.

Tu memoria me huele
a madera mojada por la lluvia,
y yo le rezo a mi vendimia
el polvoroso orgasmo del olvido.

Cuando pienso te olvido olvidándote
se me colman las noches de recuerdos.






LAS CUATRO ESQUINAS

Los párpados son balsas donde riego tu efigie
cuando extinguir resuelvo la luz de mis entrañas.

Me hundo en tu memoria, tu palabra, tu vida,
y robo de tus labios que místicos esperan,
el beso de mi boca como ave precursora,
alcanzan al portal de mis visiones
alados roces suaves que palpan mi entretela.

De la nada nació todo este hechizo,
cuento de infantes,
cuento de inspiraciones
y de las deudas
que la vida nos va dejando.

No sé si será todo, si ese todo existe,
también las cuatro esquinas de mi almohada
llevan tu nombre,
queda grabado
en mis sueños de noche y en mi margen,
allí donde la luna se desviste
cuando quiere, desnuda,
darle luz a la sal del agua.

En el balcón dejo mi boca,
por si te olvido.





EL AYER

La nostalgia se viste de color,
tengo tu sombra como mucho,
señal, grafía y sobresalto.

Que más puedo tener,
soy memoria interior, un líquido socorro,
un nombre vagabundo, comensal en mi dermis
de insociables arcanos insensatos.

El verso nace de esa nada,
tu esencia,
mensajes en declive,
para llenar una empresa en la vida.

Desaguando mis límites, ausente,
me va escaldando el ayer,
ya todo ha sido.

Incierto el norte sin la pluma,
ni una acuarela en mi retina
para poner un nombre en el armario
que fracture el silencio de alguna reflexión.




HOY

Hoy recaudo el afán
del abrazo innegable,
el beso posesivo
y la intención por sacudir
la apacible metamorfosis.

Hoy descubro la calma coherente,
y al amanecer, la sonrisa
apoya
una paz armoniosa.





BATALLAS

Te pienso inconmovible al decidir
las riberas de un punto cardinal,
socorro a un horizonte acaecido
con los perfiles del viento oxidados.

Yo fustigo y torturo con batallas
desanudando rutinas quiméricas.
Mi mañana se abre con un eco afectivo
empuja mi sentir,
pero revoca espacios de la ilusión tenaz
con una amarga lírica.

Me rasgo al oprimir un poema sin versos
sabiéndote remiso a cautivar.






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