martes, 30 de junio de 2015

SHMERKE KATSHERGINSKI [16.407]


Shmerke Katsherginski

Shmerke Kaczerginski, poeta, combatiente partisano e ilustre coleccionista de la canción idish de la Shoá, nació en Vilna, Lituania, en 1908 y fue criado en un orfanato judío. En su adolescencia aprendió a usar el litógrafo, una vocación que encajaba con sus crecientes pasiones: la literatura (mediante el acceso a herramientas de propaganda) y la política radical. Después de que la nueva República Polaca anexara Vilna en 1922, el activismo de Kaczerginski a favor de causas comunistas hizo que recibiera repetidas palizas por parte de la policía y que pasara un período en la cárcel. A mediados de la década de 1920, compuso su primera canción política Tates, mames, kinderlekh (“Padres, madres, hijos”), también conocida como Barikadn (“Barricadas”). Era una melodía pegadiza y sediciosa que circuló anónimamente dentro de Polonia y en todo el mundo de habla idish.

En 1929 Kaczerginski se unió al grupo literario y artístico idish “Vilna joven”, entre cuyos miembros también se encontraban los escritores Chaim Grade y Avraham Sutzekever. Los diez años siguientes, hasta la disolución de “Vilna joven” al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Kaczerginski trabajó como el principal organizador, editor y publicista del influyente grupo. Bajo los términos del pacto alemán-soviético de no agresión, Vilna se convirtió en la capital lituana después de que Polonia cayera ante el ejército alemán en septiembre de 1939. Casi dos años más tarde, Alemania atacó a su aliado soviético e invadió los Estados Bálticos, y avanzó en su campaña por erradicar la judería europea. En Vilna, como en todos los territorios orientales recién conquistados, los judíos que no eran asesinados de inmediato eran enviados a guetos o a campos de trabajo. Kaczerginski simuló ser sordomudo para evitar la redada inicial pero finalmente lo capturaron y lo enviaron al gueto a principios de 1942. Una vez allí, inmediatamente desplegó sus habilidades para organizar y componer versos en la causa de la resistencia, elaboró canciones para consolar y alentar a los reclusos del gueto mientras diseñaba planes para derrotar a los alemanes.

Kaczerginski tuvo un papel clave en la vida cultural del gueto: organizaba producciones teatrales, encuentros literarios y programas educativos. En ese momento, escribió muchas letras de canciones, en particular Friling (“Primavera”; una elegía sobre la muerte de su esposa) y Shtiler, shtiler (“Tranquilo, tranquilo”), que se convirtieron en favoritas instantáneas del gueto al igual que el himno creado para el Club Juvenil del Gueto, Yugnt himn (“Himno de los jóvenes”). Luego, al reflexionar sobre la creación y difusión de la música en un entorno tan extraño como ése, escribió: 

En épocas comunes cada canción probablemente habría viajado un largo camino hacia la popularidad. Pero en el gueto observamos un fenómeno maravilloso: las obras individuales se transformaban en folclore frente a nuestros ojos.

Poco después de su llegada, Kaczerginski participó activamente en el movimiento de resistencia del gueto. Forzado a ayudar a los nazis a saquear libros singulares y elementos judaicos de Vilna, él, Sutzkever y otros conformaron la conocida “Brigada de papel”, cuya misión era contrabandear materiales culturales desde el “lado ario” de Vilna, pasar por los guardias armados e ingresar todo en el gueto. Para la misma época también se unió a la “Organización de Partisanos Unidos” (Fareynikte Partizaner Organizatsye), el grupo de resistencia clandestina del gueto. Durante todo ese período de ansiedad, Kaczerginski continuó escribiendo canciones nuevas, ya que creía que podían ayudar a sus compañeros reclusos frente a la situación más incierta. También pensaba que esas canciones de héroes y mártires, de la vida cotidiana y de la muerte durante la ocupación alemana algún día podrían servir para documentar la historia de la que él mismo fue testigo.

Tras el fallido levantamiento partisano de septiembre de 1943, durante el cual el comandante de la “Organización de Partisanos Unidos” fue capturado y asesinado (un incidente registrado en la balada Itsik Vitnberg), Kaczerginski se retiró del gueto junto con otros miembros de su batallón. Pasó los meses que quedaban de guerra en las tierras fronterizas forestales entre Lituania y Bielorrusia, primero al servicio de la “Organización de Partisanos Unidos” y luego con una brigada soviética partisana. Como historiador de la brigada comenzó a anotar las historias y las canciones de sus camaradas. En agosto de 1944, participó de la liberación soviética de Vilna y pronto se puso a trabajar para localizar y salvar libros judíos, obras de arte y otros elementos culturales. Sin embargo, desilusionado de los soviéticos, abandonó Lituania y se dirigió a Lodz, Polonia, pero después del pogromo de Kielce en 1946 se mudó a París. Desde esa nueva base, recorrió la Alemania ocupada, dio charlas a los sobrevivientes en los campos de refugiados y siempre continuó recopilando material nuevo. En ese momento escribió canciones de actualidad, entre ellas Geshen (“Sucedió”, sobre el incidente Éxodo), Khalutsim (“Pioneros”) y Zol shoyn kumen di geule (“La redención llegará pronto”), que narraban la difícil situación de los refugiados judíos y la esperanza de una renovada vida espiritual y cultural judías.

Después del final de la guerra, Kaczerginski intentó publicar el repertorio que había rescatado y compilado. En 1947 contribuyó con una sección de canciones partisanas y del gueto en la antología Undzer gezang (“Nuestra canción”), el primer cancionero judío impreso en Polonia en la posguerra. Ese mismo año se publicó en París su edición de las canciones y poemas idish de Vilna, Dos gezang fun vilner geto (“La canción del gueto de Vilna”). El libro más conocido de Kaczerginski, la antología de referencia, Lider fun di getos un lagern (“Canciones de los guetos y los campos de concentración”), se publicó en Nueva York en 1948. Ese libro contiene 435 páginas con 233 canciones y poemas y sigue siendo un referente indispensable para la investigación en el área de folclore judío y la música popular en la época del Holocausto.

Kaczerginski se volvió a casar en Lodz e inició su familia en París en 1950. Luego decidió mudarse a Buenos Aires, donde llevaba una agenda muy agitada: escribía para periódicos, daba conferencias sobre la vida en el gueto, sobre la guerra partisana y sobre la situación soviética, e incansablemente hacía campaña en nombre de la cultura judía. Era un orador popular y viajaba con frecuencia por compromisos a Estados Unidos, Canadá y América Latina. A los 45 años, volviendo de una charla en una ciudad provincial, Kaczerginski perdió la vida cuando su avión se estrelló en las estribaciones de los Andes argentinos en abril de 1954. Dejó un gran legado literario: Khurbn vilne (“La destrucción de Vilna”, 1947), una crónica de Vilna durante la ocupación alemana; Tvishn hamer un serp (“Entre el martillo y la hoz”, 1949), una invectiva sobre la represión soviética a la cultura judía; y dos recuerdos de combate: Partizaner geyen! (“¡Partisanos, avancen!”, 1947) y Ikh bin geven a partizan (“Era un partisano”, 1952). Sobre todo, con la antología Lider fun di getos un lagern Kaczerginski cumplió con su promesa de preservar y conmemorar la tenaz creatividad de un pueblo que enfrentó el genocidio. Ya pasaron más de cincuenta años de su muerte y este trabajo continúa teniendo influencia en las nuevas generaciones de eruditos y artistas. 




Himno de la juventud

¡Nuestro canto esta repleto de tristeza
pero fuerte y audaz es nuestro andar!
Aunque el enemigo vigile los portones
arremete, juventud, con un cantar:

 Joven es todo aquel que quiera serlo,
 no interesa la edad;
 ancianos también pueden ser hijos
 de un nuevo tiempo de libertad.

A todo aquel que anda los caminos,
a todo aquel que pisa con coraje,
la juventud le sale al encuentro
trayéndole del gueto novedades.

Nos acordamos de cada enemigo
y a cada amigo recordamos,
siempre relacionaremos
nuestro presente con nuestro pasado.

Consolidamos de nuevo nuestras filas;
reunimos a nuestros compañeros,
marcha un forjador, un constructor…
marchemos todos junto a ellos.

 Joven es todo aquel que quiera serlo,
 no interesa la edad;
 ancianos también pueden ser hijos
de un nuevo tiempo de libertad. 





Itzik Vitemberg

Emboscado en alguna parte
el enemigo acecha como una fiera;
en mi mano vigila el mauser,
pero de pronto,
entre las sombras, aparece gestapo
llevando encadenado al comandante.

La noche rasga el gueto
con relámpagos.
—¡Alarma!— gritan portón y muro.
y aparecen fieles camaradas,
que ya le quitan las cadenas
y desaparecen con el comandante.

Muerte ante los ojos;
la noche ha huído;
febril de inquietud
el gueto arde.
Gestapo ha emplazado al gueto:
—¡La muerte o el comandante!

Entonces dijo Itzik
y sus palabras corrieron como un rayo:
—No quiero que por mi entreguen
la vida al enemigo…
Y erguido ya marcha hacia la muerte
el comandante.

De nuevo acecha el enemigo
emboscado como una fiera;
más firmemente te aferro, mauser, en mi mano;
ahora me resultas doblemente valioso;
sé tú mi libertador ahora,
sé tú ahora mi comandante.

1943, gueto de Vilna 




Antología de la poesía
ídish del siglo XX
Selección y versión de
ELIAHU TOKER 










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