jueves, 12 de abril de 2012

NADIA ANJUMAN [6.476] Poeta de Afganistán


Nadia Anjuman

Nadia Anjuman fue una poeta y periodista afgana nacida en 1980 y fallecida en Herat en 2005, a causa de heridas causadas por su marido, Farid Anjuman.

Nadia Anjuman fue asesinada por su marido, Farid Anjuman, y los familiares de éste, que consideraban que la publicación de un libro de poemas de Nadia “deshonraba” a la familia

En 2005, mientras aún era una estudiante en la Universidad de Herat, tuvo su primer libro publicado: Gul-e-dodi ("Flor Roja Obscura"), él cual fue popular en Afganistán, Pakistán e incluso en Irán. El 4 de noviembre de ese año, la policía encontró su cuerpo en su casa, en la ciudad occidental de Herat. Poco después, el funcionario superior de la policía Nisar Ahmad Paikar indicó que su esposo había confesado haberla golpeado, pero no haberla asesinado. Se reportó que Nadia murió como resultado de heridas en su cabeza.

Las Naciones Unidas condenaron su muerte al poco tiempo. Su portavoz, Adrian Edwards, dijo que "la muerte de Nadia Anjuman, según lo divulgado, es de hecho trágica y una gran pérdida para Afganistán... Necesita ser investigada y cualquiera que sea encontrado responsable deberá ser tratado dentro de una corte formal de leyes". El oficial Paikar confirmó que el esposo de Nadia de hecho ya tenía cargos en su contra. De acuerdo con familiares y amigos, Anjuman aparentemente era una desgracia para su familia junto con su poesía, que describía la opresión a las mujeres Afganas.

Durante el régimen Talibán, Anjuman y otras escritoras del círculo literario de Herat estudiarían escritores prohibidos como William Shakespeare y Fyodor Dostoevsky. Si hubieran sido atrapadas, hubieran corrido el riesgo de ser colgadas.

A Anjuman le sobrevive su pequeña hija que en el momento de su muerte tenía seis meses.


Estoy enjaulada en esta esquina
llena de melancolía y pena…
mis alas están cerradas y no puedo volar…
Soy una mujer Afgana y debo lamentarme.

NADIA ANJUMAN



No tengo ganas de abrir la boca
¿De qué debo cantar?
Yo, quien está odiada por la vida,
No hay diferencia de cantar o no cantar.
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¿Por qué debo hablar de la dulzura?
Cuando siento yo tanta amargura.
Oh, el festín del opresor
Me tocó la boca.
No tengo ni un compañero en esta vida
¿Para quién puedo estar dulce?
No hay diferencia de hablar, reír,
Morir, ser.
Yo con mi soledad agotada
Con dolor y tristeza.
Nací para nada.
La boca se debe precintar.
Oh mi corazón, ya sabes que es la primavera
Y el momento para celebrar.
¿Qué debo hacer con un ala atrapado?
Que no me deja volar.
He estado callada por demasiado tiempo
Pero nunca me olvido la melodía,
Porque cada momento cuchicheo yo
Las canciones de mi corazón
Que me acuerdan del
Día que voy a romper la jaula.
Volar de esta soledad
Y cantar como un melancólico.
No soy un débil árbol de álamo
Que cualquier viento va a sacudir.
Soy una mujer afgana,
Así que sólo tiene sentido para gemir.



Recuerdos de leve tristeza

¡Oh exilios de la montaña del olvido!
Oh joya de sus nombres, durmiendo en el fango del silencio
Oh recuerdos destruidos, recuerdos de leve tristeza
en la turbia mente de una ola en el mar del olvido
¿Dónde está lo trasparente, la corriente manando de tus pensamientos?
¿Qué mano ladrona saqueó la estatua de oro puro de tus sueños?
En esta tormenta que origina la opresión
¿Dónde se ha marchado tu barca, tu serena plateada luna de embarcación?
Después de este amargo frío que da nacimiento a la muerte-
debería la mar desprender la calma
debería la nube liberar al corazón nudoso de penas
debería la doncella de la luna brindarnos amor, ofrecer una sonrisa
debería la montaña dulcificar su corazón, adornarse de verde,
volverse fructífera-
¿Cuál de tus nombres, en lo alto de la cima,
se vuelve luminoso como el sol?
El amanecer de tus recuerdos
recuerdos de leve tristeza
¿En los ojos de los peces fatigados por las inundaciones y
temerosos de la lluvia de la opresión,
se refleja la esperanza?
¡Oh exilios de la montaña del olvido! 



Un Llanto Sordo

El sonido de las verdes huellas está en la lluvia
nos llega desde la carretera
almas sedientas y faldas polvorientas llegaron del desierto
su ardiente respiración y el espejismo-fundido
de sus bocas secas y de polvo cubiertas
nos llegan, ahora, desde la carretera
sus atormentados cuerpos, chicas criadas en el dolor
la alegría alejada de sus rostros
corazones viejos y alineados de grietas
no surgen sonrisas en los inhóspitos océanos de sus labios
ni una lágrima brota del seco cause de sus ojos
¡Oh Dios!
¿Podría ignorar si sus sordos llantos que saltaron del cielo,
alcanzan las nubes?
El sonido de las verdes huellas está en la lluvia. 



Llegaron del desierto 

El sonido de las verdes huellas está en la lluvia
nos llega desde la carretera
almas sedientas y faldas polvorientas llegaron del desierto
su ardiente respiración y el espejismo fundido
de sus bocas secas y cubiertas de polvo
nos llegan ahora desde la carretera
sus atormentados cuerpos, muchachas criadas en el dolor
la alegría alejada de sus rostros
corazones viejos y alineados de grietas
no surgen sonrisas en los inhóspitos océanos de sus labios
ni una lágrima brota del seco cauce de sus ojos
¡Oh Dios!
¿Podría ignorar si sus sordos llantos que saltaron del cielo
alcanzan las nubes?
El sonido de las verdes huellas está en la lluvia



Recuerdos de color azul claro - claro

Oh los exiliados anónimos de montaña,
Oh joyas de nombres sofocados en el pantano de silencio,
Oh tú, cuya memoria se pierde tenue
agua turbia del mar del olvido,
¿dónde está el origen clara de sus pensamientos?
¿Qué mano devastadora ha quitado sus caras de oro? En este vórtice, fabricante de la oscuridad,
donde se calmar a su luna?
Si después de este tormento, portador de la muerte,
el mar se calme,
si las nubes, de vaciarse de sufrimiento,
si la luna traen afecto,
alcanzaría la sonrisa? Si desea suavizar el corazón de la montaña,
la hierba crecería y no habría una abundancia?
En sus picos, uno de sus nombres se convertiría en el faro?
La apariencia de sus memorias luz azul - luz,
daría esperanza a los ojos cansados ​​de peces miedo
del tumulto de la corriente?



Cadenas de acero

¿Cuántas veces se ha quitado de los labios
mi canción, y cuántas veces
silenciado el susurro de mi espíritu poético!
El significado de la alegría era
enterrado por la fiebre de la tristeza. Si con mis versos que noten una luz:
esto sería el resultado de mis imaginación profundas.
Mis lágrimas no se utilizaron para nada
y se puede hacer nada más que esperanza. Aunque soy la hija de ciudades de poesía,
mis versos eran mediocres.
Mi trabajo es como una planta carente de atención,
de la que no se puede esperar mucho. En los archivos de la historia,
Esto es todo lo que me es

Traducción por Andrés Alfaro






Escribir y publicar en Afganistán supone una peligrosa aventura si el autor de los textos es un hombre. Si quien decide ser protagonista del mundo literario es una mujer, la situación se torna una enloquecida odisea que puede llevar a personas inocentes a una muerte segura. Tal es el caso de Nadia Anjuman, poetisa asesinada por su marido en el año 2005, que le propinó una brutal paliza cuando ella comenzó a ser conocida por sus obras. No pudo soportar que publicara su primer libro de poemas, titulado Gul-e-dodi, Flor Roja Obscura, muy difundido en Afganistan, Pakistán e Irán. Este criminal permaneció un mes en la cárcel. Ahora está libre y tiene la custodia de la hija de ambos, una niña cuyo futuro se presiente incierto, si cabe.

Herat, lugar de residencia de Nadia Anjuman fue antaño, desde hace cinco mil años, la sede cultural y artística del país. Allí se creó el Club literario de Herat. Según su presidente, Ahmed Said Agigi, en los noventa los talibanes quemaron los libros, destruyeron las estatuas y encerraron a las mujeres. Los miembros del club se arriesgaron a ser torturados y a morir por escribir. El grupo era mixto aunque las mujeres celebraban sus reuniones aparte, en un local donde podía leerse un cartel en el que rezaba: La aguja de oro. Clases de costura para mujeres. Entre las prohibiciones que los talibanes instauraron para las mujeres figuraban: trabajar, estudiar, reírse en voz alta y maquillarse. Eso sí, podían coser. Así que lo hicieron tres veces por semana. Bajo el burka, seis mujeres escondían los bolígrafos y el papel donde plasmarían sus escritos. Un profesor las instruía sobre autores innombrables en Afganistán, como Shakespeare, Dostoievski o James Joyce . Nadia Anjuman, la más brillante de estas poetisas escribía versos de amor y también aludía en sus poemas a la terrible situación de la mujer afgana.

El hermano de Nadia, Mohamad Shafi afirma: “Nadia fue una pionera, la mejor poetisa viva en Herat y se esperaba que tuviera mucho éxito” . No opinaban así todos los familiares de Nadia, ya que para algunos de ellos era una deshonra que se dedicara a la poesía. Esto no es de extrañar en un territorio donde la violación de las mujeres dentro del matrimonio está permitida.

El vil asesinato de Anjuman es el origen de la novela del escritor afgano Atik Rahimi titulada La piedra de la paciencia, galardonada con el premio Goncourt en 2008. Rahimi fue invitado en 2005 a una tertulia literaria organizada por Nadia Anjuman. Este encuentro no llegó a realizarse debido a la muerte de la escritora. Según Rahimi todo se silenció aludiendo a que se trataba de un asunto familiar. En una entrevista en el periódico El País, el escritor afgano declara: En mi país, la cultura ha sido destruida, la gente no sabe escribir, los afganos ya no saben quiénes son, el único valor es la religión..., y así no hay nada que hacer, no hay referencias sólidas".

Sobre una colina de Herat, en el camposanto de personajes ilustres, reposan los restos de Nadia Anjuman, joven poetisa asesinada salvajemente. Ante su tumba otras mujeres afganas se arrodillan. Su único delito fue amar la literatura.










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