martes, 2 de septiembre de 2014

COVENTRY PATMORE [13.138] Poeta de Inglaterra


Coventry Patmore 

Coventry Kersey Dighton Patmore.(1823-1896)
Poeta y crítico literario inglés, nacido en Woodford (Essex) en 1823, y fallecido en 1896. Alentado por una encendida vocación literaria, cursó estudios de Letras en varios colegios privados de Inglaterra y, posteriormente, en Francia, de donde regresó para ocupar, a partir de 1846, un puesto de bibliotecario en el Museo Británico. Merced a este cargo, pudo entablar relaciones con las principales voces del panorama cultural inglés de su época, entre las que destacan la del poeta Alfred Tennyson y la del historiador y filósofo John Ruskin. Además, tuvo contactos con los principales poetas prerrafaelistas, quienes le invitaron a colaborar en la revista El Germen con un destacado ensayo sobre el Macbeth de William Shakespeare.

Además de estas ocupaciones, Coventry Patmore se dedicó al cultivo de la poesía desde que era muy joven. En 1844 vio impresos sus primeros versos, Poems, en una opera prima que pasó inadvertida entre la brillante producción poética de aquellos años. Sin embargo, en 1856 dio a los tórculos cuatro extraordinarios poemas recogidos en un volumen, The Angel in the House (El ángel de la casa), que sorprendió por el tono de autenticidad lírica con que exaltaba la unión matrimonial.

La felicidad experimentada por Patmore a raíz del éxito que había obtenido con El ángel de la casa quedó ensombrecida en 1860 por el fallecimiento de su esposa, desgracia que le sumió en una honda crisis espiritual de la que salió convertido al catolicismo. Recuperado entonces el aliento creativo, volvió a asomarse a los anaqueles de las librerías con The Unknown Eros and Other Odes (El eros desconocido y otras odas, de 1877), donde se sirvió de un encendido vocabulario erótico para expresar la mezcla de amor divino y humano que creyó alcanzar tras su conversión religiosa. Naturalmente, este lenguaje erótico fue muy mal asimilado por las esferas católicas inglesas, y dio lugar a numerosas protestas, como las protagonizadas por el poeta y clérigo Gerald Manley Hopkins y por el filósofo y teólogo John Henry Newman. Respecto a la evolución formal de esta obra en comparación con sus poemarios anteriores, se apreciaba claramente un voluntario abandono de los moldes estróficos más estrictos, en busca de un ritmo poético mucho más flexible.

Finalmente, en 1895 Coventry Patmore publicó su última entrega poética, Rod, Root and Flower, obra en la que volvía a recurrir a la lírica para expresar los términos de su transformación espiritual, aunque sin apelar ahora a ese vocabulario erótico que tantas discusiones había generado.





El Amante Casado.
The Married Lover

¿Por qué me lamento después de conquistarla?
Porque la gracia vestal de su espíritu
Me incita incansable a perseguirla,
Y ella, como un espectro, elude mis abrazos;
Tan intensa es su femineidad que verla
Es como besar la mano de una Reina,
Caricia que no conforma ninguna familiaridad;
Sino que marca la justa altura
A la que puede aspirar la negligencia,
Así como las damas humildes hostigan
La gracia que confunden con imprudencia;
Entonces ella con cálidos favores alimenta
La lealtad de un amor tan grande
Que allí la presunción jamás se diferencia
En el acto o la palabra,
Tan humildes como la mujer humilde puede ser,
Sus modales al llamarme Señor
Me recuerdan la intensa cortesía;
Y no menos el consentimiento de su voluntad
Que mi orgullo herido afectó,
Pero aquel noble estilo todavía
La impulsa a un inalcanzable desierto;
Mientras recuerdo su risa y su aliento,
Recuerdo que cuando todo está ganado
Aún podemos preguntar,
Reflejar la luz de la nieve sin esperanzas
Que brilla en el éter de su virginidad,
Porque, aunque libre de otros templos,
Conservo este santuario bajo los cielos;
Ya que, en definitiva,
Ella nunca podrá ser mía.




El ángel en la casa.
The Angel in the House

El hombre debe ser complacido, pero complacido
en el placer de la mujer, 
Bajando por el golfo de sus necesidades

Ella pone su mejor esfuerzo, ella se arroja.
¡Y con qué frecuencia se arroja en vano! 

Estrecha su corazón en el capricho,
Cada palabra impaciente provoca otra,

No de ella, sino de él,
Mientras ella, suave aún para la réplica,

Espera de él una respuesta amable,
Espera su remordimiento,
Ya con el perdón en sus ojos.




Las profundidades del espíritu.
The Spirit's Depths

No es en la crisis de los eventos
De una esperanza musical,
O en los actos de graves consecuencias,
Donde la vida revela su profundidad.
El día de los días no está en el pasado,
En aquello que fue pospuesto, demorado;
La noche de la muerte
Se llevó nuestra lámpara lejos,
Sin ser la noche en la que, perplejo,
Mi amada llegó bajo la luna en el espejo,
A través de los umbrales de la tersura.
Caminando sobre aquella tarde profunda,
Dónde vimos las flores agitarse en el agua.


Traducidos al español por El Espejo Gótico





The Revelation

An idle poet, here and there,
    Looks round him; but, for all the rest,
The world, unfathomably fair,
    Is duller than a witling’s jest.
Love wakes men, once a lifetime each;
    They lift their heavy lids, and look;
And, lo, what one sweet page can teach,
    They read with joy, then shut the book.
And some give thanks, and some blaspheme
    And most forget; but, either way,
That and the Child’s unheeded dream
Is all the light of all their day.   






The Toys

My little Son, who look'd from thoughtful eyes
And moved and spoke in quiet grown-up wise,
Having my law the seventh time disobey'd,
I struck him, and dismiss'd
With hard words and unkiss'd,
His Mother, who was patient, being dead.
Then, fearing lest his grief should hinder sleep,
I visited his bed,
But found him slumbering deep,
With darken'd eyelids, and their lashes yet
From his late sobbing wet.
And I, with moan,
Kissing away his tears, left others of my own;
For, on a table drawn beside his head,
He had put, within his reach,
A box of counters and a red-vein'd stone,
A piece of glass abraded by the beach
And six or seven shells,
A bottle with bluebells
And two French copper coins, ranged there with careful art,
To comfort his sad heart.
So when that night I pray'd
To God, I wept, and said:
Ah, when at last we lie with tranced breath,
Not vexing Thee in death,
And Thou rememberest of what toys
We made our joys,
How weakly understood
Thy great commanded good,
Then, fatherly not less
Than I whom Thou hast moulded from the clay,
Thou'lt leave Thy wrath, and say,
"I will be sorry for their childishness."



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