viernes, 11 de abril de 2014

TERESA MARTÍNEZ DE VARELA [11.509]


TERESA MARTÍNEZ DE VARELA 

(1913-1998, COLOMBIA) La intelectual del siglo XX en el Chocó en el campo de las artes literarias
Teresa de Jesús Martínez de Varela: vida plena de realizaciones: polifacética y activista, madre, maestra, poetisa, institutora folclórica, novelista, musicóloga, dramaturga, declamadora, pintora, escritora, líder social, investigadora. Nació en Quibdó el 1 de julio de 1913 y falleció el 16 de junio de 1998. Hija de Eladio Martínez Vélez: músico, ingeniero autodidacta de barcos para el río Atrato y gran empresario de aserradero (de madera); y su madre: Ana Teresa Arce Campaña. Contrajo matrimonio en Quibdó con: Pedro Varela Restrepo el 13 de marzo de 1967: comerciante antioqueño. Sus hijos: Eladio Enrique, Pedro Francisco, Jairo Varela: Director del Grupo NICHE, María, Norma Gloria y Martha Lucía. Cursó sus estudios primarios en el Colegio de la Presentación de Quibdó, secundarios en el Colegio Pió X en Cartagena y normal en la misma ciudad.

En su primera obra, la novela “Guerra y amor” sobre los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, publicada en 1947, muy originalmente como siempre doña Teresa hizo estampar en la primera pagina “¿Prólogo? mi libro Guerra y amor no tiene prólogo; el Génesis tampoco lo tuvo”.
En 1983 publicó el interesante y bien documentado libro “Mi Cristo negro” sobre la pena de muerte a Manuel Saturio Valencia, cuyo título se descompone así: “Mi” porque es su versión algo apasionada sobre el fusilamiento de Saturio. “Cristo” por como él fue calumniado, flagelado y sacrificado un viernes; “Negro” porque éste era el color de la piel de Manuel Saturio.
En 1987 aparece la biografía de Diego Luis Córdoba, y en 1992, con el patrocinio del Grupo Niche, “El Papi Gamín”. Como dramaturga ha escrito el “Nueve de abril”, “Las fuerzas armadas” y “La madre fósil", melodrama presentado en Quibdó. Y como si fuera poco, el tiempo le alcanzós para tomar los pinceles y producir al óleo cuadros sobre personajes y paisajes. Pero por encima de su grande y variada obra, estuvo su atrayente personalidad. Teresa Martínez fué mujer, dinámica, vital, locuaz, enérgica, emprendedora y hasta quejumbrosa, porque cuando en sus años de madurez veía las gavetas de su escritorio repletas de manuscritos y que nadie le apoyaba para publicarlos, decía que era una mujer incomprendida, tal vez por ser negra, pero que algún día le conferírian sus meritos.

En noviembre de 2009, su biógrafa Úrsula Mena de Lozano, con la colaboración de el Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico, la Gobernación de Chocó, la Alcaldía Municipal de Quibdó y la Universidad Tecnológica del Chocó, publico “En honor a la verdad”, biografía y compilación poética de esta gran intelectual quibdoseña. La biografía tiene 194 páginas y el compendio poético, 440, que incluye un particular glosario.



Proclama a la vejez 

¡Vejez! Momia que va por el sendero viejo
con un fardo de angustias… ¡Tan cansada!
Ya no percibo la luz de los reflejos
ni el soñar de la alegre campanada
sus pies dolientes con crucial manejo
y en su frente la nieve despiadada,
es la vejez. El resecado pino,
la ninfa del ayer, árbol podado
que vendió su cosecha en el mercado
de la suerte y el destino.

Espectro fiel de la misión cumplida
con gesto varonil
humanidad vencida y traspasada
por el dardo senil.

¡Longevidad! ¡Pesadilla de la experiencia!
Rosa marchita y desmayada
sobre el álbum de la conciencia.

Libreto de un drama… ¡Exhalación de una estrella!
La cripta del amor y la altivez…
Ley que busca el punto de tangencia en el vacío
y con toda la inocencia regresa a la niñez
para olvidar del dolor, los desengaños,
la deprimente burla de los años
que arrebatan la plena lucidez…
¡Y aquellos instantes de dulzura
de embriagada emoción… y de aventuras
donde hubo jugadas de ajedrez…!

¡Tercera edad! Estación de invierno
camino hacia el desierto y las heladas…
Artista que concluye su jornada
y se despide de la carpa y de la escena
con el último telón… de la velada.

¡Adiós al mundo! Cuando se han fugado
la esperanza y farándula febril;
y hasta el príncipe azul se ha retirado
con sus antorchas y músicas de abril…

Cuando inmensa fatiga de los años
han destruido la física belleza
y la mofa del vulgo… irreverente
estaciona en su rostro… la tristeza
¡Oh la vejez! Diosa sedante
de tu lindo pasado nada añoras
de ilusiones futuras nada imploras.







Del averno del odio a la gloria de Dios 

Terminó su misión en esta gleba,
fatal mazmorra donde estuvo preso…
En el éter su espíritu se eleva
cual plegaria sutil… de un santo rezo.

¡Mi Cristo Negro! Con sublime suerte
salva el averno… sin afán ni sustos.
Y allá en la Gloria donde ya no hay muerte
luce la aureola de los nobles justos.

Y en ese foro de la Gran Justicia,
con su voz de cantor… y de milicia
coro de querubines… lo acompañan.

Mientras Tántalo, en plena desventura
no ha visto a Dios… por su tenaz locura
de endiosarse en sus míseras hazañas.







Yo también cambio mi vida 

Yo también cambio mi vida, hundida en tinieblas
por la luz de una estrella que cruza el vacío,
por una caricia que enjuague mi llanto,
por una receta que calme mi hastío.

La cambio y la rifo por el canto de un ave,
por marcial sinfonía de las épicas dianas,
por el vuelo de un cóndor el vaivén de una nave,
por la tierna mirada del ser que se ama.

La cambio y la cedo por la fe de un cariño,
por el dulce murmullo del mar y del viento,
por la ingenua sonrisa de un tímido niño,
por las ilusiones que tienen los cuentos.

De veras la cambio por el llanto de cuerdas,
el ballet de la luna en las noches serenas,
por el hondo silencio que tiene la selva
el cristal de una fuente, el fulgor de una gema.

Por la danza y colores de una mariposa
perfume de rosas, de orquídea escondida,
por una limosna de paz generosa
una salve ortodoxa, yo cambio mi vida.

Por la magia de un verso los destellos del día
un sueño de hadas un vibrar de campanas,
por el clásico rito de la idolatría,
por lo grande y sublime que tiene la fama.

Por el brillo dorado de un pez marinero,
por la fina cadencia de rítmica prosa
y segura la cambio por el número cero
el Alpha y Omega de todas las cosas.

Por la incógnita equis, por las brisas de mayo,
por el plácido trino de palomas viajeras
cabalgata de nubes en corceles de rayos,
por el gran arco iris el galán de la esfera.

Por un salmo divino, por el Ave María,
la visión de querubes con sus arpas etéreas
no se empeña mi númen por razones tan frías
en cambiar mi existencia por la sucia materia.

Y feliz yo la cambio por una esperanza
que ahuyente de mi alma tanta soledad,
por un espejismo del sol en bonanza
que me dé un instante de felicidad.






Epílogo 

Esta sed que me mata, es la sed de lo incierto
en la fuente de mirras y en la abrupta cascada
esta sed que me abrasa es la sed del desierto
con el cántaro roto en mitad de jornada.

La llevo en el alma implorando el invierno
como el sol que agoniza en las tardes de estío
esta sed que me mata, con llamas de infierno
se relame del cielo el copioso rocío.

Esta sed que me abrasa… por saciarla quisiera
encumbrarme en las rocas… desandar las laderas
los breñales de espinas… lo imposible vencer.

Hasta hallar esa fuente, donde loca pudiera
sumergiendo mi boca, en su fresca ribera
olvidarme del llanto ¡y beber… y beber!


CARATULA BIOGRAF tm.JPG




Una mujer adelantada a su época, la intelectual del siglo XX en el Chocó. Entrevista con Úrsula Mena, la biógrafa que ha hecho este importante aporte a la memoria cultural.

Teresa Martínez de Varela, la intelectual del siglo XX en el Chocó. Entrevista con su biógrafa, Úrsula Mena.

Por Daniel Mera

Parece justo decir que Teresa Martínez de Varela fue la intelectual más importante del Chocó en el siglo XX. Su biógrafa, Úrsula Mena,  se ha encargado de mostrar por qué sí.  Fue una mujer adelantada a su tiempo, polifacética y activista, que se las arregló para criar una cantidad de hijos, el más famoso, Jairo Varela.

Con Úrsula Mena Lozano quedamos en deuda.  Han sido años de perseverar hasta contar con estos libros,  un paso indispensable para rescatar del olvido a una mujer excepcional. Esta es una conversación antes del placer de leer los libros.

¿Quién fue Teresa Martínez de Varela?

Fue la mujer más destacada del Chocó en el siglo XX, en el campo de las artes literarias. Nació en Quibdó el 1 de Julio de 1913 y falleció el 16 de junio de 1998. Su padre, Eladio Martínez Vélez, era músico, ingeniero autodidacta de barcos para el río Atrato y gran empresario de aserradero (de madera);  y su madre, Ana Teresa Arce Campaña. 

Después de sus estudios primarios y secundarios en Quibdó y Cartagena, respectivamente, realizó los complementarios  de la época que la calificaron como maestra.

¿Por qué el título ‘En honor a la verdad’ para la biografía?

Ella utiliza mucho la frase en nuestras conversaciones, así que fue otra forma de rendirle homenaje.

¿Cuál es la historia de esta biografía y de la compilación?

Me encontraba elaborando un ensayo sobre literatura romántica afrochocoana para participar como escritora invitada a la Feria del Libro en el año 1993; leí algún poema de ella y me deslumbró su belleza, busqué otras cosas, y finalmente la conocí en el 94; nos gustamos de inmediato y decidimos escribir su biografía.

Fueron largas horas de conversación a pesar de sus quebrantos de salud -para entonces ya la maestra tenía 81 años, pero una lucidez mental envidiable.
Los documentos y los trabajos literarios fueron apareciendo, asombrándonos cada vez más por su profusión, variedad y factura literaria, y entonces Ana Rosa y yo decidimos publicar el compendio poético. En este trabajo fue fundamental el apoyo y la colaboración de sus hijas Martha e Iven Varela.
La demora en la producción se debió a que era mucho trabajo, mucho material, y, de una parte no encontramos el apoyo financiero oportunamente y de otra, no teníamos el tiempo suficiente para dedicarle en medio de nuestras otras actividades.

¿Cómo está estructurada la biografía?

La biografía está estructurada con base en 3 grandes aspectos:  1) Su vida familiar y estudiantil, que enfatiza los elementos socioculturales que dan origen y afianzan su inspiración y formación literaria. Aquí hay un papel destacado de su vida amorosa, la narración tal vez más sentida y cruda.

 2) Su vida profesional, en los distintos desempeños y cargos que ocupó, que alimentaron sus visiones de mujer, madre, maestra, escritora y líder social; y
3) Reseñas de su vasta producción literaria, en prosa y verso, unas publicadas, otras inéditas en su gran mayoría. La biografía también tiene ilustración fotográfica familiar y pública, así como testimonios de sus hijos.

¿Adelantada o excéntrica en la sociedad quibdoseña, cuáles eran las fuentes de sus gestos (alisado del pelo, minifalda, moda europea, por mencionar los de este tipo, es decir, cómo estaba ella conectada con el mundo)?

Adelantada y excéntrica. Ella se forjó una personalidad a la que contribuyó mucho su padre, su formación académica, la lectura (en su casa había una biblioteca grande con todo tipo de textos y los clásicos de la literatura universal).

Escuchaba radio y tenía acceso a medios impresos nacionales e internacionales que llegaban a Quibdó y a Colombia por aviones que acuatizaban en el río Atrato.

¿Qué influencias literarias recibió y qué estilos usó?

Ella niega haber tenido alguien que la influenciara literariamente; sin embargo, hacía bastante alusión a Víctor Hugo, con su obra Los Miserables, y nos habló de su gusto por la novela La Cabaña del tío Tom, de la autora abolicionista estadounidense Harriet Beecher Stowe.

Creo que sobre todo esta escritora influyó bastante no sólo en sus temas sino en su propia vida. 

Respecto de los distintos géneros de su producción literaria, no alcancé a analizar este aspecto, pero mi percepción es que escribía de todo, en cualquier momento.

¿Teresa Martínez perteneció a círculos literarios fuera de Quibdó, publicó en la prensa nacional? (Yo vi una foto de ella en Cromos de los años 40s) ¿Cómo la trató la crítica (literaria o intelectual) regional y nacional?

Sí y sí. Incluso hizo parte de un grupo internacional con sede en Caracas, Venezuela, que se denominó Buró Central de Informaciones, quienes la inscriben en el libro de Mujeres Intelectuales de América.

La crítica tanto literaria como intelectual en lo local no fue benigna, cosa que a ella le dolía mucho; sin embargo, tuvo mayor reconocimiento, particularmente como poeta, en el nivel nacional de la época, pero no tanto como para que la posteridad le guardara un puesto entre los escritores y escritoras nuestros.

Ella fue maestra, madre, activista, periodista, esposa, investigadora, poeta.  ¿En qué rol fue más adelantada a su sociedad?

En todos los roles, sí se conoce, para la época, la composición de la sociedad quibdoseña y chocoana. Ejemplos de hechos controvertidos: en el 54 su participación en plaza pública contra la desmembración del Chocó pretendida por el entonces presidente General Gustavo Rojas Pinilla y que en su momento cubrió Gabriel García Márquez en calidad de periodista de El Espectador; su participación, como única mujer entre 37 hombres, en la Caravana de Periodistas por el Chocó en el 55 -un recorrido por el territorio intendencial.

¿Tiene un inventario de toda la obra de su biografiada?

En la biografía se publica reseña de las obras en prosa y poesía, a la que tuvimos acceso o noticia, apoyada en la propia autobiografía que hizo la maestra Teresita, y los documentos que fuimos encontrando.

La compilación poética la hicimos bajo el nombre de Cantos de Amor y Soledades, que recoge muy buena parte de su producción, pero no nos atrevemos a decir que es la totalidad. Para esta edición procuramos respetar la estructura de doce fascículos temáticos en que la propia autora clasificó y agrupó los distintos poemas de su inspiración, bajo una denominación general que ella llamó Panorámicas.

Los poemas son sobre temas religiosos, paisajísticos, del amor y el desamor, humorísticos, patrióticos, etc. Los fascículos tienen títulos igualmente poéticos, evocadores de sus preocupaciones y del permanente ejercicio literario: Pirotecnia de la fe, Ciudades de Colombia, Celebridad Femenina, Alucinaciones del amor, Pluma tinta y papel, Vivencias de una tormenta de amor, Fragua de Marte, Sonetos a la noble amistad, entre otros; y muestran todos ellos un excelso dominio de la lírica, la épica y el drama.

Teresa Martínez vivió en una época en que lo afro no existía como concepto. ¿Cómo asumía ella su color y sus orígenes raciales?

Para ella su condición fue traumática, porque realmente era una mulata, hija de blanca, ligeramente mezclada, y negro. Entonces se sintió discriminada por los unos y los otros. Este hecho fue uno de los grandes motivos que marcó su vida.

¿Le habló de su relación con los gigantes: Diego Luis Córdoba, Manuel Mosquera, Adán Arriaga, Daniel Valois (y también Eliseo Arango)?

Aunque no mencionó una relación directa con estos personajes, sí los consideró y enalteció tanto en sus textos como en sus intervenciones públicas. Es de anotar que a Diego Luis Córdoba incluso le escribió una biografía, que se publicó en 1987.

 En su tercera edad, ¿cómo percibía ella los cambios que estaban sucediendo en el mundo y en Colombia (hace 20 años especialmente)? Tuvo oportunidad de hablar con ella  sobre esto?

Sí tuve oportunidad de hablar con ella sobre eso. Ella sentía la pérdida de valores de los colombianos, se dolía de los casos de corrupción en el gobierno, del abandono de la niñez y de la falta de solidaridad en general en nuestra sociedad.

¿A quién más le gustaría ayudar a rescatar del olvido?

Hay muchos personajes, algunos de ellos vivos aún, que también han hecho grandes aportes particularmente a la cultura afrocolombiana y han sido ejemplos de vida dignos de emular. La tarea de rescatarlos del olvido nos corresponde a todos.

Sobre los libros

Para la impresión se contó con el apoyo del Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico, Gobernación de Chocó, Alcaldía Municipal de Quibdó y la Universidad Tecnológica del Chocó. La biografía tiene 194 páginas y  el compendio poético, 440, que incluye un particular glosario.








1 comentario: