jueves, 18 de septiembre de 2014

CAMILO RETAMALES [13.378]

                                                                  Camilo Retamales y Andrés Morales


Camilo Retamales

(Chile, 1986)
Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas por la Universidad de Chile y es Candidato a Magíster en Literatura por la misma Universidad. Ha participado en antologías como 18 poetas jóvenes de la Región Metropolitana, Los archivos desclasificados de la página en blanco y en la Muestra del VI Encuentro Internacional de Poesía del Valle de Colchagua.
Ha publicado el poemario: «Apetito de fondo» (MAGO Editores, 2012)
 




Zoológico

La claridad del reverbero donde nacen
dos ojos hambrientos
huyendo de la lluvia como animales
que me borran la cicatriz
con que antaño pude reconocer
la diferencia entre la vida de los instintos
y la retirada del cuerpo a la jaula.




El Mensajero


I

Perdido fui de los hombres en otro tiempo
no puedo asegurar cuánto, quizás horas, lustros
o tal vez fueran siglos de luz errando esos espacios
De todos fui olvidado
y mis campos, mi cara de cielo fresco y mis mareos
no fueron sino los vastos páramos
en donde los hombres iban a enterrar sus difuntos

Nada de mi quedó en esas borrascas
aunque no quiero sobredimensionar mis pesares:
la incorporeidad desperezó mis miembros
y levó las áncoras que me estacaban como llagas de esos paisajes
Fue una liberación auténtica...
como estar en un bosque en una noche cerrada

Mas no tardaron en venir los nuevos cantos
y con ellos las reminiscencias y las aspiraciones
que yo creía había olvidado
se espejearon con una intemperancia de alambres
como claros de una promesa abrupta


II

Entonces despuntó la ceremonia de mi descenso
cuando dejara para siempre esos páramos
y entre los “buena suertes” y “te deseo los mejores”
pronunciados en todos los idiomas
yo fui anudando el mío propio
que fue como si un armazón caliente me ajara
el paso de las hojas o del tiempo

Pesadamente se anquilosaron mis contornos
y recogieron mis alas su cielo azul y su oleaje
como en un corte umbilical mané de los ojos de los hombres
ensayando lo que parecían: mis primeros pruritos de habla
Para que ellos supieran que era yo el que volvía
auscultándoles un nuevo canto en esos corazones
Los dorsos del rompimiento que fuimos









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