lunes, 4 de agosto de 2014

LUIS VEA GARCÍA [12.662]


Luis Vea García

(1966)
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Estudió también Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Barcelona, aunque pronto se decantó por la escritura. Ha escrito los siguientes libros:  Petroglifos, Ed.Baile del Sol, Santa Cruz de Tenerife, 2014 (poemario), Hachazo de metrónomo, Islavaria ediciones, Granada, 2011 (poemario), Cotidianos, Islavaria ediciones, Huelva, 2008 (relatos). Su poesía se ha ido acercando a la llamada poesía de la conciencia, hecho que ha concluído con su participación en el encuentro Voces del extremo 2014.



AMANECE EN VERSOS DE JUVENAL

Se diría que el cielo arde,
 y las llamas, que son de luz,
transmiten la monotonía
 de un metrónomo.

Leo unos versos de Juvenal
y concluyo que la palabra no es eterna,
quizá una mácula en el papel.

Lucescit, amanece,
y las brumas de la mente se desperezan
en el compás del día que principia.

La retórica, siempre repetitiva,
lleva la batuta del inicio
y un ángel exterminador
sonríe con una mueca extraña.

Se diría que la vida arde,
que la luz concluye,
que la muerte lleva el diapasón
ligeramente adelantado.

De Hachazo de metrónomo, Isla Varia ed, 2011.




LÁGRIMAS UNIVERSALES

Se repliega la luz

sobre el costado materno   
                                de la vida,
sobre las curvas matizadas
                                del tiempo,
alcanzando la sabiduría
                                del metrónomo.

 Queda la bruma   
                                del desdén,
el hachazo breve       
                                   de la hormona,
el insulto larvado
                                tras la espalda,

la pujanza de la sangre agarrotada.

Resta el silencio vacío
                                   del cadáver,
y las lágrimas

que son siempre universales.
   
De Hachazo de metrónomo, Isla Varia, 2011.






ALMA DE BATRACIO

Intento calmar la locura
pero adolezco de puentes
desde donde suicidarme.

Tanteo el callejón obscuro
y se me derrama el destino.

Agoto los espacios,
declaro desierta la infancia,
me empecino en volver al agua,
líquido materno que me acogió,
no en vano
tengo alma de batracio.

De Petroglifos, Baile del sol, 2014






PETROGLIFO

La mano curva el trazo,
hunde el dedo
en la herida de piedra.

El surco austero
trasciende
y no busca
ser completado.

De Petroglifos, Baile del sol, 2014



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