miércoles, 22 de marzo de 2017

MARCELO GATICA BRAVO [20.040]

(Foto de Jacqueline Alencar)


MARCELO GATICA BRAVO

Marcelo Gatica Bravo (Cauquenes, Chile, 1976), doctor en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Salamanca. Ha publicado los poemarios ‘Anclado al pescador de mares’ (2017), ‘Crucial’ (con Pablo Gutiérrez, Santiago, 2014) y ‘Portafolio. Poemas a Pie de Página’ (Con Camilo Cantillana, Santiago, 2014). 

En Estonia publicó ‘Vientos del sur / Lounatuuled’, antología de poesía chilena seleccionada e introducida por él, con traducción de Carolina Pihelgas, Mariliin Vassenin y Helina Aulis. Tallin, 2015). En su país también publicó el poemario colectivo Taller Literario (2001), el libro de poesía a tres manos A-Trio Poético (2003) y poemas varios en Calíope, revista de poesía (2000-2003), obteniendo el Premio de Poesía de la UMCE (2003). En España y Portugal ha publicado en las antologías ‘Poesía para un existir’ (2010), ‘La hora sagrada’ (2010), ‘El paisaje prometido’ (2010), ‘O Divino’ (Portugal, 2011), ‘Poemas identificados’ (2013), ‘Arca de los afectos’ (2013), ‘He muerto… y he resucitado (2015) y ‘Umbrales de la memoria’ (2015). Ha recibido el Accésit del Premio Internacional de Poesía “Luis López Anglada” (Burgohondo, Ávila, 2008) y el primer accésit del Premio González-Warris de Poesía (Barcelona, 2012).



III (DOCUMENTOS Y EVIDENCIAS)

Hay calificaciones que matan
y otras que vuelven a nacer.

El primer 1 del semestre se lo ganó
Mauricio Pavez por confundir el título de un libro
de Octavio Paz

Escribió: El arco y la flecha
Debió decir: El arco y la lira

Ha pasado río bajo el puente
y en su defensa luego de procesado y olvidado
el caso puede concluir:

La poesía en ciertas latitudes ya no canta
ni siquiera en la ingente ducha de los invisibles
ni en la épica de un planeta adolescente

Quizás la poesía es lo más parecido a una flecha
que busca la coordenada exacta de un nuevo
acontecimiento,
un nuevo verso que roce el aire
y haga temblar el sonido de los sospechosos de siempre.

De “Poemas para desaprender” de Marcelo Gatica
del libro “Portafolio: Poemas a pie de página”.




PRELUDIO 

Yo miré todas las obras que se hacen debajo del sol; 
y he aquí , todo ello es vanidad y aflicción de espíritu. 
Eclesiastés 1:14 
Si el lenguaje reflejara 
lo que realmente pienso, 
todo estallaría. 

Creo que la fuerza de la gravedad 
es una ilusión matemática. 

Entonces propongo: 
Un estallido de imagen, 
elevarme 
por sobre águilas metálicas, 
sumergirme en nubes boreales 
y arrancar los ojos del cielo. 

Solo si la palabra reflejara 
lo que realmente pienso.




NOTAS A PIE DE ÉFESO
(Fragmentos) 

Fragmento Capítulo I: VI 

Y Dios nombra la luz, y forma páginas humanas. 
Adán se encuentra con una página blanca y nombra 
hasta donde llegan sus ojos. Y la luz se hace carpintero, 
se hace hombre camina como hombre, 
sueña como hombre, muere como hombre. 




Fragmento VII - IX 

En esta parte de la historia; en lo que va de película. 
Sólo tiene que ser un misterio, 
nacer marcados por la sensación de encierro, 
por la prisión del cuerpo. 
Sólo la aventura del ojo y de las manos, 
el ojo vuela a la velocidad del pensamiento 
y en el corazón permanecen intactos fragmentos de tiempo 
sin tiempo. 
La sangre fluye como el agua. 
Entre antes y después de un cruce. 
Frente al espejo el cuerpo que es una sombra, 
que se libera de la sombra sin tiempo, 
luego me lanzo en paracaídas al cielo. 




Fragmento Capítulo II: I – II 

Hay líneas que no se formulan en tiempo ni en espacio; 
pensamientos que traspasan lo que el ojo pueda alcanzar. 

Hay latidos siderales, entre un espacio y un tiempo 
como entre la muerte y la vida. 

La muerte sigue su flujo como un simulacro de vida. 

Hay hombres que sólo son máscaras, 
que están inflados con aire acondicionado, 
creyendo que la vida es un solo espacio. 

Pero todos los tiempos se enlazan en un espacio 
Para unos la memoria será el anclaje en la vida, 
otros se confundirán, 
cómodamente seguirán el olvido de no ser hombres. 




Fragmento IX 

El hombre sigue siendo el ser más parecido al agua. 
Fluye por la realidad de un extremo a otro 
y cuando cree haber construido una obra se evapora. 
Sin embargo por algo misterioso la vida sigue fluyendo en él. 




Fragmento: Capítulo IV: I: VI 

Cuando vivimos la polifonía de voces. 
Las coordenadas tienden multiplicarse y como ondas, 
cada vez se hacen más impalpables. 

Desde una jaula un preso nos sacude; 
nos lanza hacia lo disperso, nos lanza hacia las repeticiones, 
nos lanza hacia fuera, hacia lo múltiple, 
hacia el fragmento, hacia el retazo de mapa olvidado. 

No confundirse, el amor se lanza en un verso, en un cuerpo, 
en un espíritu, en una coordenada que soporta 
lanzarse hacia la realidad de un día fracturado. 




Fragmento VII – X 

Hay realidades insondables como el viaje del la luz; 
aquella velocidad exacta para desintegrase 
en la tierra para no desarmarse en la prisión del ojo. 

El carpintero se lanzó hacia el centro del grano 
hacia el centro de la cripta 
con el deseo fijo de que lloviera para todos en la tierra. 




Fragmento Capítulo V: XIV - XV 

Hay tanta distancia entre caminar sin espacios 
y caminar cancelando el tiempo. 

La condición para dejarnos perplejos 
es que ya no hay límites para dar el siguiente paso. 

Ya todos lo sabíamos. 
Hemos aprendido muy bien la lección de Historia. 
Cerrar los ojos 
y abrirlos en el momento exacto de una foto 




Fragmento XVI - XXI 

A pesar del mareo cotidiano de los periódicos, 
las imágenes estallan en el vacío omnipresente de un segundo 
y el vértigo que produce el tambaleo incesante 
de la red en palabras que apenas nacen mueren. 

Busco la frecuencia de naufragio 
sin la silueta de la sirena muda. 

Busco la frecuencia, respiro profundo 
y escucho como aletea mi corazón 
con la sintonía de un inadvertido pájaro en vuelo. 




Fragmento Capítulo VI: XIV 

Creo que el opio más certero es la ausencia de verdad. 
Maquillamos con un lenguaje de sirena muda, 
evadiendo; secuestrando 
el espejo que devela nuestra trayectoria. 

Quizás la táctica sea precisamente perderse en la máscara 
en la vitrina, en la actuación; 
confundirse en la masa, en la imagen. 

Quizás eso sea lo más verdadero. 
Solo restaría romper el espejo y nacer de los fragmentos 




Fragmento XV 

La carretera de la modernidad se desplaza a una velocidad 
que cancela cualquier intento de camino paralelo; 
lo que no sospecha 
es que hay huellas 
que hacen camino en el laberinto. 




Fragmento XVI 

La fe posee una misteriosa naturaleza líquida 
que en ocasiones evaporamos 
pero que emerge con tanta fuerza 
que con sólo una gota apaga cualquier intento de infierno. 

Los ojos tienen la manía de embriagarse al contacto de la imagen; 
se distancian del oído, del corazón 
que ya no late con ciertas palabras vitales. 




Fragmento de La última palabra 

Hay palabras 
que con sólo pronunciar las trastocan la materia, 
completan la escena; 
de algún modo 
el sonido que producen 
devuelve a la realidad parte de su origen.





ANCLADO AL PESCADOR DE MARES POESÍA Marcelo Gatica Bravo

(A).0. (Ω) 

PULSACIONES VITALES 

A Chofo Gatica 

En el principio las palabras se desintegran al movimiento giratorio de las sustancias, líquida la luz se expande en la nada oscura. La eternidad se desplaza hacia todas direcciones, y el tiempo se extiende sobre una marea de fragmentos vivos. Constelaciones estallan en un alfabeto innombrable. 

No hay dudas de que la luz viajó al borde de la velocidad sin fondo. Los espirales de una página en blanco, de un universo acuoso que descansa en las manos gravitatorias, salpicando vida debajo de una luna en pleno parto. 

No hay dudas cuánticas que al sur del tiempo el hombre fue uno de los primeros versos de barro que habitó la eternidad sin nombre.




(A) .0. (Ω) 

A Jorge Hinojosa 

La memoria suele ser un bello espejismo. 
El tiempo es lo más parecido al agua. 

Cuando creemos en lo sólido 
la vida se evapora. 
La táctica sería estar consciente 
o al menos 
estar despierto 
en el desplazamiento 
de las corrientes, 
del paso 
por ciertas turbulencias, 
anclarse bajo el arca 
del pescador de los mares, 
que posee la brújula de aire 
precisa para dominar el tiempo de los vientos.




(A) .0. (Ω) 

A Gilian Correa 

Ha puesto eternidad 
en el corazón de ellos 
Eclesiastés 3:11 

Quizás lo humano es el 
choque entre la casualidad 
y la causalidad en el centro de un universo 
misterioso. 

En este intersticio aparece 
un océano que deja 
en estado líquido 
nuestro ojo, 
que frente al asombro 
busca anclarse a las cosas 
aunque tengan claramente fecha de caducidad. 

El primer parto del ojo se produce 
tras la comodidad acuosa del vientre. 

Luego las palabras se desintegran al contacto 
de ciertas preguntas. 
Mientras el pescador de mares 
permanece intacto esperando 
quitar las escamas 
de nuestros ojos.




(Ω- α) (A- ω) 

PENÚLTIMOS OLEAJES 

A Felipe Espinoza 

Aún puedo leer el lenguaje de los mares, 
y de alguna manera aún se puede descifrar la 
                 balada 
nocturna de un perro hambriento. 
Pero hubo hombres que se especializaron 
en traducir lunas amortajadas y números. 

Secuestraron geométricamente 
la cotidiana trayectoria 
de la luz, 
el tacto de una mano 
que sigue creyendo en la palabra 
atrapada en ciertos gráficos. 

Armaron un gran espejismo con diminutos dioses, 
instalados en habitaciones de ensueño que a 
                   medida 
que se acercaban iban absorbiendo 
todo el lenguaje del mundo. 
Ahora el espejismo es el mundo, 
y la palabra choca atómicamente, 
y se desvanece cada día frente a la velocidad 
de millones de fragmentos.





(A- ω) 

A Ziel Machado 

La resistencia de los días, 
la incapacidad del lenguaje, 
y las palabras que circulan 
tatuadas a un código de barra 
en el océano virtual. 
Nos queda: 
Vaciar todo el lenguaje del mundo, 
los archivos anónimos de las horas extraviadas, 
los inviernos en pleno días primaverales, 
la mirada asesina de ciertos pájaros mudos, 
la brutalidad de lo desechable, 
la comida lanzada por los tubos nauseabundos 
de las grandes ciudades.

Vaciar todas las estrategias 
resultadistas de una ecuación que 
no reconoce que no hay espacio sino sólo tiempo. 

Vaciar los apellidos, las nacionalidades, 
los números cardinales de la cuenta bancaria. 
Volver al vientre materno. 
Vaciar todo, volver al extenso horizonte 
de una página en blanco. 
Y desnudo replegarnos bajo la sombra 
de un árbol en vuelo, y escuchar 
como se desliza sobre la nada el 
latido de la primera palabra luminosa.




(Ω- α) 

A Antonio Salvado 

Cuando explota el tiempo y 
el espacio en las redes de la imagen. 
La velocidad produce un mareo continuo 
en un cuerpo que aún 
desconoce la extensión de sus sentidos. 

Necesitamos el ritmo oceánico 
de un viejo pescador de mareas. 
La paciencia de la habitación del ojo, 
donde las horas se deslizan 
sobre el cuerpo en intervalos perennes. 

En estas corrientes el pescador siempre 
posee un tanque de oxígeno en su corazón 
de tierra que espera la hora precisa segar el mar.




(A- ω) 

A Julio Riquelme 

No hay balsa resistente 
al oleaje de la red. 
Flujos de imágenes 
sin contenido, 
marejadas de belleza 
y de luz ahogadas por corrientes subterráneas 
ciegas de carne humana. 

Sé que el reloj estalla en un fragmento de Enter. 
Como un turista se fotografía el cáncer, 
la estela de una guerra química, 
el desnudo pop 
de una rupturista 
(quizás lo más tradicional del mundo). 

Atrapar la vida en un video 
de tres minutos, o la vida en 
140 caracteres. 
Claramente los materiales 
de mi balsa son rupestres 
para la pantalla plana. 

A pesar de la esclavitud 
de ciertas miradas salgo a pescar memoria, 
es decir, 
un anzuelo para mi asombro aborigen.





(A- ω) 

A Rolo Beaujon 

El espacio cero de los océanos. 
En el espacio cero de los pájaros 
se esparce cierto miedo a caer en 
una nada sin ojos. 

Pero en la superficie 
de mi tacto 
permanece la búsqueda 
de una gota de piano 
para diluir 
el movimiento 
de la prisa 
de un ángel migratorio 
que lleva a cuestas 
un mundo en caída libre.




(Ω- α) 

A Antonio Soto 

Al sur del tiempo 
los árboles fueron los primeros habitantes. 
Lo he escuchado en ciertos ojos de ancianos quise 
decir niños-hombres. 

En una época no había distancia 
entre el cielo y viento, y los árboles 
dejaban ver pies y manos. 
La raíz aquella mano de tierra 
y las ramas contemplaban 
intactas la velocidad de la luz que las rozaba. 

De acuerdo a ciertos ancianos 
de tierra si posas como niño el oído al tronco, 
escucharás su alabanza desnuda, (nunca un 
                          lamento 
porque su genética es sólo canto) 
cuya única posibilidad es el parto del ojo. 

Amaneció el hombre y cierto lenguaje enmudeció el 
canto adánico del primer verso del bosque. 
                         Instalando 
una lengua analfabeta de vida. 

El nuevo adán entrecruzado en ciertos corazones que 
aún palpitan y como niños-ancianos
persiguen el reverso del viento, 
aquellas huellas del tiempo en que los árboles 
caminaban junto a los hombres.




(A- ω) 

A Cris Elwin Tuto Ramson 

Paren de sufrir (Primer verso tomado 
de un letrero de una iglesia que fue 
cine o viceversa). 

El espejismo hipnótico 
de ciertas bandas sonoras, 
desplegando radiaciones 
en abismos de ensueño 
creyendo que los milagros se consumen como 
como likes en los perfiles de Facebook. 

El auditorio esperando el golpe de rock 
para relajar el espíritu de un día fotocopiado. 
Mientras el vendedor instala 
en los corazones “Cristos” de plástico diseñados 
en una fábrica lejana 
donde es imposible la devolución del producto.





(Ω- α) 

A Magdalena de Cisternas 

El vértigo de las mareas 
se fragua en la orilla del espejo 
frente al transcurrir de 
ciertas horas inmóviles, 
de ciertos bloques 
de humo digital. 

Frente a un suspiro oceánico 
se requiere el oxígeno 
para el parto del aéreo animal 
que pretende 
nacer de nuevo. 
Es decir, 
deslizar los primeros 
latidos en un espacio cero.





EL PESCADOR DE MÁRGENES 

                               A Luis Cruz- Villalobos 

(A- ω) (Ω- α) 

Antes del reino. Antes de partir el tiempo en nuevos espacios. Antes que la Palabra se esparciera en los márgenes oceánicos, y se posará como un pájaro de mar en las aldeas y en los confines de la tierra. Antes que habitara en las cárceles del cuerpo, y los infinitos laberintos sin sal. Escampó en el páramo, vació la eternidad de sus treinta años, eludió convertir las piedras en pan, y volar cinematográficamente como los ángeles. Y entonces, el desierto comenzó agitarse como el mar por el aire que brotaba de su silencio. Y las fronteras de los corazones se remecieron por flujos adánicos y el viento que nacía de sus palabras.





(Ω- α) 

A Cristián Morán 

Al principio buscó el silencio. 
Inadvertido desapareció 
durante algunas semanas. 
Inadvertido llegó 
en condición de cadáver; 
su cuerpo estaba vaciado, 
como la debilidad de un niño recién nacido. 

Pero el brillo de sus ojos. 
Nunca olvidaré 
ese brillo de sus ojos, 
parece que había recogido toda la luz del desierto.





(A- ω) 

A Arantxa Arrúe Anttila 

Su primer itinerario fue caminar 
por todos los márgenes, 
donde yace el silencio, 
el olvido, aquella extrañeza posada en los ojos; 
aquel desarraigo de lo propio, 
aquella imposibilidad de emigrar de los límites, 
donde los demonios se multiplican 
por falta de latidos vitales. 

En silencio sin ceremonias 
se manifiesta el pulso de ciertas 
palabras que con 
solo pronunciarlas desintegran 
cualquier intento del infierno. 
Y su fama se extendía 
por todos los lugares de los contornos.





(Ω- α) 

A Helina Aulis 

En la turba los corazones se desnudan. 
La levedad de ocultarse 
en la masa y gritar - ¡mátadle! 

La turba pensaba cumplir 
al pie de la letra el texto. 
Ella no podía levantar 
sus ojos que se extendían 
al suelo a la muerte. 

Mientras, el carpintero 
tatuaba el más bello poema de amor 
jamás traducido a lengua humana. 

La turba comenzó evaporarse 
como las piedras 
como el dolor, 
como el infierno. 
Y germinó una nueva flor, 
quise decir, una nueva mujer.





(A- ω) 

A Laura Gómez Liz 

Un día leyó algo 
sobre el fin de la esperanza, 
es decir, leyó la promesa cumplida. 

Ya no habría más espera 
para los cautivos, los ciegos, 
los oprimidos, para habitantes de los márgenes. 

Pero fue el primer 
día que experimentó la condición 
de inmigrante en su propia tierra. 
Médico cúrate a ti mismo dice el refrán. 
Lo llevaron a la periferia, 
lo subieron a un monte para lanzarlo al vacío. 
Sin embargo, la multitud 
no pudo contenerlo 
pues la esperanza ahora estaba allí; 
palpable, y caminaba entre ellos.





(Ω- α) 

A Cheo Cornejo Bouffanais 

A la orilla del mar hombres, 
mujeres y niños se agolparon 
para escucharlo. 
Los pescadores prestaron 
sus barcas para que la voz 
se extendiera a más personas en la orilla. 

Luego del mensaje les dijo 
que fueran mar adentro para la pesca. 
Toda la noche en alta mar 
y las redes estaban vacías 
de alimento oceánico. 
Incrédulos… un pescador 
dijo lanzaré las redes solo porque 
creo en tu palabra. 

La barca se deslizo sobre el mar, 
por sobre el silencio 
y los peces se posaron 
en las redes que se inflaron como globos. 
Los peces no solo entraron en la barca, 
entraron en los ojos, en las manos 
en el corazón de los pescadores. 
Nunca volverían a trabajar en alta mar, 
fue su primera 
clase para ser pescadores de mares.





(A- ω) 

A Grace Gómez 

En el trayecto cotidiano 
se encontró con 
la imagen sepulcral de un leproso, 
por las heridas su vista no se levantaba 
del nivel de las rodillas. 

Solo dijo- si quieres puedes limpiarme. 
Entonces le pidió 
que extendiera las manos, 
y el leproso extendió 
las manos, 
el corazón y sus ojos 
contuvieron por un momento 
toda la luz 
del mundo 
que caí a esa hora.






-

No hay comentarios:

Publicar un comentario