sábado, 22 de octubre de 2016

FERNANDO DURÁN AYANEGUI [19.345]


Fernando Durán Ayanegui

Fernando Durán Ayanegui (Alajuela, Costa Rica, 3 de agosto de 1939) es un escritor, académico y químico costarricense, rector de la Universidad de Costa Rica en tres periodos y autor de varias novelas, cuentos, poemas, cuadros de humorismo, ensayos, artículos académicos y obras de teatro. Ha sido ganador en varias ocasiones del Premio Nacional Aquileo J. Echeverría.

Nació en la ciudad de Alajuela en 1939, hijo de padres artesanos. Durante su infancia viajó a varios países, permaneciendo seis años en Cuba. En 1956, obtuvo el título de Ingeniero Químico Industrial del Centro Tecnológico Superior de La Habana. De regreso a Costa Rica, sus títulos no fueron reconocidos, por lo que ingresó en la Universidad de Costa Rica, donde se graduó de bachiller en Química en 1964. Posteriormente obtuvo postgrados en química en la Universidad de Lovaina, Bélgica, además de un doctorado de Ciencias en 1971, y un postdoctorado en la Universidad de Harvard, Massachusetts.

Fue dirigente estudiantil universitario y posteriormente profesor asociado e invitado de la Escuela de Química de la Universidad de Costa Rica. Posteriormente, fue coordinador del estudio de postgrados del Sistema de Estudios de Postgrado, decano de la Facultad de Ciencias y vicerrector de Docencia. Participó en diversos estudios de investigación, entre ellos uno sobre la síntesis total de la vitamina B12 durante su estadía en la Universidad de Lovaina.

En 1981 asumió la Rectoría de la Universidad de Costa Rica, teniendo que enfrentar la crisis económica de 1982 que amenazó el inicio del curso lectivo de dicha universidad. Fue rector de la Universidad en tres periodos: entre agosto y septiembre de 1981, entre 1981 y 1985, y entre 1985 y 1988. Durante su gestión, se realizaron diversas obras de infraestructura en la Universidad de Costa Rica y sus sedes a distancia, así como se inauguró el Sistema Universitario de Televisión Canal 15.

Entre 2003 y 2015, fue miembro de la Academia Costarricense de la Lengua, ocupando la silla "O".

Obra literaria

Desde 1959 ha publicado diversos ensayos, cuentos, artículos de opinión, humorismo, novelas, poemas y artículos académicos. Sus principales obras, principalmente cuentos, se enmarcan en la temática de la crítica social, el humor, lo fantástico y la ciencia ficción. Su novela más conocida, Las estirpes de Montánchez (1993), englobada dentro de las obras los escritores de la llamada Generación del desencanto o Postmodernidad (1980 en adelante), es un texto complejo que desarrolla dos historias paralelas, con personajes que se desdoblan y cambian de identidad, saltos espacio-temporales, anacronismos, y mistificación constante de datos históricos y fechas, ofreciendo la imagen de Costa Rica como un país latinoamericano cuya historia está marcada por la enajenación, el enmascaramiento de las identidades, y el hundimiento en una violencia autodestructora.

Novelas

Retorno al Kilimanjaro (1988).
Las estirpes de Montánchez (1993).
Cuando desaparecieron los topos (1994).
La joya manchada (1995).
El lugar común en la sonrisa (1997).
Tienes nombre de arcángel (1998).
La maldición del Réquiem (2015)
Un par de clavos (2015)
Los Buitres (2015)
La desconocida (2015)
Portada, ilustración Lara Anderson.
La desconocida. Autor Fernando Durán, ilustración Lara Anderson.

Cuentos

Dos reales y otros y otros cuentos (1971).
El último que se duerma (1976).
Salgamos al campo (1977).
El benefactor y otros relatos (1981).
Diga que me vio aquí (1981).
Cuentos para Laura (1986).
El rey que se apoderó de la luna (1986).
Las aventuras de Camote (1986).
El viaje de la familia Hueco (1988).
Opus 13 para cimarrona (1989).
Dos reales y el puntito curioso (1993).
El fin de la historia (1993).
Y yo jamás veré Marsella (2000).
Una macedonia (2000).
Microrrelatos (2004)
Relatos (2004).
Animalarriba y Animalabajo (2015).
Animalarriba y Animalabajo. Autor Fernando Durán, ilustración Lara Anderson.

Obras de teatro

Billy come back (1994)
La poca ejemplar historia de Julio César Pérez y el escuadrón de la muerte (1994)

Poesías

Hojas en el viento (1993).
Haikus (2004).



Haikus de Fernando Durán Ayanegui


1
Quiere vivir
y en su primer vagido
habla la muerte.

2
De su hermosura
le hablaba tiernamente
su amigo ciego.


3
"Serenamente
cerraré mi sarcófago"
piensa el suicida.

4
Ella sentía
que la cubría la tierra
mientras soñaba.


5
Buscas la luz
y cuando al fin te llega
viene la noche.

6
Por fin el limo
convertido en Adán
es barro inútil.

7
Sobran las misas
si en los prados del limbo
plantamos flores.

8
Los buenos días
para el hermano pobre
no son el pan.

9
Hasta las moscas
presentirán la muerte
este verano.

10
Hacia la noche
lleva al agonizante
la eterna luna.

11
No ser un héroe
anhelaba el soldado
desconocido.

12
Para la vida
la mano del obstetra
sube el telón.
13
Dios no es de vino.
Mi barriga vacía
dormirá triste.

14
Bien que desea
fallecer en su lecho
el general.

15
Ensimismado
y hurgando su nariz
reza el filósofo.

16
Siempre sabrás
que el centro del poder
se halla en un banco.

17
Muero agotado.
Levantadme el sudario
hasta la frente

18
Calma su sed
con la primera gota
el padre Noé.

19
Al yerto Abel
un beso fraternal
roba Caín.

20
Honda es la ira
que blandirá David
frente a Goliat.

21
Duerme Sansón
y con afiladores
sueña Dalila.

22
Grito de ¡tierra!
voz de gloria y de muerte
para Colón.

23
“Amado Edipo
para ti soy yo casta”
gime Yocasta.

24
Cesó la lluvia.
Ya sobre el empedrado
marcha el gendarme.

25
Viaja despacio
este viejo soldado
hacia la muerte.

26
"Brilla una estrella"
exclama Augusto César
"cesad el censo"

27
Voltea el cuello
y asombrado descubre
la guillotina.

28
Profeta honesto
profetizas que nunca
serás profeta.

29
Vieron venir
la mansa nube blanca
hacia el Titanic.

30
Te absolverán
querido Galileo.
Vueltas da el mundo.

31
“Mi heredero
parece oler a cabra”
pensaba Isaac.

32
Intuye Adolfo
que habrá de reencarnar
con nombre hebreo.

33
La voz del piano
surge y nos solicita
que la dancemos.

34
En Waterloo
sediento Bonaparte
murió tu sed.

35
Ruega el soldado
que sean todas las guerras
vegetarianas.

36
Porque las guerras
no son vegetarianas
se alegra el bosque.

37
Sin tus imágenes
es un espejo roto
la soledad

38
Baila la lluvia
sobre mi sepultura
en el otoño.

39
A campanadas
un sudario vacío
teje la noche

40
Libro del sabio
vivirás empolvado
en su sarcófago.

41
Veo centellear
la mirada de Dios
en la tormenta.

42
Toro imposible
mas colmado señor
se sueña el buey.

43
Memoria cíclica
de todos sus fracasos
era su vida.

44
La marcha fúnebre
de toda la semana
toca el domingo.

45
Cuando hayas muerto
ignorarás las nubes
eternamente.

46
También la araña
sepulta al faraón
en el desierto.

47
Dios se conjuga
en primera persona
en cada muerte.

48
Miman los sapos
monederos de limo
en el verano.

49
Las ranas cantan
en alfabeto Morse
desafinado.

50
Locomotora
amado dinosaurio
de mi niñez.

51
En el fogón
crepitan los adioses
del bosque muerto

52
Latoso amigo
contándonos tus penas
nos torturabas.

53
Si estás alerta
lograrás respirar
mientras no mueras.

54
Muestran tus ojos
lagunas congeladas
bajo la niebla.

55
Le sueña el perro
sus ladridos al amo
cuando ha partido.

56
Oléis a veces
patrias embanderadas
a podredumbre.

57
En el discurso
de los aduladores
fluye la baba.

58
Sed compasivos
dejad en paz a Dios
mientras exista.

59
Ni suicidándote
te podrás liberar
de la otra muerte.

60
Eran esclavos
pero comían dos veces
todos los días.

61
Libres los pobres
diez veces al día
sueñan que comen.

62
En armonía
viven su tensa paz
algunos muertos.

63
Tuve en la vida
una insignificante
y corta fuga.

64
Llamamos vida
a un error que la muerte
nos rectifica.

65
Simios patéticos
nos medimos el tiempo
como gusanos.

66
Solo amanece
con las primeras voces
de las mujeres.

67
Piensa que existes
pero eres solo parte
de un simulacro.

68
Lleva el político
un crimen embozado
en su bastón.

69
No ladra el perro
mientras duerme la siesta
el amo ausente

70
Siempre lo mismo
si cenas con amigos
comes amigos.

71
Joven ardiente
el aire que respiras
mide tus días.

72
Llanto natal
anuncio de agonía
desgarrador.

73
Lo profetizan
las viejas galaxias:
morirá el sol.

74
¿Se llama Dios
la nada o es la nada
el nombre de todo?

75
Aspira bien
porque todo camino
tiene su aroma.

76
Llamad al tiempo
de solidaridad
tiempo perdido.

77
Cesad los rezos.
Los dioses quedaron sordos
desde el big bang.

78
Al son del viento
su tierna zarabanda
danza la lumbre.

79
Por una fruta
Adán nos convirtió
en dioses vanos.

80
Nos profetiza
que no habrá profecías
el buen profeta.

81
Juan Sebastián
escapan tus tocatas
tras de tus fugas.

82
Si de un político
sueles ser el apóstol
niega cien veces.

83
Hace flamear
las más turbias banderas
el huracán.

84
Ciegas banderas
himno inglés o bantú
canto inhumano.

85
"Mi libertad"
grita el soldado y muere
en soledad.

86
"Matadme ahora"
ruega el hambriento y vive
en libertad.

87
Del matadero
republicano somos
mansos borregos.

88
Os lo aseguro:
poned, pobres, la mesa
y esperaréis.

89
Lamentarás
gentil republicano
tus elecciones.

90
Hombre pequeño
existes porque sueñas
no porque vives.

91
Con burda prisa
bordó la evolución
al elefante.

92
El dromedario
aspiró desde siempre
a ser montaña.

93
Toda montaña
pretende ser la espalda
de un camello.

94
Al pescador
el mar siempre querría
llevarlo lejos.

95
En las estrellas
congelaron sus llantos
las cuatro lunas.

96
No fue el final
de mi largo camino
una llegada.

97
Olvidadizos
te dirán algún día
que fuiste hermosa.

98
Oigo aletear
ángeles silenciosos
en el maizal.

99
No oirás después
del último suspiro
la marcha fúnebre.

100
No lo dudéis:
olvidarán tus besos
todos tus hijos.

101
De nuestros sueños
te hablará mi fantasma
en el futuro.

102
Somos la vida
precursora de muerte
somos la nada.

103
Eran las nubes
los suspiros de Dios
abandonado.

104
Breves las rosas
y eternas las espinas
en el jardín.

105
Me ha liberado
la promesa incumplida
de eternidad.

106
Aun si volaras
no serías superior
al ave efímera.

107
Es un neurótico
el político honrado.
Encarceladle.

108
Voces del pueblo
callados prisioneros
en mil discursos.

109
No matarás.
Dejarás que gobiernen
los asesinos.

110
La libertad
podría ser el infierno
de los esclavos.

111
Hiede también
político corrupto
tu mausoleo.

112
El alba era
ladrona inexorable
de mis sueños.

113
También son duros
los sueños de los pobres.
Interrumpidlos.

114
No llames más
pues es ineludible
tu soledad.

115
Desheredados
lameréis de la sal
vertida en tierra.

116
Ten la certeza
de que el tiempo no cesa
de aniquilarte.

117
Diluviaría
si protegiera al pobre
una alta nubes.

118
Hay en la muerte
incierta, lenta y sorda
un horizonte.

119
En el verano
el olor de las flores
quiere marcharse.

120
Pobre mi sombra.
Busca desamparada
la oscuridad.

121
Un día vendrá
tu sueño más perfecto:
la eternidad.

122
Éramos niños
y en el aire escuchábamos
solo campanas.

123
Gracias al viento
entona mil canciones
el campo abierto.

124
Hoy sopla el viento.
Quiero gurdar la noche
bajo mi techo.

125
Lentos navíos
surcaban los domingos
de mi niñez.

126
Entonces éramos
los jóvenes heraldos
de la inocencia.

127
En mi ciudad
arcángeles sin alas
cuidan del pobre.

128
Fábricas tristes
estornudan al aire
polvo y suspiros.

129
Con la resaca
de agotados rugidos
descansa el mar.

130
En esta tarde
muda de golondrinas
duerme el verano.

131
Dentro de un siglo
tus nietos vivirán
sin conocerte.

132
En nuestra tierra
los árboles ignoran
cuándo es otoño.

133
Danza nuclear
cien mil monstruos ocultos
le diste al aire.

134
Éramos jóvenes.
Fingíamos ignorar
lo que es la muerte.

135
Nos medirán
los gusanos reptantes
bajo la lápida.

136
Oled la sangre.
El holocausto sigue
sin descansar.

137
En su silencio
acunaba mis sueños
la medianoche.

138
El fin del tiempo:
cuando brille en el cielo
solo una estrella.

139
Aún lo recuerdo.
Hablábamos la vida
en el camino.

140
¿Qué más, ahítos,
queréis acaparar
de este planeta?

141
En nuestros sueños
se deslizan las noches
bajo la alfombra.

142
Vuelvo a tu vientre
es mi hora de dormir
querida tierra

143
Fantasma amigo
de la olvidada infancia
tu voz escucho.

144
Me serenaba
cada noche una luz
en mi ventana.

145
A fin de cuentas
si Dios nos respondiera
¡vaya sorpresa!

146
Trepida el órgano.
Ruge Bach en la iglesia
al Dios airado.

147
Cuando estás lejos
quisiera preguntarte
si aún existes.

148
El río fluye
para escapar de Heráclito
y del remanso.

149
Conquistadores,
desde donde vinisteis
vino la muerte.

150
Es tu condena:
no correrán los niños
tras tus milagros.

151
En su ambición
sueña alas el águila
blancas y abiertas.

152
Sueña y revive
sus ágapes atávicos
el gavilán.

153
En las espinas
se expresa la tristeza
de los rosales.

154
Te asombrará
descubrirte viviente
cada mañana.

155
Hiende la luna
una herida en el cielo
que sangra estrellas.

156
No es vano intento
tu vuelo de semillas
diente de león.

157
Vendrá la muerte
a librarnos del tiempo
y sus cadenas.

158
Tuve aquel sueño:
primero fuiste tú
luego la noche.

159
El rudo paso
de un hombre armado anuncia
tumbas abiertas.

160
Hijos del sol
paren las estaciones
entre las nubes.

161
Masacre eterna:
la vida te alimenta
de moribundos.

162
Guardo el recuerdo
de mil tardes urdidas
por los celajes.

163
Desamparados
descansa la justicia
tened paciencia.

164
En cada amigo
te lo advierte la historia
dormita un cardo.

165
Cuna del odio:
nació como palabra
la idea de raza.

166
Huelen los nardos
y a golpe de guadaña
muere el zarzal.

167
Aun sin alarma
si ves flamear banderas
busca refugio.

168
A su placer
alcanzan el infierno
los sicofantes.
169
Grandes gobiernan:
consérvate pequeño
hombre pequeño.

170
No escuchan, huelen
los oídos del juez
que juzga al rico.

171
Ante el espejo
visiones de mis sueños
más escondidos.

172
En Nicaragua
hay lagos coagulados
de antigua sangre.

173
Me dio el pasado
paredes demolidas
libres del eco.

174
Palabra ángel
¿de cuántos alfileres
estás compuesta?
175
Un pan escaso
torturadas reparten
algunas madres.

176
Fermenta y crece
como panza de niño
la blanca hogaza.

177
No al modo antiguo
dóciles ciudadanos
mas sois esclavos

178
Silencio pobres
que Dios piensa dormir
el nuevo siglo.

179
Eternidad:
el río de tus sueños
desde esta noche.

180
Si por aquí
logra pasar la historia
apestaremos.

181
Estaba escrito
construyen el imperio
ellos los bárbaros.

182
"Pudo haber sido"
dijo dolidamente
Simón Bolívar.

183
"No pudo ser"
lamentó tristemente
José Martí.

184
"Fue como fue"
exclamó triunfalmente
el señor Bush.

185
Queridos rambos
no pudisteis ser ghandis
sentíos mal.

186
¿Dónde os fuisteis
cuando os abandonamos
viejas palabras?

187
Tal vez los bárbaros
que deseamos destruir
somos nosotros.

188
Brazos abiertos
¿una crucifixión
o un abrazo?

189
Solo un segundo
del minuto final
el paraíso.

190
Con un lamento
las noches deshojadas
cantan los grillos.

191
En mi ciudad
la seguridad única
es la prisión.

192
Un privilegio
para los moribundos
está en la muerte.

193
Cuando vencido
enano genuflexo
es el gigante.

194
Es nuestra suerte
la imposibilidad
de la esperanza.

195
Vano milagro
si inventamos palabras
que no se nombran.

196
Revelación:
tu fe no trae la luz
marchas a ciegas.

197
Como el verdugo
se sienten los políticos
predestinados.

198
Después del éxtasis
del arrepentimiento
tal vez la paz.

199
Corre en tu sangre
el río interminable
del viejo Heráclito.

200
Virtud se llama
al crimen aceptable
del poderoso.

201
Vida y muerte
funde la eternidad
del universo.

102
Roba a la muerte
su vocación de tumba
la madrugada.

203
Va la tormenta
fotografiando truenos
en cuanto estallan.

204
Réquiem neumático
por las horas perdidas
son los suspiros.
205
Asnos alados
los juristas corruptos
ahogan la luz.

206
Callan los jueces
fallecen las palabras
y la justicia.

207
En los estrados
la ley priva de luz
a los más débiles.

208
Temblor de hojas
diurnas imitaciones
de las estrellas.

209
Las hecatombes
fueron presagios griegos
del Holocausto.

210
Campana rota
un sudario vacío
para el silencio.

211
Dios no madruga
en el rocío silente
de la justicia.

212
Volcán en calma
el sueño efímero
de un Dios dormido.

213
La madre teje
y el padre duerme al niño
en el umbral.

214
Mes de diciembre
a duras penas repto
tus noches frías.

215
Se desmorona
astro desgañitado
el campanario.

216
Cañón del cielo
y mortaja de bronce
en la campana.

217
Sorda crepita
perforada de estrellas
la clara noche.

218
Diáspora son
los nardos matutinos
de mil aromas.

219
Lanza un bostezo
la clara madrugada
de luna llena.

220
El moscardón
motor oscuro y grave
del barrizal.

221
Vierte el barbero
su polen de carbón
sobre el mosaico.

222
Peripatético
señor del retroceso
vano cangrejo.

223
Vieja tortuga
eres la evolución
del tapa ollas.

224
Si el justo duerme
posponed la tortura
guardadle el sueño.

225
Lenta tortuga
le llamarás tortura
a tu camino.

226
Correcaminos
explorador del cielo
graso abejón.

227
Rayo nocturno
ángel resplandeciente
de la tormenta.

228
Invierno nórdico
largas noches veteadas
de ébano y mármol.

229
Rastro fugaz
saludo del meteoro
grito de luz.

230
Se han enojado
las montañas nocturnas
salta el relámpago.

231
Hubo una vez
un cansado universo
que hizo ¡big bang!

232
Humanizar
la guerra ¿civiliza
al animal?

233
Oye el político
el llanto de los niños
mientras perora.

234
"Querido Yorick,
perdiste el mal aliento",
suspira Hamlet.

235
Mirad bien Sancho
los gigantes vencidos
sangran harina.

236
Hoy en el circo
Daniel de Babilonia
es domador.

237
Ave Pilatos
inventor de la asepsia
en los estrados.

238
Doblad campanas
cuando las flores rotas
desaparezcan.

239
Como un presagio
cuando pasan las nubes
borran mi sombra.

240
Amo la vasta
pequeñez de los años
que hemos vivido.

241
Clamando a Dios
le respondió el milagro
de un gran silencio.

242
De la corbata
silencioso el verdugo
retuerce el nudo.

243
Aves de plomo
del Báltico enlutado
sobre Estocolmo.

244
Pobres venid
y ayudémosle a Dios
para que exista.

245
Desde la sopa
los ojos del aceite
nos interrogan.

246
Tal vez conserva
el alma de las uvas
el vino tinto.

247
Disimulado
sudario del viñedo
el vino blanco.

248
Dentro del Arca
dos calafateadores
asiló Noé.

249
Sonríe el piano:
recorren el teclado
dedos de niño.

250
La desolada
noche encinta de estrellas
llora a la luna.

251
Desde la noche
agitando sus alas
llega el insomnio.

252
Viene el invierno
a escondernos la luna
sobre las nubes.

253
Canción de cuna
bajo la enramada
duermen los niños.

254
Echo raíces
esta tarde estival
nació mi nieto.

255
La carretera
vaga cinta tendida
hacia el océano.

256
En el panteón
debajo de las piedras
un héroe ausente.

257
Bajo las nubes
ronronea sus motores
una torcaz.

258
Entre la arena
blancos trozos de uñas
van hacia el mar.

259
Cama vacía
siempre guardas los cantos
de mis amadas.

260
Cuando hay mujeres
al borde del aljibe
el agua canta.

261
Globos nocturnos
sobrevuelan la aldea
y nadie mira.

262
Detonaciones
revuelos en el bosque
un ave muere.

263
Vela el invierno
el sordo funeral
de cada hoja.

264
El estudiante
escucha al viejo sabio
bajo un nogal.

265
Como en un hijo
marcha apoyado el viejo
en su bastón.

266
A cuentagotas
rememora el avaro
a su hijo muerto.

267
La chimenea
les describe a los bosques
el más allá.

268
Mientras viajamos
en cada nube blanca
hay un recuerdo.

269
En la pecera
un tenue pececillo
surca la luz.

270
Se posa el cuervo
cual negro magistrado
en un alambre.

271
Sueña el poeta
y olvidada descansa
su lapicera.

272
Él que no viaja
en el embarcadero
empuja el bote.

273
En la mañana
encuentra el moribundo
una muralla.

274
Sobre la estatua
del gobernante dejan
manchas las aves.

275
Las altas torres
de mi patria serán
siempre volcanes

276
La voz de África
resucitó en la sangre
de mis abuelos.

277
Aborrecedme
ordena el poderoso
en su arrogancia.

278
Esas montañas
que crecen en mi tierra
¿nos pertenecen?

279
Tenues jinetes
galopan en mis noches
de pesadillas.

280
Vieja maestra
aún llevo en mis huesos
tus mil preguntas.

281
Ya nos aguarda
en un lugar del tiempo
la mensajera.

282
Vuela el cuclillo.
en el bosque retumba
la voz del hacha.

283
Bajo el paraguas
un par de enamorados
burla a la lluvia.

284
Marcan la arena
los pasos inaudibles
de los cangrejos.

285
En un destello
arde en el horizonte
el sol vernal.

286
Sueñan los patos
alas de primavera
en el invierno.

287
Desde un zarzal
ilesa y deslumbrante
surge la luna.

288
Temblad batracios.
Faros de un automóvil
rompen la noche.

289
Abre la noche
sus esponjas de luz
en la espesura.

290
Su alta montaña
desciende el caracol
desde una piedra.

291
Gozan los sapos
el abrazo del agua
en el aljibe.

292
Sobre la luna
se dibujan las alas
de los murciélagos.

293
Sueñan el fondo
del pozo abandonado
aves sedientas

294
Alto es su vuelo
mas nació el gavilán
en la yacija.

295
Al templo llega
la carroña del réprobo
en caja de oro.

296
Escucho el canto
de la alondra perdida
en otro sueño.

297
Sus uñas pálidas
retrata el mal pintor
en vez de garzas.

298
Quizás el cielo
estuvo despejado
en el diluvio.

299
Dicen adiós
en medio de la noche
las campanadas.

300
Vive en sordina
entre pliegues y sombras
la vieja criada.

301
En las cortinas
de mi cuarto natal
estaba el cielo.

302
Mango amarillo
en el mantel de nieve
sobre la mesa.

303
Me protegían
los ojos de mi madre
en la penumbra.

304
Primera luz.
Detrás de las persianas
se asoma el sol.

305
Arden mis sueños
al final de la calle
en un farol.

306
La azucarera
ingurgita el desfile
de las hormigas.

307
Ríe en la noche
bajo un claro de luna
el horizonte.

308
El rodapié
es la muralla china
de las hormigas

309
Oran los veinte
enanos de las manos
frente al espejo.

310
En la ceniza
el gato vigilante
sueña ratones.

311
Sueñan las garzas
que en el aire ligero
vuelan sin alas.

312
Oigo en la radio
el desbocado tráfago
de un noticiero.

313
Tour de verano.
Maizales asustados
por los ciclistas.

314
Miman la lluvia
las chicharras de abril
mientras crepitan.

315
Voces profundas
se escuchan en la iglesia
del palomar.

316
Quien se despierta
más temprano en la casa
es el reloj.

317
Frente al espejo
eres triste pintor
de lo efímero

318
¿A qué fantasmas
toda la madrugada
ladran los perros?

319
Mi pobre sombra
ansía encontrar la paz
bajo un alero.

320
Una moneda
compra las bendiciones
de la mendiga.

321
Bajo el oleaje
feroz de la tormenta
descansa el mar.

322
Salvo si han muerto
de la guerra los hombres
vuelven cansados.

323
Para todo hombre
habrá una madrugada
seca de amor.

324
La madre sabe
que no todos sus hijos
duermen tranquilos,

325
El rico lleva
pobres bienes de pobre
al funeral.

326
En la ventana
del cuarto de mi infancia
hay telarañas.

327
Vive el que mira
la momia apolillada
de un faraón.

328
Arde el infierno.
Nombra nuevos ministros
el presidente.

329
Su cresta grana
sobre la empalizada
ostenta el gallo.

330
Tienes poder
si te hace invulnerable
la soledad.

331
Hay en la muerte
indefectiblemente
un horizonte.

332
De aquellas nubes
son malagradecidas
las que se marchan.

333
La eternidad
el sueño más perfecto
será tu premio.

334
Cuidan del pobre
los ángeles sin alas
de la desdicha.

335
El río fluye
mas nunca estuvo ahí
solo pasaba.

336
Desgrana el grillo
la humedad de la noche
con su serrucho.






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