viernes, 3 de marzo de 2017

GERARD FIERET [19.978]


GERARD FIERET 

Gerard Fieret (La Haya, Holanda  1924-2009) tuvo que esperar hasta los últimos años de su vida para convertirse en un fotógrafo de renombre internacional. Actualmente se encuentran obras suyas en el MoMA, el Rijksmuseum, y en las más distinguidas galerías internacionales. En este último año, una exposición dedicada a toda su obra se ha dado a conocer en París, Turín y La Haya. No sólo las composiciones originales, el juego con los desenfoques y la mirada “propia” con respecto a la intimidad, lo frívolo y la sexualidad son lo que hacen interesante a su obra. Es también una reflexión sobre el medio artístico en sí. Cada impresión de Fieret es singular: imágenes a veces en papel medio arrugado, con manchas o excrementos de palomas, y a menudo con la firma o estampa de Fieret en grande. Más que fotos, son ya objetos artísticos, y así es como él entró en la historia de la fotografía, transgrediendo las convenciones (la de los sesenta) de una sociedad en tumultuosa transformación. Él se hacía llamar “fotográficus” porque concebía su obra como un entrelugar de dibujo, diseño y escritura con el arte como fin y la técnica fotográfica sólo como uno de los medios a su disposición: “Se podría decir que en mi caso la poesía es un poderoso río del que nacen dos fuertes ramificaciones, el dibujo y la fotografía. Al final los tres medios se unifican… Se funden, la fotografía se vuelve poesía, la poesía se vuelve fotografía, el dibujo se convierte en una forma de escritura, y el dibujo y la poesía se convierten en una forma de ver y la fotografía se convierte en un puente en los corredores de un laberinto.”

Sus fotos han viajado por el mundo, pero de su poesía se sabe poco internacionalmente, mientras que Fieret publicó más de diez libros. La inmensa producción fotográfica que dejó en realidad sólo abarca diez años de su vida. El resto de sus 85 años lo dedicó más bien al dibujo y a la poesía, cuando no andaba ocupado con sus palomas. Muchos de sus poemas los escribió en posavasos de cerveza, al igual que sus dibujos, cuando frecuentaba el bar De Posthoorn, en La Haya. (Cuando lo dejaban entrar.)

Por ser no sólo un hombre extravagante y con un gran encanto particular, sino también por ser una persona difícil que podía ser agresiva y paranoica fue excluido de muchos lugares. Su enfermedad psíquica hizo que sus últimos años los pasara solo y marginado. Mientras que una foto suya se vendía por 10.000 dólares en Nueva York, el artista vivía en extrema pobreza entre ratones y palomas, durmiendo sobre una silla. Las fotos en esos catálogos hace rato que habían dejado de ser de su propiedad, aunque en su paranoia sobre la expropiación se había asegurado de firmarlas y estamparlas. Su preocupación más bien era la alimentación de las palomas. A menudo podía verse con una bici en una mano, mientras del volante colgaban dos cubos de comida para “sus” pájaros. Así iba haciendo su recorrido por los lugares fijos donde les daba de comer.

En su poesía aparece la ciudad, la estepa y la lluvia como motivos recurrentes, al igual que el “hombrepájaro”, que era tal y como se le conocía en La Haya. El desdoblamiento psíquico, la experiencia humana y el viaje existencial son ingredientes en su obra. Su lenguaje es fresco y el humor y la ironía marcan su autenticidad y estilo vital, al igual que en su fotografía. Los poemas provienen de El lazo del amante (1980) y Filosofía de una mariposa (1976).


Seis poemas | Gerard Fieret

Versiones y nota de Nanne Timmer
Las fotografías de: Gerard Fieret




Me desenrollo en mí
yo a, yo b, yo etc.
me disuelvo en la lluvia
yo a, yo b, yo etc.

En el país de las cuatro corrientes
continúo
yo a, yo b, yo etc.

Allí arribo en aluviones
a las imágenes extremas
del pasado
yo a, yo b, yo etc.

Me nombro zeus júpiter
u odiseo ruido
yo a, yo b, yo etc.







el óxido come mi pensar
en el abrigo mil veces
envuelto
monto mi caballo
por estepas eternas

a veces soy una montaña
o pájaro y veo mi
caballo con el ojo de
miniaturas








paisaje


veo el paisaje debajo de mí
cómo cambia

de abajo para arriba
giro
para verlo, el paisaje
la gente

ellos hablan a sus sombras
que saludan
por caminos agitados
y pueblos sin rumor







yo-el otro

yo -no el otro abre la puerta

veo el paisaje al revés
los pájaros vuelan boca arriba

no yo – el otro lo atraviesa

el cielo
debajo de sí, él ve
su ego sin gravedad

un último aletazo






presente

si no tú
soy yo
llamo a la puerta
y dejo que entre

siéntese, quiere
tomar algo
no, no quiero nada
entonces está usted ausente

quiero algo
llamo a la puerta
alguien que no está
me deja entrar

se sienta a mi lado
un alguien
que no está







viene lluvia
lógico, dice uno

pero la lluvia
hace crecer, dice uno

viene usted de arriba
es lógico, di,
es la lluvia,
dice uno.








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