miércoles, 12 de marzo de 2014

MARCOS FINGERIT [11.201]



Marcos Fingerit 

Nació en Rosario el 28 de febrero de 1904. Desde joven se afincó en La Plata y en esta ciudad cursó estudios superiores en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Fue poeta, crítico, traductor y editor. Durante varios años, trabajó en el diario EL Argentino, de La Plata, donde dirigió la sección literaria y realizó críticas sobre arte y literatura. Publicó, entre otros, los siguientes libros de poesía: Canciones mínimas y nocturnos del hogar (1926), Antena (1929), Cancionero secreto (1937), Ardiente signo (1940), Consagración de la espina (1957), Pequeñas canciones del celebrante (1963) y Vísperas del sueño (1965). Perteneció a la “Generación del 30”, también llamada “Generación Intermedia”. Fundó y dirigió importantes revistas literarias como Fábula, Delfín, Unicornio, Hipocampo (junto a Vicente Barbieri y Arturo Cambours Ocampo), Movimiento (junto a Arturo Cambours Ocampo), Delta e Imagen, convirtiéndose en uno de los principales animadores de la vida cultural platense. Colaboró, asimismo, con publicaciones argentinas, americanas y europeas, y mantuvo vínculos con destacadas figuras de la literatura universal (Macedonio Fernández, José Lezama Lima, Juan Ramón Jiménez, Gabriel Celaya, Camilo José Cela y muchos más). Dentro de su producción poética, sujeta generalmente a los moldes tradicionales y de hondo contenido existencial, llama la atención la presencia de un libro tan diferente de los otros como Antena, ilustrado por el artista plástico Adolfo Travascio (1894-1932), del que fueron tomados los poemas publicados en esta página. Antena es considerada una obra futurista y constituye una de las pocas expresiones de vanguardia gestadas por un poeta platense. Fingerit murió en La Plata el 24 de agosto de 1979.






Josefina Baker

De tanto arder
te volviste negra
Josefina Baker.

Aprendiste a bailar
para quitarte
la pereza sensual
de tus noches africanas.

Insurreccionaste
los tablados
del cansancio occidental
con el dinamismo
de tu cuerpo mercurial.

Toda tú
eres la cálida metáfora
de los charlestones mágicos.







Antena

Actual
dedo acusador
de la rebelión
humana contra Dios.

Hurgador
de las ondas solitarias
que internacionalizan los cielos.

Asta enarbolando
un hoy imperativo
lleno de urgencias de futuro.

Oído extra-real
que acercas el rumor
de todas las ciudades de la tierra.

Aguja
que coses, superpuestas,
las distancias
con un hilo
de posibilidades soñadas.

Múltiple estación
de los convoyes
de anhelos turistas
a través de los espacios.







Profecía

En el alba...

Todas las chimeneas
embanderan
de paz
las altas lejanías.

Un rumor de motores
–humanidad futura–
madura
los ensueños
del vientre del mundo.

En el agua
del alba
se remoja
una vieja profecía.

Ay el día
en que las chimeneas
se saluden
con los campos
y desfilen
entre un ejército de hoces.

Temblarán
las ciudades.

En el alba...





SUICIDIO

Desde el balcón más alto
de los cielos
se arrojó a la tarde
contra el pavimento
del horizonte.

La sidérea hoja diaria
—antología de los chistes cósmicos—,
publicó el sensacional suicidio
con tinta roja y oro.

Los cándidos ojos de las niñas
estrellitas se asomaron
                    a la plana
con un parpadear de asombro.




Pequeñas canciones del celebrante, de su obra homónima de 1963. No son muchos los argentinos que hayan incursionado en estas formas líricas, por otra parte.

De estos versos que aquí van celebro la concisión, en la que no tiene poco que ver la métrica y el ritmo que adquiere la combinación de 5-7-5 sílabas, la llamada "sabiduría en 17 sílabas" estrictamente reglamentada en el haiku. Más allá de su destilado origen oriental, ésta de estos versos es una condensación típicamente lírica. No importa si hay rasgos tenuemente narrativos: una historia que el lector debe adivinar o completar, pues el autor solamente la sugiere, otra tipicidad de la lírica.


I
(Hokkus)

1

Duermes en amor
viviendo dulcemente
como la Luna.


2

La transparencia
de una sombra de ensueño:
tu amor sin pausa.


3

De pronto brotas,
en agua que no sacia,
dolor antiguo.


4

Oh golondrina
yaciendo entre las rosas:
pena sin canto.


5

Dedo de plata
enciende en ansia el cielo:
corre una estrella.


6

Un grito exalta
de pájaros el árbol:
tu amor vigila.


7

Las venas tiemblan.
El alma entre ansiedades:
vino tu Gracia.











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