viernes, 11 de mayo de 2012

6795.- BRENDA MEZZINI


Brenda Mezzini nació en Buenos Aires (Argentina), el 26 de enero de 1972.
Estudió cine, teatro y música. También incursionó en la pintura
de forma autodidacta.
Empezó a escribir poesía a los 15 años aprox. y tiene tres libros publicados: "Y si gritás tal vez sólo te escuche" (de 1995), "El Asombro de la Noche" (con fotos de sus cuadros), (2004) y  "Noche, niña, rezo", editado en 2009 y presentado en la Feria
del Libro de Bs. As.
Tiene un blog de poesía en Internet desde 2006: www.laflorazul-poesia.blogspot.com
Actualmente trabaja como traductora de libros del alemán para una editorial. También ha traducido poesía y ha realizado correcciones de estilo para autores que desean publicar sus obras.




nada más que los pasos
estrellándose contra el
silencio
los niños recogen el vestigio
de los huecos-instantes que iluminan
-el roce alado de la
esperanza-
y siempre hay ruidos
por debajo de la quietud
o soñamos con algo
que no existe
como si ardiera fugaz
en nuestra mente
una flor brillando
en la nieve
una flor que tiembla,
que titila





Las nieblas se ajustan a mi
cuerpo, difuminando toda su
soledad, el aislamiento de su
avanzar constante. Yo vi la
escisión, la hendidura, la grieta
del silencio desdoblarse tras mi
paso. Los ecos de la noche
persiguen mis palabras que
sollozan; la noche, prisión trans-
parente de un amor perfecto, inal-
canzable. Observo los sucesos
desde afuera, los minutos
se estiran, se extienden brazos
y piernas como una canción
cuyo estribillo se repite inagotable.
Ojos a través del murmullo de la
lluvia, la mirada interrogadora de
un niño en la infancia sosegada,
llena de sol abrumador. Lugar
punzante donde todo se ve,
donde se trasluce el
sentido detrás de los ruidos. Los
años fueron una excusa para
no salir del laberinto, las horas
recogieron el más breve instante
en un destello. Le tiramos un
señuelo al animal del miedo.
No sé si fui exactamente yo
quien atravesó por ciertas
cosas como si las tocara, como
si las percibiera sangrar. La
dicha es feroz y cuando viene
de golpe es como si el corazón ardiera.
Vi una luz a lo lejos
abrirse paso en la quietud. Una
voz solapada que me llama expectante,
reverberando como un súbito temblor.
Y el azul del cielo que hiere los ojos
como la primera vez en todas
las cosas.





Nombre de tu nombre
quietud interrumpida
por ladridos negros,
por sueños dormidos a los
pies de la noche
Estrella, sollozo, isla
de lo que no fue
El viento persigue,
insiste sobre los pasos
de la sombra

Canto de la luz
en unas flores apagadas
Nombre de tu nombre





En el filo resplandeciente
de la noche, donde dormita
el pájaro bajo su plumín,
fuera de la mirada
implacable del mundo, una
respiración late ciega,
busca una salida en el
laberinto de la mente "De lo
demás, nada sé, escucho
una historia que se repite,
un mismo soplo, un mismo
roce, un mismo amor..." Una
caricia de paz que seca
la lluvia interminable,
el contínuo ruido del
mar bajo los ojos, los
párpados tiernos del olvido. "Yo vi
lo que quise ver, lo que mostraba
mi reflejo en el resplandor."
Cuando los niños terminen
de cantar será de
nuevo la noche.







Los deseos se bañan en la música sorda del vacío.
Los ecos son muy leves a lo lejos... Sólo la velocidad de los
cuerpos permanece. Como si éstos hicieran la música.
Y el sudor brilla en el aire. Y el aire gesta una danza
inacabada. Y un cello suena grave y órdido como un
lamento o una suave nostalgia sobre la delicada caricia de
un piano.
"Tus noches son mis noches" dice la música.
"No estarás más solo."






El nombre de las cosas

Pero algo se murió allí dentro.
Ella quiso saber el nombre de
las cosas y anunciarlas a
su modo. Tal vez fue demasiado.

Atreverse a quebrar el entra-
mado del agua quieta e
insistir con su canto.

Insistir. Resistir. Persistir.





LA PALABRA ORIGINAL

Alquimia del lenguaje en la noche de los tiempos.
Arrojar una piedra en el lago del silencio creador. Y
en ese absoluto silencio, una voz surge de las cenizas.
Tesoro rescatado de la catástrofe. El espíritu del tiempo.
Yo soy la prueba de lo anterior a mí. De lo original,
de lo primitivo. En el decir poético confluyen las
imágenes transmutadas. Luz vuelta música. Pájaro.
Encanto. Dulce ternura del amor más terrible.
Yo estoy siendo, porque a través de la palabra me per-
mito ser.
Expresión inevitable. Conjunción del antes
hacia el más allá. Poesía.






las horas se espesan en el cuerpo de la
tristeza. pero mis imágenes pueblan una casa
de recuerdos felices, un lugar donde los ocres
mares no se secan. yo estoy con mis sentidos alerta,
permanezco así por instantes interminables, mientras
la realidad me mira con su filo. atenta. agazapada.
custodiándome.





el amor contiene imágenes que el tiempo desconoce.
acariciamos el momento, lo atesoramos como algo
irrepetible. es profundo y pleno, pero incierto. entre las
sombras me debato por lo que debo ser. el amor tiene
la tensión de las redes nuevas. atrapa pececillos de
esperanza. es dulce ciénaga y espejado cielo.






percibo la música casi inaudible de los
minutos. mis ojos vislumbraron la tempestad
y el sol. voy al encuentro de una verdad que se impone,
que trasciende la sutil naturaleza inestable de
las cosas. apunto a las intuiciones para darles
en el blanco. veo la nada. lo quiero todo.






cuando despierto a la dorada consistencia del
universo, mirando las estrellas azoradas; me visto con el ropaje azul
de las esperas. mi piel es una lluvia violenta.
cuando digo este verde. cuando digo esta
sensación.






árboles se recortan sobre el cielo azul punzante,
lastimoso. en breves segundos, un tiempo eterno. mi
piel sabe de días, de noches acechantes. la experien-
cia es secreta sabiduría. yo mismo nada sé... sólo
permanezco. en estado de alerta circundo toda natu-
raleza.


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