lunes, 20 de abril de 2015

ARUN KOLATKAR [15.685] Poeta de India


Arun Kolatkar

(1 Noviembre 1932 – 25 Septiembre 2004). Nació en Kolaphur, India. 

Arun Kolatkar ha sido uno de los más importantes poetas modernos de la India.  Sus textos, escritos en marathi y en inglés, descubren trazas de lo divino en un mundo en el que todo parecía perdido antes del poema.

Su primer libro de poemas en inglés, Jejuri, le conquistó el premio Commonwealth Writers’ Prize en 1977.  Su obra, Bhijki Vahi, le hizo ganar el Premio de la Academia Literaria. Sus otros libros en inglés incluyen Sarpa Satra (2003) y Kala Ghoda Poems (2004). Trabajó como publicista y obtuvo varios premios como diseñador gráfico.


El sacerdote

Una ofrenda de talón y cadera
en el frío altar del muro de la alcantarilla
el sacerdote espera.
¿Acaso tarda un poco el ómnibus?
se pregunta el sacerdote.
¿Tendrá en su plato puran poli[i]?
Con un veloz encogimiento de testículos
al tacto de la toscamente cortada piedra, empapada de rocío
gira su rostro en el sol 
para mirar al largo camino que serpea fuera de vista
con la irregularidad 
de la línea de la fortuna en la mano de un muerto.
El sol agarra la cabeza del sacerdote
y da una palmadita en su mejilla
familiarmente como el barbero del pueblo.
El poco de nuez de betel
que se vuelve una y otra vez en su lengua
Esto funciona.
El ómnibus no es más que una idea en su mente.
Es ahora un punto en la distancia
Y bajo su holgazana vista de lagartija
comienza a crecer
con lentitud igual que una verruga en su nariz.
Con ruido sordo y una sacudida
el ómnibus cae en un bache y cruje al pasar al sacerdote
y pinta sus ojos de azul.
El ómnibus da vuelta en círculo.
Se para dentro de la estación y permanece
en suave ronroneo ante el sacerdote.
Una mueca felina en el frente
y un peregrino vivo, listo para comer,
agarrado entre sus dientes.
es como un mantra.
_________
Otro país. 
Arundhathi Subramaniam, poeta, ensayista y compiladora



MANOHAR

La puerta estaba abierta.
Manohar pensó
que sería un templo más.

Miró adentro
preguntándose
qué dios iba a encontrar.

Se giró rápidamente
cuando un ternero de ojos grandes lo miró.

No es otro templo, 
se dijo,
sino un establo simplemente.

_________________________ 
Traducción: Germain Droogenbroodt - Rafael Carcelén
de: “Twelve Modern Indian Poets”, Oxfort University Press




Promesas

Sacrificar una cabra delante del reloj
romper un coco en la vía del tren
manchar el indicador con la sangre de un gallo
bañar al jefe de estación en leche
y prometer que dará
un tren de juguete dorado a la encargada de reservas
si alguien le dijera
cuándo llegará el próximo tren.

___________
Traducción: Germain Droogenbroodt – Rafaél Carcelén
http://www.point-editions.com/new/es/promesas-abun-kolatkar-india/




Vows

Slaughter a goat before the clock
smash a coconut on the railway track
smear the indicator with the blood of a cock
bath the station master in  milk
and promise you will give
a solid gold toy train to the booking clerk
if only someone would tell you
when the next train is due.

From: “Twelve Modern Indian Poets”
Oxford University Press



EL ESTE COMO PROFESIÓN
Por AMIT CHAUDHURI

Sobre el tema de la desfamiliarización, quizá sea útil analizar Jejuri, la famosa secuencia de poemas escrita por Arun Kolatkar y publicada en 1976.

De hecho, el extrañamiento se convierte, una vez más, en forma de distancia cultural, y las notas en un relato sobre la alienación; un relato, de hecho, de incertidumbre semiarticulada pero profunda sobre qué constituye, en el lenguaje, el asombro poético, la ciudadanía, la nacionalidad, y de qué modo estas categorías mantienen una tensión entre ellas. Abundan los ejemplos, pero daré sólo dos. 

El primero se refiere a la nota que pone a «The Doorstep» [«El umbral»], un poema suficientemente breve como para citarlo en su totalidad:

Eso no es un umbral,
Es un pilar a su lado.

Sí.

Eso es lo que es.



That’s no doorstep. 
It’s a pillar on its side. 

Yes. 

That’s what it is.


«Heart of Ruin» [«El corazón dela ruina»], el poema que precede a «The Doorstep» en la secuencia de Kolatkar. Como nos dice Raykar –y ésta es la información que da tanta utilidad a su libro y, puesto que carece de parangón, lo hace imprescindible–,el poema es «una descripción detallada del entonces descuidado templo deMaruti, en Karhe Pathar». 

Desde los primeros versos, Kolatkar nos ofrece unretrato del estado de abandono del mismo, casual pero apasionado: 

El tejado se cae sobre la cabeza de Maruti.
A nadie parece importarle.

Y mucho menos al propio Maruti. 


Así cataloga Kolatkar la energía alborotada de la escena, al igual que el asombrado descubrimiento que hace de ella:


Una perra sin raza ha encontrado un lugar
para ella y sus cachorros

en el corazón de la ruina.
Quizá le guste más un templo así.

La perra te mira con cautela
Tras una entrada tapada por las tejas rotas.

Los cachorros parias se tambalean sobre ella.
Quizá les guste más un templo así.

El cachorro de la oreja negra se ha alejado demasiado.
Una teja suena bajo sus pies.

Basta para provocar el terror en el corazón
de un escarabajo pelotero

y hacerlo correr en busca de refugio
a la seguridad de la caja de recaudación rota

que no ha tenido oportunidad de salir
de debajo del peso aplastante de la viga del tejado.

Lentamente, el narrador concluye, y la frugalidad de Kolatkar con las comas le resulta útil en una frase en la que la segunda mitad no es ni una ampliación lógica ni una contradicción de la primera:


Al no ser ya un lugar de oración este lugar
es nada menos que la casa de dios.



Bestiario
José Morella
Arun Kolatkar, Collected poems in English, Bloodaxe Books, 2010.
Los dos poemas que presentamos pertenecen a Jejuri, su primer libro, publicado cuando Kolatkar tenía ya 44 años.


El corazón de la ruina

El techo le cae a Maruti en la cabeza.
A nadie parece importarle.

A Maruti, a quien menos.
Quizá prefiera que los templos sean así.

Una perra callejera y sus cachorros
han encontrado sitio

en el corazón de la ruina. 
Quizá prefiera que los templos sean así.

La perra, alerta, te mira cruzar
un umbral de escombros de azulejos rotos.

Los cachorros parias le corretean por encima.
Quizá prefieran que los templos sean así.

El de las orejas negras se aventura un poco.
Pisa un azulejo y hace un ruido.

Eso basta para infundir terror en el corazón
de un escarabajo

y hacer que corra a cobijarse
al amparo de la caja rota de las limosnas

que no tuvo ocasión de escapar
de debajo del peso aplastante de una viga.

Ya no es un lugar de culto este lugar
sino nada menos que la casa de dios.



Heart of Ruin

The roof comes down on Maruti's head.
Nobody seems to mind.

Least of all Maruti himself.
May be he likes a temple better this way.

A mongrel bitch has found a place 
for herself and her puppies

in the heart of the ruin.
May be she likes a temple better this way.

The bitch looks at you guardedly
past a doorway cluttered with broken tiles.

The pariah puppies tumble over her. 
May be they like a temple better this way.

The black eared puppy has gone a little too far.
A tile clicks under its foot.

It's enough to strike terror in the heart 
of a dung beetle

and send him running for cover
to the safety of the broken collection box

that never did get a chance to get out 
from under the crushing weight of the roof beam

No more a place of worship this place
is nothing less than the house of god.



Una vieja

Una vieja se te prende 
de la manga 
y te sigue adonde vayas.

Quiere una moneda de media rupia.
Dice que te va a llevar
al santuario de la herradura.

Tú ya has estado ahí.
Igualmente cojea junto a ti
y te agarra la camisa aún más fuerte.

No te va soltar.
Sabes cómo son las viejas.
Se te pegan como sombras.

Te giras y la encaras
con un gesto como de zanjar.
Quieres acabar con la farsa.

Cuando la oyes decir
«¿qué otra cosa va a hacer una vieja 
en estas colinas miserables?

Miras directo al cielo.
Atravesándole los boquetes de bala
que tiene por ojos.

Y conforme la miras
las grietas que empiezan en torno a sus ojos
se expanden más allá de su piel.

Y las colinas se agrietan.
Y los templos se agrietan.
Y el cielo se viene abajo

con un estrépito de vajilla
alrededor de la bruja irrompible
que es lo único que queda en pie.

Y tú eres reducido
a tanta calderilla
en su mano.



An Old Woman

An old woman grabs
hold of your sleeve
and tags along.

She wants a fifty paise coin.
She says she will take you 
to the horseshoe shrine.

You've seen it already.
She hobbles along anyway
and tightens her grip on your shirt.

She won't let you go.
You know how old women are. 
They stick to you like a burr.

You turn around and face her 
with an air of finality.
You want to end the farce.

When you hear her say, 
"What else can an old woman do
on hills as wretched as these?"

You look right at the sky. 
Clear through the bullet holes
she has for her eyes.

And as you look on
the cracks grietas that begin around her eyes
spread beyond her skin.

And the hills crack.
And the temples crack.
And the sky falls

with a plateglasss clatter estrépito
around the shatter proof crone
who stands alone.

And you are reduced 
to so much small change 
in her hand.

© 2013 Luke





The Bus 

The tarpaulin flaps are buttoned down
on the windows of the state transport bus.
all the way up to jejuri.

a cold wind keeps whipping
and slapping a corner of tarpaulin at your elbow.

you look down to the roaring road.
you search for the signs of daybreak in what little light spills out of bus.

your own divided face in the pair of glasses
on an oldman`s nose
is all the countryside you get to see.

you seem to move continually forward.
toward a destination
just beyond the castemark beyond his eyebrows.

outside, the sun has risen quitely
it aims through an eyelet in the tarpaulin.
and shoots at the oldman`s glasses.

a sawed off sunbeam comes to rest gently against the driver`s right temple.
the bus seems to change direction.

at the end of bumpy ride with your own face on the either side
when you get off the bus.

you dont step inside the old man`s head. 



Scratch 

What is god
and what is stone
the dividing line
if it exists
is very thin
at jejuri
and every other stone
is god or his cousin

there is no crop
other than god
and god is harvested here
around the year
and round the clock
out of the bad earth
and the hard rock

that giant hunk of rock
the size of a bedroom
is khandoba's wife turned to stone
the crack that runs right across
is the scar from his broadsword
he struck her down with
once in a fit of rage

scratch a rock
and a legend springs 



The Reservoir 

There isn't a dropp of water
in the great reservoir the peshwas built.

There is nothing in it.
Except the hundred years of silt. 



Traffic Lights 

Fifty phantom motorcyclists
all in black
crash-helmeted outriders
faceless behind tinted visors
come thundering from one end of the road
and go roaring down the other
shattering the petrified silence of the night
like a delirium of rock-drills
preceded by a wailing cherry-top
and followed by a faceless president
in a deathly white Mercedes
coming from the airport and going downtown
raising a storm of protest in its wake
from angry scraps of paper and dry leaves
but unobserved by traffic lights
that seem to have eyes only for each other
and who like ill-starred lovers
fated never to meet
but condemned to live forever and ever
in each other's sight
continue to send signals to each other
throughout the night
and burn with the cold passion of rubies
separated by an empty street. 


The Hoeshoe Shrine 

That nick in the rock 
is really a kick in the side of the hill. 
It's where a hoof 
struck 

like a thunderbolt 
when Khandoba 
with the bride sidesaddle behind him on the blue 
horse 

jumped across the valley 
and the three 
went on from there like one 
spark 

fleeing from flint. 
To a home that waited 
on the other side of the hill like a hay 
stack. 





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