domingo, 14 de julio de 2013

EMMA TRELLES [10.218]

Emma Trelles y Tropicalia

Emma Trelles       (EE.UU)
Emma Trelles es autora de Tropicalia (University of Notre Dame Press, 2011), poemario ganador del Premio de poesía Andrés Montoya en 2010 y finalista para el ForeWord Review’s Poetry Book del mismo año; también es autora del plaquette, Little Spells (GOSS183 Press, 2008). Trelles ha presentado en la serie The Poet and the Poem de la biblioteca del Congreso y en Busboys & Poets, ambas presentaciones en Washington, D. C., también en The O, en el Festival de Poesía de Miami, en la Feria Internacional del libro de Miami y en la serie Palabra Pura del Guild Complex en Chicago.  Su trabajo aparece en Terrain.org, Poets & Artists, Best of the Net, Verse Daily, The Rumpus, el Sun Sentinel, el Miami Herald y Newsday entre otras publicaciones. Trelles escribe tanto para el blog de Letras Latinas como para el blog Best American Poetry. Recibió el 2013 Inividual Artist Fellowship de la división de Asuntos Culturales de Florida. Actualmente vive con su esposo en el sur de la Florida donde es editora y maestra de creación literaria.

Emma Trelles es una poeta que armoniza imágenes contemporáneas que reflejan lo hecho por el hombre, conceptos actuales de la vida diaria con lo sagrado de la naturaleza y las pulsaciones primordiales del ser humano. Trelles es un ejemplo del mestizaje en los Estados Unidos que lleva consigo misma lo de antes, Cuba en su caso, combinándolo con su presente, la Florida.  Como el título de su poemario lo dice, Tropicalia, el movimiento brasileño de los 60’s se percibe en sus poemas. Lo popular, lo nuevo y lo extranjero se combinan en la poesía de Trelles.   

Mujer, poeta, cubana estadounidense, Trelles constantemente refleja el ritmo interno de sus raíces en las líneas de su poesía. Introduce ritmos y colores en la cotidianidad de la ciudad, entre el calor artificial de las avenidas o el ruido del tráfico de éstas. Su poesía está escrita en inglés y la mayor parte del tiempo usa verso libre.

He traducido para esta ocasión los poemas Poema de la Florida y Esta semana ambos son parte del poemario Tropicalia (University of Notre Dame Press, 2011).

Tanto en Poema de la Florida como en Esta semana la voz poética de Trelles no quiere olvidar lo simple pero mágico de vivir, como estar de pie, ver garzas volar y estar agradecida por ese momento. La sinestesia está presente en ambos poemas, ya sea a través del ritmo constante de los escarabajos entre las estrofas de los poemas o el color blanco que vuela en el cielo o los dobleces de origami que se posan en las agujas de los pinos. Ambos poemas, casi a manera de confesión, nos muestran momentos íntimos, pequeños instantes, que celebran la vida.

A continuación mi traducción de inglés a español de Poema de la Florida y Esta semana por Emma Trelles.

 http://www.periodicodepoesia.unam.mx/






La Florida

Después de las lluvias estivales
caracoles como pulgares marmolados y escarabajos
manchan  los mosquiteros de la ventana
con perla y sonsonetes.  Las gardenias se hinchan,
respirar es un viaje acuático
larga voz cansina desde la cama al mundo.
Durante la sequía
el calor se transforma en una joven
demonio con labios rojo cereza
que quiere tu cerebro se haga charco
en un tarro con tapa de latón,
que quiere que se desvanezca la plata  
de tu lengua, el pulso de la noche
entre tus piernas, sí, ella quiere
todo de ti.

Traducido de inglés a español por Xánath Caraza






Esta semana

No quiero olvidar las caminatas
después que el día disolvió la vía pública,
cómo el aire es animal que cubre la piel
en julio.  Seguimos garzas que navegan
lo blanco sobre nosotros, en par, medio ciento,
hasta encontrarlas dobladas como origami
en las agujas de los pinos. 
¿Es así para todos?  El ritual lamenta,
cada minuto robado, después sin
anunciar, lo familiar te lleva a campos
límpidos una vez más, agradecida por estar de pie
viendo garzas en el calor.

Traducido de inglés a español por Xánath Caraza







Letter to the Right

I hope you never read my poems. 
I do not care for the sweet wine you serve 
warm from the pantry, or the email you sent 
about a savior at the supermarket. 
Here's some news: He is not blonde. He is not watching. 
When I saw him, he wore glasses and a beard 
shaped like a flame. When I heard him, 
his voice was a glissando of raw guitars and sorrows. 
America, I don't remember who you belong to. 
Even when I've smiled and said thanks , I've really meant shut up . 
It is time to practice your hospital voice. 
Somewhere there are silkworms making, and their music is redemption. 
Somewhere there is a man with a gun, always a gun. 
Near my home, a fence painted with the names of the dead. 
Do you hear them between prayers, yours and mine? 
I imagine the dead are dreaming of September 
with its fading light and useful errands, 
the dead assembled in soft robes. 
This is the hour when I wanted to sleep 
but I thought I would write you instead.




Millificent 

No one has entered 
the stone of this place 
in a century, the dust has powdered 
even the cat's lashes. Still I sit, robes folded, crown 
pinned upon the river of my braids, their diamond 
points have not forgotten how to find the door. 
Once there were feasts here, tables set in silk, glazed peacock 
and pomegranates so ripe a look from me would tear their skins.

I love the quiet. 
The void of voices begging me 
for youth and vengeance, for the fastest way 
to travel over water or how to spy by moonlight. 
I love how my hands do little but settle on my velvet lap.

Afternoons I rise to circle the gardens, the devil's trumpet large 
enough now to shade all that lies beneath: moss, pond, the small 
star blossoms that burst in clumps along the earth, so bright, 
content to bleed their red selves into shadow.






AUTORRETRATO QUINTINA

A mind needs a place to set its teeth, and grace 
arrives in fixing the toilet, in water 
smoothing the pre-dawn fears of possible 
cysts, faulty seatbelts, the radio loop 
of reasons I'm needed and belong nowhere. 

Here is a mirror without Las Meninas , and nowhere 
does light soften brow and wrist to the grays 
blessed by Velázquez. Here is a needle's loop 
for a mouth. Here is a sheet of water 
rising behind the iris, here, the possible 

a mottled gold. My skin is a plausible 
way of counting miles, the tender nowhere 
route of veins, tongue floating in water 
carried since birth. My hands have the grace 
to wield a wrench, to pull a chain loop 

free from its knots and sketch the oval loop 
a portrait might make if the impossible 
appeared: a king's room brushed with grace, 
sun fixed to lace and a leisure nowhere 
near the bathroom echo of iron and water. 

In this lull between doing and dreaming, water 
owns shadow and animal rust, water loops 
music around the heads of all who are nowhere 
in the path of sleep. Draw closer. It is possible 
to love the trouble in this face, to surrender.

originally published in Poets and Artists  

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