domingo, 25 de mayo de 2014

ZENOBIA CAMPRUBÍ AYMAR [11.817]





Zenobia Camprubí Aymar 

Hija predilecta de Moguer (Huelva)

Nacida en la localidad catalana de Malgrat de Mar el 31 de agosto de 1887, fue una escritora española. Contrajo matrimonio con Juan Ramón Jiménez en 1916, y desde ese momento y hasta su fallecimiento, 40 años más tarde, se convirtió en compañera inseparable y decisiva colaboradora del poeta en todos sus proyectos literarios.

Nacimiento y juventud

Única hija, tenía tres hermanos varones, uno mayor que ella (José) y otros dos menores (Raimundo y Augusto), nacidos todos en una familia culta y adinerada. Su madre, Isabel Aymar Lucca, de padre norteamericano y madre de ricos ascendientes corsos, afincados en Puerto Rico, y su padre, Raimundo Camprubí Escudero, ingeniero de caminos, canales y puertos, afincado en Barcelona y oriundo de Pamplona, se casaron en Puerto Rico, país al que Zenobia estuvo unida toda su vida. Después de la boda, la pareja se instaló en Barcelona.
A los nueve años viajó a Estados Unidos con su madre en proceso de separación. Allí residió hasta 1909, por lo cual, cuando años después regresó a España, la llamaban «la americanita». Allí comenzó sus estudios universitarios en Columbia; asistió a actividades culturales y clubes de mujeres. Entró en contacto con el feminismo estadounidense, viajó sola, leyó los clásicos españoles e ingleses y siguió un curso sobre literatura.
Desde su adolescencia, comenzó a escribir cuentos en castellano y en inglés, y a desarrollar sus dotes literarias. Se interesó por la obra del poeta y pensador indio Rabindranath Tagore, a quien tradujo años después al castellano a partir de las prosificaciones en inglés que realizó el propio Tagore.
Entre 1909 y 1910 estuvo en La Rábida. Allí improvisó una escuela para enseñar a los niños de la aldea, escribió artículos que envió a diversas revistas norteamericanas y, sobre todo, se aficionó a la poesía popular española.
Desde 1910 Zenobia vivió en Madrid. Allí se relacionó fundamentalmente con estadounidenses, ya que le angustiaba no poder moverse sola con libertad, hasta que conoció a Susan Huntington, que dirigía el Instituto Internacional de señoritas, donde se alojaban extranjeros que asistían a los cursos de verano que se organizaban.

Asistió a numerosas conferencias, pero sólo podía hacerlo acompañada de un matrimonio estadounidense, los Byne. Este matrimonio organizaba fiestas y en ellas escuchó hablar de un arisco y extraño poeta huésped de la residencia, que se quejaba del ruido, pero que pegaba el oído a la pared cuando oía la risa de Zenobia, a la que por entonces aún no conocía. Zenobia conoció a Juan Ramón Jiménez en 1913, en una de esas conferencias celebradas en la Residencia donde él trabajaba.
En 1916 se casó con el poeta, que era seis años mayor que ella, en Nueva York, en la iglesia católica de Saint Stephen. A partir de este momento, la vida de Zenobia se centró en dos aspectos:
Llevar adelante actividades socialmente comprometidas, como la asociación "La Enfermera a Domicilio”, fundada por ella en Barcelona en 1919, una especie de servicio social clínico sin fines lucrativos.
Apoyar a su esposo, del que fue su traductora, secretaria, agente... Su ambición no residía en la literatura, sino en alcanzar un ideal, e hizo de Juan Ramón Jiménez la razón de su vida.
Se puso al frente de pequeños negocios que compensaran los problemas económicos del matrimonio, templó el ánimo de su marido, alentó su pluma y sorteó problemas tan importantes como abandonar España dignamente tras el estallido de la Guerra Civil.




Exilio

En agosto de 1936 el matrimonio inició un periplo en el que recorrieron Cuba, Estados Unidos, Buenos Aires y Puerto Rico, donde Zenobia trabajó como profesora en la Universidad de Puerto Rico. En 1951 se sometió a una operación de cáncer en Boston. En 1954 se instalan de nuevo en Puerto Rico, porque Juan Ramón no soportaba la vida en los Estados Unidos. Zenobia no sólo deja atrás una vida intelectualmente interesante, sino también la posibilidad de someterse a un buen tratamiento en caso de que reapareciera la enfermedad, cosa que ocurrió finalmente.
Zenobia falleció el 28 de octubre de 1956, en la Clínica Mimiya de Santurce, Puerto Rico, tres días después de que su esposo recibiera el Premio Nobel de Literatura.
Juan Ramón Jiménez le sobrevivió dos años, y en la actualidad los restos de ambos se encuentran en Moguer, en el Cementerio de Jesús.

Noticia de su fallecimiento en Moguer

Al recibirse en Moguer la noticia de la muerte de Zenobia, el mismo día 28 de octubre, que era domingo, la corporación municipal celebró una sesión extraordinaria en la que se acordó en primer lugar nombrar Hija Adoptiva de Moguer a Zenobia Camprubí, y se solicitó al Ministerio de la Gobernación la autorización correspondiente para dar el nombre de Zenobia Camprubí a la calle de las Flores.
El entonces alcalde de Moguer, Juan Gorostidi Alonso, cursó al poeta en la mañana del lunes 29 un telegrama con el texto «todo Moguer comparte tu dolor por el fallecimiento de Zenobia», y, ya por la tarde, la corporación volvió a reunirse acordándose, por un lado, la celebración de un solemne funeral que tendría lugar el 5 de noviembre y, por otro, suspender todos los festejos organizados en señal de júbilo por la concesión del Nobel a Juan Ramón.

Su legado

Zenobia Camprubí está considerada como una de las primeras grandes feministas de España, miembro destacado del Lyceum Club Femenino junto a Victoria Kent, desde el que reivindicó constantemente una mayor presencia de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad. Entre sus muchas iniciativas de carácter humanitario, destacaron varias campañas a favor de los niños españoles víctimas de la Guerra Civil, realizadas desde su residencia en Nueva York.
De su actividad en el mundo de las letras, sobresalen las primeras traducciones al castellano de la obra de Rabindranath Tagore como, por ejemplo, el libro inicialmente escrito por W.W. Pearson "Shantiniketan", traducido al castellano con el nombre "Morada de paz" (1919). También es digna de mención su constante difusión de la cultura y la lengua españolas, especialmente en los ambientes literarios de Estados Unidos, desde su puesto de profesora en la Universidad de Maryland.

Entre sus escritos, se cuentan:

Traducción al castellano de los escritos de Rabindranath Tagore, algunas junto a Juan Ramón.
Juan Ramón y yo (1954).
Diario I. Cuba (1937-1939).
Diario II. Estados Unidos (1939-1950).
Diario III. Puerto Rico (1951-1956).





El centinela muerto

Con tu cuerpo, centinela,
estás la puerta guardando.
Cuerpo tendido y sonrisa,
parece que está soñando.
Cara de niño y sonrisa,
pareces un ánjel blanco.      (*)
Por los caminos del sol,
ya no volverás cantando.







Con los pies desnudos

Con los pies desnudos
y el cabello suelto,
oía la música
en mi pensamiento.
Sentía la música
latiéndome dentro
y también latía
mi corazón muerto.





Aquella voz

Nos damos las manos con frenesí:
—¡Sí, eres tú! ¡Sí, soy yo, si!

Y son los jóvenes nuevos, que fueron niños ayer.
¡Oh qué alegría, poder volverlos a ver!

¡Y allá en la sombra de aquel rincón,
sólo el recuerdo de aquella voz!





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Los poemas de esta autora han sido cedidos por D.ª Carmen Hernández-Pinzón, presidenta de la Comunidad de Herederos de Zenobia Camprubí y Juan Ramón Jiménez.

(*) Este texto, corregido por Juan R. Jiménez, para su publicación, sigue las normas ortográficas marcadas por el poeta, según las cuales, la «g» que se pronuncia como «j», debería escribirse con esta grafía.












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