miércoles, 16 de mayo de 2012

6847.- LORENZO PLANA


Lorenzo Plana nació en Lleida, en 1975, donde reside actualmente y en cuya universidad se licenció en Filología Inglesa. Es autor de los libros de poemas, La historia de Silly Boy (Lleida; Dama Ginebra, 1991), Ancla (Valencia, Pre-Textos, 1995), Extraño (Valencia, Pre-Textos, 2000), La lenta construcción de la palabra (DVD Ediciones, 2004) XX Premio de Poesía Ciudad de Burgos, Desorden del amanecer (Valencia, Pre-Textos, 2008). Ha colaborado en distintas revistas de poesía: Puente de Plata, Hélice, El Maquinista de la Generación, Ultramar y otras. En la actualidad se dedica a la traducción.



Es el amanecer: se filtra más allá.

Yo sólo pido aquello inexplicable:
que mis latidos rompan todo lo que resulta cierto.

Esta luz que me llena
no puede ser tan sólo indiferencia.

Precisamente porque soy minúsculo,
el universo abre un horizonte.

Sólo me salvará
buscar en mi interior un alba hacia lo mínimo.

Esta noche ha esperado
como un dios se acomoda entre estrellas que vibran.

Yo avanzo porque el más allá está en mí.

Desorden del amanecer (Pre-Textos, 2008)





Huckleberry Finn

Un día me escapé de nuestro piso,
me estuvieron buscando mil ventanas.
Sé que ha pasado el tiempo:
llegarán a decirme que nadie inventó el mar.
Y qué importa, si tienes
un instante después de cada instante
y hay mil ventanas rotas,
un universo desproporcionado,
un mar sin inventar.

( De ‘Ancla’ , Pre-Textos 1995)






Las balas

La carretera duraba nueve curvas
y quince fríos minutos,
hasta el muelle de los barcos grandes,
presas de nuestros revólveres.
Y disparábamos contra el hierro
como aves felices, lejanas,
blancas como un secreto de mar.
Recuerdo que ya imaginábamos
que atestiguar la infancia
resultaría penoso y ocre,
y con el saber del tiempo invertido
manejábamos con destreza las balas.

(La historia de Silly Boy, 1991)






CIERVO

Mientras los niños ríen en la plaza,
se mueren los mayores.

Tu juventud fue extraña.

Viste pasar de largo la locura;
era la solución a toda incógnita.

También rozaste el vicio
de la ciega bondad.
Y un escalofrío de placer
te habló de los pecados.

Bordeaste aquel lago tan cerca de la orilla..

Muy callado, muy dentro del futuro,
comprendes la importancia de la ruta.
Y cualquier decisión siempre admite mejora.

Pero tu sabes bien que fuiste joven,
aquel fue un paraíso atolondrado.

Escoges, como un ciervo,
el rumbo de las huellas.






Los que deciden marcharse

Yo estaba contemplando
las decisiones libres de la nieve.

En la terraza todo era invierno.

¿Escribir mi leyenda
hasta que cielo y tierra sean uno?

Un viento con los brazos sin huesos
aplica la ceniza de un rito desalmado
sobre mis sienes blancas, lisas como una luna.

Toda la blanda gloria de pereza aturdida.

Afuera gira el mundo equivocado.

A veces me pregunto si estoy solo.
¿Cómo robar el ocre a un charco de gasóleo?

Si la muerte es terrible, ¿en el suicidio
yo puedo alzarme hasta su enorme altura?

El suicidio es un monstruo demasiado evidente.

Desorden del amanecer (Pre-Textos, 2008).



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