lunes, 20 de agosto de 2012

7463.- MARIE-ANGE SEBASTI


MARIE-ANGE SEBASTI
Nace en Lyon, FRANCIA en 1944, de un padre corso de Sartè y de madre de Lyon. Nunca dejará de alternar estancias en el continente y en la isla. Cursa estudios de letras clásicas, se especializa en patrística griega, traduciendo a Firmo de Cesarea y Gregorio de Nacianzo. Es autora de una docena de poemarios, todos bañados de luz mediterránea, desde Effleurements (Roces, 1963), Paroles pour une île (Palabras para una isla, 1967), Presque une île (Casi una isla, 1997), Corse dans le chahut des jours, (Córcega en el caos de los días, 2001) y Marges arides, (Márgenes áridas, 2006). Ha colaborado con frecuencia con artistas como Bernadette Planchenault, y especialmente con fotógrafos como Guylaine Carrot o Monique Pietri. También ha sido incluida en trabajos colectivos como el número dedicado a Córcega por la revista Mediterraneans / Méditerranéennes, 2001 en su número Ici la Corse/Corsica calling.




Márgenes áridas

Se llaman “márgenes áridas” las comarcas desoladas en las que 
nómadas y sedentarios han anudado lazos muy fuertes desde 
siempre, a pesar de sus enfrentamientos. 
Sorprenden al viajero y al arqueólogo, al que investiga las 
huellas antiguas de este encuentro.


Largamente recorren
generosas tierras
que les cargan de ánforas, de piedras preciosas
y del sueño de viejas divinidades

A veces alcanzan
las márgenes áridas
que les conminan a revelar
las vidas evaporadas


*


El desierto se enamoró de su tenacidad

Con un golpe de viento
indica una estela, un pecio  
la sombra de una plegaria o una imprecación

Parcamente habla
de su vida anterior


*


Abrevados en antiguas fiestas
los rebaños pacen colinas
de nombre perdido
en el polvo de los palacios sepultados

No ven pasar al brillante caballero
de vuelta de un sol
de siglos sin número

Cuando alzaron la piedra
se escuchó
hablar a reyes

y el rumor ensordecedor
de las rutas imperiales

Sobrevino una frescura
de jardines colgantes


*


He recibido vuestra invitación

Sí, acudiré esta tarde al jardín
donde todo está preparado

Hablaremos de los reyes o de los vecinos
o del verano

Que mis sueños no despierten vuestra desconfianza


*


En el horizonte de los espejismos
se perfilan héroes vanidosos
y soñadoras reinas
que se prendan de la caravana de los magos
y del coro de ángeles

y la arena se muda en mosaico
al atardecer


*


A veces atraviesan
el vado de mis sueños

arrebatándoles briznas
de púrpura y oro

Luego siguen viaje

Y los veo alejarse en la polvareda
en la luz
de las largas pistas caravaneras


*


Como montículos terrosos
duermen los siglos

Hay rebaños que pacen
las escasas hierbas
de su profundo letargo

Sueñas con su lento despertar
entre los colores soleados
de esas multitudes


La lenta procesión de las salmodias
avanzaba con prudencia
sobre la grava de las bóvedas desmoronadas

Apoyado en un muro abrasador
escuchaba el rumor de la maleza

Cuando se dio la vuelta
vio surgir a una muchedumbre
en la penumbra de la inmensa nave


*


Prendidas al hombro del pastor
como brumas lejanas
¿se ven aún acaso
las fiestas evaporadas?

¿Va a empequeñecerse
la vanagloria impune de los días?


*


Luz polvorienta
en las cajas del archivista
desamparada en los márgenes
del cuaderno de campo

Luz anquilosada

Asiendo su hombro le muestro
la sombra que huye


*


Un nómada surge del horizonte

Retiene el viento
y ahuyenta las piedras

encargado día tras día
de amaestrar la estepa

de dotarle de un corazón alpino
en el que abrevarse


*


Ejecuta el silencio
desenrollando sus partituras
y la tierra se viste de manantiales

¿Qué instrumento es éste
que consuela a los siglos?

Una puerta cerraba el desierto
subía hasta las estrellas

a lo largo y a lo ancho comprobó sus debilidades
de arriba abajo midió su fuerza
y lentamente empezó a empujarla
poniendo suavemente en libertad
la algarabía de los siglos


*


Y el sol lastraba los gestos
pero ¿podía pesar sobre nuestras alas?
¿podía hundir nuestro aliento?


*


Depositan sus cuadernos
y sus cascos
cansados de despertar
las tierras abrasadas

Han encontrado el pozo y la palmera

Un nómada sonríe


*


Aturdidos se apoyan
en los escombros del día

Pero mañana todos los caminos
quedarán despejados

Mañana levantará
las piedras inscritas, el fuste
de las columnas más altas
despertará templos y plazas

Mañana rescatará de entre los cascotes
los aledaños del sol

Entonces, de nuevo plantarán cara, deslumbrados






ILS ÉTAIENT PARTIS

Ils étaient partis naviguer
autour du monde
sous d’autres yeux

postaient distraitement quelques missives
oblitérées d’oubli 
sur d’autres îles

Ils s’étaient assoupis burinés 
dans les bras tendres d’escales au long cours 

Juste retour des mots

Ils sont à quai



[Extraits]

Les marges arides
pour Yves, archéologue

Ils arpentent longtemps
des terroirs généreux
qui les chargent d'amphores, de pierres précieuses
et du sommeil de vieilles divinités.

Ils atteignent parfois
des marges arides
qui les somment de révéler
des vies évaporées.

-[]-

Le désert s'est épris de leur ténacité

D'un coup de vent
il indique un sillage, une épave
l'ombre d'une prière ou d'une imprécation

Il parle sobrement
de sa vie antérieure.

Abreuvés à d'antiques fêtes
les troupeaux paissent des collines
qui ont perdu leur nom
dans la poussière des palais enfouis

Ils ne voient pas passer ce brillant cavalier
revenu du soleil
de tous les siècles.

-[]-

Sur l'horizon des mirages
se profilent des héros vaniteux
et des reines rêveuses
qui s'éprennent de la caravane des mages
et du choeur des anges

et le sable devient mosaïque
dans le couchant

-[]-

Quand ils relevèrent la pierre
on entendit 
parler des rois

et la rumeur assourdissante
de routes impériales

On sentit la fraîcheur
de jardins supendus

Ils posent leurs cahiers
et leurs tessons
fatigués d'avoir réveillé
les terres brûlées

Ils ont trouvé le puits et le palmier

Un nomade sourit

-[]-

La clameur de l'attente
enflait dans les ruelles

On entendit alors le pas précipité
d'une porteuse d'eau

puis le choc de la cruche
sur la pierre du seuil

Quand on rassemblera tous les morceaux
j'étancherai ma soif

-[]-

Il avait délivré toutes les nouvelles
et repris sa route
après une joyeuse halte
au poste de garde

Quand la terre trembla
il entendit tomber les tours et les palais

Saura-t-il raconter 
les fastes embrasés de ce royaume?

Devant la horde des pillards
le scribe a lâché sa tablette

sans avoir eu le temps
d'inscrire l'adresse

Et quelque part au loin 
dans une cité morte

quelqu'un attend la réponse
pour tourner la page.

Friches n°85, hiver 2004.



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