lunes, 18 de agosto de 2014

EDUARDO DÍAZ ESPINOZA [12.899]

Andrés Sabella y Díaz Espinoza



EDUARDO DÍAZ ESPINOZA

Poeta antofagastino nació en 1937 y murió en 2009. (Chile)
Publicó los libros: “Los Mitos derrotados” (poemas); “Elegía al Chango López” (poemas); “Pequeña Guía Literaria de Antofagasta” (ensayo), “Aquelarre (alquelagarre)” (antología) ; y además fue editado en varias antologías poéticas y revistas. Tuvo los programas "Glosas del Mediodía", en Radio La Portada; "Surcando surcos" en Radio Antofagasta. Fundador del Círculo de Estudios Literarios Manuel Durán Díaz (1992). Participó en las bienales de México, Brasil y Cuba de poesía visual (visual poem). 
“Poeta, artecorreista. Dedos verdes, he plantado árboles en el desierto. Editor de revistas y papeles como..."El Cogote Pelado", "Papelglifos", "La Guerra 33", "La paloma lesbiana", "El guajache maricón", todos RIP pero, sirvieron en la dictadura”.

“No escribo para los clubes de rayuela, barcos hundidos, asociación de ex amantes, ni viejos estandartes. Mal o bien escribo y punto. Durante 17 fui famoso porque me cuidaban unos ñatos medios sospechosos, me cuidaban cuando no estaba preso”.
“Ya no fumo, bebo con moderación (ahora cuesta abajo en la rodada). Detesto la Coca Cola, prefiero la chicha de algarrobo y puedo tomar sin asco leche”. 





PREMONITORIO

La tarde despeja cortinas grises, en
cristales de ventanales oscuros,
la humedad de los presagios impregna
su plumilla artera en la cabeza de medusa.

Anuncios con tañidos lúgubres y ladridos
de perros furiosos, engrifando el gato negro
de la noche, abriendo garras que sueltan
la ponzoña del miedo.

Se mueven los extraños seres
que corroen el interior de las vísceras,
éstas; gotean su drama, envueltas en
celofán de dolor, arqueando de amargor,
angustiosa lengua envejecida.

Se alzan blancos alfiles perdidos,
esa sábana espera,
se aprietan los minutos sin saber
cuando todo termina.




LA FRUTA DEL PÉNDULO

La gota destruye los hilos de la cordura,
deshilachándolos por los distintos pasillos
del laberinto, aúlla el animal indefinido
temblando la garganta al sabor del terror.

Martilla los sesos que tiemblan en un ramo
de floridas interrogaciones,
no hay respuestas, solo el golpe monocorde,
abre brechas de amplias alamedales heridas
de un fastuoso verde infierno.

La infame ronda, está allí,
escondida como escarabajo,
se mueve ardiendo sus artejos
cada espacio de carne lacerada,
está, acecha.

Cae la guadaña
es último brillo de su hoja
sangrienta.

Antofagasta, 27 de octubre de 2008





SIN RUMBO

Quedo por el resto de la vida deshojando el azul violeta
de la araña delirante húmeda en aturdimientos y recuerdos.

Anudado a la hora furiosa que golpea mi cráneo y no deja dormir,
una dura bestia chupa los gruesos bordes de la polvorienta calle
por la que ese día transitamos y los vientos se iban de bruces
carcomiendo el duro mármol del instante.

Me quedo despierto bebiendo con mis metálicos ojos el océano,
un suspiro de sangre deshoja el momento del naufragio.





SERPENS

Ofidia, ofidia, nadan destellos dentro del que soy, tus ojos
alumbrando tinieblas, habitan mis socavones que
no tienen huellas dignas de mención, apenas líneas tormentosas.

Teñido de color oscuro era el reptil
incubado en las alforjas de la pena,
de lo todo, por oleadas arenas idas
van sepultándome de angustia,
y la máscara de la alegría, es arlequín desfigurándose
en los espejos de los días.

Turbulencia de la descontentadiza, sobrepasando recuerdos
y ternezas

ligera, alada, inocente soledad ardiendo bajo el sol
del medio día, dorada de hermosa apariencia,
atrapadora hasta el ahogo entre nostálgicas mallas metálicas
de silencio.

El enorme esqueleto de la serpens fabulata
enterrada de pétalos resecos
observa irónico,
lejos,
nosotros desterrados del paraíso.





DESCALZA

Crujen los nocturnos pasos de la seda,
tú cuerpo, una maravillosa danza
abiertas volanderas transparentes alas de azucenas.

Despiertan tus pasos éter y cielo, torrencial movimiento.

Mi Hurí da vueltas y vueltas sonidos,
cítaras, aires del Gobi o Samarcanda,
hermosa vientre de aguas plenas
caes en mi boca desesperada.

En los muros húmedos las amapolas de
tanto que nos decimos sin decirnos,
se han marchitado.





SIN PALABRAS

Silencio fue el que se ha guardado, y
vaga ramillete de malignas flores silvestres en mí,
encanto de colores y placer, aroma denso,
bestia furiosa,
hace polvo espeso y mudo las palabras.

Me rodeaste como agua de mar bella mía,
galopamos al cielo entre espumas
las hojas del infierno lanzaron su metal
y puñales de miedo.





COMO NO TE VI…

Lo que se encuentra en la superficie mimetizada,
consciente, pálido de ceguera, y mis respiraciones agobiantes,
sonaba la soledad en la red fría depositada en un fondo de lessonia
trabeculata, solo ví ese bosque de mar, y no sentí tus palabras.

Fue todo perfumado de yodos murmurantes que dan a mi alma
una luna de mágica mar turquesa que me silbaba con gestos y
una brea cascarosa cubre el dolor para no ser visto.

No me hallaste esta noche.






BESTIARIO

IV

El candil oscurecía los gritos
de la gárgola, el desierto había caminado
hasta agotarse, ninguna gota de agua
susurraba cántico alguno,
sólo las piedras hervían de sol
y hablaban mal de la luna.

¿Recuerdas cómo nos atrapó el sudor?



V

Sentimos las señales del desierto
en la sangre de los cactos que
reverdecen la roca, encienden de atacamita y
son los ojos de los dinosaurios enrojeciendo
los atardeceres en los copos
de arena, haciendo madrugar la tierra.

No estamos allí donde quedó la sombra
del viejo animal.



VI

La llama es una estrella errante que vaga
con su carga de lana y la historia Likan Antai,
cubre con la seda del polvo que pisan
sus delgadas patas, el color del medio día
cuando hasta el cielo ruega por una gota de agua.

¿Qué lugar es este amiga mía?

Aún no logramos descifrar el significado
de las notas de ese violín que ardió para nosotros
sus notas de arena y dunas.






CHOCHO 

La del alba es. 
Dibujamos los contornos 
donde el misterio 
          abre su boca 
             y vuelan esos pájaros 
             extraños. 

Una mujer. Hermosamente negra. 
Sin duda: no es de este mundo. 
Abre sus piernas 
a lo inesperado 
           - aromático ébano -

Estamos en la danza ritual 
que todo lo engendra. 

Lo monstruoso: poseer 
tanta belleza, 
todo lo inesperado 
entre las manos, 
leve toque con el que se entra, 
la sonoridad pura de un beso, 
el grito gutural del rito 
y tu vida ya no tiene secretos.

Río Chili/Puente Grau, Arequipa 1970.




En esa casa nadie ve 
la ceguera es alfombra que cubre 
todos los rincones. 

No hay nada singular en lo que digo. 

Alguien tose varias veces 
pareciera ser que por sus pulmones 
se arrancan los hilos 
de la desesperación. 

Algo extirpa los sesos 
y el mundo tórnase oscuro 
para todos. 
La vida se va pudriendo 
con los gusanos del terror 
que clavan sus aguijones 
por todo el cuerpo 
hasta enmudecernos.

La casa tiene espantoso aspecto mortal. 

Cuando abro los ojos 
vuelan bandadas de gaviotas 
los sueños, y sus colgajos sangrantes 
y las palabras se tornan inhumanas. 
incomprensibles, vuelven. 






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