miércoles, 30 de julio de 2014

FELIPE RUIZ [12.592]


Felipe Ruiz Valencia

(Coronel, CHILE    1979). Ha participado en diversos talleres literarios de Balmaceda 1215, en el taller de José Ángel Cuevas durante el año 2000 y Lila Calderón en el mismo año. Organizador del Primer Encuentro de Jóvenes Poetas, Poquita Fe. Participante del Foro de Escritores. Ha sido invitado a eventos literarios en Chile y el extranjero.  Poemas suyos han aparecido en revistas de Guatemala, México, Perú. Ha recibido el Premio Armando Rubio Chile Poesía por su obra, además de la mención honrosa del concurso de poesía de la Feria Internacional del Libro de Santiago.

Ha publicado los libros: 

Cobijo (LOM Ediciones 2005) 
Arquero (Editorial Fuga 2008)
Fosa Común (Editorial Fuga 2009)  
Trenes (2010). 
Magnolia (Ajiaco Ediciones, 2012)



ARQUERO 
Editorial Fuga Valparaíso 2008 


 TIRANTES EN LA NOCHE 

 Y tirando con su norte en la cola se puso todo de comisión el cielo 
 y vistos así parecían estrellas azules en el Olimpo 

 Pero era el cielo de Valparaíso el que los recibía 

 Y con todos sus mundos de celofán se hicieron oír los estruendosos 
 vientos en su hondear y eran banderas las que ninguneaban las 
 atadas muertes de los perros que ladrando se perdían 

 Porque si eran esos los bastidores que miró en su vuelo cuando el 
 azul se hunde en las olas y queda sumergido la comisión demencial 
 de estas ñeclas





LA MALA SED 

 Como si supiese qué rival le tienen en su mirada la noche se hizo 
 lunar y el sol dibujo en esa estela un brío magnánimo 

 En los torrentes de Valparaíso se escuchó venir el porvenir en el 
 megáfono de un payaso pero no quedó tiempo antes de volver a 
 mirar el rostro petrificado de la luna 

 Si yo pudiese ir sería elegante pero no hay por qué 





LUDO 

 Un paisaje irreconocible cruzaba su mirada como si sus papeles 
 llenos de antecedentes arrojados al mar le dijesen que los bancos no 
 lo esperan 

 Y en ese baile le dijeran que los mimos disfrazados de historietas le 
 reciben el desocupado esplendor de Casa Blanca como una latitud 
 horizontal del paraíso de Chile 





PAVA 

 Porque lo vieron escucharse esas matrices del mar mostraron sus 
 paños al aire girando sobre el estancado puerto 

 Y si lo vieron muerto al razante mariposa quién lo haría ver esas 
 guirnaldas alzadas en lo alto como pavas sin cola en el día de la 
 Patria 

 Y si lo vieran alzado raspando se iría con ellos 

 Pero sólo un bello instante antes de la pura muerte que los viene a 
 levantar de su mal rato 



PENAL (Ediciones Tienda Vendas, Santiago 2011)
Por Felipe Ruiz


Penal

Suena el silbato y todos salen
Al patio


Comodín

Escoba



Talcahuano

Después de una guerra
La paz si puerto, sin rumbo
Después de una guerra
Un trofeo de puerto
El guano de Talca

Morros y morrales



Poema de Amor a Japón

Sepultadas bajo toneladas de arena/ 
                                              las plantas



Roma es amor

Amor es Roma
Roma es Amor

Amor, Roma
Como el llanto de Remo
Como el canto deja que decante el poema
Como el verso al revés

La leche

Canta el amor
Canta Honesto
Como Justo, el Justo

Sabia plena
En los monumentos de la gracia

la belleza de las estatuas
En las gestas de esos héroes
monumentales 
sin brazos ni cabeza

Cuando suena el son
Y Roma Canta
Y el Amor Canta

Cuna del Canto



Papa

Purita Nido
Nido de purita
Leche que te doy en brazos

Nido de ramas

Niña purita, dice
Cuando sostiene él la niña en brazos
Dice agú, dice guagua, dice agua

Dice:
                        Papá



Mundo extraño

Las porristas son porras



La cartera del trabajo

Prudentes son los carteristas
Pocos dados a los juegos de azar



Colores sustantivos

Lila, Violeta, Rosa, son colores sustantivos
Como la pintura Cereza

Tu tono



Olivia

Olivia, 
tu llanto lo guardan 
en una cantimplora en los frentes, 
y canta, implora, 
por un refugio donde esconderte. 
Es como si tus mantas 
fueran gasas 
y vendas que cubren 
las heridas de tus hijos, 
Oh Libia 
Bolivia
Olivia.



Pecho

Mi corazón
Su pecho
La leche



A los jóvenes de Chile

Me quiebro la cabeza pensando
Y me quiebro



Puerto varas

Nunca vares en ese puerto



Mi amor

En una pensión
Nació mi hijo
Ahora
Mi deber
Es darle mes a mes
Una pensión


La de lengua suelta

Suéltala



Los clavados

Primer remate
Segundo remate
Tercer remate
Y muere



Recolector
                        A Aedo

Recolector de pinceles



Servicios

En la mesa los servicios
Están 
Como los servicios
Que uno presta a la vida
Un tenedor y una cuchara
Bajo una servilleta
Sírvase
Tenga la bondad
De prestar a la vida un servicio
Como prestado es el servicio
Que a Ud. ofrecieron



Mundo mágico

Un pequeño
País
Destruido
En las puertas
De  la batalla de Maipú
Un pequeño país
Destruido
como después
De un golpe



Mi dolor es real

No aparece en las correcciones de la Rae
La falla
En el nombre de los países muertos
Los que emergen de la guerra
Guerra tras guerra
Nueva Guineas
Nuevos países
Nuevas colonias
Pero la misma muerte


Sorpresa

Hay niños
Cuyos
Únicos
Juguetes
Son 
Los que vienen
En las sorpresas
De los cumpleaños
Donde los invitan
A ver al cumpleañero
Abriendo
Sus regalos
De todas formas
De felicidad
Deben ser los más sorprendidos


Hilar

Hilar sin pausas
Hilar es hilar
Dar una vuelta sobre lo mismo

Hilar sin pausas y abordar el poema



Bombón

- uno dulce

- uno dulce como un bombón

- un poema que hable de cosas dulces, cosita.


Corrector

Corregido con Liquid Paper



Líder

Presto
Préstamos
Presta plata
Rápido
Como si fuese fácil
Pagar después
Cuando ya no tienen apuro
En que recorras
El supermercado


Monos 

Todos los monos
Son animados
Y se animan
Con los que tampoco
Saben leer ni escribir




Centella

Yo creí dejar Coronel para siempre
Porque aquí me prometieron pepas de oro
En vez de carbón y pescado

Pero tú siempre fuiste más rápido que los trenes
Centella
Amigo mío
Y volabas como el viento dispuesto a todo

Te perdí la pista de recortar hace más de veinte años
Pero guardo de ti la memoria incauta
De mi cada vez mayor deseo de volver
Porque los años en que posé mi vista sobre las “custiones”
Del mundo parecen no tener fin

Centella mío aún caminas por el patio de mi casa
Sobre el barro de las lluvias
Y un charco en el fondo me estremece
Al verte reflejado
Siempre fuiste más veloz que el resto 
Y te encantaba correr descalzo
He llegado a preguntarme por tu suerte
Tierno centella
Si fuiste campeón de alguna Olimpiada
O si te hiciste uno más de las estadísticas
De desempleo en la región
Sea como sea un paso de esta historia
Ha sido dada por ti amigo y no somos los que nacemos unidos
En el látigo quienes debemos padecer el sufrimiento encarnizado
No
Que se liberen tus pies y sigas corriendo 
Por las calles de Coronel y que libertas las arenas te saluden el trote
Que en sus marcas las olas corras a la orilla para rozar tus pies de carbón
Centellante y negro







Dedicado a mi Hijo. 
Y a todos sus hermanos.



I

ELLA LO AMA PERO NO ESTÁ ENAMORADA
ÉL OMITE ESO DE SER MEJOR AMIGO Y CONFIDENTE
OMITE ESO DE QUE LOS PADRES NO PREÑAN A SUS HIJAS

porque hay un tabú de amor
en todos los contratos proscritos en la ceniza
una ley en la primera piedra
la rosa nupcial abrió su botón,
y de allí brotaron las novias de América
los niños colitas de cerdo
en el sur de sures cobijé el espíritu de los sin patria

la madre abuela
el padre amante

los hijos de malva en la choza primigenia

preñada de luz
mi niña
rompió su botón
a fuerza de force
abrieron sus pétalos
alguien dijo

qué casa la nuestra

pero no
bruta farsa

allá lejos
llora
donde vive
no hay vida
pero tampoco acá cerca
allá lejos
no hay
nido ni sombra

en cuclillas aguardó 
que el ritmo de su pecho le dijera cuándo
la respiración y la yema en llanto 
se aleja su cuerda umbilical del lago de los dioses

abrazando la lengua madre tierra
lengua muerta madre

su pecho le dijo:

ahora de prisa!
al que madruga Dios no ayuda
aquí te espera
la madrastra
aquí los amigastros
aquí la esposastra
los hijastros

porque nadie es para nadie

primavera aún no
rosa sin genitales
rosa no 
todavía roja

pétalos abiertos con forces
botón sin polen
donde una víscera 
vena 
masculla sangre

puede el corazón de la antropóloga sentir en el erótico roce de las madres desnudas, las erógenas tetillas perforadas y pezones lactantes, en vírgenes sacrificadas al Dios Padre, en los cuervos y los piscos derramados, una incesta comunión de piel y de amor, 
en que la noche de las minorías y los márgenes sea cantón y no barranca de cadáveres?

en mi pecho palpita mi niño alado

su boca lechosa
beso sin arcás 
ni hastío
no huele a tabaco
no huele a ruch barato

en el camarote
duermen
cruzados
cadáveres
cruzados
cadáveres
helados
en mi cara
los pies
de mi cuñado

en la noche
nos amamos
sin sexo
estamos juntos
antes de que se ahombre

porque mi ogrillo
lleva mi lunar de cáncer
lleva mi punto de carne
y mañana venderá mi alma por la diosa blanca
mas ora
no pagará el precio de estas velas 
ni el mantel en la ventana
el frío
y la noche
de su padre
que es mío

que es el mío

mío el corazón en la rosa cenicienta
mío escarmiento de raza perdida en santa satán inquisición
mío el descaro del hambre en las bocas lechosas
rosal ceniza cerezo cesa

empolladora
triste de cuervos
el deseo
vuelto un animalillo
hambrío
busca manar de su seno

el crío viene de vuelta del asombro

y de pronto

todo es luminoso
de entraña a entraña
dentro de ella
para que la mujer
sea al fin mujer





NO SERÁS PACHA
- NO PACHA NÁ MAMITA -
COMIDA DE CUERVOS EN NEGRA CUENCA





II


NO DESEARÁS A TU MADRE

NO DESEARÁS A TU HIJO

pequeña sombra
la noche de nadie
crece
la flema
en la boca del niño
frío
esos óvulos
no tienen
derecho a quitarnos el pan
qué sería de la sangre
sin ser derramada
y su pequeño ser
padecía
un campo de exterminio
padecía un campo de exterminio!

quién pagará la culpa de nadie

cuando su crisálida estiró
como una tripa
el seso en sangre contrajo
unas madrigueras óseas


y ella pensó en la noche junto al hombre que pasó de bebé a padre
ella pasó la noche en vela llorando su hermana hija





III

UN CHALEQUITO AGUJEREADO DONDE IBA EL NOMBRE
UN N.N EN LISTA DE ESPERA DE LOS APARECIDOS
PURITA EN LECHE PARA SUS CRÍOS

pujó la sangre con uñas
brotar
en la piel como rasguño
las alas asomaron
un ángel caído no!
un mosco verde
la pestaña paralela abrió
la cabeza arrancaron
de cuajo
con un rastrillo removieron
la tierra
y lo enterraron

el niño
se desnudo frente
a su madre entre las piernas
un aire sopló fresco
hacia adentro
y trepo su pecho
impúber para mascarlo

punto a punto
crece mi chalequillo celeste
en la barriga
las manguillas de lana y manitas
el pecho que respira
y repita que no que sí
que no
que sí
el tejido crece
le bordaré su nombre
en el pecho
para que no se olvide

ya no recuerdo
el nombre que iban a ponerme
antes que me rasgaran
de los pies a la cabeza

qué camino seguirán las cigüeñas
con nuestros bastardos en sus garras
los arrojan
abajo los esperan
cunas de bronce
de mimbre
pesebres
y tiestos de basura

orfelinatos y perreras

su hijo es su hermano
un niño
que sus palillos tejieron
en otoño
tiene sus ojos puestos
por ellos verá un día los suyos sin vida
tiene la boca del padre
que es de ella también

bastartillo
crecerá con la mala leche
y el pan frío
aquí bienvenido no es nadie
todos patos feos
todos cisnes de zanjón

y nunca - escúchame bien, hijo - nunca
las Erinias serán Euménides

sólo crías guardadas
en formalina
una muerte
in vitro
sin vanagloria
al servicio de la ciencia y de la vida

padre y madre
abuelo y abuela
cuando vengas
trae mis cuadernos de poemas

todavía están guardados
lo sé
porque te he visto planchar mis camisas 
cambiar el agua de mis frascos


humedece mi boca y bésame hasta que crujan estos labios que cantaron
hasta que crujan estos labios estos labios que te cantaron

recuerdo nuestros soldados trabados en la muralla china
recuerdo nuestras barcas de papel por la canaleta viento en popa
el sol reflejado en el charco de un grifo abierto
un sol como una uretra roja
un sol a barlovento que me dijo:

NUESTROS DÍAS PERVIVEN EN LA MEMORIA

                      QUE CANTEN LOS LABIOS CANTEN




Magnolia de Felipe Ruiz. Ajiaco Ediciones 2012


Las espinas de la Magnolia

Por Marcelo Guajardo Thomas

Son tiempos ingratos para la poesía. El poeta está asediado por el intercambio masivo y muchas veces irritante de contenidos de lenguaje. Arrecia la palabrería y en este exceso el lenguaje termina devorándose a sí mismo. Arrecia la palabrería pero la palabra se vacía de sentido, en la mentada era de las comunicaciones, cada vez estamos más sordos y más mudos. Qué puede hacer la poesía en este momento, o más bien, hacia dónde. El libro que tenemos al frente no es sino una respuesta a esta hostilidad. Quienes hemos leído a Felipe Ruiz durante esta década nos daremos cuenta que Magnolia es la puerta de salida de una zalagarda agobiante. A pesar de la desesperanza que cruza el poemario la sola publicación de este nos habla de un caudal que continúa a pesar del ruido ambiente. Sucede con la poesía lo mismo que con la naturaleza devastada. Consigue retomar su curso, se reconstituye y vuelve a decirnos algo. En Magnolia noto un nuevo ocultamiento. A la aridez del contexto Felipe Ruiz opone un deslumbramiento silencioso del fenómeno. Versos miméticos en el follaje de escrituras, disonantes, de ritmo personalísimo, la torpeza como estrategia de lucha. Porque cobijo / no hay / en esta cuna / de tildes / comas / arrancadas de raíz / para que tiemble el llanto / de su pequeño / de quién / del dolor. De modo contradictorio, la presencia dolorosa del lenguaje es al mismo tiempo la única salida del atolladero. El mismo poemario se encarga de marcarnos la ruta de salida. De la construcción oblicua de los acontecimientos hasta el escape retórico final, montado en un verso de mayor amplitud y respiración, pasando por la fábula rítmica de la vida cotidiana. Un ejercicio razonable es tomar los títulos de las tres secciones del libro e intentar un análisis desde allí. De antemano me parece que funcionan como un mini sistema de referencias y son un poema en sí mismos, pero veamos. Guarda en este frasco tu pequeño Olimpo, Hortensia, Morimos como los unicornios. La primera afirmación deja en claro el camino de repliegue que impondrá en texto. Al pequeño frasco transparente dónde la poesía se conserva para el futuro. En su Olimpo almibarado de lenguaje fundido a altas temperaturas. En ese verso que asume su rol de título está la declaración de principios que anima al poemario. Más tarde, en Hortensia, el llamado a la cotidianeidad y su contorno sagrado. Sí, sagrado. En esta parte del texto Felipe Ruiz parece convertir el fenómeno diario en sacramento, su relato se aproxima con parsimonia y algo de furia su verso la interpela a ella, al recién nacido, a ambos, en la agridulce esfera de la vida conyugal. Desprendido del habla, el verso encuentra el esqueje en su tallo y brota a la luz. Tiene la mollera blanda dice él / y ella piensa en su fragilidad / en su delicado corazón / su trigo / que es como un grano / mil brazos / en el cereal de la mañana. Con este capítulo, el primer soliloquio de inicios del poemario, adquiere la forma de los eventos. Como una primera huella de agua que escarba la piedra, el mismo torrente suma la sustancia al siguiente compartimento. Lo que era relato se vuelve diálogo, lo que era diálogo se vuelve épica. Me refiero a la tercera sección del poemario.Morimos como los unicornios, que completa el camino hacia la salida a través de un pasadizo encontrado en el follaje de los acontecimientos. Así pues, recibimos el ritmo trepidante de los últimos poemas como una declaración de esperanza en la poesía. Un despliegue en la palabra que escaseaba en las secciones anteriores pero que a la luz de la naturaleza rítmica del poemario está plenamente justificado. Un molto vivace que con habilidad y siguiendo el mismo dictum consigue la articulación razonable de sus sentencias. Como en La vida moderna.- Te puedes morir con el televisor prendido. Te puedes / hacer añicos la cabeza contra las murallas de un edificio. / Si es preciso, tu sed, la calmará una vertiente de plástico / afuera del restaurante. La esperanza de Magnolia está cifrada en la palabra poética, no en el mundo que nos rodea.
Santiago, octubre 2012.














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