miércoles, 19 de marzo de 2014

JOHN EDGELL RICKWORD [11.280]


John Edgell Rickword

Nació en Colchester, Essex, Inglaterra, en 1898 y tuvo un longeva y polifacética vida hasta su muerte en el año 1982 dedicada  a la literatura, como articulista,  editor,  crítico literario, y poeta, y también como activista político. Tenía 16 años cuando se inició la guerra por lo que tuvo que esperar hasta el año 1916 para alistarse en el cuerpo de Artists’ Rifles. Al frente del oeste en Fleurbaix no  llegó hasta el año 1918  y su batallón únicamente estuvo en acción una semana  lo que no le impidió ganar  la Cruz Militar. No obstante, su mayor secuela la tuvo a causa de una septicemia al terminar la guerra estando todavía en Francia  dos meses después del armisticio  por la que  perdió un ojo.

Su poesía de  guerra fue publicada en 1921 en un volumen titulado Behind the Eyes y recoge sus poemas que escribió tras la guerra y  en las que reflexiona sobre su experiencia. Como recordaba el propio  Rickword, sus poemas de guerra se habían escrito “después del fin de las hostilidades , el fin de la ansiedad … Uno estaba reflexionando sobre la experiencia en lugar de escribir directamente de la experiencia “.

 Rickword más tarde recordaría también que la decisión de unirse al ejército británico reflejó ” nuestro estado de ánimo” en el momento de iniciar la guerra, llevados por una experiencia de guerra en las colonias en el que había algo de juego: “Estábamos habituados a las guerras coloniales, pacificaciones de pueblos atrasados ​​( nuestros soldados de juguete tenían  un armamento ligeros ) , que sólo diferían de  de las formas más arriesgadas y costosas del deporte en el grado de peligro y las dificultades del trabajo. “

Aunque hoy día Rickword es probablemente más recordado por su activismo político que por su obra literaria, todas las crónicas están de acuerdo en que sus tempranos poemas merecen no ser olvidados.

En ‘Trench Poets’ –aquí traducido- relata la última mirada antes de abandonar en el frente el cuerpo de un amigo muerto. Se aleja prudentemente de palabras sentidas y grandilocuentes pues sabe ya en el año 1921 que para llegar al corazón humano, para crear empatía,  no hay que expresar de forma evidente el dolor ni ponerse trágicos ni trascendentales. El diálogo con la poesía erótica metafísica de John Donne le sirve de telón de fondo para su diálogo con el cuerpo abandonado entre sus brazos. En el poema aparecen de la mano su   intento de animar a su amigo  con los recuerdos de sus amantes y el de defenderle de las ratas, gusanos y moscas.  Y he visto en el  final del poema  una sutil confusión entre el recuerdo de la amante desnuda que va a cubrir con su cuerpo, con la propia desnudez de su amigo moribundo –abandonado a su destino- cuya única protección, el único abrigo, es el del cuerpo del  amigo que le despide.

Dadas las constantes referencias a la poesía de John Donne, he incorporado a pié de página las estrofas completas de las que  extrae los versos de Donne. Uno de ellos, To His Mistress Going to Bed, es considerado por los especialistas como el “This famously erotic poem celebrates physical love but also has a sense of the underlying relationship between the two” -Barbara Daniels. Classics of English Literature. Da Classics of English Literature: essays by Barbara Daniels-, y puede dar una  perspectiva general del poema de Rickword;  así como el sentido del último verso que reproduce Rickowrd, del que nos indica que The last line can mean “Why do you need more covering than this man needs?” or “Why do you need any other covering than a man on top of you?” http://www.classicsenglishliterature.com/john-donne-4.html

Nota bibliográfica y traducción: Ignacio Pemán
http://anglopoesia.wordpress.com/2013/11/02/the-soldier-addresses-his-body/

Edgell's publications include:

`Behind the Eyes' (1921) poems 
`Rimbaud: The Boy and the Poet' (1924) 
`Invocation to Angels' (1928) poems 
`Scrutinies By Various Writers' (1928) editor 
`Scrutinies - Volume II' (1931) editor 
`Love One Another' (1929) 
`Poet Under Saturn: The Tragedy of Verlaine by Marcel Coulon' (1932) translator 
`A handbook of freedom: a record of English democracy through twelve centuries' (1939) co-editor with Jack Lindsay 
`Collected Poems' (1947) 
`Radical Squibs and Loyal Ripostes: a collection of satirical pamphlets of the Regency period 1819-1821' (1971) editor 
`Essays and Opinions Volume 1: 1921-31' (1974) edited by Alan Young 
`Literature and Society: Essays and Opinions Vol.2 1931-1978' (1978) 
`Twittingpan and Some Others' (1981) poems 
`Fifty Poems: A Selection by Edgell Rickword'








The Soldier Addresses His Body

Me  enfadaré si  te emborracharas,
Tuvimos buenos momentos juntos , tú y yo;
aunque te quejaste un poco cuando nos abandonó la suerte,
dices que una chica nos  rechazó, o nos quedábamos secos

Pero hay un montón de cosas que no hemos hecho ,
países que no hemos visto, donde la gente hace cosas extrañas ;
comer peces vivos, e imitar ante el sol
los gestos solemnes de sus reyes de piedra grisácea

He oído hablar de  bosques sombríos al mediodía
donde las serpientes y enredaderas luchan todo el tiempo;
donde vívidas bestias palidecen  en la luna llena ,
farfullan y lloran, y  gimen una  antigua y desesperada canción,

porque en la luna llena el Hipogrifo
con su  arrugado hocico de marfil y pies de ágata ,
con sus ojos verdes les fulminará,  fríos y rígidos
para que el cobarde Guiverno baje y coma.

Vodka, kvas o vinos amargos de montaña
nunca nos emborrachamos, ni arrancamos rebosantes uvas
para apedrear muchachas delgadas entre viñedos sicilianos ,
que parpadeaban a través de las hojas , con  débiles y juguetonas formas.

Sí, hay un montón de cosas que nunca hicimos,
pero cuesta  ponerles rima,
vamos a tomar una copa, y reparte las cartas  
y deja el verso aburrido para  los aburridos tiempos de paz. 







The Soldier Addresses His Body

I shall be mad if you get smashed about,
we’ve had good times together, you and I;
although you groused a bit when luck was out,
say a girl turned us down, or we went dry.

But there’s a world of things we haven’t done,
countries not seen, where people do strange things;
eat fish alive, and mimic in the sun
the solemn gestures of their stone-grey kings.

I’ve heard of forests that are dim at noon
where snakes and creepers wrestle all day long;
where vivid beasts grow pale with the full moon,
gibber and cry, and wail a mad old song,

because at the full moon the Hippogriff
with wrinkled ivory snout and agate feet,
with his green eye will glare them cold and stiff
for the coward Wyvern to come down and eat.

Vodka, kvass or bitter mountain wines
we’ve never drunk; nor snatched the bursting grapes
to pelt slim girls among Sicilian vines,
who’d flicker through the leaves, faint frolic shapes.

Yes, there’s a world of things we’ve never done,
but it’s a sweat to knock them into rhyme,
let’s have a drink, and give  them cards a run
and leave dull verse to the dull peaceful time.





TRENCH POETS

Conocí a un hombre, él era mi amigo,
Pero estaba más negro cada día,
y ni espantaba las moscas,
ni palidecía, a pesar del zumbido feroz
de los proyectiles, yo solía leer,
para animarle, cosas al azar de Donne -
como “Deja encinta a una raíz de mandrágora”(1)

Pero se puede decir que estaba lejos,
Porque yacía boquiabierto, ojos de caballa,
y rígido, y sin sentido como un poste
aun cuando ese viejo poeta lloró
“Tengo muchos deseos de hablar con el fantasma de alguna antigua amante.”(2)

Probé las Elegías un día,
pero él, porque él me oyó decir:
“Qué otro abrigo necesitas que el cuerpo de un hombre?”(3)
Sonrió maliciosamente, y así supe
que los gusanos habían llegado finalmente a su cerebro.

Había una cosa que yo podría hacer
matar de hambre a los gusanos, me devanaba la cabeza
por cosas sanas y mencioné a Maud.
Su sonrisa empeoró y pude ver
que se burlaba de la pureza de la pasión.
Olía tan mal, aunque éramos grandes amigos
Tuve que dejarle; entonces las ratas se comieron sus pulgares.




Trench Poets

I knew a man, he was my chum,
but he grew blacker every day,
and would not brush the flies away,
nor blanch however fierce the hum
of passing shells; I used to read,
to rouse him, random things from Donne--

like "Get with child a mandrake-root."
But you can tell he was far gone,
for he lay gaping, mackerel-eyed,
and stiff, and senseless as a post
even when that old poet cried
"I long to talk with some old lover's ghost."

I tried the Elegies one day,
but he, because he heard me say:
"What needst thou have more covering than a man?"
grinned nastily, and so I knew
the worms had got his brains at last.
There was one thing that I might do
to starve the worms; I racked my head
for healthy things and quoted Maud.
His grin got worse and I could see
he sneered at passion's purity.
He stank so badly, though we were great chums
I had to leave him; then rats ate his thumbs.






War and Peace

In sodden trenches I have heard men speak,
Though numb and wretched, wise and witty things;
And loved them for the stubbornness that clings
Longest to laughter when Death's pulleys creak;
And seeing cool nurses move on tireless feet
To do abominable things with grace,
Deemed them sweet sisters in that haunted place
Where, with child's voices, strong men howl or bleat.
Yet now those men lay stubborn courage by,
Riding dull-eyed and silent in the train
To old men's stools; or sell gay-coloured socks
And listen fearfully for Death; so I
Love the low-laughing girls, who now again
Go daintily, in thin and flowery frocks.




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