martes, 19 de marzo de 2013

ALFONSO LÓPEZ GRADOLÍ [9487]


Alfonso López Gradolí nace en Valencia en 1943.

Licenciado en Derecho. Reside, indistintamente, en Valencia y en Madrid. Poeta y uno de nuestros intelectuales más activos, viene cultivando tanto la poesía visual como la discursiva, y en ambas modalidades ha alcanzado un sólido reconocimiento.

Si el “Times“ calificó de obra maestra su libro de poesía visual QUIZÁ BRIGITTE BARDOT VENGA A TOMAR UNA COPA ESTA NOCHE, en España ha obtenido premios tan destacados como el “Boscán“, el “Luis Rosales“, el “Vicente Gaos“ y el de la “Crítica de la Comunidad Valenciana“. 

'Quizá Brigitte Bardot venga a tomar una copa esta noche', de Alfonso López Gradolí (1971)


Obra poética

Su obra poética se compone de los siguientes títulos:
El sabor del sol (Madrid, Biblioteca Nueva, 1968)
Los instantes (Salamanca, Delegación Provincial de Cultura, 1969)
El aire sombrío (San Sebastián, Caja de Ahorros de Guipúzcoa, 1975)
Una muchacha rodeada de espigas (Madrid, Instituto de Cultura Hispánica, 1977)
Las señales del fuego (Barcelona, Anthropos, 1985)
Una sucesión de encuentros (Cáceres, Ayuntamiento, 1997) y Los signos de la soledad (Madrid, Devenir, 2000)
Los bosque de la memoria. Poesía, 1968-2000 (Madrid, Calambur, 2001).
Tiene también un libro de poesía visual:
Quizá Brigitte Bardot venga a tomar una copa esta noche (Barcelona, Anthropos, 1977).
Ha publicado igualmente dos libros de miscelánea en prosa:
Guía secreta de Valencia (Valencia, Al-Borak, 1974)
Diccionario otro de lugares comunes (Madrid, Calambur, 1997).
Último libro de poemas discursivos de Alfonso López Gradolí.



EL RITUAL

De madrugada, escribo unas palabras
resultado de meditaciones, el deseo
de pervivencia, la tensión que llevará al poema.
Miro los libros, la madera oscura
y ensamblo un armazón de vocablos,
la reseña de los hechos que pasaron.
Alrededor están los nombres de los otros, 
los que dijeron “mar” antes de que yo lo viera.
Compruebo inermidad, escaso oficio, 
en el desengaño ritual de hacer resumen
con un parcial convencimiento. Desvelo
un esplendor, trabajo con desasosiego
estas líneas que alguien comentará un día.

Estas horas de silencio delgadísimo.




LA SEÑALADA TIERRA

ELS PLECS DEL MAGNÀNIM

Col·lecció dirigida per Ricardo Bellveser

Traduït del castellà per
Emili Casanova


Al mar has de venir si derrotado

Al mar has de venir si derrotado
te crees un instante por la vida.
Sin ímpetu, las olas ya son bajas,
atraen más. Insisten ojos libres
que desean tener la compañía
para perder tesón, enamorados.
La luz lenta de tarde, primavera,
el malva instante en el que cobran
ilusión las muchachas. Es la hora
de tomar la mirada de la noche.
Momento decisivo. Y tú miras
unos ojos; ignoras si importa
que ellos miren como tú lo haces.




Al mar has de vindre si derrotat

Al mar has de vindre si derrotat
et creus un instant per la vida.
Sense ímpetu, les ones ja són baixes,
atrauen més. Insistixen ulls lliures
que desitgen tindre la companyia
per a perdre tenacitat, enamorats.
La llum lenta de vesprada, primavera,
l’instant malva en el qual cobren
il·lusió les xicones. És l’hora il·lusió les xicones. És l’hora
de prendre la mirada de la nit.
Moment decisiu. I tu mires
uns ulls; ignores si importa
que ells miren com tu ho fas.







Sabor del mar

Todos los años, cuando llega marzo;
la luz más duradera por las tardes,
el sol más insistente, la mejilla
de la muchacha cerca, te dedico
un recuerdo, pequeño mar lejano,
el mío mar cuyo olor recobro,
de la ciudad que es sólo mi cansancio.
En los bares del puerto, los sabores
de alga seca, sal y de madera.
El faro girador y atrayente,
atardecer, los grises matizados,
la motora pasando por el puerto.
Las barcas con sus nombres atrayentes.
Los gallardetes. La ciudad, al fondo.




Gust del mar

Tots els anys, quan arriba març;
la llum més duradora a les vesprades,
el sol més insistent, la galta
de la xicona prop, et dedique
un record, xicotet mar llunyà,
el meu mar l’olor del qual recobre,
de la ciutat que és només el meu cansament.
En els bars del port, els sabors
d’alga seca, sal i de fusta.
El far girador i atraient,
horabaixa, els grisos matisats,
la motora passant pel port.
les barques amb els seus noms atractius. 
els gallardets. La ciutat, al fons.



Mirar mirarte. Alfonso López Gradolí.


Recuerdo aquellas rocas

Recuerdo unas rocas. Eran días
de lo que llaman la niñez. Estaba
mi corta vida frente mar. Proyectos
que hacía mirando las gaviotas
que volaban en el azul de tarde.
Veía los almendros. Una casa
al lado del mar. cercano río
que lleva nombre de muchacha: Turia.
Un niño que corría las riberas;
el mar era domingo, los veranos,
un blanco cegador en mi memoria,
pasaba yo la mano por las rocas.
Lejanamente, ahora, retorno
a una playa, mi ciudad perdida.




Recorde aquelles roques

Recorde unes roques. Eren dies
del que anomenen la infantesa. Estava 
la meua curta vida front al mar. Projectes
que feia mirant les gavines
que volaven en el blau de vesprada.
Veia els ametlers. Una casa
vora el mar, riu pròxim
que du nom de xicona: Túria.
Un infant que corria les riberes;
el mar era diumenge, els estius,
un blanc cegador en la meua memòria,
passava jo la mà per les roques.
Llunyanament, ara, retorne
a una platja, la meua ciutat perduda.



Alfonso López Gradolí.




No vuelvas tarde de la playa

«No vuelvas tarde de la playa,
no debes comer solo», y mi madre
era voz de ternura en la escalera,
hablaba sin reproche, solamente
quería compartir su sobremesa
(y los cafés y los furtivos
pitillos, como niños, comentarios
de sus pequeñas cosas), qué lejano
arenal de Pinedo, rocas
salinas de granito que tenían
letreros de yeso y de domingo.
Volvían las palabras de mi madre.
Piedras color de rosa que he perdido.



No tornes tard de la platja

«No tornes tard de la platja,
no deus menjar a soles», i ma mare
era veu de tendror en l’escala,
parlava sense reprotxe, solament
volia compartir la seua sobretaula
(i els cafés i els furtius
cigarrets, com a xiquets, comentaris
de les seues petites coses), quin llunyà 
arenal de Pinedo, roques
salines de granit que tenien
rètols d’algeps i de diumenge.
Tornaven les paraules de ma mare.
Pedres color de rosa que he perdut.



Para escribir unos versos.Alfonso López Gradolí.



Un gran poeta dijo que enseña el mar

Un gran poeta dijo que enseña
el mar, es una sombra acumulada
de poemas futuros. Cree, mira
las olas verdes bajo sol, aprende
y teme, como ese pez ligero
a la certera red. Y adivina
qué mano moverá todas las olas.
Azar para la barca decidida
de malas rocas; nadador perdido
con un final de clara esperanza.




Un gran poeta digué que ensenya la mar

Un gran poeta digué que ensenya
la mar, és una ombra acumulada
de poemes futurs. Creu, mira
les ones verdes sota sol, aprén
i té por, com eixe peix lleuger
a la precisa xàrcia. I endivina
quina mà mourà totes les ones.
Atzar per a la barca decidida
de males roques; nadador perdut
com un fi nal de clara esperança.







Ahora se despide de la playa

Momento del adiós. Mira las rocas,
la arena con su límite de espuma.
Verano, su final, una muchacha:
los ríos todos en el mar terminan.
Sólo queda un nombre de una noche.
El mar, al horizonte, es una raya.
Hay algo de cansancio y alegría
el día del adiós. Nos preguntamos
en ese instante más de lo que puede
un hombre contestarnos, un paisaje.
Daría el corazón las experiencias,
con sus amigas fieles las tristezas.
Se despide del mar, del tiempo ido.

Que no puede romper con los recuerdos




Ara s’acomiada de la platja

Moment de l’adéu. Mira les roques,
l’arena amb el seu límit d’escuma.
Estiu, el seu fi nal, una xicona:
els rius tots en la mar acaben.
Només queda un nom d’una nit.
La mar, a l’horitzó, és una ratlla.
Hi ha un poc de cansera i alegria
el dia de l’adéu. Ens preguntem 
en eixe instant més del que pot
un home contestar-nos, un paisatge.
Donaria el cor les experiències,
amb les seus amigues fi dels les tristors.
S’acomiada de la mar, del temps anat.

Que no pot trencar amb els records.





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