domingo, 2 de abril de 2017

PEDRO ELÍAS MARTÍNEZ [20.059]


PEDRO ELÍAS MARTÍNEZ

Pedro Elías Martínez, Contratación, Colombia, 1951. Autor de minicuentos y poemas. Ha publicado «La Piedra de los Aburridos». En 2015 obtuvo el primer lugar en el 9º. Certamen Internacional de Relato Hiperbreve de la Universidad Popular de Talarrubias, Badajoz, España. Los poemas siguientes pertenecen a su libro «Escribo en el suelo para que no haya olvido».


Verdugo

llega la noche,
si está oscuro adentro
abre la ventana.


Sicario

esta mano,
la mano derecha,
que acaricia la frente del papel
y con tres dedos toma la pluma
como si fuera un dardo,
la que tuvo tan buena puntería,
ahora necesita que la guíes a tu alma.


Regreso

esta noche
la lluvia desliza 
sus dedos fugaces
por tu cuerpo
y es una enredadera 
transparente,

es mi primera lluvia en la ciudad
en veinte años,
los niños
ríen, aplauden, 
juegan a la ronda
con el alud que anda 
en la sombrilla y escribe
pentagramas de cristal,

precursora del fuego y la plegaria,
su mano acaricia
con agujas,
es la lluvia que besa o aprisiona.


Semillas

tus semillas,
pequeños duendes en paracaídas,
son trozos de la hoja del poema,

el viento a su arbitrio las libera,
las suelta en el monte o la cañada 
sin preguntar si absuelve al álamo 
o al cardo,

el viento dispersa las semillas 
y no sabes si viven o si mueren.


Limpieza

la calle se llamará avenida
y vendrá el presidente 
a inaugurarla,

del pordiosero, la loca, el vagabundo,
del idiota con traje de Bolívar
no te hablaré
porque no tienen nombre, 

la noche
los disfraza de termita, lechuza, escarabajo
la lluvia les pone el antifaz.


Volver

como estrenando salgo 
al mercado 
con el traje puesto,

el terno 
con olor a naftalina,

aquel que estaba muerto y sepultado 
en el armario.


Pequeñas cosas

abrió
la puerta de la calle
y se fue sin despedirse

dicen que ha vuelto junto al ser 
que lo extraña

y lo busca en la lista
de desaparecidos.


Anónimo

las letras del aviso
eran hormigas,

una tras otra 
subieron por mi espalda.


Eternidad

abuelo,
por tus ramas
suben
los arcángeles a visitar 
los trinos,

aún viven 
alondras
en el libro olvidado.


Amenaza

viene
de la genuflexión de la montaña,
de los lindes del bosque
y la roqueda,

toca mi puerta
con la última hoja
vespertina,

el remolino 
la sube a su carruaje 
de hojarasca,
pero siempre regresa.


Oscuridad

salta la rana,
va de piedra en piedra
sobre los muertos.


Sombras

oh las sombras,
esas pequeñas sombras de ojos huecos
descalzas andan en la niebla 
y la niebla les muda el rostro cada vez,

son margaritas en busca de su nombre,
dos margaritas que se fueron 
juntas, una encerró a la otra en su noche de piel,

oh las sombras,
mis pequeñas sombras andan por la niebla,
van descalzas con los ojos húmedos,
mañana volverán.


Historial

antes de la orquídea
estuvo el rayo
en el muñón del árbol.



Escarabajo

en arcilla
la escritura
muda con el viento,

en papiro 
vendrá la cólera del fuego,

en el muro 
no quedará de él
piedra sobre piedra,

escribo
en la memoria
de esta casa de estiércol,

escribo en el suelo 
para que no haya olvido.



Letanías crepusculares

Lo más profundo es la piel. 
PAUL VALERY

piel de caserío, ámame, 
piel de ligadura, desátame, 
piel de agua, refréscame, 
piel de olvido, sáname, 
piel de calle vacía, reintégrame, 
piel de serenata, despiértame, 
piel de hambre, nútreme, 
piel de sabana, protégeme, 
piel de cafetales, bendíceme, 
piel de fogonazo, ilumíname, 
piel de montaña, fortaléceme, 
piel de raíces, levántame, 
piel de humareda, límpiame, 
piel de selva, rescátame, 
piel caribe, guíame, 
piel de borrasca, ampárame, 
piel de muro, libérame,
piel donde arrullan sus niños de brazo 
los maizales, redímeme, 
ahora y en la hora de ahora, 
porque habrá un Nuevo Amanecer. Amén.







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