miércoles, 31 de octubre de 2012

XABIER DE LIZARDI [8.222]


Xabier de Lizardi

José María Aguirre Egaña (1896 - 1933), conocido por Xabier Lizardi, poeta y escritor en lengua vasca.

Relevante escritor vasco en euskera de principios del siglo XX. Junto con Lauaxeta es el principal representante da la literatura eusquérica de preguerra. La estética simbolista ha hecho que se le compare con Juan Ramón Jiménez.

Aguirre firmaba con el seudónimo de Xabier Lizardi por el que es conocido, aunque también firmó con los de Zarauztar Sabin y Samaiko Zulo. Su escasa obra, centrada principalmente en sólo dos libros, Biotz-begietan (En el corazón y en los ojos) escrita en 1932 y la antología póstuma Umezurtz-olerkiak (Poemas huérfanos) publicada en 1934, en los que plasma una poesía de tipo intimista, impresionista donde se debate entre la materia y el espíritu esta basada en la naturaleza y la mitología del País Vasco. Es la transición del romanticismo al simbolismo en la literatuta vasca.

José María Aguirre nació en Zarauz Guipúzcoa País Vasco (España) el 18 de abril de 1896. Cuando tenía 12 (otras fuentes dicen que contaba 10 años de edad) años se trasladó a Tolosa junto con su familia. Allí estudia bachillerato y recupera el euskera que tenía casi olvidado.
En 1917, con 21 años, se licencia en derecho en la Universidad Central. Se casa con Francisca Eizagirre con 27 años de edad y entra, en el puesto de gerente, en la fábrica Perot, dedicada a la construcción de telas metálicas.

En 1926 participa en la fundación de la entidad cultural Euskaltzaleak en el seno de la cual realizó diferentes proyectos. Trabajó para dotar al euskera de las alas de la sabiduría como él decía y soñaba con un periódico en dicha lengua.

La primera vez que utiliza el pseudónimo por el que se le conocería fue en la conmemoración del día del Euskera en Mondragón (Guipúzcoa) el año 1927, bajo la dictadura de Primo de Rivera.

En 1930 participa en el certamen de poesía vasca en Rentería donde presentó las poesías; Otartxo utsa (El cestito vacío), Paris'ko Txolarre (El gorrión de París) y Agur (adiós). En el certamen del año siguiente celebrado en Tolosa en honor al poeta Emeterio Arrese presentó el poema Urtegiroak (Las estaciones del año). Este poema ha sido calificado como "su obra cumbre" por Ariztimuño.

Al año siguiente, en 1932 publica el libro Biotz-Begietan (En el corazón y en los ojos) y es galardonado con el premio Kirikiño por el artículo Etxe barne bizia (La vida dentro de casa). También ven la luz en la revista Antzerti (teatro) las obras Laño ta izar (Niebla y estrella) y Bi aizpak (Dos Hermanas).

Con 36 años de edad, sin haber tenido tiempo de desarrollar todo el potencial que tenía, murió en Tolosa el 12 de marzo de 1933.
Los libros Umezurtz-Olerkiak (Poemas huérfanos) e Itz-Lauz (En palabras llanas) fueron publicados después de su muerte al igual que su obras dramática Ezkondu ezin ziteken mutilla (El chico que no se podía casar) que vio la luz en las páginas de la revista Egan en 1953.

Su obra

Poesía

XX. mendeko poesia kaierak (cuadernos de poesía del siglo XX), 2000, Susa: Edición de Koldo Izagirre.
Biotz-begietan (En el corazón y en los ojos), 1932, Verdes-Atxirika.
Olerkiak (poemas) 1983, Erein: edición de Juan Mari Lekuona, Ángel Lertxundi y Xabier Lete.
Umezurtz olerkiak (Poemas huérfanos) 1934, Euskaltzaleak
Lizardi (frenedo), 1975, Valverde.

Teatro

Bi aizpak (Dos hermanas), 1932, Antzerti.
Laño ta izar (Niebla y estrella), 1932, Antzerti
Ezkondu ezin ziteken mutilla (El chico que no se podía casar), 1953, Revista Egan

Artículos

Itz lauz, (En palabras llanas) 1934, Euskaltzaleak.
Kazetari lanak (trabajos de periodista),1986, Erein - Asociación de editores vascos)


CANCION DEL VASCO VIAJERO
      
              Al preclaro Don Miguel de Unamuno,
                en comunicación de nuestra insolente audacia.


INVITACIÓN AL VIAJE

Dulce voz de mi pueblo,
blanca esposa de mi mente:
dame tu delicada mano,
ven suavemente,
dejemos por un tiempo el País Vasco.



FLOR SILVESTRE

Hermosa es nuestra fecunda lengua,
hermosa, ciertamente, cubierta de helecho:
¡ojalá pronto extraigas, Poeta,
de la flor silvestre, miel,
y del bosque, esencia vasca!

Y si así fuese la voluntad de Dios
como es ferviente deseo mío,
¡surja cuanto antes el creador
del Poema cumbre,
vasco en fondo y forma,
de nuestro pueblo!



LENGUA UNIVERSAL

Pero yo, lengua campestre,
te quiero también para todo:
elevada en las alas del saber,
viejo el cuerpo, joven el espíritu,
fibra eterna bajo la pálida piel.



POR LOS CAMINOS DEL ENSUEÑO

No temas, mi Bienamada:
quiero sacarte de tu aldea,
mostrarte orgullosamente
por el mundo, porque nada hay
tan hermoso como tú.

Esposa fértil de mi mente,
el nuestro es un viaje nupcial.
Te pido, Señor, que al final de nuestro camino
nos otorgues, fruto del amor y de la inspiración,
muchos hijos de ojo limpio.

Mar sereno, azul pradera
de hierba igualada y linde redondo:
¡qué embrujo tiene tu amanecer!
Ahí aparece, esplendoroso,
el ágil disco que mide nuestra existencia.

Un archipiélago bajo el sol...
En la mar inmensa, una vela...
Refugio de árboles exóticos,
tamizado por azules lienzos.
Ahí, quizá, reposaba Gerbault el solitario...

Hacia la cintura del mundo, amplios desiertos,
mortíferos arenales abrasados...
¡Cuántas veces vieron los ojos del viajero
plantas y fuentes en este aire:
pura arena cuando llegó a ellas!

Boguemos al país de los hielos,
quizá hallemos huellas de nuestros antepasados:
¡cuántas mareas
hicieron antaño,
impermeable al hombro y en la mano el arpón!

Blanca la tierra, negro el océano:
un pedazo de hielo es nuestra nave...
¡Divina soledad!
Una solitaria ave, alas desplegadas,
vuela hermana de las nubes...

Cantemos aquellas largas noches,
aquellos crepúsculos de rojo fuego...
¡Hombres viviendo bajo la nieve,
tierra improductiva,
tan diferente de nuestro País Vasco!

Grandes urbes, colmenas humanas:
ir y venir de locos,
inventiva, iniciativa,
agitado comercio.
¡Que nuestra capacidad de adptación sepa asimilarlo!

Asume todo cielo y todo clima,
y cántalo amorosamente...
Prepárate a cualquier requerimiento:
debes de ser capaz de expresar
el modo y el matiz de todos los humanos.



SUBLIMACIÓN

Y si se agotasen los temas terrenales,
en alas que Sol no pueda derritir
(no como las de Icaro)
volemos juntos a los cielos,
hasta llegar a las estrellas azules.

Traducción: Xabier Lizardi / Koldo Izagirre



GORRIÓN PARISINO

Gorrión, gorrioncillo
del centro de París:
¿ni la gritería de la Bourse
—asamblea de locos—
es capaz de intimidarte,
perfecto insolente?

Llegas directo
a la cúpula
de un foco apagado
comiendo una migaja robada:
de uno a otro,
ocupas los ángulos de su sombrero.

A cada salto,
una mirada al suelo:
¡menudo tunante!
No necesitas fijarte mucho
para volver hacia abajo,
y no para llevarte cáscaras sin grano.

Sentado en el café,
dueño de mi tiempo,
¿qué mejor entretenimiento
(no tengo ganas para otra cosa)
que divagar un poco,
sin devanarme mucho el seso?

Los cristales están empañados,
al igual que el tiempo.
En el interior,
en un rincón,
a tono con el ambiente,
sestean los mozos de blanco mandil.

Vaya, el gorrión vuela
de nuevo hacia lo alto.
Parpadea,
y sin dejarlo para luego,
engulle su botín.
Lanza una blanda propina... ¡y allá se fue!

Gorrión parisino,
¿en qué te diferencias
del gorrión de mi pueblo?
Por fuera eres pardo,
por dentro travieso,
y para que el parecido sea mayor... ¡no sabes francés!

Tan a sus anchas como aquél
en el viejo campanario
vive éste de inquilino
en la famosa Tuileri.
Apuesto a que, si lo trajese aquí,
el gorrión de mi pueblo no se cohibiría.

Sin embargo, el hombre,
queriendo ser cosmopolita,
¡qué pájaro tan torpe es!
Es inútil que se empeñe
yendo de aquí para allá:
fuera de su casa siempre será un aldeano.

Resumiendo: viéndome
a mí mismo tan torpe
y tan paleto en París,
me quejé al cielo
haciendo constar
que prefería ser gorrión, y no hombre.

Traducción: Xabier Lizardi / Koldo Izagirre



EL HUMO DE LA CASA

Hermosa es la paloma en vuelo,
hermoso el haya en el monte...
Más hermoso es el humo
sobre los rojos tejados.

Si veo un humo azulado
cuando voy por el bosque,
¡qué gran alegría
sentir presencia humana!

Al poco, una gallina al camino,
un sembrado recostado en la ladera:
amplia casa de rojas tejas
y ante ella un nogal.

Allí hay calor, allí hay vida...
Allí hay gritos de niños jugando...
A la noche, junto al hogar,
el premio del trabajo diario...

Ven, amada mía,
pronto seremos el uno para el otro:
¡Soñemos! En el cielo brilla
la estrella del atardecer.

El día de bodas,
pavos sobre la mesa...
Y sobre el tejado, en volutas,
un humo tan azul como el firmamento...

Desde la ventana veinte caseríos,
adorno de la montaña.
Algunos se divisan completamente,
otros sólo a medias.

Pero de todos ellos humean
volutas azules...
Sospecho que el cielo
está hecho de estos humos.

            * * *

Ayer murió mi amada,
en la sala está su cadáver.
Por la ventana abierta, sólo monte;
la brisa trae un aire de sol...

Hermosa es la paloma en vuelo,
hermoso el haya en el monte...
Más hermoso es el humo
de los vivos sobre las casas.

Cruel agorero es el cuervo,
convidado de la muerte.
De la casa de mi amada
tan negro como él... ¡el humo!

Traducción: Xabier Lizardi / Koldo Izagirre



PAISAJE DE LAS ESTACIONES

IV. Rojo arenal

Recorrí el verano —mar de fuego—
en nave de agradable sombra
que ahora me hace tocar fondo suavemente:
es un arenal rojo y desierto.

(Tiene el mar, en su lejano horizonte,
al cabo de una hirviente ría de oro,
un arenal —pura sangre al tardecer—
donde se oculta dulcemente el sol...)

Echo el ancla en el Atardecer,
pongo pie en el Otoño...

            * * *

Subo de nuevo a mi montaña,
a la memoria vienen amados recuerdos...
Madre Tierra se ha desprendido de sus frutos;
pálido tiene el rostro, nublados los ojos.

A la vera del poco frecuentado camino de carreta
aún se vislumbra, perezosa, la hiedra en flor.
Aquí y allá, sobre las flores ya lacias,
las mariposas sorben su néctar...
Rojas mariposas de ajadas alas:
como las que envejecen sin amar.

Me falta brío y subo penosamente,
sospecho que empiezo a envejecer.
El otoño me debilita el aliento,
la hojarasca delata mis pasos con descaro,
la cuesta me oprime el corazón...
Me tumbo más fatigado que en otros tiempos.

            * * *

Estoy frente a un hondo barranco.
La vertiente está poblada de matas y helechos:
antaño verde, el bosque amarillea;
algunas motas de helecho rojo.
Lo que antes fue una cumbre frondosa
hoy parece una mina de hierro.
¿Se habrá cubierto de herrumbre la tierra,
o es que la sangre se me sube a los ojos?

Corre un viento húmedo, molesto:
hace gemir a la tierra.
No hay rastro de insectos,
ni de sus zumbidos. Hace tiempo
que enmudeció Grillo el Poeta:
ahora lo ha hecho Cigarra la Holgazana.

¿A dónde váis, pajarillos, en bandadas,
tan presurosos por alejaros?
¿Acaso murió Ruiseñor el Amigo
y teméis
—temblor de alas—
llegar tarde a su funeral?

            * * *

¡Oh, qué triste
este decaer!
¡Nunca el día
se hiciese noche!

Se extingue la luz de las estaciones del año,
y en mi alma resuena el eco del pasado.
¡Volved a mí, épocas que ya se fueron,
tradme cada una vuestro don:
una, la esperanza; otra, la resurrección;
la tercera, la plenitud de la vida.
De todas vosotras precisa mi corazón,
pues el eco de mis viejos versos me da nostalgia del pasado.

      (Invierno)
Haz que vea, Señor, hoy y mañana,
la temblorosa flor de árgoma.

      (Primavera)
Que vea los copos del joven manzanal,
cuna de la primavera.
Que vea aquellas parcelas de trébol
ofreciendo jarras de vino.
Que oiga al olvidado poeta
en su palacio de tierra en medio del prado...

      (Verano)
Antes de alcanzar la cima en que me esperas
(¡porque la vida ez tan hermosa!),
haz, Señor, que navegue en el dorado mar inquieto,
y sea la sombra mi esbelta compañera.

      (Otoño)
Y haz, Señor, que en una mañana de otoño tardío
despierte plenamente en Tí.

Traducción: Xabier Lizardi / Koldo Izagirre



Al dolor

I


No aceches cauteloso y traicionero:
ya sentí tu pisar en pos del mío,
ya tu aliento aspiré morboso y frío,
no te escondas dolor que ya te espero.

Me he parado a esperarte en el sendero;
yo te conozco ya y en ti confío,
cuando no vienes tú viene le hastío,
y entre el hastío y tú, yo te prefiero.

¡Cuántas veces el alma desolada
presintió tu venida y cuántas veces
sintió después tu sorda dentellada!

Al sabor de la copa que me ofreces
hace tiempo que el alma está avezada:
tráela, pues, que la apure hasta las heces.


II

¡Ay dolor, ya me oprimes demasiado!
¡ay dolor, ya no puedo soportarte!
las fuerzas sin medir salí a esperarte
y mis fuerzas las tuyas han gastado.

Pensé luchar con ánimo menguado
frente a frente contigo y humillarte
¡temeraria ilusión! de parte a parte
tu garra el corazón me ha traspasado.

Va desolada el alma, de vencida
huyendo temeraria el escarmiento
que victorioso tú con ella hicieras...

Huye dolor o arráncame la vida;
más en vano suplico y me lamento,
que si mataras tú dolor no fueras.



Amargura

En turbios días de borrascas duras,
cuando el mar encrespando sus melenas
deja las costas de blancores llenas,
negro el ambiente y el abismo a oscuras,

del cantil por las hondas cortaduras,
entre escollos que muerden las arenas,
voy contando lo amargo de mis penas
al mar que tanto sabe de amarguras.

Crencha espumante que el Noroeste riza
el aire al escalar se pulveriza
y en mansa lluvia sobre mí descarga:

¡tan amarga es la pena que me abruma
que al rozar en mis labios esa espuma
la comparo a mi mal y no me amarga.



Niebla

Nublose el sol de la esperanza mía
que siempre tuvo resplandor escaso,
sin llegar a las cumbres del Ocaso,
la linde al trasponer el mediodía.

Al escalar la pedregosa vía
menguó mi aliento y vacilo mi paso;
y tuve sed y la sacié en tu vaso
¡musa del Septentrión, Melancolía!

Agotado en los medios del camino
en plena juventud, voy peregrino
desalentado, vacilante y ciego.

Nublose el sol de la esperanza mía...
¿No habrá una estrella que me preste guía
en este mar de sombra en que me anego?



PARISKO TXOLARREA
        
Txolarretxo, txolarre,
Paris erdikoa:
Bourse-ko iskanbilla
(gizon zoro batzarre)
ez ote naikoa
i izutzeko, axolakabe biribilla?

Farol itzali baten
txapel-gallurrera
etorri aiz txuxen
apur ostu bat yaten:
batetik bestera,
txapelaren muturrak arin dituk gaintzen.

Salto banakin, begi
ernaiak lurrera.
Ez aiz i makala:
begiraldi luzeegi
gabe, baator bˆra;
ez, alearen ordez, yasotzera azala.

Kafetxean bainago
astiaren yabe,
zer egin hoberik
(ezer ez gogarago),
muñak urtu gabe,
zerbait, alarik ere, gogo-yolas baizik?

Leioak lauso dira,
eguraldiaren
antzo. Barrenean,
giroaren arira,
loxustak egiten
morroi mantal-zuriak daude bazterrean.

Begira, bˆtik gora,
berriz txolarrea.
Keñuka begiak,
irentsi du, gerora
luzatzeka, alea.
Esku —?— peko guri bat boteaz... an tziak!

Parisko txolarrea:
zertan aiz berezi
nere erriko batez?
Azalez, soin arrea;
barrenez, biurri;
kideago zaitezten... eztakik prantsesez!

Kanpantorre xƒrrean
bata bezin lasai,
bestea da maiztar
Tuileri goitarrean.
Egingo nuke, bai,
angoa lotsa ezetz onuntza banekar.

Nunaitar izan-minez,
ostera, gizona
bai txori baldarra!
¶leginak egiñez
bebil andik onƒ:
etxez kanpora beti duk baserritarra.

Labur: nere burua
Parisen ikusiz
ain lotu ta arlote,
otoi nizun zerua,
zeatz adieraziz
gizon baño naiago nukela txolarre.



OHEA

Neke-sendalaria
buru-argitzailea
lanaren saria...
Amestegi guria
nahigabeen azkaia
nagien nausia.

Bitez agur nereak
afalonduon behintzat
guztiak zuretzat.
Ta aitagure bat ere
bihoa, zu asmatu
zinduanarentzat.

Baina... lasatu nadin
orain, aitagureka
eraso baino lehen,
jaun zintzo horren baimenaz,
mordoka datozkidan
neurtitzok esaten...

Afaldu det oparo.
Betazalok, otoika,
eskatzen zaudate.
Aurrean zu, zabalik,
elurra hainbat zuria,
begiok zakuste.

Sartu ditzadan lehenen
estalkiok azpitik
dagokion neurriz
oinik irten eztaidan
gauerdian —oi baitu!—
lotsagabekeriz.

Apatx, orain!... Bihoaz
oinetakook gora,
habea jo arte:
nere pozaren berri
auzo goi ta behekoek
ikasi bezate!

Txamarra kendu, bota
galtzok ere: ez atseden...
Horrenbeste neke!...
Zaharragoak izanak
dituk ene guraso
Adan eta Ebe!...

Noizbait! Gerturik nago.
Aitaren egin, eta
jo dezadan murgil.
Bat, bi, hiru, lau... agudo!,
negu gauaren hotzak
ez nazan bertan hil.

Horra barruan, jaunok,
maindire leun artean
bilduta, buru-oin.
Sarrerako hotzikara,
baina, samurtu arte,
arren, pixkat itxoin.

Oraintxe, ba, muturra
zerbait atera daiket
berriketa jarrai.
Zu goratzen, maitea,
logurak hautsi arte
ez dut isildu nahi.

Ai, nolako zoroak
gauez kalerik kale
ibil ohi diranak!
Arkiko ahal dituzte
asun minez beterik
inoiz beren oheak!...

Atean haize latza
dabil, haserre... Noski:
oherik ez baitauka!...
Leihoan txingor hotsa
da, neri loa, nonbait,
galerazi bila.

Lan gaitza, gaitzik bada.
Ateko giro txarra
lotarako onena,
sehaska hustu genduan
haur samur hazitxoon
llo-llo biguinena.

Bihar?... Gogapen txarrok
urrun! Egun banari
gau bat darraikio
eginaz hats artzeko,
ez eginkizunarren,
orde, kezkatzeko.

Ta... irakurle maitea,
laburrerako oraintxe
berriketan nauzu...
Begiak itxi zaizkit,
burutzar hau moteldu...
arnasa... ba... kan... du...

...Amets dagit, basoan
hil nauela, barreaz,
maitagarri batek,
ta, gozorik, hileta
abesten didatela
berrehun mila lorek...

...Amets dagit nautela
tximirritek ehortzi
abaraska baten,
ta hilobia, lasaki
ta isilka, ari naizela
barra-barra jaten...

...Amets... Baina, zer dantzut?
Irakurle guztiok
zurrungaka lorik?
Nere neurtitzok horrein
lo erazle bizkorrak
uste ez nun ziranik!

Beraz, gabon, gazteok...
Baina... nere buru hau,
jas!... nola burutu?...
Ohe-asmatzailearen
onez agindutako
aitagurea ahaztu!

Gizagaixoa... noski,
on hutsa bide zanez,
zeruan ahal dago!
Nere aitagureen
beharrik, beraz, ez du,
alegia, izango.

Gauzok hala dirala,
laga dezaket aita-
gurea biharko...
Atean euri hotsa...
haize zotin luzeak...
Agur... Da... gi... dan lo... o... o!...




UDAZKEN

Osto igar bat aizeak
biali dit leioraño...
Galena, ala, biziak
dakar giza biotzaganaño.

Iñara talde urdiña
erbesterutz baidiyoa...
Alatsu urre-amesak
lagatzen dute giza gogoa.

Ez bekit biotzean,
Yauna, osto oririk yausi!...
Ez, iñara taldeok,
otoi!, neri gogotik igesi...

Iraun, udaberria,
betiko nere gogoan,
Yauna ta aberriari
eskeintzeko loreak ditzadan!




NESKATX URDIN-JANTZIA      

Udaberri, uste ezik,
arki dut basoan.
Neskatxa da, ta urdiñez
yantzita ziyoan.
Urdiña yazkia, ta
begia areago:
alakorik itsaso
barean ez dago.

Begi eder-goseok,
ase zakidate!,
iñon ezpaiditake
ederrik, au beste.
Mamia du nƒsian
oretua, iñolaz,
loreil-laño goiztar ta
marrubi odolaz.
Arbazta igarrarena
bezin su zolia
Egun-ek biztu dio
yorik illedia.

Aren oñek ikutzen
ote dute lurra?
Ezetz diot: ezpaita
malgutu belarra.
Billuzik zan basoa
negu ondarrean,
neskatx urdin yantzia
bertara danean.
Zebillela, ats epel bat,
usaiez yoria,
dama; ta adar beltzetan
erne da bizia.

Orriz orri yazten da
basoa, gozoro...
Bakan-bakanka, lˆnen...
Sarri-sarri, gero.
Eguzki itzulberriak
(maitari goiztarrak)
munkatu du basoa,
(munkatu senarrak)...
Emazte ezkonberria
dala uste basoa...
Aren dardar emea...
Aren par gozoa!

Ustez, buru gañean
gaua dut, argia,
amaika izar urdiñen
dirdirak yosia...
Ustez, ur orlegiak
nituan oñean,
izarrok ziralarik
islatzen urean...
Gezur amesgarria,
lillurak sortua!
Goien urdiña nuan,
ostoak xˆtua;
bˆan, berriz, urrezko
yarioz argiak
belarrean oi ditun
begibil zoliak.
Marmarra dabil goien,
ezin daikezuna
ots ezti dan igerri,
ala ixiltasuna.
Bat-batez, eun txoriek
eztarriak eten,
ta aberaski zabala
bitxiz yantzi zuten...

Egun-eunez yantzia
berrikusi naiez,
bira ditut begiak,
bira, baña... iñon ez!
Non da, non da sorgiña,
basoak maitea?
Begiaz dut, alperrik,
yo aren bidea.
Yoana zan... Yoana,
neri, biotzean,
kezka-beldur eztia
yosi ondorean...

Maitetasun azia:
ene udaberria:
neskatx tankerakoa
ta urdiñez yantzia!...



ETXEKO KEA
       
Airean eder usoa,
mendi-mendian pagoa...
Etxe gaingorriak emana
kea dun ederragoa.

Basalurrez bidalari
ke urdina badut nabari
ai nire poza!, huraxe baita
gizalur ezagungarri.

Aurki, aldean, oiloa
maldan etzinik soroa
etxe zabal teilagorria,
aurrean intxaurrondoa...

Han dun bero, ta han dun bizi
Han, haur jolasen garrasi
Gauez, sutondora bilduta
eguneko lanen sari.

Nireganago, maiteño
aurki bata bestereino.
Amets!, inularreko izarra
zeruan piztu dedino

          * * *

Eztai egunez, mahaiean
indi-oiloak sailean...
Ortzia bezin urdin, kea
teilatutik, bihurrean...

Leihotik, hogei baserri
mendiaren apaingarri
zenbait zabal ditun ageri
zenbait erdika nabari.

Batak besteak adina
ke guziek urdina
susmo ninan zeru goxoa
keok ote zen egina!

          * * *

Maiteñoa zait hil atzo,
aretoan gorputz dago.
Leiho zabaletik mendia
haizeak eguzki giro.

Airean eder usoa
mendi-mendian pagoa
etxegainetan ederrago
biziaren ke mordoa.

Azti zitala belea,
herio-hondakin zalea
zerraldoa dagon etxetik,
hura bezin beltza... kea!






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