jueves, 13 de septiembre de 2012

7823.- KATHERINE ROBERT





Katherine Robert Portila, es una poeta nacida el 75' en Talcahuano, Chile y que vive en Patagonia. Aquí comenzó a escribir y desde aquí ha comenzado su proyección literaria, encontrando en la amplitud del espacio territorial -ya no sólo Coyhaique y la región chilena como único escenario, sino que la Patagonia y su gran cartel de misterio y tiempo- una oportunidad real para escribir, editar y estar en las primeras líneas de la poética, con la misma o más mayor urbanidad que cualquiera que habite la gran ciudad.




Mi memoria 

Mi ciudad
Y tú acompañando el obituario con una seña
Un viejo pasa con lentes del 79
Y
El callejeo de reconocer donde hemos llegado
Mientras Manuel muerde su infancia en Collao 
Ese Concepción cabal
Con su memoria y la muerte
Que llega como telegrama
Concepción
El del rock que te hace tribu
El de ríos citadinos que separan la historia rematada en dos tetas
La garúa de cualquier puerto de la octava
Roquerios a mansalva
Que nos llevan
Al baile al mitin
A la yerba con domicilio fijo
Ecos en las huellas
Amigos que aún pululan por las calles
Nuestra natalidad
En esta lluvia te llevamos
Para glorificar el abrazo
Estos sucesos que nos invitan a decir te quiero
Y nos damos cuenta de ese pedazo de tierra que nos enraíza
Tenemos patria
Para volver a casa
Hacer del silencio el momento de escribirte a ti a mi
A todos lados con los huesos penquistas
Para roer las periferias
De este suburbio
Concepción recibirá tu dolor
Mientras te canto vuelve a casa por favor.







Carnavalesco de dos mujeres

Ellas se intuyen los olores del deseo
Caminan agasajadas por la intemperie de sus lenguas
En el contrapunto de sus pechos
Alcanzan el devaneo pélvico sin intromisión
Enrazadas por llegar etéreas a la consumación
Desean amalgamarse polifónicas
Desatarse la tristura mínima
Se espejan en sus sabanas convexas
Penetran el respiro en la boca y el sexo
Aguardan en sus manos
El arma que despresan con su lengua
Se espacian con el agua que detienen en su boca
Capean cada curvatura dérmica
En un compás manifestado
En lo glacial de sus ojos






Del texto Violeta Violento

Vengo del resumen diario
de asistir a la melancolía
Desarmo cualquier rastro de solemnidad
Los minutos me resumenen un pestañeo de muñeca
Mientras me acomodo a tergiversar la vida
la luz nocturna te cobija
Me embriaga el ocaso
Un resumidero de anestesia me permite ser.
Todo lo que podré decirte lo doy en un beso mortal negro
Mi corazón se desflora por el flagelo
y el grito desesperado de un niño que no es mío me despierta
Soy la victima de mi memoria dérmica
Me corroe la magia
vestida de organza
y zapatos de charol
Mientras tu aire en mí
un techo hace caer un agua fría.
Azahar
Tendría un arlequín en mi cabeza.









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