viernes, 17 de abril de 2015

UBERTO SANTOS [15.645] Poeta de México


Uberto Santos 

(Chachí, Venustiano Carranza, México 1960) ha sobresalido desde muy joven por la calidad de sus versos. Ha publicado en diversas revistas y suplementos nacionales y de la entidad. Es uno de nuestros poetas que más premios regionales ha obtenido y con justa razón porque es muy buen poeta. Obtuvo entre ellos, el 2º. Lugar en el Premio de Poesía de la Revista Punto de Partida (UNAM), el 3er. lugar en el Concurso de Poesía Joven, el 1er. lugar en los Juegos Florales de la Feria de San Marcos de Tuxtla Gutiérrez (1985) y el 1er. lugar en el Concurso Estatal Rodulfo Figueroa. Ha sido becario varias veces y sus poemas se encuentran antologados en Poetas jóvenes de Chiapas y en las Memorias de los Festivales de Escritores Chiapanecos y han sido publicados en algunas plaquettes y libros de poesía. Ha publicado Para llorar a solar. Alfredo Pavón afirma que "Uberto Santos trae el tapiz de la poesía a sus seres más cercanos, los interpreta para explicarse a sí mismo, para encontrarse, para ser un yo íntegro donde el dolor y la muerte (el sentido de la destrucción) no anticiparon su balada, su perra, maldita canción de adiós".

Poeta entregado al canto de la naturaleza y su exuberancia verde y transparente, esplendor que el cantor nombra y renombra, emulando el acto germinatorio de la Tierra  en su poemario “Arpa vegetal”, libro editado por el Consejo Estatal para las Culturas y las Artes (Coneculta). Allí, Uberto hace sonar la música del árbol, las raíces, la milpa, los ciervos, las guacamayas y muchas otras aves. Los versos de esas páginas, colmados de metáforas e imágenes tornasoladas, se desprenden como frutas, como flores, o risas de muchachas. En sus versos, Uberto Santos sigue el rastro de la palabra a través del tiempo y del espacio; la sigue como si ésta fuera una serpiente, un ave, un incendio o un río. Su ánimo expectante se va detrás del lenguaje como detrás de una roca que baja rodando desde el cerro, como el toro que corre tras la hembra, como el ave que con alas canta, o la sangre desatada y el viento que vuela.

En otro de sus libros:  “El agua desbocada”, la emoción se desborda aún en aquellos versos que se mueven lento como lagartos. Se trata de un poemario que se recrea en la existencia libada entre el cantar del monte, del bejuco, la zarza y el árbol, entre el alarido de los micos, el bramar del jabalí y el silbido de la perdiz (…)

Como poeta ha obtenido los siguientes premios: Tercer lugar en el “Premio Estatal de Poesía Joven”; primer lugar en el Premio de Poesía “Rodulfo Figueroa”; primer lugar en el Premio de Poesía en los “Juegos Florales de San Marcos” segundo lugar en el premio Nacional de Poesía de la Revista Punto de partida de la UNAM; primera mención honorífica en el Premio Nacional de Poesía en los “Juegos Florales Universitarios” del Estado de Campeche, en 1993.

Obras publicadas: Para llorar a solas, 1986; Casa del sur, 1994; El agua desbocada, 1995; Rescoldo bajo el agua, 2000; Cantar del fuego (breve antología), 2002 y Arpa Vegetal, 2004.


FRUTA SOLAR

                 ¿Por qué,  si soy fuego, no te fundo?
                            Salvador Díaz Mirón.

¿Quién es aquella
             que sin tocarme
desata el fuego
              de mi voz?


*


Mujer:
Desde el aliento de  los montes he venido
a deshojar la orquídea de tu vientre
En ti derramo mis ojos de coyote
mi mano áspera de mico entre tu cauce escarba
En tus cabellos se alborotan como enjambres mis
                                                        (  palabras
Y en tu boca mi voz madura como las frutas en la
                                                       ( fronda
He aquí que entre tus pechos soplo con hocico de
                                                       ( ciervo
De mis pupilas,
                          flores de fuego me desprendo
para tu risa de muchacha.


*


Como si Dios
me hubiese visto triste
me trajo a conocerla
Y aquí estoy
bañándome en sus ojos de gacela


*


Mujer:
De ti ha de surgir
toda la fuerza con que hable
Y este maíz que soy
ha de estallar en flor cuando te ame


*


Igual
que un río de violentas lenguas te tiendes
Qué brasa más alta y más viva tu boca
Qué animales más desnudos tus pechos
Parece que sólo llegaste para ser lumbre
¡Oh hija del trópico!


*


Mujer:
Con qué voz te habría de nombrar
si yo no hubiera saltado de tu lumbre
Con qué lengua estaría yo cantando
Yo vengo de esa luz y mi nombre es fuego
Lo que ahora salte de mí
sea para alumbrar,
quemar


*


¿De qué tamaño habrá de ser
esta pasión con la que vivo?
Digo,
¿de qué tizón vendrá la brasa
con que escribo?


*


Al valle
de los frutales yo he venido:
Y, he aquí,
que ni el más dulce de los racimos
se igualan con tu vientre,
ni la más selecta de la uvas
habrá de compararse con tu lengua
¿Qué variedad habrá de ser
aquella que me llama y me embelesa?
¿De qué árbol manaron tus amores?


*


Yo te amo
porque sólo naciste para el fuego


*


Agua terrestre vienes
Y en la parte más dulce de tu cauce
una castaña traes ardiendo
¡Oh hermosa!
Bebo en tu piel
con la misma intensidad que el sol
lame la espalda de los templos.


*


Asciendo a la noche por tu cuerpo
luego desciendo, cantando,  como el que se ha
                           (embriagado de un agua frutal,
de siglos


*


Río de lumbre mi mujer
Arpa de treinta mil cantares
He aquí
que hasta las aguas estiran el cuello
                                       (para oirla:
Las piedras quedan con la boca
                                        (abierta


*


Esta es la casa del amor:
A mi mujer
la peino y la despeino
con mi canto
De tanto que la nombro
quema mi aliento su talle de mazorca
Los tordos de su pelo
vuelan en llamas


*


Ella tiene para mí
todos los nombres de la tierra:
Su voz.
como el bramido de la cierva
Cual llama trepa su cuerpo en el mío
Cual agua desnuda penetra en mis ojos y canta:
Oh carne mía
Oh trementina de mi arbolado incendio


*


Árbol
sería mi pecho si llovieras
Jabalí,
mi cara mordisqueándote:
Así desgarraría el fruto de tu voz
Así te beberían mis palabras
Así me enroscaría sobre ti
como el que por primera vez toca mujer
                                     (y se come al mundo


*


Si estás hecha de mí,
¿por qué te lloro?
¿Por qué me fundo con tu voz,
y si me tocas, me derrito?


*


Mujer :
Fruta de todo el tiempo
 Fruta que no empalaga
Fruta que si la muerdo,
muerde por dentro
Con sólo verte
agua se me hace
el pensamiento


*


El árbol
que me vio crecer, me dijo:
A la mujer
hay que comerla con cuidado,
                               (despacio,
como si tuviera espinas.


*


Mujer:
Cómo decirle a tu piel
                  que no me basta,
que no me lleno con tocarla
                   y  deshojarla
El canto pido que se alargue,
                   que se afile,
Para comerte trozo a trozo
Hasta la sombra


*


Para qué
la carne de faisán
la carne de perdiz
la carne de venado
Para qué
Si  fruta solar
estoy comiendo


*


El sol  y las mujeres me endulzaron
Hicieron de mi cuerpo una colmena


*


si ya he bebido hasta tu andar,
¿qué más me queda por beber?


*


¿Ocultándome de quién estoy  amando?
¡Basta!
Que la arboleda acuda ya
y me delate
Que si la arcilla ha de hablar, ¡Hable!
o permanezca muda para siempre.


*


Ah fruta solar,
la más soñada, deseada. llorada
de las frutas
Fruta que con los ojos la desgajo,
                                    (la desvisto
Fruta bendita, alta, riente, mía:
Fruta que le robé a Dios
mientras cuidaba su frutal y se
                                    (dormía


*


Ni bien
termino de nombratrla
y ya la extraño
Como si Dios la hubiera hecho
                          (de mi canto,
de mi sombra, de mi llanto


*


Dulcísima mujer:
No en vano los bardos te han cantado
con verbo purísimo de lumbre
Pues no he visto
                 (arcilla más hermosa
que la que porta, riendo , la alfarera,
ni mas apetecida fruta
                 (que la que el sol
baja a teñir entre la fronda
Aquí voy a quedarme, aquí:
como la iguana dentro de su cueva,
como el tejón
prendido de su rama


*


Y es que uno
debe de amarla sin descanso,
sin remedio
 Amar, amar,
hasta perder el pensamiento
Morir de tanto amar y no morir
                         (contento





CERCANÍA DE TU VOZ

Sobre las hojas de la noche
duerme tu voz
te oigo venir desde quién sabe qué grito
desde pasos ajenos
repitiendo tu misma muerte
solo
sin morir
sin llorar
sin caer
definitivamente.


*


Nací
con el canto del tamazul:

Mi madre fue un árbol de agua
donde un río mordía su vientre y era mi padre

Con la savia que mandaba en su tronco
me fui volviendo esta carne

Luego
como los frutos que han escuchado el llamado
de la tierra
me fui desprendiendo de mi rama
dejando los tallos temblando del agua

He aquí
el fruto que soy

el agua escribiendo.

Fragmento de : Árbol de agua.



*



Estoy aquí
Inventándome un nuevo latido para que me oigas,
para que seas la lluvia que no tuvo mi sed.

Estoy aquí
y no soy más que el llanto que tuviste por herencia,
la pinche piedra que siempre dio con tu pie,
viejo verde,
triste nauyaca, estoy aquí
así hasta que el viento me llene de tu cuerpo.

Fragmento de: Para llorar a solas.




Uberto Santos: rescoldo bajo el agua
Por Marisa Trejo Sirvent

Uberto Santos forma parte de una generación de escritores que nacieron en los años sesenta y que la conforman Adolfo Ruiseñor, Margarita Alegría, Roberto Chanona, Carlos Gutiérrez, Uvel Vásquez, Mario Nandayapa, Héctor Cortés Mandujano y Elda Guzmán, entre otros. Algunos de ellos han incursionado en la narrativa. Este tercer poemario de Uberto Santos, Rescoldo bajo el agua (los dos primeros llevan los títulos de Casa del sur y Agua desbocada), lo conforman poemas que Uberto ha escrito bajo el influjo del agua. Dice en Casa del sur, poemario que canta a la naturaleza, a la selva, sus ríos, su flora y fauna:

El agua florece
Como el plumaje de este canto.


Uberto "mira sus pies y en sus raíces se mira", mira la tierra donde nació, esta Casa del sur donde todos vivimos bajo esta gran ceiba que llena nuestro paisaje, que nos envuelve con su savia, que nos vuelve ramas de agua y fruto, poesía que se escribe con el encanto del agua, del cedro y de la tierra, poemas de selvas, montañas y bosques aromados de incienso. 

Descendí al río de las guacamayas

Aquí donde mis padres arrancaron mi nombre
y lo llevaron ardiendo hasta la casa

Años más tarde vengo a contemplar el agua
y de sus hojas desprendo estas palabras

y las pongo a volar

En Agua desbocada, el poeta canta para recobrar lo perdido:

Aquí estuvo la casa

Lo que fue una larga ribera de sueño
y ahora es un espeso ojo de agua.


Poemas para reconocer sus ríos, la fiesta de los monos... los jabalíes que contempló de niño, los cedros, guayacanes, el coyol de mono, las ceibas ahogadas que pudrieron las manos desdichadas con sus amargos arpones del progreso. 

Rescoldo bajo el agua de Uberto Santos es el título del poemario en cual este talentoso autor reúne su trabajo más reciente, publicado por la Universidad Autónoma del Estado de México y la Tinta del Alcatraz que dirige el editor Héctor Sumano Magadán a quien se debe la edición de más de cuarenta libros de autores chiapanecos. Para Uberto, este libro representa la oportunidad de ser conocido y reconocido fuera de nuestro ámbito local y regional. Le deseamos que así sea, se lo merece por su talento y el vigor de sus poemas.

Uberto Santos nos brinda en Rescoldo bajo el agua dos poemarios, del primero da título al libro y el segundo se llama Para llorar a solas, a golpes y agrega además, algunos poemas sueltos donde incluye Unas palabras para Raúl Garduño que es quizá uno de los más bellos textos dedicados al poeta muerto prematuramente a quien todavía extrañamos y releemos a menudo.

Rescoldo bajo el agua es una evocación para que le conteste el sauce / desde el incendio más profundo del agua, ¿dónde quedó la vida sepultada? Poemas de nostalgia de los pueblos y toda su riqueza, todo su entorno natural que quedaron enterrados bajo el agua, para dar paso a la presa. 

Mis lágrimas se van al fondo
como limados caracoles
que entre mis ojos
los fui guardando
desde niño.

Rescoldos de un tiempo perdido, vistos sobre una balsa que le muestra el reflejo de las calladas calles de la Vega, de su casa con su techo de fuego floreciendo, observando las estrellas, entre aromas de flores de naranja. Poemas para tratar de recuperar lo que se ha perdido en esa fértil tierra de La Concordia, para llenar de luz otros lugares lejanos, pero que han dejado sin la posibilidad de volver a caminar por sus calles inundadas a los chiquillos que ahora juegan trompos lejos de las aguas de ese río. 

En su segunda parte titulada Para llorar a solas, a golpes, el poeta nos entrega una serie de poemas con otros tópicos: la existencia, su pueblo natal, el amor filial al abuelo para rebelarse contra el olvido, la labor del campesino, los sueños y la muerte...

Tú y yo
somos la única verdad del viento
los únicos huesos de la noche
somos tú y yo
lo que la tarde va callando
lo que el sueño va guardando para otro día
para otra noche
para otros rumbos.

Rescoldo bajo el agua es un poemario que sólo podía haber sido escrito por un poeta como Uberto, tan cerca de la tierra, del agua, de la selva...





CASA DEL SUR

(FRAGMENTOS)


V

Como un mico en celo
Despierta la memoria
De mi boca sale un colibrí
Quemando con su aliento el follaje donde reposa el canto
El canto se chamusca vuela
Con la ceniza que suelta su aleteo
 arde el gajo
donde yace la iguana
 Y la iguana corre y se
refugia en el agua
 El agua florece
 Como plumaje de este canto


VI

Soñé que mi pecho era mi hijo
Platicándome con su boca de arroyo


VII

Hundo mi mano entre las hojas secas
Para que se convierta en cantil
 o en tierna nauyaca


VIII

Soy perdiz:
En mi canción no llevo más que la montaña
El río que me enseñó
 a andar




EL TROMPO

De la rama seca de guayacán, de niño
yo hice mi trompo
Con estas manos yo le di forma
yo lo hice zumbar
como muchas veces lo hizo adentro de la rama
Y bailaba mi trompo
 Y se dormía
Luego llegaron otros y yo también hice sus trompos
y los niños bailaban
 bailaban
Mientras miraban bailar mi corazón
sobre la palma de mi mano


Tomado de Linterna mágica. Antología de poemas para niños.






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