miércoles, 30 de julio de 2014

CLAUDIO SESÍN [12.563]


Claudio Sesín 

(Catamarca, Argentina   1959) publicó La Barbarie (1993), El círculo de fuego (1997) Lámparas de infinito (2007) El libro de los poemas casuales (2008)
Administra los blogs http://claudioluissesin.blogspot.com/ y, junto con Alberto Acosta coordina la página bilingue-en castellano y portugués- http://navegantesdelacruzdelsurblogspotcom.blogspot.com/.







El amor en la niebla

Cielos desesperados,
luces negras,
montañas que han tomado los espacios del sueño.
Sopla una brisa crespa y, cerrando los ojos,
sus sonidos me acercan a la ronda de los siglos.

Vienen como bandadas de memoria
cosas que siento antes que sucedan.
Vienen de otro mundo milenario
sombras de fuego entretejiendo el infinito.

El mar sólo es soñado, y sin embargo,
su eco baña al monte igual que a un niño.
Pero el temblor que siento no es el suyo,
algo se unió a mi alma y la amamanta,
algo viene de debajo de este sitio
y me impulsa a subir,
a llegar hasta un círculo magnífico
para ver estos mundos asimétricos,
en todos soy pedazos de silencio,
y vos,
la otra parte de mi mismo.

(De: El Círculo de Fuego - 1997)





En la niebla

Me abrigo de esta noche y su consuelo,
porque los hombres van desesperados,
a quién sabe qué oscuras soledades,
donde nadie los ve ni los espera.
No hay espejos de pérdidas,ni ausencias.
Los años silenciaron los afectos
y sólo va quedando esta angustia sin cauce,
como un cáliz de sal por los ojos desiertos.
¡Ya no podré arrastrar este equipaje!
El andén es un páramo secreto
a donde acuden aciertos y requiebros.
En esta terminal,
mudo de tanto adiós a lo querido,
ciego de no ver más ni imaginarlo,
me apasionó el amor y me rozó la niebla.
A mis deudos de sombras
acompaña la brisa
en sus pañuelos.





Desconcierto

a Mónica

Yo creo que es así.
Digo,
porque sentir es algo de todo esto,
que va quedando en mí cuando la espera,
y me voy sin un fin a cualquier hora,
y vuelvo sin saber,acontecido.





Renacimientos

La mente está cruzando la frontera.
Después de la sequía la lluvia es tan hermosa
y el agua por el rostro
va marcando los surcos de la pequeña historia.
La vida ha sido buena.He amado en las tormentas
y he llorado sin mar y sin medida,
y cada vez igual y siempre nuevo.

de,El signo del crepúsculo,Editorial Dunken,Buenos Aires,2006





Carnavalearte 

Tomamos los suspiros de la noche 
a la hora que cumple su presencia
y le ponemos luz para que encienda 
nuestra penetración a las tinieblas.

Artistas trashumantes y traslúcidos, 
llegan al puerto casual de los sin rumbo.

Hermosas
como novias corriendo en los pasillos,
ebrias hembras felices
de túnicas livianas y cabelleras frescas,
celebrarán las armonías y los acordes
que sólo traen piel,
de cuando el barro mezcla a sangre y fuego,
ese argumento de eternidad y hombre. 

Furtivas y cenizas, ligeras, insolentes,
acuden a esta fiesta de torbellinas almas,
las mismas locas locas, de cuando loca es santo,
y redimen sus vidas, ahora celebradas.

Aquí los laberintos son presurosas risas y suspiros.
Aquí cruzamos los umbrales de cálidas maderas,
y en aguas transparentes, blanca estrella,
y en los cuerpos luciérnagas,
y en los labios la sed que hace encender al cielo,
y en el aire ese aroma
que esparce y enrojece la idea del instinto.

Siempre es feliz la piel lanzada en torbellinos,
que abraza las cadencias y las libera,
agua marina, almendra y chocolate,
en el aire, en la lengua, en los amplios momentos,
en los pequeños.
¿Qué latitud aguarda
esa dulzura turbia que precede al orgasmo?
¿Qué humo se consume al pensamiento
en un fulgor de gloria sin fracasos?

Signos del cielo en invisibles trazas,
sangre apretada al flujo y tremolar de los sentidos,
canción urbana a nombre de un buen vino.

Golpeamos los cinceles en las piedras
que un día rotarán al infinito.

La mirada es de Dios sobre los cuerpos.









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