martes, 7 de octubre de 2014

VERÓNICA CABANILLAS SAMANIEGO [13.578]


Verónica Cabanillas Samaniego 

(Lima, Perú  1981). Estudió en la Facultad de Arte de la PUCP. Ha realizado dos exposiciones individuales. “Expresiones de un mundo vital” (2010) en la Galería del centro cultural UTP es la última. Asimismo, ha participado en numerosas exposiciones colectivas como: “Stultifera navis”, Galería Pancho fierro (2007); “Lima city I” y Lima city II”, Galería Juan Parra del Riego (2012-2013); “Otras geografías”, Alianza Francesa de Lima (2012). En el año 2012 fue invitada a participar de la exposición surrealista internacional “El surrealismo hoy”, en el Museo Eugenio Granell (Santiago de Compostela - España). Ha publicado sus dibujos, pinturas, poemas y ensayos en distintas publicaciones virtuales y físicas de diversos países de la Región. Derrame (Chile), Isla negra (Argentina), Mar con soroche (Chile-Bolivia), Cuerpo poético antología I (Bolivia), La esfera (España) son algunas.




HE ARRASADO. . .

He arrasado con el viento
Con la carne
Con la sangre
Y también con el pensamiento

Con el verso retorcido, crepuscular y agónico como esta tarde que me envuelve, transitorio momento, alabastros incandescentes sobre la hechura de la vida, sobre lo claudicado, sobre lo no visto, sobre la ausente morfología de los huesos del poeta, aquel que hunde como yo, a la palabra al profundo vacío inexplicable de los encuentros fortuitos sobre la faz de la noche terrestre.

He arrasado con el beso del enemigo
Con el perdón y la culpa del cristiano
Con el manual del sobreviviente
Con el ritmo y el acorde de las primaveras y veranos que tienen día y fecha

He arrasado con las distancias humanas y con el ojo que salpica luz solar sobre el reflejo en el agua de mi destino final

He arrasado como quien come o respira con todo lo inservible, que convierte a la poesía en un puñado de palabras, en un libro viejo, en un gran hueco azul

He arrasado conmigo misma para poseer a la poesía en la forma del verbo jamás antes creado.

26 de Agosto 2010





LA LLAMARADA DEL TIEMPO

A la llamarada del tiempo
Que quema en su incesante trascurrir que no trascurre
Mi pena se agolpa en mi presente
Hay dolor en el más ínfimo animal
En el viento y en la misma llaga que nos abraza en esta noche secular

El sol de la madrugada despierta a los criminales clarividentes de su letargo
de su inacción
saldremos a la calle con la llamarada del tiempo en la mano
con los ganchos afilados y los dientes hambrientos
y quemaremos todo lo que queda de nosotros
se escuchará el crepitar de las ultimas voces de los poetas
extinguiéndose entre el fuego de la masa estelar que baja de su ciclope, y se adentra por los oídos y las bocas de ninfas y las deja hecha cenizas

Los rayos y los planetas circulan sobre nuestras cabezas: ¡despertarán!, y el cielo rojo jalará nuestros ojos y nuestras piernas y no habrá más por que llorar: ¡la humanidad desaparecerá!

A la llamarada del tiempo
Que hace de la poesía lo que es y no es
A la furia del silencio
Que inventa el cuerpo en palabra
Que esculpe el dolor y lo extingue

Es mi grito el que despierta las almas que no son almas
el que grita sin saber que es el grito
el que escribe por que el grito me condena a decir que esta alma es mas tuya que mía
el grito y la llamarada de los astros incandescentes que descienden
el sol que se traga a si mismo a la hora del suicidio de los seres inteligentes
Cuando cae el telón de la vida para no proseguir el ritual de las aves sin memoria, de los ecos como voces de los agujeros negros que rodean mi cuerpo traslucido por morir al amanecer

Es solo poesía
Es solo un gesto de una galaxia cercana
Es un bostezo del Dios luna
Es un soplido por encender la llamarada de la vida
Por apagar con la cal de las palabras lo que arde, lo que no encuentra lenguaje dentro de mí y que jamás encontrará
Es la libertad que me otorgo por traducir lo intraducible, sobre estos pies amarillos andaré en mi próximo viaje al sol, imperecederos eternos como la mirada inexistente.
Es la llamarada de mi paz.

Febrero 2010





QUISIERA. . .

Quisiera estar borracha o drogada
Para no sentir el paso del tiempo
Evadir la realidad que me carcome que me hace morir que me acerca a la muerte
La realidad de los seres humanos, sus penas y desdichas
Sus juegos idiotas, sus miradas de semen
Su culo invertido
Sus estructuras, sus instintos contradictorios
Quisiera no existir y ser un halo de viento por la mañana
Un pedazo de piedra eyaculando polvo
Polvo que son del polvo madre que los engendro
O llanto de la sangre que procrea esta vida carnívora que devora a los débiles a los puros a los santos a los hijos de dios
A los poetas que renunciaron a él
Quisiera dormir y soñar con mis planetas volando por el aire devorados por el cielo y cerrando la agonía de los hombres por última vez y despertar agitada pidiendo que me lleven de una vez.

Febrero 2010




TE SABES

Te sabes en la infinita soledad
Te sabes ida y viva
Te sabes la voz que te persigue, la interna, la cósmica

No sabes nada
Sólo crees en ti
Y eso es mucho
Además, te sabes poderosa
Sin saber una pizca de algo
Y eso es mucho

La filosofía de la nada tiene un amanecer en el medio de la mente,
El despertar vital acontece cerrando los ojos en la gran inmensidad y fundirse con ella como el fuego al alba de la gran bestia naranja que nos toca dulcemente la melodía de las cenizas, el rito del polvo y la gran iluminación celeste

Te sabes como quien bebe, cruza el desierto, inventa la libertad.
Una historia, un llamado, cesa y cesa, toco el fondo de la mascara amarilla cubriendo la faz que nos hace prisioneros
Por temor a la muerte
Al llamado
Al falo de Dios

Y me cierro
Y me abro
Para en el instante convertirme en otra, en un eco que llegue a ti el día menos esperado. Sentados en una banca el astro sol nos oiga, los hombres dejen de luchar y el deseo sea la paz de nuestros actos y nuestros actos sean la paz de nuestros pensamientos

Nadie oirá
Lo sabes
Sólo el individuo podrá cambiar el rumbo nefasto del destino.

En la orilla; te sabes viva
Abierta a la inmensidad
Te sabes en el silencio primario
Te sabes allá
y en el acá te sabes aún más viva.




Todos los dibujos de Verónica Cabanillas Samaniego







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