miércoles, 20 de junio de 2012

7101.- ROBERTO ECHAZU NAVAJAS



ROBERTO ECHAZU NAVAJAS
(Tarija, Bolivia, 1937 - 2007).- Poeta.
Codirector de la revista de poesía y cultura ‘Sisifo’ (1959-1964). Agregado cultural de la Embajada boliviana en Cuba. Jurado del premio ‘Casa de las Américas’ (1984).
Alberto Guerra anotó: "Roberto Echazú latente huracán de emociones, amenaza constante de poesía, su presencia nos recuerda a los ríos, sedentario y peregrino al mismo tiempo; enraizado en el sereno valle de Tarija".
En opinión de Rubén Vargas, la de Echazú es "una de las poesías más logradas de nuestra tradición".
A poco del fallecimiento del autor, Pedro Shimose lo valoró: “Portador de una inmensa cultura literaria /…/ era, sin embargo, una persona humilde y discreta, nada arrogante. Parecía ingenuo y frágil, pero en realidad tenía la fortaleza de las almas buenas y la sabiduría de los grandes taciturnos, tan llenos de silencio. Cuando nos veíamos –en Tarija, La Paz o Madrid- su presencia angelical alentaba mi fe en la poesía, porque su palabra, como la de René Char o Albert Camus, destilaba autenticidad y hondura”.
El poema ‘Estos árboles’, antologado por Humberto Quino, dice: "Estos árboles / tienen el recuerdo / de la lluvia. / Su memoria es húmeda / como el verano, / o el profundo perfume de sus sueños. / Estos árboles / tienen el recuerdo / de la lluvia. / Aman esta tierra, y se mecen en el aire / como un extraño / augurio que sortea / la muerte".

LIBROS
Poesía: 1879 (1961); Akirame (1966); Provincia del corazón (1987); Morada del olvido (1989); Sólo indigencias (1989); La sal de la tierra (1992); Gabriel Sebastián (1994); Camino y cal (1997); Humberto Esteban (1994); Inscripciones (1997); Umbrales (1998); Poesía completa (2001); Memorias cercanas. Memorias recurrentes (2002); Cercas de soledad (2003); Sobre las hojas de otoño (2006).
Ensayo: Campero Echazú, poeta de la tierra y el árbol (1977).





1. 

En el mar, 
hombrea colmados de tristeza, cargaban sus fusiles en el cielo. 


2. 

Levantaban castillos de victoria  
en el azar de la justicia 


3.

La muerte no tiene cuerpo cuando se defiende  
no solamente la vida. 


4. 

Mujeres y niños, hombres y viejos,  
morían alegremente. 

La fealdad los llenó de alegría  
ya madura la muerte. 


5. 

Los que buscan tesoros en la disculpa injusta  
tienen más palabras con qué callar la vergüenza. 


6. 

Sobre la miseria de su orgullo  
edificaron el porvenir.


7. 

Para amar lloraban, para morir reían:  
el sacrificio de todos los tiempos. 


8. 

El amor, la muerte, tienen idéntica confianza:  
la dicha y el coraje de vivir como se pueda,  
y la muerte que comparte 
lo mejor de la vida. 


9. 

El odio que desata derrota y fracaso, 
la sangre que construye victoria y porvenir. 
Ya. no dudemos de la inocencia de los hombres 
cuando se ven mezclados, cómplices de una misma aurora. 






HOMBRES QUE LA PATRIA FERTILIZO... 

Hombres que la patria fertilizó en las cóleras,  
indiferencia y barro de un placer sin reflejos,  
más débil con la miseria ennegrecida de fealdad,  
más fuerte en el fondo de las masas. 

Olvidaron la razón donde las fuerzas del amor  
se renuevan de sentido; 
la razón del pobre, su miseria, 
donde fundaron el coraje que abreva la ignorancia. 

Amaban lo simple y cotidiano, 
lo útil y difícil del odio y del amor, 
la claridad del ayer sin limites sensatos, 
la transparencia del mañana, la transparencia del verdugo. 

Hombres: para vosotros, la vida y el calor 
se reparten a los niños como el sol a la alegría;  
la justicia, el color de sus pupilas a la verdad,  
como el amor da vida a la vida. 

Para vosotros que la muerte no tenía historia 
ni vuestros hijos porvenir, 
las palabras aplacan el odio más allá de los deseos.

Las manos abiertas de las puertas abiertas de sus lechos,  
a pesar de la miseria y de todos los placeres,  
las manos fructifican semillas de manos,  
la vida entera, la miseria junta. 

La dicha es el buen tiempo de los temores vencidos.






SI TODOS NOS ABANDONARAMOS A LA CONFIANZA

Si todos nos abandonáramos a la confianza de esperar,  
el futuro de las ilusiones volvería al mundo  
sensible. 

Pero con qué palabras enterneceremos al olvido,  
al saberlo todo injusto, todo vano!,  
la confianza de los destinos nos volvería locos;  
la paz, extraños; el amor, torpes. 

Si todo lo diéramos, sabríamos de una vez 
que nada nos pertenece. Todo tiene una muerte natural;  
nosotros, sólo la esperanza. 

La paz pura, el amor puro, desligado de su sombra,  
lavándonos la cara con su propia luz:  
un río donde los peces son acróbatas del cielo,  
y la inocencia pura, sólo su palabra. 

Si todo lo dijera, me bastaría como siempre,  
aun con la inocencia de saberlo olvidado. 







TU ERES PURA 

Tú eres pura 
como la luz que absorbe la soledad  
y el silencio de pueriles  
esperanzas. 

Tú eres pura 
con la monótona fuerza  
de los gestos y las risas;

con los surcos vacíos del mundo  
sin raíces de alegría 
y la miseria mezclada al nacimiento  
de oscuras y amargas diferencias. 

Eres pura 
y desligas toda pesadumbre  
que hace nacer al mundo  
la mejor ignorancia. 

Tú tienes la inocencia 
que acrecienta lo más útil de nosotros. 



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