jueves, 7 de agosto de 2014

ANTONIO BORREGO AGUILERA [12.739]


Antonio Borrego Aguilera 

(Las Tunas, Cuba, 1962)

Antonio Rogelio Borrego Aguilera. Escritor tunero, muy reconocido por sus obras, donde ha obtenido varios premios durante su trayectoria laboral.

Nació en la provincia Las Tunas, Cuba en 1962. Es Licenciado en Dirección Artística de los Medios Audiovisuales, en el Instituto Superior de Arte de La Habana y miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba. (UNEAC). Tiene publicado varios libros como Doy gracias a Dios de ser ateo, Terrenal, Diapositivas, Juegos lunares, Juanillo, Ovejas y demonios.

Libros Publicados

Doy gracias a Dios de ser ateo (1991).
Terrenal (1993).
Diapositivas (1997).
Juegos lunares (1998).
Juanillo (2004).
Ovejas y demonios (2007).

Revistas en la que ha publicado

Revistas Letras Cubanas
Caimán Barbudo
Alma Mater
Diéresis
Quehacer
Punto de Vista

Además en revistas de: México, Estados Unidos, Argentina, Uruguay, España, Brasil. Varias antologías incluyen poemas suyos: Poetas del Seminario, Poetas del mediodía, Diez de Espada, Poesía Tunera. Siglo XIX y Siglo XX, Ebria de sol y trino, Poetas de la isla y Poesía Cubana Hoy (Madrid).



Doy gracias a Dios de ser ateo, primer poemario de Antonio Borrego, donde está llamado a ser, ya lo es, el poeta más popular de su generación en Las Tunas. Aceptación dada al escribir y decir sin atuendos de grandeza una poesía que goza de franca espontaneidad. Borrego logra tomar, a contra luz, frases hechas de nuestra espontaneidad, connotándolas del contexto común a las dimensiones recurrentes de su obra. Como poeta, en buena medida intuitivo nos brinda textos que distan de la academia aunque demuestran dominio en el difícil oficio de la creación poética. 



DISCURSO DE UN HOMBRE SOLO

A Gilberto E. Rodríguez

Esta casa necesita de algo nuevo
hay demasiado CO2  en esta sala
demasiado silencio en estos cuadros
Ayer quise ajustar el cuerpo a la piyama
y me fui a correr detrás de un taxi         quemé
todos mis libros        amanecí
en la azotea de un vecino         pero nada
Esta casa necesita un perro  un órgano una 
                                                                  (sirena
un disparo de sol que desempolve el techo 
los pasos de un elefante
algo antipoético que recuerde tu imagen 
Anoche soñé que habías vuelto
que amabas el unicornio
que aprendías de memoria       mis poemas
y me dabas el Nobel de tu corazón        Soñé 
que tú eras una estrella       y yo 
el cosmonauta del siglo
que soportabas a los intelectuales      que te
                                                               (besaba
infinitamente desnuda
y te hundía en mi pecho como una almohada
con brazos y labios       pero nada
estoy convencido de que no vendrás
que seguiré comiéndome las uñas
amontonando poemas        buscándote
en todas las paradas de ómnibus        en los
                                                                    (cines
en los estanquillos          sin importarme la gente         
los intelectuales             MIS PREPOTENCIAS
No te das cuenta que soy un peregrino moderno
que ya no tengo zapatos para buscarte
que por la noche le hago la guardia a los 
                                                            (cederistas 
para estar al tanto de tu regreso
que estoy parado en este parque
diciendo en alta voz
el discurso de un hombre solo
Ah pero no importa
mañana saldrá en todos los periódicos
una nota que diga
                           Se permuta esta casa
                           habitaciones amplias
                           buenos vecinos     no falta el
                                                                     (agua
                           Motivo de la permuta
                                                     Ella no vino  


Terrenal, Premio Cucalambé 1992, Primera Mención, constituye el segundo poemario de este autor tunero. Utilizando rimas asonantes y hasta el metro bisílabo. Terrenal entrega versos que se apartan del tradicional canto a la vegetación para ofrecerle espacio al amor, la familia, el temor, la posteridad y la vejez, logrando un recorrido hacia el interior de un hombre que confiesa, puede “ser la quemadura”; pero que “el agua de buenos ríos surca (su) voz”.





GLOSA

Caminante si tuvieras 
que regresar con dolores, 
habré designado flores
entre tú y las primaveras.
Si el camino mantuvieras
cercano como el destino.
Piensa que existe algún trino 
y evita el desasosiego;
pero si te quedas ciego,
caminante no hay camino.

Por fronda lo que dejaste
en la memoria y en la casa.
El humo que siempre disfraza
lo que tú siempre anhelaste.
Camina y da lo que amaste
sin pensar que luego el mar
pueda quebrarte el andar
próximo al país vecino.
No le temas al camino
se hace camino al andar.



Ovejas y demonios es un poemario de versos libres y sonetos estructurado en cuatro secciones: la primera “Ovejas” el poeta obsecado por el futuro recoge las preocupaciones de “los elegidos” que “comercian con los muertos”, zona para el canto a los amigos, la madre, la esposa y la hija, al tiempo que se abre hacia zonas más universales de la vida, la segunda ”Abrojos del pan”, transitada por el hombre que “ya no sabe / si derrumbar las paredes o soportar el fuego”, la tercera “Poemas de palacio” en la cual trata el amor tocado desde la ironía y la cuarta “Demonios” estremecida por los latidos y desgarramientos del alma. En general, un libro muy bien equilibrado con un discurso poético alto, poesía limpia que busca la perfección formal. Al terminar de leer estas páginas resultarás, sin dudas, enriquecido espiritualmente.




AH, LA HONESTIDAD

                                        Para Renesito

La honestidad es una cebolla 
que algunos comparten.
En un hueco del pecho
cabe la tristeza, la razón de una mentira.

Los hombres se amontona en el cementerio
para decir adiós con un puñado de tierra,
o con un pañuelo húmedo y nocturno.
El hombre honesto le miente al espejo
y exhibe un rostro vacilante.
Aquí nadie se queda sin palabras
para enaltecer la honestidad.
Se recomienda:
cortar una cebolla en pedacitos, 
hasta que el prójimo se crea
que lloramos en serio.





POIESIS

A cómo estamos hoy. Si acaso el alma sabe.
Cómo decir que se llevaron estos árboles
que vi por la mañana, estas nubes
que anclaron en mis ojos.

A cómo entonces volverán las oscuras golondrinas
si ya la muerte acecha en su rumor de aldaba.
Todo cuanto huelo me ha sabido inútil:
la flor echada al marchitar del polvo,
el desganar del agua cuando corre.

A cómo estamos hoy. Si acaso el aura sabe,
ella, que volteó el cadáver de los días
sin remediar un ascua de alimento.
Qué cráneo brotará desde la exhumación sin hojas,
sin lombrices semejando el humo,
la cuerda interrumpida por el lodo.
Si no vinieras tú sin almanaques
a rebosar lo que escanció la vida,
el pequeño destierro al que me adiestro,
acomodando mi cuerpo para luego.
Cómo iba a respirar tu nombre,
la cábala que esconden tus dominios.
Cómo iba a desechar mis atenuantes
en aquel juicio del espejo con mi rostro.

Que Dios no intente valorar mis fuerzas,
mi hereje devaneo por tu música, no sepa
que tú y yo dormimos juntos en el rincón
donde sus cabras beben. Que ampare Dios
estas siluetas, estas dos sombras
que cruzan la orfandad del triunfo.

A cómo estamos hoy, si no a tu diestra,
a tus diez dedos de contar las noches,
los diluvios y sequías que suceden a mi falta
de voz para calarte.
De dónde llegas tú con esos vasos
que por doquier me brindan con tus manos,
con esas largas manos de coser los versos.

A qué estambre, a qué rueca
de sándalo o yagruma mi corazón
se ovillará. Entretejido en la verdad que ocultas,
yo doblaré mi escarcha y el camino,
me tiraré a tu amparo de portal en quiebra.

A cómo estamos hoy, si no a la ausencia
que repartida en pedacitos grandes
me dé el instinto de reencontrar tu casa,
el sitio en que gobiernas la lujuria.
Desde dónde no decirte que me llames
y entierres en mis labios tu boca moribunda,
tu sentido confuso de constreñirlo todo.






SAHUMERIO

A Lucy Maestre, por su afán
e proteger el cielo.

Santo Padre: Estamos reparando el cielo,
no calculamos los talentos necesarios.
Cada abertura tendrá solución en primavera.
Detrás de los morrales, hay clavos y almidones,
la carcoma ha destrozado los parales y las vigas.
El cielo está sobre tus hombros,
válgannos tus hombros,
válgannos las vigas y parales,
válgannos las tablas de Moisés,
el trapecio que mecías cuando yo era un niño.
Santo Padre: Hay zonas podridas, irreparables escaños
por donde se subía al cielo. No hay culpables,
las huellas que hubo ya no están,
están las voces, las liturgias y los carnavales,
el vino humedeciendo la vergüenza.

Espero que bajes con cuidado, el hueco está
embarrado de sombras y tus pies son frágiles.
Santo Padre: Acaban de enterrar el cielo,
también enterraron a los inocentes.
Los inocentes son culpables.
Ayer no basta, hoy no ha comenzado.
El tiempo desgrana su inocencia de humo.
También el tiempo es culpable de este hueco.
Se fugarán las aguas y los pedimentos,
se fugarán los culpables inocentes.
Santo Padre: Se fugaron los culpables
y nos quedamos la miseria y yo. La miseria no habla,
tiene un ojo y una cicatriz, pero no habla.
La miseria quiere lo que tengo,
lo que tengo es la boca, la lengua que tallaste
cuando yo era un niño.
Sé que me escuchas, cuidado con el hueco,
que nos quedamos sin tu hombro,
que el cielo se nos viene encima.
Acerca tu oído hasta mi boca,
no es preciso que enciendas una lámpara.






PALOS DE CIEGO

Ciego he venido a tu cintura plena
de códices y arcaicos jeroglíficos.
De temores modernos y pacíficos
se alimentó tu amor de luna llena.

Demócrito, amor mío, es una farsa.
Yo me arranqué los ojos para olerte
y crucé sin mirar para la muerte
y equivoqué tu huella entre la zarza.

Tu libertad exige más espacio
y mi bastón camina tan despacio
que a tientas no te palpo la cintura.

Y ya volaste, amor, de donde supe
y no sabrás por dónde pude y cupe
con mis alas de cera ser tu altura.





DIBUJO A MANO ALZADA

A José M. Mederos

José Manuel, si el mar envejeciera
como la cidra de tus antepasados
la vida fuese un corcho carcomido,
el remo que no tuvo empuñadura.
Pero sentado y con los pies al borde
alguien puede temer a los ciclones.
Por este lado el mundo que te asfixia
y que te hace dibujar un elefante
desamarra el milagro del salitre,
toda la sal sobre el cartón de techo,
todo el calor de octubre y su agonía.
Alguna vez te fuiste a conocer la nieve
y aquel asombro no cupo en tus bolsillos,
como no cupo Bejucal en tanta España
y a Bujamey en sueños regresaste
como ancla doliente,
como aserrín mojado en busca de la hoguera.

Descorcha tú la caja de Pandora,
que algún milagro amargo quedará en el fondo.
Dibújale una jaula,
un queso envenenado.
Pudieras inventar otros colores,
figuras por nacer ya envejecidas
o plenas de vigor allá en sus formas.

De tinta y cartulina
hazle un rincón al tedio de este pueblo
y al mar con todo, con todo lo que sobre.






LETANÍAS DE SANCHO

Si la torpeza tiene cuerpo
y garra el desafío y enmienda la memoria,
para siempre tacho la demencia... La demencia...
Y al fondo de la espalda se acomoda un desagravio,
un anhelar benigno por las ínsulas, un anhelar y ya
que voy de prisa acomodando estrella y ojo
sobre la paja que arderá bajo mi herida,
bajo la parca noche de las fábulas.

Quién ha de verte si no yo, que aspiro
al bálsamo del júbilo y al credo.
Estamos locos y nos sobran flores
para legar al cuerdo gentilezas.

Clara será tu ley, si no dejamos
en manos de los sueños tus gobiernos,
tu delgada manera de ser triste,
más triste que otros hombres y no digo
porque el disfraz le sirve a mi barriga,
a mi caballo que de tanto pretender nunca ha crecido.
Ay, comento a mis dolores,
porque al principio de tener compaña
fueron las dudas un hato de dialectos
que por azar fui remendando a cambio de entender
con lo que saben: las cabras y las nubes,
las chozas de mi burgo.
Que yo no tuve Dulcinea es cierto;
pero tuve señor y ando conforme a prueba de olvidar
este discurso en el que juro
desde una oscuridad donde el espacio
ya no es la Mancha de una historia
y eso basta, porque de ayer a hoy
cuánto ha quedado sobre el tapiz de nombres
en la vitrina inmemorial de la pureza.

Conforme el escribano, testifique
que por fortuna su salud conservo en vino de uvas
y corazón de idiomas.

Te llamo y no despiertas, pero sabes
que yo estaré burlando a los gigantes
en procesión inversa a los molinos,
al aire que se ríe de nosotros.

El aire apaga con cuidado el candelabro
que reza por tu nombre a porque vuelvas
a porque inscribas este imperio
a mis dominios, a porque azores los demonios y no pienses,
que si mis ojos, al llanto doy como avellanas,
como dos piedras al llanto de los ríos
no esté riendo de mi obesa sombra,
como ese aire, que por la hendija pasa
a doblegar la llama que nos une.


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