martes, 25 de marzo de 2014

JOSÉ NAKENS [11.356]

José Nakens

José Nakens Pérez (Sevilla, 21 de noviembre de 1841 - Madrid, 12 de noviembre de 1926) fue un periodista y activista republicano y anticlerical español, padre del también periodista Javier Bueno, y cuya vida estuvo vinculada al semanario satírico El Motín. "Nací pobre, fui soldado, he trabajado mucho y no soy rico", así resumía su vida Nakens cuando cumplió los ochenta años.

Inicios: de cabo de carabineros a periodista y autor satírico

De familia humilde y liberal, su padre fue perseguido por Fernando VII durante la llamada Década Ominosa (1823-1833) y participó en la guerra carlista del lado isabelino en la que admiró al general Baldomero Espartero cuyas arengas "de memoria se sabía". Según confesó Nakens a los ochos años perdió su fe religiosa tras la lectura de El judío errante, aunque, según Manuel Pérez Ledesma, parece más creíble que esto se debiera a la influencia paterna que le transmitiría su odio al carlismo y a su aliado el clericalismo.

Se enroló muy joven y por necesidad, al haber muerto su padre, en el Cuerpo de Carabineros. Destinado a la Dirección General del Cuerpo en 1866, situada en Madrid, ya traía escritas dos obras de teatro que nunca llegaron a representarse. Cuando triunfó la Revolución Gloriosa en 1868 él se lanzó a la calle al frente de un grupo de carabineros portando una bandera que llevaba unos versos improvisados por él:



Ni un solo crimen empaña 
nuestra gran revolución.
¡Ser libres sin un borrón 
no se hace más que en España!



En ese tiempo varios periódicos le publicaron algunos sonetos de exaltación patriótica, que alcanzaron cierta fama, además de romances y artículos, lo que le inclinó a abandonar el cuerpo de carabineros y dedicarse a las letras para llegar a ser un escritor famoso. "No es que en ese momento se creyera un poeta, ni siquiera un notable escritor; pero al menos había descubierto su facilidad para versificar y su capacidad para la sátira, dos rasgos de un estilo que ya no le abandonaría nunca". Pero lo que le permitió vivir de escribir al principio no fue el periodismo sino el teatro que fue donde cosechó sus primeros éxitos, dentro del llamado teatro por horas, piezas cortas generalmente de un solo acto que atraían por su facilidad a todo versificador diestro. Nakens escribió más de sesenta obras, a tres duros por pieza, pero no se ocupó de compilar y editar estas obras que ni siquiera firmaba.

En 1876 entró en el periódico El Globo, desde cuyas páginas acusó a Ramón de Campoamor, el poeta de más prestigio del momento, de plagiario de Víctor Hugo, lo que hizo sonar su nombre. "Años más tarde, una vez conseguido su objetivo («el hambre de notoriedad es muy punzante», fue la explicación del interesado), el mismo Nakens saldría en defensa de la víctima de aquellas acusaciones". Por otro lado, en el periódico publicó algunos artículos anticlericales y publicó un libro contra los jesuitas que le valió su primer proceso (Los jesuitas. Su vida, costumbres, adulterios, asesinatos, regicidios, etc., firmado con el seudónimo de "Ignacio de Loyola", el fundador de la Compañía).

Al frente del semanario satírico, republicano y anticlerical El Motín.

En 1879 abandonó el diario El Globo y para dejar el trabajo casi de esclavo del teatro por horas fundó el semanario El Motín, cuyo primer número salió a la calle el domingo 10 de abril de 1881, aprovechando la mayor libertad de prensa que había traído consigo el nuevo gobierno liberal encabezado por Práxedes Mateo Sagasta, después de seis años de gobierno de los conservadores de Antonio Cánovas del Castillo. El Motín "era un modesta publicación de cuatro páginas, repartidas entre un comentario de actualidad, un poema y algunas noticias breves, más un grabado -en principio, una caricatura de personajes y acontecimientos políticos- en las páginas centrales". Los objetivos del mismo eran la defensa de la unidad de los republicanos en un único partido y la lucha contra el conservadurismo -"¡Guerra a los conservadores! Nos parece que este grito equivale a un programa", apareció en el primer número- y el clericalismo, con la sección "Manojo de flores místicas" que se justificaba así: «Jesucristo arrojó a latigazos a los mercaderes del templo; nosotros, pecadores humildes, trataremos de imitarse, fustigando semanalmente a los que se olvidan de su ley». Fue esta sección, de cuyas noticias se hicieron ediciones en libros -el primero titulado Espejo moral de clérigos. Para que los malos se espanten y los buenos perseveren-, la que hizo famoso al semanario.

Ultimo retrato de Manuel Ruiz Zorrilla, aparecido en el semanario republicano y anticlerical El Motín en 1895.



Aunque El motín es considerado como el periódico anticlerical por excelencia, especialmente del anticlericalismo popular más zafio, en realidad era más un semanario político dedicado a criticar a conservadores y liberales que se "turnaban" en el gobierno de la Restauración y a defender la unidad de los republicanos, apostando por la vía insurreccional, defendida entonces desde el exilio parisino por Manuel Ruiz Zorrilla -lo que le llevó a criticar con crudeza a los otros líderes republicanos: Emilio Castelar, Francisco Pi y Margall y Nicolás Salmerón-.

A mediados de la década de los 90 el periódico se encontró con graves problemas económicos porque, además de la cuantiosas multas que se le impusieron por delitos de imprenta, sus ventas bajaron, entre otras razones porque ciertos sectores republicanos pensaban que su anticlericalismo virulento -como el de Los Dominicales del Libre Pensamiento- perjudicaba a la causa de la República -criticaban sus "burlas de mal gusto" y su insistencia en los relatos de amores ilícitos entre "clérigos lujuriosos y amas rollizas"-. A pesar de que Nakens rebajó el precio del periódico los problemas continuaron y a comienzas del siglo XX apenas se leía. Según Nakens la culpa la tenía la "incomprensión" de los republicanos que no entendían que su objetivo era "quitarle autoridad al clero para que no pudiera valerse de ella en beneficio de D. Carlos". "¡Valiente cosa me importa a mí que los curas tengas amas, y éstas chiquillos, ni que falten al mandamiento que sigue al quinto con las feligresas que se presten a ello!", le explicó a Luis Bonafoux por esas fechas.

En 1898 Nakens fue redactor de la más importante revista noventayochista Vida Nueva.

Tras la muerte de Ruiz Zorrilla en 1895, Castelar en 1899 y Pi y Margall en 1902, El motín pasó a apoyar a Nicolás Salmerón, el único líder histórico del republicanismo español que quedaba vivo. Para ello Nakens convocó una Asamblea Republicana "con el exclusivo objeto de delegar en un solo hombre nuestros poderes [Nicolás Salmerón]" que fue un completo éxito -aunque no por ello las ventas de El motín aumentaron-. Se reunió el 25 de marzo de 1903 y allí casi dos mil republicanos acordaron crear un único partido (Unión Republicana) del que fue nombrado Salmerón jefe supremo, como propuso Nakens, quien pasó ocupar un cargo en la comisión directora. Pero, desilusionado, dimitió un año después del único puesto político que ocupó en su vida, y en 1905 se separó de Salmerón, ya que este se alejaba de una acción radical revolucionaria. «La Unión pactóse para preparar y realizar un acto que no se ha intentado; no para nombrar un cuerpo de coristas con destino al Teatro Parlamentario», explicó Nakens.

Multas, procesos y cárcel

A lo largo de toda su trayectoria El Motín sufrió numerosos procesos por supuestos delitos de imprenta que le supusieron multas, encarcelamiento de varios directores legales -entre otros, uno de los fundadores, Juan Vallejo- y de repartidores del periódico, especialmente cuando gobernaban los conservadores -por ejemplo, de enero de 1884 a noviembre de 1885 sufrió 84 procesos por delitos de imprenta y catorce multas de 500 pesetas-; es más, diversos obispos dictaron no menos de 47 excomuniones contra sus redactores -que a su vez excomulgaron a los obispos en nombre de "Fray Motín, obispo de la religión del Trabajo en la diócesis del Sentido Común"-. Por otro lado utilizaron todo tipo de argucias para evitar el secuestro de los ejemplares por la policía. El periódico consiguió sobrevivir milagrosamente, pese a sus escasas suscripciones y a sus dificultades de distribución, ya que prácticamente no se podía vender en la calle.

En 1898 el gobierno conservador aprovechó la suspensión de las garantías constitucionales con motivo de la guerra de Cuba para que la censura se cebara con El Motín, a pesar de que había apoyado la guerra y había mostrado un exacerbado patriotismo. Así fue suprimido un artículo sobre el reinado de Fernando VII porque llamaba "miserable" a Fernando, "liviana" a su madre y "malvado e inmoral" a su hermano Carlos María Isidro. La respuesta de Nakens fue suspender la publicación hasta que las garantías constitucionales no fueron restablecidas en 1899.

Dibujo de la época, que reconstruye el asesinato de Cánovas en 1897

Nakens fue acusado en 1906 de encubrir al terrorista Mateo Morral, que había arrojado el 31 de mayo de 1906 una bomba contra el rey Alfonso XIII y su esposa a su paso por la calle Mayor de Madrid, y que al día siguiente se había suicidado. Uno de los argumentos que se utilizaron en su contra fue el relato que había hecho en 1901 de la visita que había tenido en la redacción del periódico en julio de 1897 por parte de un italiano que se hacía llamar Emilio Rinaldi que le confesó que había venido a España "a matar a Cánovas, al Rey o la Regente" para vengar a los anarquistas encarcelados y torturados en los procesos de Montjuic. Nakens ni le creyó ni volvió a saber de él hasta que el día 8 del mes siguiente supo que el italiano que le había visitado, que en realidad se llamaba Michele Angiolillo, había asesinado al presidente del gobierno Antonio Cánovas del Castillo en San Sebastián. En el artículo que escribió relatando el suceso cuatro años después Nakens reafirmó su condena del terrorismo, como lo había demostrado su periódico El Motín en reiteradas ocasiones, pero que si le hubiera creído no lo hubiera entregado a la policía porque él no era ningún delator.



Mateo Morral.

Lo que había pasado, según la versión de Nakens que fue aceptada por muchos de sus contemporáneos, es que Mateo Morral había entrado en la redacción de El Motín a primera hora de la tarde tras lanzar la bomba sobre los reyes y que después de conseguir que Nakens le prometiera que guardaría en secreto la noticia que iba a confiarle, le explicó lo que había hecho. Mateo Morral pasó la noche en casa de un tipógrafo de la imprenta de El Motín gracias a las gestiones de Nakens -que le dio cobijo "por hombre, por necesitado de amparo, porque confió en mi palabra y en mi honor y porque "si hubiera yo delatado a ese anarquista soñaría todas las noches con un agarrotado por mi delación, más que por su crimen"- y al día siguiente se marchó, suicidándose tras disparar contra un guarda jurado. Varios días después Nakens y dos tipógrafos fueron detenidos por encubrimiento, y en Barcelona el anarquista y pedagogo Francisco Ferrer Guardia como inductor del atentado. En el juicio Ferrer Guardia fue absuelto pero Nakens fue condenado a nueve años de prisión.

Nakens ingresó en la cárcel Modelo de Madrid el 11 de junio de 1906 ocupando la celda número. Cuatro meses después publicaba un primer artículo en el que denunciaba las condiciones infrahumanas en que vivían los presos:

Yo veo en esta cárcel hombres y niños descalzos y hasta en cueros. Yo veo al pasar frente a algunas celdas catres desvencijados, jergones reducidos a la mitad, rotos, sin paja de maíz apenas, cubiertos con media manta deshilachada y un cabezal sin funda lleno de mugre. Yo veo muchas ventanas de las celdas sin cristales, con el frío que hace ya, y que lo mismo ocurre en los grandes ventanales de las naves. Yo veo turbia el agua muchos días, otros mezclada con tierra, y siempre, hasta cuando sale clara, despidiendo olor nauseabundo

El impacto del artículo fue enorme -recibió cartas que relataban abusos a los presos, celdas de castigo, enfermedades por mala alimentación, etc- y tuvo una oferta del diario republicano El País para que siguiera relatando lo que veía en la prisión, que más tarde compiló en dos libros: Mi paso por la cárcel y La celda número. En ellos también defendió el programa de reformas penitenciarias del nuevo director de la prisión Rafael Salillas que pusieron fin al "régimen terrorífico y expoliador" anterior. Todo ello le hizo ganar un prestigio y una popularidad que acabó obligando al gobierno de Antonio Maura a indultarle. El 8 de mayo de 1908 abandonó la prisión.

Esplendor y declive

A pesar de que cuando salió de la cárcel tenía sesenta y siete años, volvió a publicar El Motín. Gracias al prestigio obtenido por Nakens durante su encarcelamiento -los que antes le habían tildado de "inquisidor al revés" y de "viejo decrépito" ahora lo consideraban un "gran hombre", como lo llamó Ramiro de Maeztu-, el periódico en esta segunda época ganó muchos lectores alcanzando tiradas de más de 20.000 ejemplares y multiplicó su tamaño -en 1910 llegó a las dieciséis páginas-. También mejoraron el aspecto del periódico y crecieron en número y difusión el resto de publicaciones promovidas por Nakens: los folletos de la Biblioteca del Apostolado de la Verdad y unas Hojitas piadosas, cuyas tiradas rozaron la increíble cifra de cien mil ejemplares. Asimismo publicó una docena de libros que recopilaban los miles de artículos que había escrito.

Sin abandonar en absoluto su republicanismo, durante esta segunda etapa El Motín acentuó su anticlericalismo en un momento en que la cuestión religiosa estaba en el primer plano de la vida política por los sucesos de la Semana Trágica y por la Ley del Candado propuesta por el gobierno liberal de José Canalejas. Esto le acarreó de nuevo problemas con la justicia especialmente a causa de dos caricaturas. En la primera se veía una imagen de Cristo en la cruz mientras a su lado un obispo, un jesuita y un fraile se atracaban de gallinas compradas con los estipendios de las misas y los responsos -con la leyenda «El que trajo las gallinas y los que se las comen». En la segunda -que llevaba el lema «¡Santa Familia!»- un sacerdote sostenía el biberón que una señora estaba a un punto de dar a un bebé. Fue denunciado por un jesuita y condenado por ofensas a la moral católica, lo que constituía una auténtica sorpresa pues en los treinta y un años de vida de El Motín nadie había denunciado sus caricaturas. En 1914 fue denunciado de nuevo y condenado por injurias a un clérigo. Respondió con la publicación de un Almanaque de la Inquisición que recogía autos de fe y láminas con las torturas que aplicaba el Santo Oficio, "ese monstruoso tribunal creado, apoyado y defendido por la Iglesia católica, para acumular riquezas, satisfacer venganzas e imponerse a los pueblos por el terror", como se decía en el Almanaque. También publicó un Almanaque cómico del carlismo para los años 1914 a 1999 que fue respondido por los carlistas con la colocación de un petardo en el pasillo de la administración de El Motín.

Sin embargo, El Motín empezó a perder lectores (unos seis mil entre 1911 y 1914). En 1915 redujo sus páginas a ocho y a cuatro en 1918. Ese año Nakens -que tenía entonces setenta y siete años- enfermó de la vista, lo que le impedía a temporadas escribir en aquellos momentos en que era el único redactor de la publicación. Aunque Nakens atribuyó su declive a su permanente combate contra "los fetiches que el pueblo adora", la razón de la caída de ventas se debió fundamentalmente, según el historiador Manuel Pérez Ledesma, a la "monotonía del semanario -dedicado en gran medida a reproducir artículos antiguos y a copiar textos de otros periódicos- y [a] su falta de atención a la actualidad". Así hacia 1920 la tirada se había reducido a unos seis mil ejemplares. Entonces a iniciativa de un fiel lector se organizó una suscripción para editar un número extraordinario de homenaje a Nakens, que se publicó en enero de 1923 y en el que participaron eminentes republicanos como Emilio Menéndez Pallarés, Roberto Castrovido o Hermenegildo Giner de los Ríos y los más jóvenes Marcelino Domingo, Álvaro de Albornoz o Gabriel Alomar. En ese número apareció una "Sonata en on" de Luis de Tapia que decía:


Yo admiro a Nakens 
por su tesón...
Porque es un yunque 
su corazón...
[...] Porque cumplida 
su obligación,
irá al sepulcro 
 sin confesión...


A fines de 1924, varios periodistas e intelectuales -como Gregorio Marañón, Rafael Altamira, Ramón Pérez de Ayala o Luis Araquistáin- se movilizaron para recabar ayudas para Nakens consumido por las deudas y a mediados de 1925 la Asociación de la Prensa de Madrid, presidida por José Francos Rodríguez, le concedió una pensión vitalicia de 150 pesetas al mes, "en atención a los méritos contraídos en su larga y limpia trayectoria de periodista", y meses después le otorgaba el Premio a la Vejez dotado con 5.000 pesetas. El 12 de septiembre de 1926, el octogenario periodista republicano murió de accidente vascular cerebral.

Las reacciones a su muerte

A su entierro multitudinario, organizado por la Asociación de la Prensa de Madrid, acudieron políticos como el republicano Alejandro Lerroux o el socialista Julián Besteiro, escritores, periodistas, estudiantes y "gentes del pueblo", además de representantes de organizaciones republicanas y masónicas. El féretro iba cubierto con el estandarte de El Libre Pensamiento, Sociedad de Actos Civiles de Madrid. En el cementerio civil donde fue enterrado alguien gritó: «¡Vivan los hombres honrados!».

El periódico El Liberal lo consideró "el último representante de una generación gloriosa" y el también liberal La Voz afirmó: "No estamos tan sobrados de hombres representativos para que no sintamos honda emoción al ver separarse de nosotros los que fueron en vida modelos de ciudadanía, espejos de patriotismo y relicarios de virtudes laicas". El Imparcial, por su parte, destacaba la entrega de "este hombre entero, rectilíneo, altruista y desinteresado". En cambio el diario católico El Debate dijo que El Motín era "un periódico que figura por derecho propio entre los profesionales de la calumnia" y que era "la chabacanería, la grosería misma", y que su director, el "desgraciado autor de estos engendros" era "un baldón en la historia del periodismo en España".

A los tres meses de su muerte, su hija, Isabel Nakens que había sido su principal colaboradora en los últimos años -Nakens se quedó viudo a principios de siglo-, volvió a publicar El Motín con el título Reflejos de «El Motín», que subtituló "semanario literario" para burlar la censura de la Dictadura de Primo de Rivera, aunque su finalidad estaba clara: "hoy, como ayer, este periódico es y será siempre de prounión republicana y anticlerical de todas las religiones". De hecho desde el periódico promovió una caja benéfica prolaicismo para premiar a quienes sustituyeran los ritos católicos del bautizo, la boda o el entierro por otros civiles. El periódico tuvo que cerrar en junio de 1929 por problemas económicos y la despedida consistió en el envío a los suscriptores de un antiguo número de El Motín. Dos años después se proclamaba la República en España.

Obras

José Nakens, Puntos Negros y otros artículos. Apertura de Alfredo Grimaldos. La Linterna Sorda Ediciones. Madrid, 2010. -ISBN 978-8493656287

Teatro

¡Alza, pilili! Juguete cómico en un acto y en verso, Madrid: [s.n., s.a.] (Imp. "La itálica")

Recopilaciones de artículos

Anticlericalismo al por menor, Madrid: [s.n., s.a.] (Imp. "La Itálica")
Asuntos diversos. Madrid: "La Italica" , [1915]
Calumnias al clero inventadas por José Nakens. Madrid: "La Italica" , [-1915?]
Cartas y dedicatorias, Madrid : [s.n. , s.a.] (Imp. Domingo Blanco)
La celda número 7: (Impresiones de la cárcel), Madrid: [s.n., 1908?] (Imp. D. Blanco)
Chaparrón de milagros. Madrid: Domingo Blanco , [1911?]
Clericalismo en solfa, Madrid: [s.n., s.a.] (Imp. Sáez)
Cosas que he dicho. Madrid: Domingo Blanco, [1912?]
Cuadros de miseria, Copiados del natural, Madrid: Domingo Blanco , 1907
De todo un poco: Colección de artículos, Madrid: [s.n., 1909?] (Imp. Domingo Blanco)
Degradaciones y cobardías Madrid: [s.n., 1896] (Imp. de Domingo Blanco)
La dictadura republicana: Artículos publicados recientemente, Madrid: [s.n., 1905?] (Imp. de A. Marzo)
Dioses mayores: Artículos políticos, Madrid: [s.n.] , 1922 (Imp. Juan Pérez)
En broma y en serio: Artículos anticlericales, Madrid: [s.n., 1909?] (Imp. Artística Sáez, hermanos)
Espejo moral de clérigos para que los malos se espanten y los buenos perseveren: ó sea la recopilación escogida de los célebres y odoríferos Manojos de flores místicas publicados en "El Motín", Madrid: [s.n., 1910?] (Imp. de Domingo Blanco)
Los horrores del absolutismo, Valencia: F. Sempere y Compañía , [s.a.]
Humorismo anticlerical, Madrid: [s.n., s.a.] (Imp. y Pub. Grág. de Domingo Blanco)
Juan Lanas, Madrid : [s.n. s.a.] (Imp. Popular)
¡Libertad y á ellos!. Madrid: Domingo Blanco, [s.a.]
Lo que no debe decirse: Colección de artículos con dedicatoria, prólogo, introducción y críticas de la obra. Madrid: [s.n.], 1882 (Imp. de M. Romero)
Más calumnias al clero inventadas por José Nakens. Madrid: "La Itálica", [1915]
Mi paso por la carcel, Madrid: Centro Gráfico-Artístico, [s.a.]
Milagros comentados, Madrid: [s.n., 1913?] (Establ. Tipco. Libertad. 31)
Muestras de mi estilo, Madrid: Domingo Blanco, 1906
Otras calumnias al clero. Robos, estafas, captaciones, explotaciones... etc. . Madrid: "La Itálica", [1910?]
Picotazos en la cresta: (Escaramuzas anticlericales) Madrid: [s.n. , ¿1912?] (Est. tipográfico)
La piqueta: Colección de artículos Madrid: [s.n. , s.a.] (Imp. de M. Romero)
Puñado de ironías. Madrid: Domingo Blanco, 1907
Trallazos, Madrid: [s.n., s.a.] (Establecimiento Tipográfico-Libertad, num. 31)
Trozos de mi vida, Madrid: Sáez, hermanos , [1914?]
Variedad en la unidad: Colección de artículos, Madrid: [s.n. , 1885?] (Imp. Artística)
Verdades al pueblo (Juan Lanas). Madrid: Domingo Blanco , [1911?]
Viaje al infierno, Madrid: [s.n., s.a.] (Imp. Domingo Blanco)
La vuelta de Cristo Madrid: [s.n., 1903?] (Imp. de Domingo Blanco)
Yo, hablando de mí: (Colección de artículos). Madrid: [s.n., 1914?] (Imp. Artística)

Versos

Cien sonetos Madrid: [s.n., s.a.] (Imp. "La Itálica")
Sonetos anticlericales, [Madrid: s.n., 1915] (Imp. "La Itálica")




A un obispo

¿Quieres que digno de Jesús te crea?
Pues renuncia al palacio donde vives;
vende las joyas que orgulloso exhibes;
despide tus lacayos con librea.

Ve a pie; da pan; consuela. Que yo vea,
no que de ser frenético te inhibes,
sino que gratis das lo que recibes,
y que el ansia de amor te aguijonea,

y que atacas al déspota y al fuerte
sin temor al martirio ni a la muerte,
y entonces te diré: “Por ser humano,

eres digno de Aquel que al pueblo amaba
y el cielo al poderoso escatimaba.
Beso tu anillo… ¡No!... Beso tu mano.”




Los conservadores

Gomosos por beatas mantenidos; 
jesuitas por necios admirados;
necios por jesuitas engendrados
y en entrañas de viejas concebidos.

Caballeros de alcoba bien corridos;
esposos complacientes bien lidiados;
protectores de todos los malvados;
desertores de todos los partidos.

Esos que van del templo a la ruleta,
azuzando al esbirro infanticida
contra todo lo noble, grande y bueno,

trajeron la ganzúa en la chaqueta,
vagan sin honra con la frente erguida,
y son conservadores… de lo ajeno.





El libro “Puntos negros y otros artículos” recupera el pensamiento 

Ana  Muiña y Agustín Villalba (editores)


Éstos son algunos de los aforismos que José Nakens componía sin descanso en los moldes de imprenta de El Motín. 


¡La sensatez es la virtud 
de los necios!


 ¡Pueblo resignado, 
pueblo muerto!


¡Protestar y luchar es vivir! 
¡Las religiones degradan 
y embrutecen!


¡Mentir es envilecerse! 


¡La libertad, no se pide, se toma! ¡Mal de muchos, 
consuelo de necios! 


¡La equidad primero 
que la justicia!...



Las paremias aparecieron encabezando las páginas del periódico satírico madrileño durante 43 años; el tiempo que, contra todo pronóstico, mantuvo el semanario en pie: del 10 de abril de 1881, fecha de salida del primer número hasta su cierre, el 27 de diciembre de1924. El indomable periodista convirtió sus máximas en unos de los eslóganes más brillantes y provocadores del siglo XIX y principios del XX.
   «Había muchas armas para el combate. Nakens eligió la carcajada. ¡Certera preferencia!», afirmaba un admirador, el joven periodista de El Mercantil Valenciano, Abraham Polanco. Los textos de El Motín iban dirigidos a los esclavos libres. Su humor gráfico –nacido en esos días con publicaciones como La Flaca, Gil Blas, El Buñuelo, Don Quijote o El Motín– era magnífico, gracias a ilustradores como Giménez, Macipe, Ibáñez y en particular Demócrito, seudónimo de Eduardo Sojo, que en cada número desplegaba su magistral caricatura a doble página y a todo color.
Viéndolas hoy nos sorprenden por su esencia contracultural y contrapublicitaria. Nakens, curtido director de prensa, emprendió su aventura motinera con Juan Vallejo, abrigando fines transcendentales. En “Dos palabras”, presentación del primer número, dice: «Sí; hay motín, y motín semanal, dirigido principalmente contra vosotros, para contrarrestar los efectos del motín de cada día, de cada hora, de cada segundo, que le armáis a la libertad. ¡Guerra a los conservadores! Nos parece que este grito equivale a un programa».
  «El Motín es la barricada de Nakens, –alegaba su gran amigo, Roberto Castrovido, director, entre otros, de El País– es su personalidad hecha periódico y es su pedestal, su monumento y será —deseo que muy tarde— su mausoleo. «En El Motín ha impulsado a los débiles, ha animado a los reacios, ha entusiasmado a los fríos, ha defendido a los humildes, ha zaherido a los poderosos, ha adoctrinado, ha discutido —es un gran polemista—, ha demolido, ha vigilado, ha construido la Unión Republicana y la conciencia laica».

CIEN PROCESOS JUDICIALES

  Nakens, el infatigable comunicador francmasón, perseverante al idealismo, desde la república de las letras y la pública acción, atacó al carro triunfal de la tiranía advirtiendo a los poderosos que donde las dan las toman. Trató de impugnar todas las religiones, «porque, éstas, sólo sirven hoy en las naciones civilizadas para perpetuar las aberraciones del pasado que todavía explotan los poderosos». «¡Con la Inquisición, chitón¡ ¡Esta es la justicia que mandan hacer!...» solía decir. Convirtió su noticiero en un laboratorio de ideas muy popular; en sus épocas más álgidas llegó a tirar veinte mil ejemplares. En la Biblioteca de El Motín se editaban libros y folletos
  El director de El Motín sufrió un centenar de procesos judiciales y otro de excomunión, dando la cara siempre. En la etapa final, agónica, del semanario, las portadas clamaban con titulares como: «Nakens en la indigencia», «Nakens está sin una perra gorda. Salvémosle». En sus columnas se reproducía un artículo de El Diluvio donde jóvenes periodistas: Ángel Samblancat, Abraham Polanco, Juan Guixé o Javier Bueno pedían solidaridad con el anciano. Bueno y Bueno –su hijo no reconocido, torturado y ejecutado en las cárceles franquistas en 1939– escribía: «El Motín vive hoy con el agua al cuello, pero descansa viéndose rodeado de suscriptores a quienes no hay modo de buscar las vueltas.
  Un año antes del cierre definitivo de El Motín, una comisión de amigos, tan pobres como él, consiguió recolectar las pesetas que costaba lanzar un número extraordinario de agasajo al periodista. En enero de 1923, pudieron verse en sus páginas, piropeando al maestro de maestros, las firmas de muchos eminentes republicanos, colaboradores motineros –Roberto Castrovido, Eduardo Barriobero, Emilio Menéndez Pallarés, Hermenegildo Giner de los Ríos, Rodrigo Soriano o Fray Gerundio–, al lado de otros más jóvenes como Marcelino Domingo y Álvaro de Albornoz. Y las coplas que el poeta del pueblo, Luis de Tapia, le dedicaba a modo de sonata en son: Yo admiro a Nakens... Porque es un sordo / que escucha el son, / cuando es rebelde, / de la canción...
  El 12 de noviembre de 1926, el viejo luchador de osada rebeldía y bondad ingénita dejó de existir, a punto de cumplir 85 años, por una congestión cerebral. Se marchó, en los brazos de su hija Isabel, «dulcemente, sin una queja, sin un gesto» (El Liberal). Su entierro fue multitudinario. La foto de Alfonso aparecida en La Voz lo atestigua. Escritores, políticos de extrema izquierda, estudiantes, republicanos de todas las tendencias, asociaciones de mujeres, masones y gente del pueblo acompañaron al féretro hasta el cementerio civil de Madrid. El cadáver, cubierto con una sábana blanca; el coche fúnebre, sin gualdrapas ni coronas de flores, por expresa petición del finado, a excepción de un estandarte de La Sociedad de Madrid El Libre Pensamiento. La comitiva gritaba: «¡Vivan los hombres honrados!».

CUERVOS NEGROS

  En La Linterna Sorda hemos disfrutado preparando la edición de “Puntos negros y otros artículos” que presentamos. ¿Puntos negros? Nakens veía la reacción en forma de nube negra que va cubriendo todos los horizontes: puntos negros por doquier, gabinetes negros gobernando, negros crespones del caciquismo, parásitos negros, curas cuervos negros, las gentes de la Iglesia con unos sentimientos más negros que su ropaje... Además de incluir textos impresos originales de su obra e imágenes inéditas muy dificultosas de encontrar, hemos incorporado abundantes notas y corchetes para facilitar la lectura, para ubicar mejor sus crónicas, tanto en lo referente al contexto histórico como a los personajes que cita. La colección de artículos que dan cuerpo a “Puntos negros”, escritos entre 1884 y 1885, alguno en 1888, formaron parte de la Biblioteca de El Motín; se confeccionó en la imprenta Popular de Madrid, plaza Dos de Mayo, 4 (el modesto taller de Nakens). La fecha de su impresión, que no consta en la edición original, nos ha sido compleja de rastrear pues la datación de 1900 que figura en algún archivo bibliotecario es errónea. Recurriendo a la prensa de la época comprobamos que el libro vio la luz en julio de 1890. Así se verifica en una reseña de Nakens aparecida en El Motín del 27 julio de 1890 bajo el título de “Bombo y platillos”, y en los anuncios promocionales insertados por esas fechas en otras publicaciones como Las Dominicales del Libre Pensamiento.
  Pese al tiempo transcurrido, la fuerza de sus escritos es indudable. Su descripción desnuda de una España (o Españas) corrupta, chaquetera, fanática y conservadora nos resulta familiar. Con «hoy no hay nada», se despedía escéptico en Nihil, el último y brillante artículo de “Puntos negros”. De Nakens, destacamos su libertad de pensamiento, su esencia, aunque algunas de sus reflexiones nos resulten algo anticuadas, como su apasionado patriotismo, tan sentido, tan presente en las grandes figuras republicanas de su época. La vida de Nakens transcurrió en tiempos de confusión entre guerra religiosa y lucha política; entre un ejército represor acompañado de guerrilleros carcundas, como así los llamaba, y algunos honrosos militares revolucionarios.
  «El exagerado patriotismo de Nakens no pudo avenirse con una doctrina que rechaza las nacionalidades y combate la idea de patria», sostenía el gran poeta peruano González Prada en un escrito de 1907 pidiendo su indulto. «Pues bien: la patria aquélla, tan defendida y amada por él, es la misma que hoy le juzga y le condena sin misericordia. Porque la patria no es sólo el aire que respiramos, el río del que bebemos, el terreno que sembramos, la casa donde vivimos y el cementerio en que duermen nuestros antepasados; es también el soplón que nos delata, el esbirro que nos apercolla, el juez que nos condena, el carcelero que nos guarda y la suprema autoridad a quien debemos obediencia y sumisión, ya esté representada por un general sudamericano que a duras penas sepa leer y escribir, ya por un reyezuelo español que lleve por cerebro un trozo de bacalao frito en el aceite de alguna sacristía».
  Nakens, bajo una apariencia de implacable luchador, tanto por sus rasgos físicos y de carácter como por lo directo de su pluma, fue un bondadoso soñador de ideas, según lo describe Luis Bonafoux. Asignó su escritura de acerados conceptos a impugnar «la calumnia esgrimida como principal arma de combate». Pasan los siglos y la mentira sigue instalada en el poder, en la prensa oficial y en la sociedad. 







NIHIL

«¡YA NO HAY NADA! Nadie está encargado de la ejecución de este decreto». Así creo que decía el artículo primero y único de la Constitución que Rochefort publicó en tiempos del corrompido y degradado imperio napoleónico, que terminó lleno de fango y vergüenza en Sedán.
¿No podría aplicarse hoy aquí, en el sentido  de que no hay nada de lo que necesitan los pueblos para  ser dignos y prósperos? ¿Queda dinero? No; y si alguno hay está en manos de los que siempre las tuvieron largas para apoderarse, sin contingencias legales, del ajeno. ¿Queda vergüenza? De haberla tenido, si acaso. Ha tiempo que tal señora desapareció de la escena, por no encontrar pecho donde albergarse.
¿Queda honradez? Aparentemente, la indispensable para no ser ahorcados todos en un día: en el fondo, menos aún que vergüenza y dinero.
¿Queda patriotismo? Que respondan las Carolinas, enajenadas moralmente por los conservadores, y España puesta a los pies del Papa por los fusionistas.
¿Queda valor? HabIe Cánovas, escapando del Pardo el día de la muerte del rey; dígalo Sagasta, molestando sin cesar a militares y paisanos cuando Ruiz Zorrilla escupe al suelo en vez de hacerlo a cierto a rostros.
¿Queda dignidad? Léanse las sesiones de las Cámaras de algunos años a esta parte: se tratan sus miembros como verduleras, y luego se desdicen y se dan explicaciones humillantes.
¿Queda moralidad? Hasta el significado de esa palabra se ha perdido desde que se respeta al ladrón que robó con fortuna.
¿Queda justicia? Por el temor que inspiran los encargados de administrarla, hay motivos sobrados para dudarlo, cuando menos.
¿Quedan energías, caracteres? Menos que otras cosas.
La raza de Cortés, Pizarro y García de Paredes está hoy representada por Villaverdes, Moreta y Castelares.
¿Qué queda aquí, pues, de lo que eleva, salva, engrandece y dignifica?
Ya lo he dicho: nada. ¿Y de dónde entonces esperar la salvación? De un cataclismo tremendo en que nadie se entienda; ni sepa lo que quiere, ni adónde va; de un sacudimiento terrible que lo derribe, lo mezcle y lo confunda todo, perezca lo que perezcaÇ y caiga lo que caiga.
Y a ver si del conjunto de negaciones que he apuntado «sale una afirmación salvadora; algo que pueda redimirnos, pues que hoy no hay nada.





la voluntad

¿OS ESCUECEN LOS LATIGAZOS de El Motín, conservadores clericales? ¿Sí? Pues afilad las uñas, que os queda mucho que rascar.
La lucha es desigual, ya lo sé: vosotros contáis con fiscales, polizontes y gobernadores, y yo sólo conmigo; pero así y todo, he de triunfar de vosotros.
No sabéis lo que me encanta, al poner la pluma sobre el papel, pensar que cada rasgo que trace se clavará en el corazón de un tiranuelo, un mentecato o un buscavidas.
«Corre, corre veloz, pluma mía, le digo, para que no se te escape ninguna de las ideas que brotan en mi cerebro contra esas gentes.
«Que sepan que si en algunos momentos me producen indignación, ordinariamente sólo me inspiran desprecio.
«Que si no fuera porque la nación paga los vidrios rotos, me divertiría grandemente al verlos dar saltos mortales  alrededor de una peseta o postrados de rodillas ante un sable.
«Que me río de sus iras y de sus persecuciones y me regocija pensar en la rabia que debe acometerles al convencerse que son impotentes para acabar conmigo».
Es desigual la lucha, lo sé; mas ¿por qué no confesarlo?
Hay algo ¡qué algo! mucho de halagador en sostener esta guerra a muerte con un gobierno así.
De un lado él, con fiscales, magistrados, gobernadores, polizontes; y clérigos que incitan, beatas que aplauden, hipócritasque ayudan.
Del otro, un periódico independiente que a la provocación responde con la energía y a los contratiempos con la firmeza.
Multas, procesos, prisiones, vigilancia incesante, pérdidas materiales inmensas; cada día un problema que resolver, cada hora una contrariedad. ¡Y sin embargo, firme, siempre dispuesto a la lucha, devolviendo golpe por golpe!...
¿Cómo puede ser eso? se preguntan las gentes que no se explican esta resistencia tan grande y por tanto tiempo sostenida, que El Motín opone a las violencias, los atropellos y las ilegalidades de los que comercian con el territorio español.
Y hablan de apoyos decididos, de personas de gran posición que se están arruinando, de dinero que da el partido y de cien cosas por el estilo.
Y nada de esto es verdad, pues lo único que sostiene al periódico contra viento y marea es la voluntad, palanca poderosa, la más poderosa que existe; y que da fuerzas para resistir y bríos para acometer.
La voluntad, a la que hay que añadir el orgullo que experimento al sostener solo esta lucha, contra la reacción más desenfrenada que ha existido en España.
Y hablo de todo esto, no por satisfacer mi amor propio, sino para que mis correligionarios vean palpablemente hasta qué punto llega la fuerza de voluntad, y se decidan a poner la suya al servicio de la revolución.

José Nakens

 Fue uno de los primeros difusores del anarquismo en su región natal durante el siglo XIX.  Como Federalista, en 1871 se afilió a la I Internacional Obrera. Participó en la revolución de 1868 y encabezó la revuelta federal en 1869. Tras impulsar el cantón gaditano en el verano de 1873, pasó un largo periodo en prisión, de la que saldría pregonando el anarquismo, hasta llegar a convertirse en uno de los mitos históricos de esta corriente política.




Al primero de mayo

Como el paro general
se declare para mayo,
de fijo le da un desmayo
en el acto, al capital.
Proponen los socialistas,
y a la verdad con razón,
que del obrero la unión
se enseñe al capitalista;
quien, algo falto de vista,
no ve en el nuevo ideal
lo que es justo y natural;
y no hay nada que a tal hombre
le preocupe, y aun le asombre,
como el paro general.
Debe el anarquista, pues,
cooperar a tal empresa
con constancia y con firmeza,
gran valor e intrepidez;
que siempre la timidez
se encontró en el ruin lacayo;
y si ha de venir el rayo
que purifique la tierra,
hace falta que la guerra
se declare para mayo.
Muéstrese al rico altanero
de una manera elocuente,
enérgica y contundente,
que hay algo más que el dinero;
que sin él, puede el obrero hacer
de su capa un sayo;
y aunque mire de soslayo
al que le infiere el ultraje,
como lo haga con coraje,
de fijo le da un desmayo.
Ya el término se divisa
de la infame explotación,
y se oye la maldición
del que se ve sin camisa;
contenga el burgués la risa,
que la cosa es muy formal;
nuestra fuerza es colosal
y matar puede a querer,
y envuelto en el lodo ver
en el acto, al capital.


1 comentario:

  1. Que yo sepa, el poema "El pobre y el rico" es de Fermín Salvochea. Saludos.

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