domingo, 11 de noviembre de 2012

JENNY MASTORAKI [8345] Poeta de Grecia




Jenny Mastoraki 

(en griego: Τζένη Μαστοράκη) (nacida en Atenas, 1949) es una poetisa y traductora griega. Estudió filología en la Universidad de Atenas.
Pertenece a la Genia tou 70 " (generación de los años 1970), que es el término utilizado para describir a los autores griegos que comenzaron a publicar su trabajo durante esta década, especialmente al final del Régimen de los Coroneles y los primeros años de la Metapolitefsi.

Poesía

Διόδια 19721
Το σόι, 1978
Ιστορίες για τα βαθιά (historias de lo profundo), 1983
Μ' ένα στεφάνι φως (Con una guirnalda de luz), 1989

Traducciones

Sallinger, J.D., Ο φύλακας στη σίκαλη (The Catcher in the Rye), 19782
McCullers, Carson, Πρόσκληση σε γάμο (The Member of the Wedding), 1981
Canetti, Elias, Η τύφλωση (Die Blendung), 1985
Böll, Heinrich, Οι απόψεις ενός κλόουν (Ansichten eines Clowns), 1986
Highet, Gilbert, Η κλασική παράδοση (The Classical Tradition), 1988
Poe, Edgar Allan, Λιγεία (Ligeia), 1991




LA ALEGRÍA DE LA MATERNIDAD

Por las noches hago trabajos peligrosos.
Ato grandes cuerdas
de ventana a ventana
y cuelgo diarios clandestinos.
Qué puedo hacer, la poesía ya no rinde.
Nos lo dijeron también otros, te dicen.
Y después, hay algunos que cantan
la alegría de la maternidad.
Mi hija nació
como todos los niños.
Al parecer, tendrá también fuertes pies
para correr a las manifestaciones.



RESUMEN 

Hijo, mi madre
me ponía sobre la piel el padrenuestro
y talismanes azules de Tinos.
Tomaba una gran llave
y cerraba dos veces mis ojos.
A la mañana enumeraba los sueños
y los registraba en un cuaderno.
Ahora me exorciza
el canto en los labios
cuando duermo
y todas las noches mi cama
se convierte en un tapiz
donde borda: 
"Libertad o Muerte".



LA PUERTA

Ahora, sobre la puerta caída
pasan y cuelgan sus cantos
atados con cintas de colores
como exvotos a tal o cual
Virgen milagrosa.
El poeta carga
la puerta en la espalda
y calla.
Alguna vez lo verás
caminando encorvado
o pasar oblicuamente por las callejuelas
y esa puerta
ladeada
deja profundas marcas
en el pavimento.


LOS SUBTERRÁNEOS

En galerías secretas, con ahorcados y anfibios y un
rumor como de agua que pasa. Mucha agua.

Detrás de las paredes se arrastra algo inmenso y
pesado, que ha hervido en fuegos horribles, acaso un
manantial, un pasaje subterráneo, y se agita, y todo
lo estrecha y absorbe. Sin sonido.

Allí esperarán hombres tiernos llorando. Con sus
largos cabellos erizados en la oscuridad, como de
ahogados.


HORACIO CASTILLO
POESÍA GRIEGA MODERNA 
Selección, traducción directa del griego,prólogo y notas, 
por el autor.
EDITORIAL VINCIGUERRA



Tres poemas Sin Título (del poemario Peajes (1972)):

Entonces el caballo de Troya dijo
No, declino hablar con la Prensa.
Y ellos dijeron ¿Porqué?
Y dijo que él sabía nada de la matanza.
De todas formas,
siempre comía ligero en la tarde
y en su juventud
trabajó un período
como poni de madera en un tiovivo.


. . .


Cantaban una canción, una canción toda suya.
Pues, de sus camisas abiertas,
el barro de su patria,
las montañas, los olivares,
vertía palas por palas.
Y, de sus templos,
el anhelo se evaporaba
como se escapa el vapor
de la tapa de una maceta
y transmite ese vapor
algo de la tristeza del frijol
y el sabor amargo de la achicoria silvestre.


. . .


El silencio que crié
entre cuatro paredes,
en etapas tempranas
estuvo destinado a
volverse una canción
– profunda, oscura,
como agua en un pozo de los deseos;
como el bolsillo en el mandil de mi madre.
Dar a cada uno su porción.
Estirar como el gran mensaje de las grullas
en las calles, en las plazas,
en los urinarios públicos,
y en las salas de espera de las estaciones de tren.
Una canción como un salmo del Domingo de Ramos;
canción de pan y agua;
un canto de gente;
el canto de mí.



Los sótanos 
(del poemario Cuentos del Piélago (1983))

Las casas que construyeron durante esos días estuvieron excavados debajo – y llamaban esos espacios “sótanos” o “bodegas”. La gente almacenaba cosas raras adentro: ropa vieja, zapatos, joyas, bello cristal, trajes tiesos de novia; álbumes, trozos de muebles con nombres difíciles – y, frecuentemente, algunos que amó – cuidó – sinceramente. En ese caso, les besó fuerte pues les encerró y prontamente tapió las puertas para que ellos (los muy queridos) no podían abrirlas y salen.

Dado que no era una salida y las paredes se mantenían firmes, entonces esos amores viejos duraron bien – y la gente supuso que ellos eran inmortales.


. . .


Negociaciones por el matrimonio

Durante ese tiempo todo brilla – resplandece – como en las películas griegas.
Las negociaciones matrimoniales entre mi encanto y la buena señorita – y estoy esperando afuera…siempre miedosa del derramamiento y de la música, particularmente cuando tocan muy fuerte y todos abren y cierran las bocas sin escuchar nada. Entiendes, ¿no? – que es bueno cuando alguien no habla – en esas horas – en voz alta, fuerte, porque es posible despertarte y te encuentres en los escalones – en el pleno verano – llevando pantalones blancos, y bajo de una estatua. Esta noche estoy considerando volverme la chica-acróbata que puede arrojarse de una peña. Inventaré unas palabras de jerigonza para confundirles. Pero, aún así, comprenderás que éso es mi despedida, también mi motivo hacerlo. Y bien – todos y cada uno buscarán su propio consuelo en la dulzura mullida o en lo hondo de las profundidades…

Versiones en español – de los poemas traducidos en inglés del griego: Alexander Best


Three poems – Untitled 
(from her collection Tolls, published in 1972)


Then the Trojan horse said
no, I refuse to see the Press
and they said why, and he said
he knew nothing about the massacre.
After all,
he always ate lightly in the evening
and in his younger days
he worked a stint
as a wooden pony on a merry-go-round.


. . .



They sang a song all their own.
Then
out of their open shirts
the soil of homeland,
mountains, olive groves
would pour in shovelfuls.
And from their temples
longing would evaporate
the way steam escaping
from the lid of a pot
takes with it
something of the sadness of the bean
and the bitter taste of wild chicory.


. . .


The silence which I nurtured
between four walls
was destined early on
to become a song.
A deep, dark song
like water in a wishing well
and like the pocket
of my mother’s apron.
To give to each their share.
To spread out like the great message of cranes
in the streets, in the squares
in the public urinals,
in the waiting rooms of train stations.
A song like the Palm Sunday liturgy
a song of bread and water
a song of people
my song.

The Cellars (from Tales of the Deep (1983))



The houses they built in those days were left hollow underneath and they called the spaces cellars. They kept odd things in them: old clothes, shoes, jewels, beautiful glass, stiff wedding gowns and albums, bits of furniture with difficult names, and quite often some people they dearly loved. When this was the case, they kissed them hard and locked them in, and then quickly bricked up the doors so they couldn’t open them and leave.
Since there wasn’t an exit and the walls held tight, the old loves lasted well and everyone took them for immortal.

Translations from the Greek originals © Karen Van Dyck




Marriage Negotiations

At such a time everything sparkles as in Greek movies, the marriage negotiations of my sweetheart with the good girl, and I wait outside always fearful of bloodshed and music, especially when they play very loud and everybody opens and closes his mouth without being heard. You understand, at such hours, it’s good for somebody not to speak in a loud voice, because you can wake up and find yourself in mid-summer on the steps, wearing white trousers, under the statue. I think tonight I’ll become the girl acrobat who throws herself from the rock. I’ll make up some kind of gibberish to confuse them. But you will know that it is farewell and why I did it, and anyway, each one seeks his own comfort on the soft or in the deep.

Translation from the Greek original © Nanos Valaoritis (2003)







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