lunes, 9 de abril de 2012

VIDALUZ MENESES [6.445]


Vidaluz Meneses

Vidaluz Meneses (Managua, 1944 – 28 de julio de 2016) fue una bibliotecóloga, poetisa, decana y activista social nicaragüense.

Hija de Vida Robleto Valle y del General Edmundo Meneses Cantarero. Fue licenciada en humanidades con mención en Bibliotecología de la Universidad Centroamericana y decana de la Facultad de Artes y Letras de esa universidad. Fue cofundadora de la Asociación Nicaragüense de Escritoras (ANIDE) y su primera Presidenta; también integró su junta en distintos períodos siendo el último de 2007 al 2009.

En 2013 obtuvo el Premio Internacional del Libro Latino por su poemario bilingüe Flame in the Air (Llama guardada) , y en 2014 recibió la orden Caballero de la Legión de Honor de Francia por su aporte a las artes y las letras. Su obra, que fue traducida a seis idiomas, incluye, además, Llama en el aire-Antología poética 1974 al 1990 (1991), Literatura para niños en Nicaragua (1995), el poemario Todo es igual y distinto (2004) y las antologías Sonreír cuando los ojos están serios y La lucha es el más alto de los cantos, ambas de 2006.

Falleció el 28 de julio de 2016 a los 72 años.

Libros

1974, Llama guardada.
1982, El Aire que me llama.
1991, Llama en el Aire-Antología poética 1974 al 1990.
1995, Literatura para niños en Nicaragua.
2005, Todo es igual y distinto.
2006, Sonreír.
2006, La lucha es el más alto de los cantos.
2013, Flame in the Air (Llama guardada).

Premios

2013, Premio Internacional del Libro Latino.
2014, Orden Caballero de la Legión de Honor de Francia.




COMPAÑERA

Sacudís con firmeza las cadenas
y su atronadora caída
no te estremece.
Vas al encuentro
de tu destino infinito de persona.
Hacés propio tu nombre
y lo sembrás como bandera
en territorio liberado.
Ya nada te detiene
Ya vos misma reconocés
tu propio paso.
Dueña de tu camino.
Consciente de la porción de historia
que te corresponde, Compañera.

1980.




Vivas estamos

A Michele, a Daisy, a mis hermanas poetas.
Vivas estamos sobre su memoria.

I

La osadía intelectual
de la adoradora de la diosa blanca,
Virginia Woolf, preparando el rito,
la palabra mágica, invocadora
del andrógino ordenador del caos.
Sólo en sus manuscritos la armonía
bajo el bombardeo a su casa
en Taviostod Square.

Ella escribiendo:

“Gotas de sudor en la frente
de la señorita La Trobe”,
presagio de su propio fin:

Todo está consumado,
“La vejez es el camino
natural hacia la muerte”
y se sumergió con serenidad
en las apacibles aguas del Ouse.


II

Poco le duró el sueño a Silvia Plath.
Apresada en lo doméstico.
Aturdida entre la libertad y el desamparo.
Expuesta como bebé desangrado
para ser arrastrado por el mar.
El alma columpiada:
Eros o Tánatos hasta sucumbir,
el día preparado con la rigurosidad
de un orfebre,
cuando de rodillas
metió su cabeza rubia
en el horno de la estufa de gas.


III

Alfonsina, apasionada,
consciente que ningún canto
sería más alto que su propia vida de mujer,
se defendió con torrentes de carcajadas
que la llevaron hasta el llanto
y amó hasta la consumación de sus días.

¡Tanto fuego, sólo las olas
del mar de La Plata
pudieron aplacar!

Vivas estamos sobre su memoria.
Inolvidables hermanas que nos precedieron.
Poetas, criaturas agónicas, sobrevivientes,
¡Triunfalmente vivas estamos sobre su memoria!


Analiza tu vida

Analiza tu vida
que ya está programada.
A lo mejor ya vieja, las canas te pesen
y te hagan bajar la cabeza
porque tu herencia será lastre
y tus descendientes,
indefensos insectos adheridos.


Alguna noche insomne

Alguna noche insomne,
sentada al borde de la cama
los pies en mullidas zapatillas
y la tristeza enroscando
como un gato su cola en mis tobillos,
contemplo su tranquilo descanso,
su confinado sueño,
como si aún flotaran
en la acuosa seguridad de mis entrañas.



ÚLTIMA POSTAL A MI PADRE GENERAL

Debiste haber cumplido años hoy
y ya no estás, para tu bien.
Guardo tus palabras
y tu postrera ansiedad por mi
destino,
porque la historia no te permitió
vislumbrar este momento,
mucho menos comprenderlo.
El juicio ya fue dado.
te cuento que conservo para mí sola
tu amor generoso.
Tu mano en la cuchara
dándole el último desayuno al nieto,
haciendo más ligera
la pesada atmósfera de la despedida.
Cada uno en su lado,
como dos caballeros antiguos y
nobles
abrazándose, antes el duelo final,
fatal.


Palabras para el último encuentro

Desde el balcón de tu habitación 
vi por primera vez el parque
tapizado de blanco
y quise dar fe de lo visto
bajando los tres pisos
para tomar de la capota de un auto
la escarcha que moldeé entre las manos
como un goce tardío de la infancia
disfrutado en mi otoño.
Nunca había visto la nieve
y fue el frío que la antecede
el  que me trajo a esta ingrata
misión familiar de acompañarte.

Te encuentro atado a un lecho
del que ya no volverás a levantarte
y siento que no podré hacer gran cosa,
como cuando niños, y montados
en el martillo volador que subía, bajaba
y rotaba vertiginoso
en el parque de diversiones
apresé contra mi pecho a Meriulda y a vos
para que no se me fueran por el agujero negro
de la ventana donde aparecían
y desaparecían las luminarias,
el asfalto, la gente y las estrellas rutilantes
del cielo decembrino de Managua.

Son meses de batallar contra esa cosa mala
que se te  enquistó  en el pecho y la cabeza
y que vos y quienes te amamos,
conjuramos todos los días
para que desaparezca,
para que se disuelva, para que no exista.

Pero supe que ya empezabas a contar tus días
y quisiste amenizarlos con la canciones
de Enrique Guzmán y “la novia de México”
de nuestros amores de adolescencia;
viendo a James Dean y su desasosiego
en Rebelde sin causa
o  a Cantinflas que siempre nos hacía
reír con sus retahílas,
y así todo estaba bien;
hasta que llegaba el dolor y su punzada
nos sacaba del sueño de la vida
y dejábamos la risa, para aplicar el paliativo
que finalmente te dejaba dormido.

Un día de esos fue miércoles de ceniza
y vos, agnóstico por elección,
de puro amor por tu hermana,
me aceptaste la cruz que te dibujé
en la frente, diciéndote:
“por tu reconversión y sanación”,
mientras sonreías, pienso yo, con beatitud,
porque todo acto de amor nos aproxima
a ese mar infinito del que salimos
y al cual ineludiblemente vamos a retornar.

Que día te irás? me preguntaste dos veces
y yo te respondí, falta bastante,
y si me voy, regreso pronto,
sabiendo ambos que todo era incierto
porque tu vida se nos escurría como el tiempo,
aunque esto lo guardáramos como el mejor secreto
de nuestra historia común.

Y así llegó el día
en que te observé  lejano y distante
de lo que te rodeaba,
la habitación cargada de recuerdos,
Elisa y los chicos captados magistralmente
por tu cámara mientras jugaban en la grama;
los retratos de la tía Teresa al carbón y al óleo
y la foto de Carolina, con su escrutadora
mirada a los seis años.

Algo me dijo que habías iniciado el viaje.

Llegó  entonces la madrugada
con el asma premonitoria y tu prisa
al pedirme:  ¡la fecha, la fecha!
que me esforcé en contestar con serenidad.
Después ya nada.
Vertí unas cuantas gotas de agua
que parecieron refrescar un poco tu garganta.

Hermanito….hermanitooo!
¿Por que tenés el rostro tan frío
y las manos, y los pies?...te gritó mi corazón.
Y te froté, te dí masajes, te puse calcetines,
revisé el aparato de  calefacción,
te arropé mejor con la frazada,
Pero ya nada te volvió el calor.

Oré desde el fondo de mi alma
entregándote al  Ser de todos los sueños,
y te despedí, asegurándote,
que yo siempre regresaría adonde estés
para volver a nuestros juegos infantiles
la casita en el patio bajo el árbol de mango
en Ocotal;
el pequeño fogón de barro
y la mesa con los trastecitos
servida por tu hermana mayor
que de nuevo te llamaría
a vos, y a todos nuestros hermanos
a ese convivio definitivo
del que ya no nos volveremos a separar.



Foto: Margaret Randall, Managua, 1992


Vidaluz Meneses: Madre huérfana, ya no.

Por María Roof

– Me tocó acompañar a mi amiga Vidaluz Meneses en uno de los momentos más dolorosos de su vida. La llamada telefónica la vulnerabilizó ante las profundas dudas que asuelan a muchas mujeres de su generación… ¿Habré sido buena madre? ¿Habré cumplido como madre? ¿Qué tipo de madre soy?


(1) Familia en Nicaragua, 1985: Hija Vidaluz, VLM, hijo Mariano, empleada Teresa Pérez e hijo Eddie, Tía Abuela Adelina.

En otra ocasión, durante las más de treinta horas de conversaciones que grabamos juntas y que luego constituyeron la introducción a Flame in the Air: Edición Bilingüe,Vidaluz explicó que se había apropiado de un verso de Rosario Castellanos para ilustrar sus sentimientos durante los 80s. Se hallaba en Managua sin ningún miembro de su familia y con una sola de sus cuatro hijos: “madre huérfana de prole”, abandonada, por un lado, por su padre (asesinado en 1979), por su madre y demás parientes autoexiliados en Nueva Orleans, y por el otro, por tres de sus cuatro hijos que optaron por salir del país y no vivir la revolución.

El poema justifica la acción de “La madre huérfana de prole. / La incendiaria que dinamitó su casa / construida sobre arena / para edificar sobre roca firme” (“Esa mujer”, 1989). Pero cuando le pregunté sobre la maternidad ni idealizada ni abstracta, sobre la mujer no heroína, tampoco la Pietà, sino la concreta e interdependiente intuida por la crítica Alba Fabiola Aragón en sus poesías, la respuesta reveló un torbellino de emociones encontradas: el orgullo de haber cumplido con las necesidades sociales del macroproceso revolucionario, mas también la vergüenza experimentada por su generación de mujeres de vanguardia, considerada, tal vez con razón, por hijos resentidos –como muchos de los vástagos de figuras públicas de ambos géneros dedicadas las 24/7 al servicio social y político– como “candil de la calle, oscuridad de su casa”.

Cuando en febrero de 2015 su hija Karla le comunicó su diagnóstico de cáncer de seno, ese cúmulo de viejas angustias volvió a clavarle en el corazón. Inmediatamente pensó suspender el viaje que habíamos emprendido, una gira de presentación de Flame in the Air comenzada en Washington, DC, y programada para las semanas siguientes en Pennsylvania, Ohio e Illinois, abandonar los trámites para asegurar residencia en Estados Unidos y así seguir cuidando a su madre y correr al lado de su primogénita en Managua. Pero Karla, la muchacha que se independizó de la casa siendo adolescente y se formó por su cuenta, pensaba que no la necesitaba…, decía tener suficiente apoyo de amigos y otros familiares y que su madre cumpliera con el compromiso profesional…, quizás después la necesitara más….



(7) Gira Febrero 2015 en la University of Cincinnati, Cincinnati, Ohio: María y VLM con los profesores Nicasio Urbina y Carlos M. Gutiérrez (Chair, Departamento de Romance Languages and Literatures).


Hablamos largamente. Abatida, preocupada, la poeta examinó su conciencia y sus opciones, oró y consultó con su gran amiga y compañera generacional, Ángela Saballos, quien la animó a reconocer la inesperada oportunidad de profundizar lazos con la hija. Con su acostumbrada integridad y eficiencia Vidaluz decidió continuar la gira, presentó peticiones para no perder el proceso de residencia y poco después volvió a Nicaragua.

El karma universal de cosechar lo que se siembra se materializó en casa para Vidaluz Meneses con la segunda oportunidad de ser madre, invitada ya por su hija, como la sobreviviente Karla Icaza Meneses reconoce agradecida en la sección “Mi mamá, mi ángel” de su magnífico testimonio, Mi experiencia con el cáncer de seno: el poder del amor (2015):


Vidaluz Meneses y su hija Karla Icaza


Yo he sido muy independiente toda mi vida y como me fui a vivir sin mis padres a los catorce años “desaprendí” lo que significaba ser hija. Pero esta circunstancia en la que a mi mamá le tocó darme de comer en la boca, limpiarme cuando iba al baño, prepararme la comida, lavar mi ropa, arreglar mi cama, etc., tareas que tuvo que hacer en algunos momentos mientras estuve en la terapia, porque mis energías no me lo permitían o, porque sencillamente ella misma quería hacerlo, permitió un acercamiento entre las dos que ha sido una bendición.

Por el lado de ella, yo sé y lo sentí en todo momento, que el tener la oportunidad de hacer todas esas cosas por mí le dio mucha paz y satisfacción, como si hubiera recuperado el tiempo perdido. No tengo palabras para agradecerle a mi mamá todo lo que hizo por mí durante esta prueba. Descubrí una fortaleza que no sabía que tenía; una paz y una calma que solo Dios se la pudo dar. Hasta los malestares de la pierna se le aminoraron; su presión se mantuvo estable, bajó de peso por estar comiendo mi comida sana y eso le ayudó muchísimo y sé que creció espiritualmente, posiblemente como nunca antes en su vida.

La transformación se completó apenas año y medio después cuando Karla logró comunicarle que “le agradecía a Dios el habernos dado tiempo para reencontrarnos, para ‘reconstruir nuestro puente de palabras’; para ponernos al día por el tiempo que no tuvimos cuando yo me fui de Nicaragua”. Vidaluz vivió varias semanas rodeada de sus cuatro hijos, todos atendiéndola y sacrificando sus propios deberes profesionales, hasta tomar su último suspiro abrazada de ellos el 27 de julio de 2016, madre ya no huérfana.



(2) VLM: últimos días con sus 4 hijos: Mariano, Carlos, Karla, Vidaluz. Julio 2016.


Poemas

Selección y traducción de María Roof




Llama guardada (1975)


He visto

He visto en tu ojo
la muerte redonda aproximarse.
¡Ah ribera de sombra
que encauza mi agonía en esta hora!

Quiero morir de espaldas a la noche
para que el cielo siembre su cosecha de estrellas
en mi dorso desnudo.

He mojado con mi llanto
la camisa ensangrentada
de los muertos en Viet Nam
y el dolor de las bombas que mi era engendró
para desintegrar el cosmos.

Pequeña es al fin y al cabo mi melancolía
ante el dolor supremo de mi gran hermandad.

Por eso es esta muerte poco a poco
como una bomba de tiempo
que no llega a estallar.

1974




I Have Seen

I have seen in your eye
the circle of death approaching.
Oh, river bank of shadow that
channels my agony at this hour!

I want to die turned from the night
so the sky can sow its starry harvest
on my naked back.

My tears have soaked
the blood-stained shirts
of the Vietnam  dead
and the pain of bombs
birthed by my era
to disintegrate the cosmos.

Small, in the end, is my melancholy
alongside the supreme suffering
of my great human family.

That’s why this slow death is
like a time bomb
not yet exploding.

1974




Yo amanezco persiguiendo un canto

El día se tiene que resolver
y yo amanezco persiguiendo un canto.
La humedad de hoy no me sugiere
precisamente “Dry Cleaning”.
La grama no clama por su corte periódico
sino por mis pies hundidos en ella.

El patio me llama en el mango enano,
en la caña, en el plátano,
y en el incipiente heliotropo
que ya asoma.

Hoy no será el lienzo
en los vidrios empolvados
sino la promesa de liberación
que es una ventana.

Un avión atraviesa las nubes
con la vertiginosa potencia de su máquina
pero ya antes los pájaros
tomaron posesión del cielo.

No escucharé la radio que me recuerda
el tiempo de los relojes,
haré mi día sin horas
porque hay que resolverlo todo
y he salido temprano en busca de un canto.

1971




I Awake Chasing A Song

The day must be organized
and I awake chasing a song.
Today’s humidity doesn’t suggest
“Dry Cleaning” exactly.
The lawn clamors not for its regular trim
but for my feet sunken in it.

The patio calls to me in the dwarf mango tree,
in sugar cane and plantain,
in the budding heliotrope
already peeping out.

Today there will be no rag upon
dusty panes,
but the promise of liberation
that is a window.

A plane pierces clouds,
with its engines’ vertiginous power,
but earlier, birds had
already claimed the sky.

I’ll not listen to the radio
reminding me of clock time,
I’ll make my day without hours
because everything must be organized,
and I left early in search of a song.

1971



El aire que me llama (1982)



Mayo Nicaragua

Mayo significó hace tiempo
mi debut en el mundo,
rojas primaveras florecieron
en los cercos de Matagalpa,
El Jícaro y Ocotal.
Atrás había quedado
la umbrosa selva de Bonanza,
paradisíaco mundo infantil.

Muchas lluvias han lavado
desde entonces el recuerdo.
Cada vez más escasa, el agua,
como marea que se retira para siempre,
desnuda la aridez de arena y rocas.
Busco en la ligera brisa,
lluvia tímida de este mayo,
un principio de vida
para esta madre que se nos muere
—sangre por los cuatro costados—
Muerte de madre en cruz,
madero florecido en mayo.

1978




May in Nicaragua

May used to mean
my debut in the world,
red primroses flowered
in the gardens of Matagalpa,
El Jícaro and Ocotal.
Left behind was the
dark rain forest of Bonanza,
heavenly childhood world.

Many rains have since washed
the memory.
Ever more scarce, the water,
like a tide ebbing forever,
reveals the aridness of sand and rocks.
I search in the gentle breeze,
for this May’s timid rains,
a beginning of life
for this, our dying mother
—blood in all four sides—
mother’s death on a cross,
wood flowering in May.

1978



Mujer cachikel

I

He palpado los surcos de los siglos
en tus mejillas, mujer cachikel.
La desconfiada ceremonia
comercial del regateo,
tu impasible posición de tejedora,
Gandhianas rodillas contra el suelo
y las manos como rápidas ardillas
entrecruzando los hilos del mantel,
del delantal o la alfombra
que hablarán de vos,
morena Penélope, en otras latitudes.

II

Silente compañera que tejiste los cabellos del amado
bajo la luna que aullando
quisieron atrapar los viejos lobos.
Vientre preñado que abortó rubios hijos de conquistadores.
Diligente sombra-símbolo,
tradición hecha mujer.

1978



Cakchiquel Woman

I

I have touched the furrows of centuries
in your cheeks, Cakchiquel woman.
The distrustful business ceremony
of bargaining,
your impassive weaver pose,
Gandhian knees against the ground
and your hands like swift squirrels
weaving the threads of a tablecloth,
apron or rug
that will speak of you,
dark Penelope, in other latitudes.

II

Silent partner, you wove the hair of your lover
under the moon that ancient wolves howling
tried to trap.
Pregnant belly that aborted blond children of conquistadors.
Diligent shadow-symbol,
tradition made woman.

1978




Llama en el aire (1990)


Eva de siempre

Virgen es la dueña
de su propio cuerpo.
(Sabiduría antigua)
o en otras palabras:
El hombre propone 
y la mujer dispone 
(Refrán popular)

Sucede que en una de esas vueltas que da la vida
te convertís en don apetecido.

De pronto te empiezan a descubrir
una bella cabeza de Nefertiti egipcia o de Coré griega.

Gustan de tu sonrisa
o de tu forma de hablar
entre ponderada y profana.

Se trata también de que perciben
tu cuerpo y lo que en él destaca.

Sabido esto advertirás a tiempo
la intención de quien te acecha,
dueña y señora de tu libertad
que define el día y la hora, o nunca.

1987



Forever Eve

The virgin is mistress
of her own body.
(Ancient wisdom)
or in other words:
Man proposes, 
woman disposes. 
(Popular saying)

It happens that in one of life’s twists and turns
you become a desired gift.

Suddenly, they begin to discover
your beautiful head of Egyptian Nefertiti or Greek Cora.

They love your smile
or the way you talk,
between profound and profane.

They begin to notice too
your body and all its wondrous parts.

Knowing this, you will perceive in time
your pursuer’s intentions,
you, mistress of your freedom,
who decides the day and the time, or never

1987



Poeta o ángel terrible

A mis hermanos poetas

Tener un poeta en la casa
es cosa terrible.
Todo lo pone de cabeza.
Saca la vida familiar a la calle,
le da sonido al silencio,
habla con la boca cerrada,
los detalles no le pasan inadvertidos
sino que los agiganta;
dialoga directo con los muertos
y con el inconsciente de los vivos,
desata el nudo de la realidad
tejida con imaginación.

Pone las estrellas de cielo raso
e ilumina la casa con la luna llena,
acelera el ritmo lento de los mayores
y aquieta a niños y adolescentes.

Cuando está ya se ha ido
Y cuando se va aún permanece.

Es terrible como los ángeles de Rilke
con todo y el olor de santidad
con que impregna lo que toca,
convencido de que lo carnal
es sobrenatural.

1987



Poet, or Terrible Angel

To my fellow poets

Having a poet in the house
is a terrible thing.
He stands everything on its head.
Puts family life out on the street,
turns silence into sound,
speaks with his mouth closed,
details don’t go unnoticed,
rather he exaggerates them;
he speaks directly with the dead
and with the subconscious of the living,
unties the knot of reality
woven with imagination.

He sets stars in the open air
and lights the house with a full moon,
hurries the slow rhythm of elders
and calms children and adolescents.

When he’s present, he’s already gone
and when he leaves, he yet remains.

He is terrible like Rilke’s angels
with all this and the odor of sanctity
that pervades all he touches,
convinced that the carnal
is supernatural.

1987



Esa mujer

A Rosario Castellanos

Esa mujer que ha desviado la mirada
del pájaro en la ventana
para atender el doblez uniforme
de sábanas y manteles
y levantar impecables hileras
de ropa planchada guardada con naftalina,
tuvo el sobresalto de inexperta primeriza
verificando el peso de la criatura
antes y después de amamantarla
dudosa de la fuerza de sus pequeños pechos
de su frágil humanidad expuesta al parto
cuando aún no se había terminado de parir a sí misma.

La madre huérfana de prole.
La incendiaria que dinamitó su casa
construida sobre arena
para edificar sobre roca firme.

La que supo dar brazos y manos extendidos
desde el fondo de los siglos
y no preguntó sino que confió.

Esa mujer que avanza iluminada
bajo el sol de su terca certidumbre
la agónica, la siempreviva,
la que muere y renace cada mañana
arrebatada en la cauda luminosa de un astro.

1989



That Woman

To Rosario Castellano

That woman who turned her glance
from the bird at the window
to attend the uniform folding
of sheets and tablecloths
and lift impeccable stacks
of ironed clothes stored in mothballs,
was frightened by her inexperience as a new mother,
verifying the weight of her infant
before and after nursing,
doubtful of the power of her small breasts,
of her fragile humanity exposed to childbirth
when she had not yet finished birthing herself.

The mother orphaned of offspring.
The incendiary who dynamited her house
built on sand
to reconstruct on solid rock.

She who extended arms and hands
from the depths of the centuries,
and questioned not but trusted.

That woman who advances enlightened
under the sun of her obstinate certainty,
the suffering, the ever-alive,
who dies and is reborn each morning,
caught in the brilliant wake of a star.

1989



Muro de lamentaciones

Esta vez no ahogaré la memoria,
asumiré los muertos y la separación de los amantes
que es otra forma de morir.
No deambularé esquizofrénica por el mundo
sino con el estandarte del holocausto vivido,
no ahogaré sus voces que claman por el reino que
no hemos podido construir,
no ignoraré la sangre en el barro,
el alarido del fondo de las entrañas,
el rugido de la multitud acumulado en el pecho,
la furia de los impotentes,
el mal gusto de gritar en una calle contra las
impecables paredes,
la punzada directa en el corazón
al detenernos en un semáforo.
No pondré diques al llanto
ni pesaré las palabras en el fiel de la balanza
—la mediocrita áurea hecha trizas,
la mesura apartada por inútil—
sin tributos ni mayores concesiones a la vida.
Hay un tiempo de llorar que debe ser cumplido
hasta el hundimiento total, Valle de lágrimas,
Muro de lamentaciones,
rasgadura de velos para que salga el ánima
y se exponga en la piedra de sacrificio,
hora en que el náufrago suelte su asidero de vida,
hora del despliegue de la orfandad ante el final
más allá de lo visto y vivido, más allá.

1990



Wailing Wall

This time I’ll not stifle memory,
I will claim the dead and the separation of lovers
which is another form of death.
I’ll not wander the world schizophrenic
but with the banner of the holocaust lived,
I’ll not stifle their voices clamoring for the kingdom
we were unable to build,
I’ll not ignore the blood in the dirt,
the scream from the bottom of the gut,
the masses’ roar packed into the chest,
the fury of the powerless,
the discarded scream in a street against
spotless walls,
the direct stab in the heart
as we stop at a traffic light.
I’ll not dam this flood of tears
nor weigh words in the balance scale
—golden mean smashed to bits,
restraint abandoned as useless—
no tributes or great concessions to life.
There is a time to weep that must be fulfilled
to the utter depths, Valley of Tears,
Wailing Wall,
rending of veils, so the soul can appear
and offer itself on the sacrificial stone,
hour for the shipwrecked to loosen his hold on life,
hour for unfurling orphanhood given the end
beyond all we have seen and lived, far beyond.

1990



Todo es igual y distinto (Poemas 1992-2001)


Viaje hacia el interior

He iniciado el viaje al centro de mí misma,
el necesario retorno a las cosas elementales:
un río y su lecho de piedras blancas y pulidas,
flores silvestres —copa de miel para las mariposas—
y atardeceres aturdidos por las chicharras.

Busco la fuente primigenia,
la materia acuosa en la que me formé,
la silenciosa y plácida cavidad
donde mis células se reprodujeron
con la magnificencia galáctica del Big Bang.

Indago por ese origen de vida,
de donde ya han emergido hijos de mis hijas
el misterio desplazándose sobre las aguas,
las partículas vivas y dispersas
apareciendo y desapareciendo.

—Tanto afán por ordenar el caos!
—y si decido quedarme quieta
como una tabla de surf, suelta,
sobre el vaivén de las olas?

Mayo 1998



Journey toward the Interior

I have begun the journey to the center of myself,
the necessary return to elemental things:
a river and its bed of smooth, white stones,
wildflowers —cup of honey for butterflies—
and afternoons buzzing with cicadas.

I seek the primary fountain,
the aqueous material in which I was formed,
the silent, placid cavity
where my cells were reproduced
with the galactic magnificence of the Big Bang.

I search for that origin of life,
from which children of my daughters already have emerged,
the mystery spreading out over the waters,
the live, disperse particles
appearing and disappearing.

—Such desire to order the chaos!
And what if I decide to stay quiet
like a surfboard loose
on the ebb and flow of the waves?

May 1998



Publicado en Karla Icaza Meneses, Mi experiencia con el cáncer de seno:
el poder del amor (2015).

Cuaresma 2015

Abril, el más cruel entre los meses,
Hace que nazcan lilas en la tierra muerta…
–T.S. Eliot, La tierra baldía

Para mí fue marzo cuando no esperaba
ese golpe bajo, esa profecía no asumida
-la herida de mi primogénita-
La que Vos sacaste de mi vientre
y me hiciste entregártela confiada
porque la habías cuidado desde antes de nacer
para que yo fuera libre de servirte
y de ir donde me necesitaras.
La he visto batallar desde su fragilidad de lirio
Buscar tu Voz en el silencio de la madrugada
Tu Luz en la penumbra de los anocheceres.
Todavía no me repongo del dolor y el asombro
en esta travesía para rescatar su vida.
¡Que hasta allí tu misericordia alcance, Señor!

Abril 2015



Lent 2015

April is the cruellest month, breeding
Lilacs out of the dead land…
–T.S. Eliot, The Waste Land

For me, it was March when I expected
no such low blow, the prophesy unheeded
—injury to my firstborn, a daughter—
the one You drew from my womb
and made me entrust her to You with confidence
because You had cared for her before birth
so that I was free to serve You
and go where You might need me.
I have seen her do battle, tho fragile as a lily,
seek Your voice in the silence of dawn
Your light in the shadows of nightfall.
I am unrecovered yet from the pain and fright
in these impassioned efforts to save her.
May Your mercy reach so far, Oh Lord!

April 2015

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María Roof

Dra. María Roof es catedrática emérita de literatura hispanoamericana en Howard University, Washington, DC. Es editora y traductora de la galardonada edición de las poesías de Vidaluz Meneses, Flame in the Air: Bilingual Poetry Edition (2013), precedida por su extensa entrevista con la escritora sobre su vida y obra. Encabezó el equipo de 20 traductores que preparó la premiada colección de poemas de protesta a partir del golpe de estado en Honduras, Women’s Poems of Protest and Resistance: Honduras (2009-2014); Bilingual Edition (2015). Su crítica literaria versa principalmente sobre el Caribe y la América Central. Tiene en preparación: Rosario Aguilar: Acercamientos críticos y una antología bilingüe de poetas centroamericanas contemporáneas.



http://www.caratula.net/74-vidaluz-meneses-madre-huerfana-ya-no/ 
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