jueves, 3 de julio de 2014

ANTONIO RISÉRIO [12.153]


ANTONIO RISÉRIO

Salvador de Bahía, BRASIL  1953. Poeta y antropólogo 

Obras

O poético e o político e outros ensaios (com Gilberto Gil). Rio de Janeiro, Paz e Terra, 1988.
Pescas e Tribos (Imago, 1993),
Avant-Aguardente na Alemanhã (Instituto Lina Bo Bardi e Pietro Maria Bardi, 1997),
Fetiche (Fundação Casa de Jorge Amado, 1996),
Orikaci Orixá (Perspectiva, 1996),
Uma História da Cidade da Bahia (Versal, 2004),
Brasibraseiro, com Ferdnan Pinto (Landy, 2004) e
A Cidade no Rio de Janeiro (Editora 34, 2012).




Mas adelante (poesía musicada)

Debe haber
Una muchacha alegre ahora
En Amapá
Alguien que se acuesta en la playa
En la isla de Maracá
Debe ser
Una muchacha soñadora
Que piensa en mudarse
Para Belém do Pará
Debe haber un viejo cansado
En un cuarto
De un pequeño hotel
De Macapá

Ojo de buey Oiampi
Año que se fue
Y el que vendrá
Ojo de buey Oiampi
Año que se fue
Y el que vendrá.



13 poemas de Fetiche (1996), de Antonio Risério

Curador de la muestra Fabrício Marques
Traducción por de Nina Rizzi



13 poemas de Fetiche (1996),
de Antonio Risério



El kamikaze del lenguaje

risas estallan muelas del juício
ríos cambian la plumaje
cuando renace de las cenizas
el kamikaze del lenguaje



Vía Papua

desamarra la quilla, canoa
desamarra la quilla
y vuela

(va por el aire
por el mar
y en la isla;
vuela en lo que
se trampa)

pero vuela blanda, canoa
y lleva una estrella
en la punta de tu proa

cruza el mar, la niebla
el pecho, la boca, la lengua
almas que invaden nubes
dobleces de ensenadas y de bulto

(pero vuela blanda, canoa
hay una carretera entera
en la punta de proa)

y que el aire más leve la lleve
y haga de las algas del cielo
mi única
y exclusiva
corona,

canoa.





Estrecho de Behring

Andes lunartica. Pero
si amas zonas como estás
necesitarás de una guyana.

Todo es rima de la misma calaña.
No obstante, antilla que sois
índico hasta la pasaje,
pero quedo pacífico.

(Mejor huir? Lanzar bombays?
Aprender un nuevo baobab?)

Oiga bien:
es hombro con hombro
que se mide el terráneo.
Viniste y no
quieras ni saber
si finlandias o si hanoichese
quizás quepa en una cuba
lo que conmigo mueve.
Quizás no.

Sino, bailar entre las guirnaldas
abrir las venecianas
mirar los líbanos del campo
soñar los arabescos de un país real.
Pero, por favor, no seas escéptica:
recoge flores porahí.
Lustre las angollas de plata,
los luxemburgos de tu joyero.

Sé que puedes robar las madridperlas.
Pero, si es paña
nadie ghana nada con eso.
Quedemos juntos, por lo tanto:
entre una selva y la soyuz.
Ninguna jaula encierra la leona
que anda a la luz.

Y lo que quiero mismo
es madagascar tu labio fucsia.
Ser tu berlina y tu rusia.
Tirar el lacio en tu entorno
cubrir tus costas
colorear tus cuentas.

Ah y ti acariciar
la piel argentina
para que no pases frio
y para tu cuerpo
quedarse brasil.





DÊUTEROS HÉLIOS

Sono un texto.
Guarnecido de cristales de cuarzo
(cielo de piedra, piedras aéreas,
rime petrose, piedra en el camino,
bóveda pétrea celeste),
un texto.
Llamestrellágrima, un texto.
Al sol de la última noche,
(bosque denso, espeso, epétrima)
sono un texto.
Entre fe y hígado
– to epidemídeion derma –
un texto. Sono un texto.
Cuando una perralirroja aúlle
en el portón sin luna,
un texto.
Cuando deslizo la mirada
de ciertos insectos
a las inciertas estrellas,
un texto.
Entre bombas anatómicas,
blasfemujeres (tríbada, nómada,
borracho – sono un texto).
Echando la cremallera y la cara,
yendo de la lengua a las caries
de los decadentes – sono:
un texto.
Esquizofénix, un texto.
En la oscuridad del coche patrullero – un texto.
En el aclaramiento clandestino – un texto.
Entre el cósmico y cômico – un texto.
¿Quien solevanta las olas del mar?
Un texto.
Sí: sono un texto.
Sin dioses o amigos, un texto.
Mismo cuando el cielo estrellase
y tengo miedo, pétalo,
de le afectar:
un texto.
Tigres que tintinean
Inútiles como las espadas de hierro
en las necrópolis de Chipre –
rostro de rosa, un texto.
Sono un texto.
Sono.
Un texto.




Enunanoche

Incendio en el cielo.
Todo en fuego, fuego frío.
Tu alma, Marina, quedará
retenida en alguna aduana astral.
Yo, mono-de-noche, seguiré
escuchando la música de las exfieras.
Voy a rayar la nata de Vía Láctea.
Rematar la muchacha que mata
con sus huesos azules
y sus vellos de plata.

Pero hay también lo imposible, Marina.
Imposible dar la talla
de pie en la punta de más un mayo
(depraved May, Christ the Tyger)
de tantos vientos, rayos, eventos.
No hay tiempo, Marina. El cielo vendrá abajo.
El bosque celeste caerá
sobre mi cabeza.

Imposible, dulce y dura niña,
saber de todos lugares.
En algun punto, entre mujeres y jaguares,
espectros esperan,
cuerpos caen,
esquinas olvidan.
Y es así mismo, Marina.
Incendio en el cielo.
Todo en fuego, fuego frío.

Acaricio la luz del cuarzo.
Oscurezco.



Leminskiana

Querido Enigma:
Estoy borracho.

Voy, como se dice,
Pisando en las alas.

Paro en una estrella
y sorteo el mar.

Pero raro
– y mucho –
mi y tú

lenjaguar.




Aviso a la plaza

El humano es un engaño del humano.
Divide el humano en humano y inhumano.
Sueño insano de verse a salvo
de cribas y crisis y crímenes
clavados en el blanco puro.

Tontería. Ningún capitalismo es salvaje.
Puta no es perra. Ni la vida, feroz.
El hombre es el hombre del hombre.
Todos juntos y con uma sola voz.

Humana es la sala de tortura
la napalm, la navaja, la metralla en el gueto
– la piel desollada en las cloacas.
Humana, humanísima, la esclavitud.
Humano es el alambre de puás
El destripador blanco, el estuprador negro,
Carandirú, Somalia, Jemeres, Bhopal
El masacre de la Plaza de la Paz Celestial.

Humana la fisión del átomo
Humana la fisura del FINAL.

No consta que rosales y gaviotas
actuén así, humano cabal.




Kedea

señor de los ejércitos
señora de los árboles floreados
señor de la ciencia completa
señora de la luna y de las tinieblas
señor de la locura y del vino
señora de los pantanos y de las aguas estancadas
señor del abismo que soporta la tierra
señora de la voluptosidad y de las batallas
señor de la luz y de los bosques
señora celestial que brilla más alto
señor de las tormentas y de la lluvia bienhechora
señora de los ojos bovinos

¡ah! ojalá los dioses
fueran divinos…



Añoranza del salvador

esta ciudad tiene alas.
a veces ella viene
y mi añoranza
queda llena de casas.
esta añoranza
es como navaja.
es ciega, de tan clara,
blancanieves
o de tiza.
esta añoranza
es hecha de varias.
a veces ella viene
de la parte más antigua
del país.





El estrellista

con su pie
en el estribo
de una estrella

(trepado
en el trapecio
de orión)

sueño estrellas
enganchadas
entre si

(estrellíneas
torcidas – las
lámparas
del estrelatín)

rastros
de estrellince
contento

mirando
la carretilla
de las estrelluces

fugaces





Grand finale

Difícil deponer un amor.
Seguro de que es salida
asesinarlo,
el arquero toma la postura.
Y al señal imperceptible
de alguno dios
dispara una flecha incendiaria
hacia al sol.




Noche de ronda

La ville est cette étoile à l’infini.
P. Soupault

ciudad estrella de sangre
alcantarilla de estupros encarnados
ágora y gangrena de las pandillas
niños fusilados en el oscuro a palangre

ciudad vidrio em astillas
travestis atraviesan el matojo
canallas escopetas y putas
aqui todo mar es rojo

ciudad fractura expuesta
chispan cebos de coca
crateras lunares en la cara
risas marchitandose en la boca

ciudad estrella de lepra
penuria de alma en pena
ciudad estrella tiniebla plena
cerda comiendo la camada





Vía Pagu

dios y el diablo
crías casi perfectas
desean lo que deseo:
almas elegidas

islas de fantasia
no me verán
en la estación  del carnaval
estaré en delirio
en un outro ritmo
ultimo istmo del real

entre el cuerpo y la mente
los más antiguos clichés
clinchanse doraduramente






(Poemas em su idioma original, portugués)



12 + 3 poemas do Fetiche (1996),
do Antonio Risério



O kamikaze da linguagem

risos estalam sisos
rios mudam a plumagem
quando renasce das cinzas
o kamikaze da linguagem



Via Papua

desamarra a quilha, canoa
desamarra a quilha
e voa

(vai pelo ar
pelo mar
e sobre a ilha;
voa sobre o que
se armadilha)
mas voa leve, canoa

e leva uma estrela
na ponta da proa

cruza o mar, a névoa
o peito, a boca, a língua
almas que invadem nuvens
dobras de angra e de íngua

(mas voa leve, canoa
há uma estrada inteira
na ponta da tua proa)

e que o ar mais leve a leve
e faça das algas do céu
a minha única
e exclusiva
coroa,

canoa.




Estreito de Behring

Andes lunártica. Mas
se amas zonas como estás
precisarás de uma guiana.

Tudo é rima da mesma laia.
Contudo, antilha que sóis,
índico até a passagem,
mas fico pacífico.

(Melhor fuji? Jogar bombains?
Aprender um novo baobá?)

Louça bem:
é ombro a ombro
que se mede o terrâneo.
Vieste e não
queiras nem saber
se finlândias ou se hanoitece.
Talvez caiba numa cuba
o que comigo mexe.
Talvez não.

Senão, dançar entre as guirlandas
abrir as venezianas
olhar os líbanos do campo
sonhar os arabescos de um país real.
Mas, por favor, não sejas céltica:
cathay flores pelaí.
Lustrai as angolas de prata,
os luxemburgos de teu porta-joias.

Sei que podesroubar as madrepérolas.
Mas, se és panha,
ninguém ghana nada com isso.
Fiquemos juntos, portanto:
entre uma selva e a soyuz.
Nenhuma jaula encerra a leoa
que anda à luz.

E o que eu quero mesmo
é madagascar o teu lábio fúcsia.
Ser tua berlinda e tua Rússia.
Jogar o lácio no teu em torno
cobrir tuas encostas
colorir as tuas contas.

Ah e ti acariciar
a pele argentina
pra que não passes horas a frio
e pro teu corpo
ficar Brasil.




Dêuteros hélios

Sono um texto.
Guarnecido de cristais de quartzo
(céu de pedra, pedras aéreas,
rime petrose, pedra no caminho,
abóbada pétrea celeste),
um texto.
Flamestrelágrima, um texto.
Ao sol da noite passada,
(floresta densa, espessa, epétrima)
sono um texto.
Entre a fé e o fígado
– tó epidemídeion derma –
um texto. Sono um texto.
Quando uma cadela ruiva
no portão sem lua,
um texto.
Quando a canoa do amor
se quebra
numa coroa de pedras,
um texto.
Quando deslizo o olhar
de certos insetos
às incertas estrelas,
um texto.
Entre bombas anatômicas,
blasfêmeas (tríbade, nômade,
bêbado – sono um texto).
Fechando o zíper e a cara,
dando com a língua na cárie
dos decadentes – sono:
um texto.
Esquizofênix, um texto.
No escuro do camburão – um texto.
Na clareira clandestina – um texto.
Entre o cósmico e cômico – um texto.
Quem solevanta as ondas do mar?
Um texto.
Sim: sono um texto.
Sem deuses ou amigos, um texto.
Mesmo quando o céu estala
e tenho medo, pétala,
de afetá-la:
um texto.
Tigres que retinem
inúteis como as espadas de ferro
nas necrópoles de Chipre –
rosto de rosa, um texto.
Sono um texto.
Sono.
um texto.




Numanoite

Incêndio no céu.
Tudo em fogo, fogo frio.
Tua alma, Marina, ficará
retida nalguma alfândega astral.
Eu, macaco-da-noite, continuarei
ouvindo a música das exferas.
Vou riscar a nata da Via-Láctea.
Arrematar a moça que mata
com seus ossos azuis
e seus pentelhos de prata.

Mas há também o impossível, Marina.
Impossível dar conta
de pé na ponta de mais um maio
(depraved May, Christ the Tyger)
de tantos ventos, raios, eventos.
Não há tempo, Marina. O céu vai desabar.
A mata celeste cairá
sobre a minha cabeça.

Impossível, doce e dura criança,
saber de todos os lugares.
Algures, entre mulheres e jaguares,
espectros esperam,
corpos caem,
esquinas esquecem.
E é assim mesmo, Marina.
Incêndio no céu.
Tudo em fogo, fogo frio.

Afago a luz do quartzo.
Escureço.





Leminskiana

Querido Enigma:
Estou bêbado.

Vou, como se diz,
pisando nas asas.

Paro numa estrela
e sorteio o mar.

Mas estranho
– e muito –
o meu e o teu

linjaguar.




Aviso à praça

O humano é um engano do humano.
Divide o humano em humano e desumano.
Sonho insano de se ver a salvo
de crivos e crises e crimes

cravados no alvo.
Bobagem. Nenhum capitalismo é selvagem.
Puta não é cadela. Nem a vida, feroz.
O homem é o homem do homem.
Todos juntos e a uma só voz.
Humana é a sala de tortura,

A napalm, a navalha, a metralha no gueto
– a pele esfolada no porão.
Humana, humaníssima, a escravidão.
Humano é o arame farpado
O estripador branco, o estuprador preto,
Carndiru, Somália, Khmer, Bopal
O massacre na Praça da Paz Celestial.

Humana a fissão do átomo
Humana a fissura do FIM.

Não consta que roseiras e gaivotas
ajam assim.



Kedea

senhor dos exércitos
senhora das árvores floridas
senhor da ciência completa
senhora da lua e das trevas
senhor da loucura e do vinho
senhora dos pântanos e das águas paradas
senhor do abismo que suporta a terra
senhora da volúpia e das batalhas
senhor da luz e das florestas
senhora celestial que brilha mais alto
senhor das tempestades e da chuva benfazeja
senhora dos olhos bovinos

ah, se ao menos os deuses
fossem divinos…




Saudade do salvador

esta cidade tem asas.
às vezes ela vem
e minha saudade
fica cheia de casas.
esta saudade
é feita navalha.
é cega, de tão clara,
branca de neve
ou de giz.
esta cidade
é feita de várias.
às vezes ela vem
da parte mais antiga
do país.




O estrelista

com o pé
no estribo
de uma estrela

(trepado
no trapézio
de órion)

sonho estrelas
atreladas
entre si

(estrelinhas
tortas – as
lâmpadas
do estrelatim)

rastros
de estrelince
contente

mirando
a carretilha
das estrelas

cadentes





Grand finale

Difícil depor um amor.
Convencido de que a saída
é assassiná-lo,
o arqueiro toma posição.
E ao sinal imperceptível
de algum deus
dispara a flecha incendiária
em direção ao sol



Noche de ronda

La ville est cette étoile à l’infini.
P. Soupault.

cidade estrela de sangue
esgoto de estupros rubros
ágora e gangrena das gangues
crianças fuziladas no escuro

cidade caco de vidro
travestis atravessam o espelho
canalhas escopetas e putas
aqui todo mar é vermelho

cidade fratura exposta
faíscam iscas de coca
crateras lunares na cara
risadas murchando na boca

cidade estrela de lepra
penúria de alma penada
cidade estrela de treva
porca comendo a ninhada






ABAITE YA

(“Fetiche", 1996)

para augusto de campos

"Their concept of a garden is a
reproduction on a dwarfish scale of nature
they see around themselves. It makes a
characteristic contrast with the modern
horizontal park dotted with geometric
patterns of flower-beds and shady trees
planted at regular intervals in parallel lines
as in French gardens of the Cartesian age."
- Shunkichi Akimoto.

morai mizu


yumé-sakura
al fondo
de la laguna oscura

yumé ah
ah yumé ah
ah yumé

yumé-sakura
al fondo
de la laguna oscura

el sol bashó
a la dulce brissa
caracol
ka-do

luna blanca
arena blanca
una pulgada
oscura

odóya
la cuenta de vidrio kai
sonido de agua

ramita kanji
kioto ketu
una ciudad:

mairi

asagao ya
oh hipomea
abaité ya

la idea

de una
orquídea

sirena en el ideograma
arena en el juguete
ipupiara en ikebana

semiluna en abanico
la mujer desnuda
dama casa que no es mía
yamakoshi
ni es tuya:

solasola
la mujer ondula

yamakubi
exú samurai
terrero kabuki

sendas de okunrin
satoriki
un jardín al fin
donde yo ronin
donde yo chonin
diga sí al sí

luna en nieve
oke aró

me siento dentro
de una obra no

noche de otoño
em hakuryo
ningún hagoromo
los ojos en celo

alakoró alakoró
oh oxotokanxoxo
el rey sin el reino
aroma de un color






VIA CAIAPO

saudade existe
quando você está
ao alcance
mão

mas quando eu
estou longe
não





PARA O MAR 3

Águas marinhas
sobem acima
do nível do mar.

Sambaquis submersos
na memória
das marés.

Barco sem saída
e eu aqui
nesse convés.





VIA PAPUA

desamarra a quilha, canoa
desamarra a quilha
e voa

(vai pelo ar
pelo mar
e sobre a ilha;
voa sobre o que
se armadilha)

mas voa leve, canoa
e leva uma estrela
na ponta da proa

cruza o mar, a névoa
o peito, a boca, a língua
almas que invadem nuvens
dobras de angra e de íngua

(mas voa leve, canoa
há uma estrada inteira
na ponta da tua proa)

e que o ar mais leve a leve
e faça das algas do céu
a minha única
e exclusiva
coroa,

canoa.





ARTE POÉTICA

na serra da desordem
no piracambu tapiri
em cada igarapé do pindaré
em cada igarapé do gurupi
existe uma palavra
uma palavra nova para mim


Poemas extraídos de NA VIRADA DO SÉCULO: poesia de invenção no Brasil, organização de Claudio Daniel e Frederico Barbosa.  São Paulo: Landy, 2002.  348 p. 
ISBN 85-87731-63-7





De Antonio Risério
ORIKI ORIXÁ
Ilustrações de Carybé
São Paulo: Editora Perspectiva, 1996.
190 p.  ISBN 85-273-0080-x

 Antonio Risério é um caso de  crítico-poeta que merece mais atenção. No sentido de que sua poesia é exemplar, não no sentido moralista que atribuem a Cervantes, mas de criar exemplos que remetem à essência da criação. "Oriki Orixá" é um de seus (muitos) intentos, pois já incursionou nas diversas frentes da poesia de vanguarda de nosso tempo. O livro é de 1996, assim que não estou fazendo uma resenha, mas um tributo ao poeta.

Na apresentação, o mestre Augusto de Campos resume tudo: "Assim como Eliot disse de Pound ser ele o inventor da poesia chinesa para o nosso tempo, podermos afirmar, guardadas as proporções, que Antonio Riserio está inventando a poesia iorubá para nós." Querendo dizer que Riserio traduz para a poesia escrita a oralidade do original que o motivou. Com a habilidade de poeta, em sua recriação. Mas é o próprio Risério que explicita: "Trata-se da primeira tentativa feita, entre nós de recriação poética de orikis, a partir dos textos iorubanos originais". E pretende que sua transcriação alimente a nossa poesia contemporânea, quer dizer, "em termos inspiradores — ou seja, como uma poética capaz de alimentar de algum modo a produção contemporânea, e não como relíquia salva de um naufrágio".   ANTONIO MIRANDA

Sabemos das restrições causadas pela nossa lei de direito autoral, que não contempla o "fair use" no caso da divulgação sem fins lucrativos, assim que vão apenas dois exemplos:


ORIKI DE OGUM

Silêncio. Cale-se a fala.
Nada na casa em nada bata.
Inhame novo ninguém vai pilar.
Ninguém vai moer nada.
Não quero ouvir menino vagindo.
Cada mãe que amamente o seu filho.

Quando Ogum despontou
Vestido de fogo e sangue
O pênis de muitos queimou
Vagina de muitas queimou.

Senhor do ferro
Que enraivecido se morde
Que fere ferroa e engole
Não me morda.

Ogum foi a Pongá - Pongá ruiu
Foi a Akô Irê - Irê ruiu
Chegou ao rio - e as águas dividiu.

Terror que golpeia a vizinhança.
Ogum Oboró, comedor de cães, toma teus cães.
Ogum Onirê sorve sangue.
Molamolá fareja farelos.
Dono da lâmina, cabelo come
Senhor da circuncisão, come caracol
Ogum entalhador, madeira come.
Suminiuá, Ajokeopô.
Não me torture, Ogum terror.
Mão comprida
Que livra teus filhos do abismo
Livra-me.

(AO, pp. 105-106)






ORIKI DE XANGÔ 1

Lasca e racha paredes
Racha e crava pedras de raio
Encara feroz quem vai comer
Fala com o corpo todo
Faz o poderoso estremecer
Olho de brasa viva
Castiga sem ser castigado
Rei que briga e me abriga

(MOA, p. 94)








AUTORES BAIANOS: UM PANORAMA; BAHIANISCHE AUOTEREN: EIN PANORAMA; BAHIAN AUTHORS: A PANORAMA; AUTORES BAHIANOS: UN PANOROMA.   Organização Fundação Cultural do Estado da Bahia (FUNCEB). Salvador, Bahia: P55 Edições, 2013.  471 p + 10 p. s/ com as biografias dos autores nas quatro línguas.   p.  18x25 cm.  Inclui textos dos poetas Antonio Risério, Daniela Galdino, Florisvaldo Mattos, Karina Rabinovitz, Kátia Borges, Luis Antonio Cajazeira Ramos, Myriam Fraga, Roberval Pereyr e Ruy Espinheira Filho e traduções ao alemão, inglês e espanhol.  Col. A.M. 



ABAITE YA

Fetiche", 1996)

para augusto de campos

"Their concept of a garden is a
reproduction on a dwarfish scale of nature
they see around themselves. It makes a
characteristic contrast with the modern
horizontal park dotted with geometric
patterns of flower-beds and shady trees
planted at regular intervals in parallel lines
as in French gardens of the Cartesian age."
- Shunkichi Akimoto.


morai mizu

yumê-sakura
no chão
da lagoa escura

yumê ah
ah yumê ah
ah yumê

yumê-sakura
no chão
da lagoa escura

o sol bashô
à doce brissa
caracol
ka-dô

lua branca
areia branca
uma polegada
escura

odô ya
a conta de vidro kai
o som da água

graveto kanji
kioto ketu
uma cidade:

mairi


asagao ya
oh ipoméia
abaité ya
a ideia
de uma
orquídea

sereia no ideograma
areia no brinquedo
ipupiara em ikebana

semilua em leque
a mulher bem nua
dama kasa não é minha
yamakochi
nem é tua:

sozinha sozinha
a mulher flutua

yamabuki
exu samurai
terreiro kabuki

sendas de okunrin
satoriki
um jardim enfim
onde eu ronin
onde eu chonin
diga sim ao sim

lua na neve

okê aro
me sento dentro
de uma peça nó


noite de outono
emi hakuryo
nenhum hagoromo
os olhos no cio

alakorô alakorô
oh oxotokanxoxô
o rei menos o reino
o cheiro de uma cor


 entrevista-71-riserio.jpg

Etno, Otro: Unos
Entrevista a Antonio Risério


Por Josely Viana Baptista y Francisco Faria
(Traducción del portugués: Iván García)*


JVB: Risério, en 1993 publicaste Textos e tribos, donde hablas del desinterés brasileño por las manifestaciones poéticas de africanos e indios, que, junto con los europeos, forman y conforman nuestro pueblo. ¿A qué se deberá que en un país como Brasil, donde conviven y se mezclan tantas culturas diversas, ese acervo casi nunca haya recibido atención a la altura de su riqueza poética?

Creo que hay tres factores principales: el lugar subordinado de negros e indios (y de sus descendientes más directos) en nuestra jerarquía social, el desarrollo históricamente reciente de la sensibilidad antropológica y el hecho de que la poesía es un arte de la palabra. Me explico. El desinterés de nuestra élite cultural letrada, en relación con el texto creativo africano y amerindio, es un reflejo, en el campo simbólico, de la situación objetiva de negros e indios en la estructura de la formación social brasileña. Esos pueblos quedaron en el último escalón de nuestra jerarquía social. La élite letrada pasaba de largo ante sus creaciones culturales. Y si consideraba que aquella gente era inferior, difícilmente podría admitir que fuese capaz de producir poesía. En la época del romanticismo, el interés de la inteligencia europea por el “pueblo” y por el “otro”, gracias a las ideas de Herder y Schlegel, llegó hasta nosotros por medio de Ferdinand Denis y marcó la generación romántica de Gonçalves de Magalhães y Joaquim Norberto. Pero fue apenas un interés genérico, “ideológico”, pasajero, sin mayores consecuencias: las poéticas indígenas y africanas continuaron siendo desconocidas. Incluso en la época del modernismo, cuando la antropología brasileña estaba en contacto con tribus indígenas y culturas africanas, la situación no cambió. Véase Macunaíma, por ejemplo, que es en realidad una idealización paulista del malandraje carioca. Incluso el caníbal de Oswald era una figura libresca, montada a través de Hans Staden, Bachofen, Lévy-Bruhl y Freud. Y las cosas permanecieron así hasta hace poco. Además, como señalé, siempre fue complicado, para gente de formación europea, reconocer la existencia de modelos extra-europeos de creación textual. Dürer puede reconocer de inmediato la belleza plástica de la creación visual azteca. Pero la palabra es otra cosa. La poesía siempre fue vista como un espacio privilegiado, el lugar de la manifestación de la fina flor de la espiritualidad, principalmente después del romanticismo. El arte verbal es una especie de marca registrada de la “cultura superior”. ¿Cómo reconocer, en medio de “primitivos”, la presencia de la finura poética? Bueno, suma todo eso —la estructura clasista de la sociedad, el etnocentrismo, el lugar especial de la poesía en nuestro código simbólico— y verás que no es tan difícil entender el desinterés.

JVB: ¿Conoces en Brasil algún núcleo, institución o centro al que las personas interesadas en etnopoesía puedan acercarse para intercambiar ideas y trabajos? ¿O alguna publicación, algún periódico?

No; y, a decir verdad, no me gusta la expresión “etnopoesía”, del mismo modo en que rechazo la expresión etnomusicología (me pareció extraordinario que Rafael Bastos titulara su libro Musicológica Kamaiurá). Me rehúso a tratar la poesía nagô-iorubá como “etnopoesía”. Para mí, es poesía, y punto final. No tiene que cargar esa joroba, esa etiqueta discriminatoria de “etno”. Cuando Jerome Rothenberg lanzó aquellode “etnopoesía”, estaba usando la expresión en un sentido muy particular, muy preciso. Rothenberg creció en aquel ambiente norteamericano de pos-guerra, donde se formó el movimiento beatnik, con Norman Mailer celebrando la figura del hipster. Más tarde, al interesarse por la poesía de los indios norteamericanos, Rothenberg acabó hablando de “etnopoesía”. La cosa tenía entonces un sentido contestador, francamente contracultural. Él partía del sentido griego: etnoi = “los otros”. Y entonces decía que el poeta era siempre un otro. Nosotros somos el Otro de Occidente, en este sentido. Pero, siguiendo por ese camino, entonces toda la poesía es una “etnopoesía”... Prefiero dejar de lado ese rótulo. Y hablar de poesía, pura y sencillamente.

FF: Eres una de las voces importantes que han combatido el concepto de “América Latina” (otros, como Darcy Ribeiro y Cabrera Infante, también insistieron en este punto). Pero, dejando de lado ese concepto francés, permanece aún la evidente diferencia de estos continentes, las Américas, en relación con el resto de la cultura planetaria. ¿Consideras que las disparidades entre las diferentes culturas americanas convergen en algún momento propio, contrastando con las demás regiones del planeta? En otras palabras, ¿sería posible postular un modo de ver, de vivir, característico de las Américas?

No me gustan mucho esas generalizaciones, ni tengo especial inclinación por el “esencialismo”. El otro día, un intelectual alemán me preguntó qué definiría algo como “brasileño”, y yo dije que podría intentar responderle, pero sólo después de que él me dijera qué definiría algo como “alemán”… En realidad, ya no uso la etiqueta “otro”. El “otro” es una invención europea, históricamente. Con el tiempo, la cosa se multiplicó. Un tailandés puede ver a un francés como “otro”. Luego, los antropólogos voltearon hacia sus propios pueblos, encontrando “otros” en sus propias sociedades: prostitutas, pandillas juveniles, religiones locales, etcétera. La mujer también se convirtió en un “otro”. Y por último, el psicoanálisis habla de un “otro” dentro de mí mismo. Ante ese panorama, prefiero no hablar de “otro”, sino de “unos”. Retiro del centro lo “mismo”. Cuando me pides una identificación de ese tipo, estás pidiendo, en último análisis, que yo me defina como un “otro”. ¿O me equivoco? Las Américas configuran una realidad bastante compleja —y no creo que mi mirada coincida con la de un mexicano descendiente de españoles y aztecas. Criado entre axés y afoxés, veo a Cortés y Moctezuma como entidades altamente exóticas. En todo caso, entre los trazos característicos que pueden unirnos, toco la tecla fundamental: el barroco. Pero con todas sus y nuestras diferencias internas. El barroco paulista no es el mismo que el barroco bahiano y el barroco minero se distingue de ambos, etcétera. Imagínate entonces lo que ocurre entre países, entre pueblos diversos… Pero sí hay ese dato básico en nuestra formación. Es por el barroco que pasa el trazo que une a Vieira, Gregório, el Aleijadinho, Juana Inés de la Cruz, Guimarães Rosa, Lezama Lima, Haroldo de Campos, Glauber Rocha, Caetano. Y es el barroquismo que distingue las escuelas sudamericanas de futbol de las escuelas europeas. Pelé, jugando en Santos o en la Selección Brasileña, era un espectáculo afro-barroco. En un libro reciente (Avant-garde na Bahia), defino la sensibilidad bahiana como una sensibilidad afro-barroca. Y Bastide llegó a ver nuestras procesiones y carnavales como un barroco de “exteriores”. En fin, existe el barroco, los lazos que nos ligan al Lacio, a la cultura ibérica, la base amerindia múltiple, las distintas vertientes africanas, en el calderón de signos de un planeta estructuralmente occidental. Pero hay muchos momentos en que me siento más próximo a Dahomey o Nigeria que a Chile o Venezuela. Y, por si fuera poco, no hablo nunca de realidad brasileña, sino de realidades brasileñas. No me siento con el derecho de pensar que Amapá y Santa Catarina son harina del mismo costal.

JVB: Los curadores de la Bienal de la Habana, que visitan regularmente África en busca de lo que hay allá, dicen que hasta hace poco no existía claramente el concepto de “arte” tal como se concibe en Occidente, y, en consecuencia, el concepto de “autor”. ¿Existe en la poesía iorubá ese concepto de autor?

La figura autor puede tener características histórica y culturalmente variables, pero el autor existe. Siempre. Es preciso, antes que nada, evitar una tentación realmente seductora, que es la de construir teóricamente el cierre de un ciclo, como estamos viendo ahora, en estos tiempos “internéticos”. El ciclo que va del autor anónimo o colectivo de las tribus paleo(o neo)líticas al autor anónimo o colectivo de las tribus de la aldea global. La disolución del autor es una fantasía literofilosófica, como en Hegel o Foucault. Lo que ha causado cierta confusión, como bien señaló Levi-Strauss, es el hecho de que no siempre sepamos distinguir entre la personalidad del artista como individualidad creadora y el tipo de individualización característicamente occidental moderna del artista y del objeto estético, exigida incluso por el mismo sistema mercadológico. La “personalidad del artista” no es un rasgo específico, emblemático del moderno mundo cultural occidental-europeo. Esto queda muy claro en el terreno de la estatuariaafricana, donde hay escultores famosos, cuyos estilos individuales son conocidos por el público “nativo”. En el Tratado descritivo do Brasil, escrito en el siglo XVI, Gabriel Soares de Souza nos informa que los grandes cantores tupinambás podían atravesar con cierta tranquilidad tierras de tribus enemigas: eran reconocidos, respetados incluso fuera de sus aldeas. La creación textual de nuestros indios no sólo no es anónima y “colectiva” (en el sentido de la absorción de las individualidades en una especie cualquiera de superego productor), como puede darse en el espacio de una permanente dialéctica entre la invención estética individual y el canon tribal, como se ve, aún hoy, entre los suiás y los arawetés. También Malinowski detectó la “personalidad del artista”, la figura de autor, entre los papuas de la Melanesia. Por otro lado, no veo dónde la creación grupal es capaz de eliminar la individualidad creadora. Observo una banda de rock, una rueda de samba, un equipo de futbol, etcétera, y no encuentro la esperada anulación egoica. Se puede hablar incluso de un complejo montaje de centellas sígnicas, pero no de una fusión de personalidades en una especie de Atman-Estético. El caso del renga nipón es paradigmático: se trata de una creación colectiva hecha por autores individuales. Se habla incluso de los autores más importantes del renga, entre los cuales es común citar, en el siglo XIV, el nombre de Muso Kokushi. En realidad, sólo la existencia objetiva de la figura del autor puede permitir que un determinado género textual venga a ser establecido como un espacio sígnico destinado a las tentativas y a los eventuales productos de la creación colectiva. Y, aún en ese escenario, la individualidad creadora permanece fuerte. La afirmación categórica de Lautréamont —“la poesía debe ser hecha por todos, no por uno”—, no remite a nada, sociológicamente. Es una declaración sintomática, en el sentido de la expresión de un deseo. 

FF: Has trabajado con textos africanos e indígenas, desmarcándote delo fácil, lo exótico y etnocéntrico. Sin embargo, desde hace algún tiempo, el trabajo con estas culturas ha sido llevado por la denominada corriente multiculturalista, principalmente en los Estados Unidos y Francia. Waly Salomão y Antonio Cicero retomaron recientemente el concepto de sincretismo cultural, que se distancia de la llamada “ola multiculturalista”.¿Podrías hablar de este asunto con nosotros, desde un ángulo que consideres interesante?

Critiqué el “multiculturalismo” en un debate con Tzvetan Todorov, en São Paulo. Él coincide, por cierto, cuando decimos que el “multiculturalismo” propone una especie de apartheid cultural supuestamente de “izquierda”, o “progresista”, como se suele decir. Es una postura aislacionista, que pregona la insularizaciónetnocultural. Tal vez eso sea posible en algunos lugares del planeta, o que funcione como escudo estratégico, como coraza protectora, defensiva, en la reciente ola migratoria de pueblos “periféricos” hacia Europa. Una jugada política, y de política cultural, en el sentido más amplio de la expresión. Pero, en Brasil, no tiene cabida. Es una tontería, una importación ideológica sin sentido. Hablamostodos la misma lengua y compartimos, básicamente, los mismos códigos culturales. Conocemos un proceso centenario de miscegenación genética y simbólica. Y ahora, debido a una ola ideológica que aparece en los Estados Unidos y en algunos países de Europa, ¿vamos a formar una comisión para crear “etnias”? Lo siento mucho, pero no tengo tiempo para esos constructos delirosos del servilismocolonizado. La cuestión brasileña es otra. Es el sincretismo, de genes y de signos. Nuestro mestizaje todavía no ha sido discutido de frente, de forma radical y profunda. Antiguamente, bastaba que el sujeto fuera razonablemente “claro” para ser considerado “blanco”; a partir del final de la década de 1970 el cuadro se invirtió: bastaba ser razonablemente “moreno” para ser considerado “negro”. Incluso el viejo Friedenreich, personaje algo mitológico del futbol brasileño, hijo de alemán y mulata brasileña, fue tratado como “negro” por mi querido amigo Joel Rufino, por entonces ligado al Movimiento Negro Unificado, con el cual acabó rompiendo. En realidad, tenemos que dejar atrás no sólo el mito de la “democracia racial”, sino también las simplificaciones de la escuela paulista de sociología y esa estupidez de querer trasplantar a Brasil el patrón racial dicotómico en vigor en los Estados Unidos (donde, por cierto, las personas ya comenzaron a reivindicar el estatuto “bi-racial”). En la práctica, incorporamos todos nuestros antepasados. Falta ahora encarar, en profundidad, el fenómeno mestizo.






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