jueves, 3 de julio de 2014

EMILY BRONTË [12.159] Poeta de Inglaterra


Emily Brontë

Emily Brontë (Thornton, Yorkshire, 30 de julio de 1818 - Haworth, Yorkshire, 19 de diciembre de 1848) fue una escritora británica. Su obra más importante es la novela Cumbres borrascosas, publicada en 1847 y considerada un clásico de la literatura inglesa.

Emily nació en Thornton en Yorkshire, Inglaterra. Era la quinta de seis hermanos. En 1820 la familia se trasladó a Haworth, donde su padre fue nombrado párroco (anglicano).

Su madre murió el 21 de septiembre de 1821 y, en agosto de 1824, Charlotte y Emily fueron enviadas con sus hermanas mayores, María y Elizabeth, al colegio de Clergy Daughters, en Cowan Bridge (Lancashire), donde cayeron enfermas de tuberculosis. En este colegio se inspiró Charlotte Brontë para describir el siniestro colegio Lowood que aparece en su novela Jane Eyre. María y Elizabeth volvieron enfermas a Haworth y murieron de tuberculosis en 1825. Por este motivo, y por las pésimas condiciones del colegio, la familia sacó a Charlotte y a Emily del internado.

Durante su infancia y tras la muerte de su madre, las tres hermanas Brontë, Charlotte, Anne y Emily, junto a su hermano Branwell, inventaron un mundo de ficción formado por tres países imaginarios (Angria, Gondal y Gaaldine) y solían jugar a inventarse historias ambientadas en él.

En 1838, Emily empezó a trabajar como "governess" en Law Hill, cerca de Halifax. Más tarde, junto a su hermana Charlotte, fue alumna de un colegio privado en Bruselas, hasta que la muerte de su tía la hizo volver a Inglaterra. Emily se quedó a partir de entonces como administradora de la casa familiar.

Pero la gran preocupación de sus últimos años fue el cuidado de Branwell, que resultó la "oveja negra" de la familia. Fracasado en la pintura, despedido del modesto empleo que había logrado en las oficinas del ferrocarril y expulsado de la escribanía de un tal Mr. Robinson por cortejar a su esposa, Branwell fue realmente la cruz de Emily. La adicción a la bebida fue extrema en los últimos años, añadiéndole además el consumo indiscriminado del opio. Emily, aunque severa, de temperamento intransigente y poco efusiva, le atendió siempre con una paciencia y una abnegación ejemplares. Permanecía siempre en pie hasta que Branwell, ebrio y desvariando regresaba al hogar, lo que ocurría con frecuencia a altas horas de la noche, para ayudarle a acostarse. Parece que muchas páginas de Cumbres borrascosas y algunos de sus poemas fueron escritos durante estas vigilias.

En 1846, Charlotte descubrió por casualidad las poesías que escribía su hermana Emily. Las tres hermanas Brontë decidieron entonces publicar un libro de poesía conjunto. Para evitar los prejuicios sobre las mujeres escritoras, las tres utilizaron seudónimos masculinos (los nombres que usaron fueron Currer Bell, Ellis Bell y Acton Bell). Las poesías de Emily son incomparablemente las mejores del tomo, no cabiendo duda de que es una de las mejores poetisas de Inglaterra. Las de Anne, aunque no de tan alto nivel, son también superiores a las de Charlotte, cuyo talento era esencialmente novelesco. Sólo se vendieron dos ejemplares del libro, que pasó inadvertido; pero las Brontë no se desanimaron por ello y decidieron escribir una novela cada una.

En 1846 se publicó Cumbres borrascosas, que se ha convertido en un clásico de la literatura inglesa a pesar de que inicialmente, debido a su innovadora estructura, desconcertó a los críticos.

Al igual que la de sus hermanas, la salud de Emily fue siempre muy delicada. Murió el 19 de diciembre de 1848 de tuberculosis a la temprana edad de 30 años, tras haber contraído un resfriado en septiembre en el funeral de su hermano. Fue enterrada en la iglesia de San Miguel de Todos los Santos en Haworth, West Yorkshire, Inglaterra.

Cumbres borrascosas ha sido llevada varias veces al cine desde la época muda. La adaptación más valorada mundialmente es la que William Wyler dirigió en 1939 con Laurence Olivier, Merle Oberon y David Niven en los papeles protagonistas. Pese a ser, como todas, una versión parcial de la novela, la cinta consigue no traicionar el espíritu de la historia y resulta dramática, romántica y viva. En 1953, Luis Buñuel hizo una adaptación aún más fiel a la novela en México, donde los personajes no son tan seductores como en la versión de 1939. Además, no se preocupa por adaptarla al gusto de Hollywood, sino que rescata sobre todo el espíritu extremo de los personajes. No hace ningún esfuerzo en hacer "querible" a Heatchcliff, porque lo quiere como lo expone Brontë: violento, burdo, inadaptado, resentido, y profundamente enamorado. No se esfuerza por dar a Catherine pinceladas de "humanidad", porque la quiere como es: caprichosa, histérica, frágil, con los defectos de toda niña mimada y profundamente enamorada. Además, la brecha de la diferencia social entre ellos dos se hace más notoria.



A la imaginación

Cuando agotados de la extensa jornada,
Y del terrenal cambio del dolor por el dolor,
Perdida, dispuesta a la desesperación,
Tu cálida voz me convoca de nuevo;
Mi sincero amigo, nunca estoy sola
Si tu presencia y ese tono me acompañan.

Sin esperanzas descansa el mundo sin tí,
El mundo sin este doble de mí;
Tu mundo de astucias, odios y duda,
De frías sospechas sin lugar,
Donde tú, yo y la Libertad
Disfrutan una soberanía muda.

Lo que importa es que todo alrededor,
Peligro, angustia y oscuridad,
No rompen las cadenas de nuestra soledad
Donde habita el cielo en su esplendor,
Alimentado por diez mil rayos eternos
De soles que no han conocido el invierno.

La Razón sin dudas habrá de objetar
Por la triste realidad de la naturaleza,
Explicando que el sufrimiento del corazón es vano,
Y que sus preciados sueños deben perecer;
La Verdad con rudeza busca asolar
Las flores de la fantasía que tímidas asoman.

Pero tú siempre serás el que trae
Las cerradas visiones que retornan,
El aliento de nuevas glorias caídas en primavera,
Llamando a la vida de la muerte,
Susurrando con la divina voz
De un mundo real y brillante como tú.

No confío en la dicha de tu fantasma,
Pero en las horas quietas de la noche,
Con un incesante agradecimiento
Te doy la bienvenida, bendito aliento,
Fiel asistente de los humanos deseos,
La más brillante esperanza
Allí donde la esperanza muere.

"To Imagination"





Cuando deba dormir

Oh, En la hora en la que deba dormir,
Lo haré sin identidad,
Y ya no me importará cómo cae la lluvia,
O si la nieve cubre mis pies.
El cielo no promete salvajes deseos,
Podrán cumplirse, acaso la mitad.
El infierno y sus amenazas,
Con sus inextinguibles brasas
Jamás someterá esta voluntad.

Por lo tanto digo, repitiendo lo mismo,
Todavía, y hasta que muera lo diré:
Tres Dioses dentro de este pequeño marco
Guerrean día y noche.
El Cielo no los mantendrá a todos, sin embargo
Ellos se aferran a mí;
Y míos serán hasta que el olvido
Cubra el resto de mi ser.

Oh, cuando el Tiempo busque mi pecho para soñar,
Todas las batallas concluirán!
Pues llegará el día en el que deba reposar,
Y este sufrimiento ya no me atormentará.

"When I Shall Sleep"







El viento nocturno

En la suave medianoche del estío,
Una luna despejada brilló
A través de nuestra ventana
Y los rosales bañados en rocío.

Me senté en la reflexión silenciosa;
El viento suave agitó mi cabello;
Me dijo que cielo era un destello,
Y la tierra durmiente, justa.

No necesité sus toques
Para alimentar estos pensamientos;
Así y todo susurró, diciendo,
"¡Cuán oscuros serían los bosques!"

"Las hojas gruesas en mi murmullo
Crujen como en un sueño,
Y de sus incontables voces es dueño
Un instinto que parece arrullo".

Dije, "Ve, apacible murmurante,
Tu cortés melodía es única:
Pero no pienses que su música
Tiene el poder de alcanzar mi mente."

"Juega con la flor perfumada,
La rama tierna del joven árbol,
Y deja mis sentimientos humanos
En su propio cauce inquieto."

El vagabundo no me oyó:
Su beso se entibió cálidamente:
"¡Oh, Ven!" suspiró dulcemente;
"Seré yo contra tu voluntad"

"¿No fuimos amigos en la infancia?
¿No te he amado hace mucho tiempo?
Mientras tú, la noche solemne,
Mi canto despertabas con tu silencio."

"Que cuando repose tu corazón
Bajo la fría lápida de cemento,
Yo tendré tiempo para el lamento,
Y tú para estar sola."

"The night wind"





La tumba de mi señora

El pájaro habita en la escarpada aurora,
La alondra traza el aire en silencio,
La abeja danza entre las campanas del brezo
Que ocultan a mi bella Señora.

El venado salvaje sobre su pecho con frialdad,
Las aves silvestres elevan sus alas calientes;
Y Ella a todos les sonríe indiferente,
¡La han dejado sola en su soledad!

Supuse que cuando el oscuro muro de su tumba
Retuvo su delicada y femenina forma,
Nadie evocaría la dicha que recorta
La Luz efímera de la alegría.

Pensaron que la ola de la tristeza pasaría
Sin dejar huellas en los años futuros;
¿Pero dónde están ahora todas las angustias?
¿Y dónde aquellas lágrimas?

Deja que luchen por el honor del aliento,
O por el placer sombrío y fuerte,
El morador de la Tierra de la Muerte
Es inconstante e indiferente también.

Y si sus ojos han de observar y llorar
Hasta que la fuente del dolor se seque,
Ella no retornará -de su tranquilo sueño-
Ni devolverá nuestros vanos suspiros.

Sopla, viento del oeste, sobre el árido túmulo:
¡Murmuren, arroyos del verano!
No hay necesidad de otros sonidos
Para custodiar a mi dama en su descanso.

"My Lady's Grave"





Muerte

¡Muerte! Que golpeó cuando más confiaba,
En mi fe certera para ser otra vez golpeada;
El insensible Tiempo ha marchitado la rama,
Arrancando la dulce raíz de Eternidad.

Las hojas, sobre el espacio de las Horas
Crecen brillantes y lozanas,
Bañadas por las gotas plateadas,
Llenas de sangre verde;
Bajo un refugio tardío se reunieron las aves,
Espantando a las abejas de sus reinos florales.

La Pena ha pasado, arrastrando la flor dorada,
La Culpa se desnuda de su vestido de orgullo,
Pero dentro de esta amabilidad simulada,
La Vida fluyó en un silencioso murmullo.

Poco he llorado por la alegría perdida,
Por la muda canción y los nidos vacíos,
La Esperanza estaba allí, y reí de la Tristeza,
Susurrando: ¡El invierno pronto será vencido!

¡Y Contemplad! Creciendo por diez su bendición,
La Primavera dotó de belleza a la agonizante estación;
El Viento, la Lluvia, y el fervoroso calor nos besaron
Regalando gloria en aquel segundo Mayo.

Alto se elevó: las alas del dolor no podrían barrerlo,
Su brillo distante forzó la fuga del temor;
En su esencia, tenía el poder del Amor,
Alejándome de todo mal, de toda plaga, excepto de ti.

Muerte cruel! Las jóvenes hojas caen y languidecen,
El crepúsculo de aire gentil tal vez resista;
Pero el sol matutino se burla de mi angustia.
El Tiempo, para mí, ya nunca debe florecer.

Derribadlo, para que otras ramas puedan brotar,
Donde los jóvenes árboles solían reposar,
Así, al menos, sus carcomidos cadáveres nutrirán
Aquel seno de donde surgieron: La Eternidad.

"Death"





Qué claro ella brilla

¡Qué claro Ella brilla! Qué inmóvil
Yacía yo debajo de su guardián de luz;
Mientras el Cielo y la Tierra me susurraban:
Despierta mañana, y sueña esta noche.
¡Ven, mi elegante, mi encantador Amor!
Estos templos palpitantes besan suavemente;
Dobla mi solitario lecho encima,
Y dadme reposo, dadme toda la dicha.

El mundo huye: ¡oscuro mundo, adiós!
Amargo mundo, ocúltate hasta el amanecer,
El corazón que no has podido someter
Aún ha de resistir, mientras vagas ausente.

Tu Amor yo nunca, nunca compartiré.
Tu Odio sólo despierta una sonrisa;
Tus Lamentos podrán herir,
Tus Errores podrán llorar;
¡Pero tus mentiras jamás cautivarán!
Mientras observaba a las estrellas brillando
En ese mar apacible, sobre mí,
Deseé con fe que todas las aflicciones
Del universo sepan, y se celebren en tí.

Este será mi sueño nocturno.
Pienso que el cielo de esferas gloriosas
Recorre su curso luminoso,
Cubierto de eternas dichas
A través de interminables años.
Pienso que no hay otro mundo allí arriba
Más lejano que aquel que contemplan estos ojos,
Donde la Sabiduría nunca se burló del Amor,
Donde la Virtud nunca se sometió a la Infamia.

"How clear she shines"






Una escena de muerte

¡Oh, día! Él no puede morir
Cuando tu cálido arte aún brilla,
Oh, Sol, en ese glorioso cielo,
Declinando con tranquilidad.

Él no puede dejarte ahora,
Mientras la fresca brisa sopla del oeste,
Y todo alrededor de su juvenil frente
Es la corona de tu alegre luz.

Edward, despierta, despierta.
La dorada noche palpita,
Húmeda y clara sobre el lago del bosque,
Arrebatándote de tus sueños.

Junto a ti, de rodillas,
Mi querido amigo, yo ruego
Que tu paso sobre el mar eterno
Se demore al menos una hora.

Oigo a las olas rugir,
Veo su espuma elevarse;
Pero ningún atisbo de lejanas costas
Ha bendecido mi fatigado ojo.

No creas a quienes te convocan
Desde las distantes islas del Edén,
Retorna de aquel llamado tempestuoso
Hacia tu propia tierra natal.

No es la Muerte, sino el dolor
El que se debate en tu pecho.
Regresa Edward, surge otra vez,
No puedo dejar que descanses.

Una larga mirada me atraviesa, reprobando
Las penas que no puedo cargar,
Una silenciosa mirada agita mi sufrimiento,
Mi oración es inútil, así como el arrepentimiento.

Con súbito arrebato, la fuerza
De la distracción ha pasado:
Ningún signo más de duelo
Revolvió mi alma en aquel horrible día.

Pálido, lentamente, el dulce sol cayó,
Hundido en paz entre la brisa crepuscular:
El verano pasó suavemente, mojando
El valle, el claro, y los mudos árboles.

Entonces, sus ojos comenzaron a agotarse
Bajo el peso de un sueño mortal,
A crecer en extrañas tristezas,
A nublarse, como si pudiesen llorar.

Pero no lloró, no ha cambiado.
No se movieron, nunca se han cerrado:
Observan fijo, y nunca han variado,
Jamás vagaron, y nunca reposaron.

Supe que él estaba muriendo:
Me arrodillé, y tomé su lánguida cabeza,
No sentí su aliento, ni oí ningún suspiro;
Entonces supe que estaba muerto.

"A Death-scene"





Ven, camina conmigo

Ven, camina conmigo,
sólo tú has bendecido alma inmortal.
Solíamos amar la noche invernal,
Vagar por la nieve sin testigos.
¿Volveremos a esos viejos placeres?
Las nubes oscuras se precipitan
ensombreciendo las montañas
igual que hace muchos años,
hasta morir sobre el salvaje horizonte
en gigantescos bloques apilados;
mientras la luz de la luna se apresura
como una sonrisa furtiva, nocturna.

Ven, camina conmigo;
no hace mucho existíamos
pero la Muerte ha robado nuestra compañía
-Como el amanecer se roba el rocío-.
Una a una llevó las gotas al vacío
hasta que sólo quedaron dos;
pero aún destellan mis sentimientos
pues en ti permanecen fijos.

No reclames mi presencia,
¿puede el amor humano ser tan verdadero?
¿puede la flor de la amistad morir primero
y revivir luego de muchos años?
No, aunque con lágrimas sean bañados,
Los túmulos cubren su tallo,
La savia vital se ha desvanecido
y el verde ya no volverá.
Más seguro que el horror final,
inevitable como las estancias subterráneas
donde habitan los muertos y sus razones,
El tiempo, implacable, separa todos los corazones.

"Come, walk with me"







"A little while, a little while..."

A little while, a little while,
The weary task is put away,
And I can sing and I can smile,
Alike, while I have holiday.

Why wilt thou go, my harassed heart,
What thought, what scene invites thee now?
What spot, or near or far,
Has rest for thee, my weary brow?

There is a spot, mid barren hills,
Where winter howls, and driving rain;
But if the dreary tempest chills,
There is a light that warms again.

The house is old, the trees are bare,
Moonless above bends twilight's dome;
But what on earth is half so dear,
So longed for, as the hearth of home?

The mute bird sitting on the stone,
The dank moss dripping from the wall,
The thorn-trees gaunt, the walks o'ergrown,
I love them, how I love them all!

Still, as I mused, the naked room,
The alien firelight died away,
And from the midst of cheerless gloom
I passed to bright unclouded day.

A little and a lone green lane
That opened on a common wide;
A distant, dreamy, dim blue chain
Of mountains circling every side;

A heaven so clear, an earth so calm,
So sweet, so soft, so hushed an air;
And, deepening still the dream-like charm,
Wild moor-sheep feeding everywhere.

That was the scene, I knew it well;
I knew the turfy pathway's sweep
That, winding o'er each billowy swell,
Marked out the tracks of wandering sheep.

Could I have lingered but an hour,
It well had paid a week of toil;
But Truth has banished Fancy's power:
Restraint and heavy task recoil.

Even as I stood with raptured eye,
Absorbed in bliss so deep and dear,
My hour of rest had fleeted by,
And back came labour, bondage, care. 







Come, Walk With Me

Come, walk with me, 
There's only thee 
To bless my spirit now - 
We used to love on winter nights
To wander through the snow; 
Can we not woo back old delights?
The clouds rush dark and wild 
They fleck with shade our mountain heights
The same as long ago 
And on the horizon rest at last
In looming masses piled; 
While moonbeams flash and fly so fast
We scarce can say they smiled - 

Come walk with me, come walk with me;
We were not once so few
But Death has stolen our company
As sunshine steals the dew -
He took them one by one and we 
Are left the only two; 
So closer would my feelings twine
Because they have no stay but thine - 

'Nay call me not - it may not be
Is human love so true? 
Can Friendship's flower droop on for years
And then revive anew? 
No, though the soil be wet with tears, 
How fair soe'er it grew
The vital sap once perished
Will never flow again 
And surer than that dwelling dread,
The narrow dungeon of the dead 
Time parts the hearts of men -' 






Hope

Hope was but a timid friend;
She sat without the grated den,
Watching how my fate would tend,
Even as selfish-hearted men. 

She was cruel in her fear;
Through the bars, one dreary day,
I looked out to see her there,
And she turned her face away! 

Like a false guard, false watch keeping,
Still, in strife, she whispered peace;
She would sing while I was weeping;
If I listened, she would cease. 

False she was, and unrelenting;
When my last joys strewed the ground,
Even Sorrow saw, repenting,
Those sad relics scattered round; 

Hope, whose whisper would have given
Balm to all my frenzied pain,
Stretched her wings, and soared to heaven,
Went, and ne'er returned again! 





A Day Dream

On a sunny brae, alone I lay
One summer afternoon;
It was the marriage-time of May
With her young lover, June. 

From her mother's heart, seemed loath to part
That queen of bridal charms,
But her father smiled on the fairest child
He ever held in his arms. 

The trees did wave their plumy crests,
The glad birds caroled clear;
And I, of all the wedding guests,
Was only sullen there! 

There was not one, but wished to shun
My aspect void of cheer;
The very grey rocks, looking on,
Asked, "What do you here?" 

And I could utter no reply;
In sooth, I did not know
Why I had brought a clouded eye
To greet the general glow. 

So, resting on a heathy bank,
I took my heart to me;
And we together sadly sank
Into a reverie. 

We thought, "When winter comes again,
Where will these bright things be?
All vanished, like a vision vain,
An unreal mockery! 

The birds that now so blithely sing,
Through deserts, frozen dry,
Poor spectres of the perished spring,
In famished troops, will fly. 

And why should we be glad at all?
The leaf is hardly green,
Before a token of its fall
Is on the surface seen!" 

Now, whether it were really so,
I never could be sure;
But as in fit of peevish woe,
I stretched me on the moor. 

A thousand thousand gleaming fires
Seemed kindling in the air;
A thousand thousand silvery lyres
Resounded far and near: 

Methought, the very breath I breathed
Was full of sparks divine,
And all my heather-couch was wreathed
By that celestial shine! 

And, while the wide earth echoing rung
To their strange minstrelsy,
The little glittering spirits sung,
Or seemed to sing, to me. 

"O mortal! mortal! let them die;
Let time and tears destroy,
That we may overflow the sky
With universal joy! 

Let grief distract the sufferer's breast,
And night obscure his way;
They hasten him to endless rest,
And everlasting day. 

To thee the world is like a tomb,
A desert's naked shore;
To us, in unimagined bloom,
It brightens more and more! 

And could we lift the veil, and give
One brief glimpse to thine eye,
Thou wouldst rejoice for those that live,
Because they live to die." 

The music ceased; the noonday dream,
Like dream of night, withdrew;
But Fancy, still, will sometimes deem
Her fond creation true. 






A Death - Scene

"O day! he cannot die
When thou so fair art shining!
O Sun, in such a glorious sky,
So tranquilly declining; 

He cannot leave thee now,
While fresh west winds are blowing,
And all around his youthful brow
Thy cheerful light is glowing! 

Edward, awake, awake -
The golden evening gleams
Warm and bright on Arden's lake -
Arouse thee from thy dreams! 

Beside thee, on my knee,
My dearest friend! I pray
That thou, to cross the eternal sea,
Wouldst yet one hour delay: 

I hear its billows roar -
I see them foaming high;
But no glimpse of a further shore
Has blest my straining eye. 

Believe not what they urge
Of Eden isles beyond;
Turn back, from that tempestuous surge,
To thy own native land. 

It is not death, but pain
That struggles in thy breast -
Nay, rally, Edward, rouse again;
I cannot let thee rest!" 

One long look, that sore reproved me
For the woe I could not bear -
One mute look of suffering moved me
To repent my useless prayer: 

And, with sudden check, the heaving
Of distraction passed away;
Not a sign of further grieving
Stirred my soul that awful day. 

Paled, at length, the sweet sun setting;
Sunk to peace the twilight breeze:
Summer dews fell softly, wetting
Glen, and glade, and silent trees. 

Then his eyes began to weary,
Weighed beneath a mortal sleep;
And their orbs grew strangely dreary,
Clouded, even as they would weep. 

But they wept not, but they changed not,
Never moved, and never closed;
Troubled still, and still they ranged not -
Wandered not, nor yet reposed! 

So I knew that he was dying -
Stooped, and raised his languid head;
Felt no breath, and heard no sighing,
So I knew that he was dead. 





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