lunes, 7 de abril de 2014

MILAN RAKIĆ [11.476]


MILAN RAKIĆ 

(SERBIA​​, 18 septiembre 1876 hasta 30 junio 1938)
Conocido por ser el maestro de los endecasílabos y dodecasílabos en Europa del Este, Rakic es recordado por su poesía que concibe a la muerte y al amor como entes interdependientes. Su carrera como poeta y diplomático terminó con una muerte repentina en 1938, después de habérsele realizado una intervención quirúrgica en Zagreb





PILETA DE AGUA

Escucha, amor mío, estas palabras sinceras
pronunciadas por la intimidad de un alma dolida
antes que la tormenta descienda, el relámpago ruja,
y el corazón inquieto de pronto se rinda.
Escucha estos versos que duelen en vano.

Antes de aquel combate fatal, no pude darte
un velo, ni un anillo o una prueba,
como así lo hicieran tus antecesores; algo que algún día
te recuerde a mí cuando el mal azote,
cuando los niños jadeen y las mujeres lloren.

Ahora, en el campo, la muerte recuesta cuerpo por cuerpo,
siervos y nobles. Diseminados en la confusión.
La noche cae. Un rayo de pronto ilumina.
Mientras, el enemigo de antaño cuelga a las últimas víctimas,
y las interminables heridas remojan la lluvia…

¿Debería encontrarme entre ellas y junto
al brillar de tus ojos, amor mío? Y así, desde una pileta,
como señal simple de paz eterna,
¿caería el agua sobre las heridas que se pudren abiertas?
¿Se derramaría una gota para sanar el dolor?

Espero. Nadie a la vista. El día se desvanece.
La noche que vierte penumbra y horas tardías.
No hay estrella en el cielo que brille de pronto.
-Espero. Nadie a la vista. Con un llanto profundo
e interminables heridas que remojan la lluvia.






ORQUÍDEA

Cuando pude mirarte junto a la cama de flores
en el parque,  junto a melodías de nidos ocultos,
con tus rizos, tu velo, y como una estrella oscura
sobre tu sombrero blanco, una gran orquídea negra.

Un extraño atardecer lleno de amor apasionado,
susurra anhelos a través del olor de las ramas
mientras en el Oeste, los colores rosados destiñen,
y la paz, la solemne paz, por doquier desciende.

Caminé detrás tuyo y en un preciso instante
la melodía de las aves y a las olas del río escuchando,
me vi intensamente envuelto por un temor religioso,
donde el momento de amor eterno había llegado.

Aquel instante de amor real, anhelado y casto.
y todo lo que mi alma guardó honesto y puro,
y delicado, y bueno,  por debajo de la corteza del hielo,
brotó y vivió de nuevo para gritar de júbilo.

No pronuncié entonces “te quiero”,
tampoco “amor mío” o “alma divina”,
sin irracionales palabras ni burdos gestos
borré el virginal encanto del secreto no dicho.

Para ese preciso momento, como una avalancha,
frente a mí descendió el dolor, la tristeza y el terror;
aquel terror secreto que en un instante lanzó
el retoño de esperanzas nuevas y una vida real.

Y con miedo, me pregunté en la brevedad del instante:
¿qué tipo de expiación se mantiene en pie
y cuánta más pena y miseria
vendrá a pagar por esta inesperada felicidad?

Todo se borró. No pude mirar más bosques
envueltos en el fino velo de la niebla azul,
ni la pasividad de la ciénaga  que brilla
junto a las orillas del inmóvil río Sava.

Caminaste. – A lo largo con melodías de nidos ocultos
y el misterioso susurro de ramas y flores
como presagio de un sufrimiento, como fatídica estrella,
brotó la malicia de la orquídea negra.





POEMA ORDINARIO

Nuestro amor fue breve, de corta vida,
apenas un instante- tan sólo un año.
El cruel destino con rapidez nos separó
sin un suspiro, sin una lágrima, sin una herida.

La mitad de nuestros días en amarga lucha,
la mitad de nuestras noches en trágico perdón,
Tuve que huir de nuestra casa
y buscar la paz en la soledad del prado.

Y eso, también, vivió por corto tiempo;
y después nos separamos por completo,
y nos miramos fijamente en la infinidad del silencio,
hastiados, como el niño harto de los caramelos.

Y todo entonces había terminado; y hoy
no puedo maldecir al cielo ni al destino,
tampoco puedo apretar los puños, con dolor,
y maldecir a toda mujer y su traición.

No obstante- ¿acaso has comprendido
el letal fuego ardiendo en mi alma,
el gran amor que destruye cual dragón
cualquier otro pensar, sueño o esperanza?

No obstante-¿acaso te has dignado
en un momento de fervor, tan suave como seda,
a pronunciar una noble palabra de un corazón apasionado?-
Debimos ser eternamente felices…

Hoy que el tiempo fluye más lento,
y nos hemos separado por completo,
y nos miramos fijamente en la infinidad del silencio,
hastiados, como el niño harto de los caramelos.

Traducción de Javier Gutiérrez Lozano
http://gutierrezlozano.wordpress.com/category/traducciones/page/3/





Iskrena pesma

O, sklopi usne, ne govori, ćuti,
ostavi misli nek se bujno roje,
i reč nek tvoja ničim ne pomuti
bezmerno silne osećaje moje.

Ćuti, i pusti da sad žile moje
zabrekću novim, zanosnim životom,
da zaboravim da smo tu nas dvoje
pred veličanstvom prirode; a potom,

kad prođe sve, i malaksalo telo
ponovo padne u običnu čamu,
i život nov i nadahnuće celo
nečujno, tiho potone u tamu,

ja ću ti, draga, opet reći tada
otužnu pesmu o ljubavi, kako
čeznem i stradam i ljubim te, mada
u tom trenutku ne osećam tako.

I ti ćeš, bedna ženo, kao vazda
slušati rado ove reči lažne,
i zahvalićeš bogu što te sazda,
i oči će ti biti suzom vlažne.

I gledajući vrh zaspalih njiva
kako se spušta nema polutama,
ti nećeš znati šta u meni biva -
da ja u tebi volim sebe sama,

i moju ljubav naspram tebe, kad me
obuzme celog silom koju ima,
i svaki živac rastrese i nadme,
i osećaji navale ko plima!

Za taj trenutak života i milja,
kad zatreperi cela moja snaga,
neka te srce moje blagosilja.
Al’ ne volim te, ne volim te, draga!

I zato ću ti uvek reći: ćuti,
ostavi dušu nek spokojno sniva,
dok kraj nas lišće na drveću žuti
i tama pada vrh zaspalih njiva.






English Translation

An Honest Song

O, close your lips, don’t talk, be quiet,
let your thoughts pollulate,
and may your word do nothing to spoil
my unmeasurably deep feelings.

Be quiet, and now let my veins
burst with a new, enchanting life,
so that I’d forget that the two of us are here
facing nature’s splendor; and then,

when it’s all over, and the exhausted body
again falls into plain boredom,
and the new life and the entire inspiration
silently, quietly sinks into the darkness,

Then I will, darling, again, tell you,
a trite poem of love, about
me longing and suffering and loving you, though
in that moment I might not feel that way.

And you, miserable woman, will, as always,
gladly listen to these false words,
and you will thank God for creating you,
and your eyes will be wet with tears.

And while watching the top of the sleeping fields
silent semidarkness falling,
you won’t know what’s going on inside me -
that the thing that I love about you is myself,

and my love before you, when it
comes over me with all its power,
and shakes up and inflates every nerve,
and the feelings come rushing like the tide!

For that moment of life and delight,
when all my strength trembles,
may my heart bless you.
But I don’t love you, I don’t love you, darling!

And that is why I will always tell you: be quiet,
let the soul dream peacefully,
while the tree leaves beside us are turning yellow
and the darkness is falling on top of the sleeping fields.








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