domingo, 7 de octubre de 2012

7995.- CAMILO RESTREPO MONSALVE





Camilo Restrepo Monsalve. Medellín, Antioquia, Colombia, 1987. Poeta y narrador. Licenciado en Pedagogía Infantil de la Universidad de Antioquia. Mención de honor en el “I Premio de Poesía Joven Ciudad de Medellín y su Área Metropolitana” (Corporación de Arte y Poesía Prometeo, en el marco del Festival Internacional de Poesía de Medellín 2011). Finalista en la “XXIV Certamen Internacional de Narrativa y Poesía Breve”, organizado por la editorial Nuevo Ser (Buenos Aires, Argentina, 2009). Miembro entre 2009 y 2011 del grupo literario “El aprendiz de brujo” (Fundación editorial Arte & Ciencia, Medellín), con el que publicó el libro colectivo de cuentos La palabra se baña en el río, 2011. Poemas suyos han aparecido en antologías y periódicos independientes de Colombia y Argentina, tales como la Revista iberoamericana de arte y poesía Prometeo (número 90), la antología de poesía y narrativa iberoamericana Letras Vivas 2009 (Argentina), la revista de poesía El Terraplén (tercera edición) y El Pequeño Periódico. Edita y dirige el blog de poesía www.conflagraciones.blogspot.com. Libros inéditos: “El espacio que me habita”, “Felonías” y “Delirario”.





Casa de espejos

I

Hay tardes en que como Alicia atravesamos la memoria
y vuelven uno a uno los recuerdos
para abrazarnos con su espectral sustancia,
y su abrazo es leve como el de un fantasma.

Hay tardes en las que escuchamos pasos en la casa sola
y es el tiempo como un ladrón 
retornado lentamente a los relojes
para revivir la vida muerta entre los muros.

Es entonces cuando en los espejos resplandecen las imágenes
como si un abismo se escondiera tras su pálido reflejo.

La memoria es una casa hecha con espejos.



II

La memoria es un casa de palabras,

un abismo blanco
donde las imágenes florecen,
y se guardan en estanterías
uno a uno,
pedacitos de presente eternizado
que retornan a su antojo 
cuando uno menos lo espera.

Por arte de memoria
en las sombras puedo recorrer 
la huella que tu cuerpo 
deja en el mío,
sin necesidad de verte.

Por arte de memoria 
como los caracoles
guardo en mis oídos tu palabra
como una marca indeleble que te une a mí.



Nostálgicas

1

Las palabras crecen como enredaderas 
y se amarran a mis sienes 
como hilos de sangre enfurecida

Soy lamido por las olas 
mientras la viajera me abandona 
en la costa en que desovan 
los pájaros del lenguaje 
y cada recuerdo entraña 
un nuevo nacimiento:

Una calle conocida 
un olor distante que retorna 
a las horas en las que el deseo arde  
y empujada por el viento 
crece otra vez la llama

O esas lentas muertes de melancolía 
en los bares 
donde al igual que yo 
miles de náufragos día a día 
son abandonados por ballenas de desasosiego 
que se alejan por el horizonte 
dejando una estela de nostalgia 
en la superficie de la memoria



2

El tiempo vuelve a encontrarse en los relojes 
Los rayos del sol a media tarde 
iluminan las estancias donde ya no vive

Los reflejos de los fardos a contraluz 
son como remolinos de hojas secas 
que se alzan sobre el polvo del recuerdo

Una copa de vino 
espera ser bebida 
por la boca amada

Mientras las calles vacías 
se recubren con las luces mortecinas de las lámparas

a media noche 
se suicidan 
una a una 
en mi mano 
las palabras



3

Caen muertas las palabras 
sobre el lomo de la hoja 
como pequeñas estrellas 
en el agujero de la noche 

El tiempo se suspende 
entre mi boca 
como una gota de tinta 
en la superficie de una charca 

Un remolino de hojas secas en tus ojos 
es el poema



Poema para el que vagará en el desierto

Sí  
lo sé  
estás ahí  
solo  
lanzando pedazos de ira contra ti mismo  
y no hay palabra que te salve 

Amigo único de ti  
braza que te calienta  
la noche duerme en tus ojos  
y el día  
es una lejana casa  
donde ya no habitas 

Pero tal vez   
alguien ore por ti en la lejanía  
tal vez   
alguien are un campo  
en el desierto de tu boca  
para hacer brotar de ella  
un oasis de palabras  
y de besos para alimentarse 

Solo déjalo fluir  
déjalo saciarse con tu canto  
y dale lo mejor de ti  
como a un hijo 

No te des en sacrificio  
sobre altares de tristeza  
abre los templos de tu alma  
y dale de comer al peregrino  
pues tal vez un día  
seas tú quien vague  
por la arena del desierto



Espuma

Tu pasado
es como la estela de un barco.

Hace un camino tras de ti,
te sigue lento
y nunca te deja,
mas poco a poco
y sin darte cuenta,
como la espuma
desaparece.



Un canto

“When you got nothing
you got nothing to lose”
Bob Dylan

Anoche lo perdí
al llegar a mi segundo sueño.
Crucé una avenida
de fiebres antiguas,
y un océano rojo
-que algunos llaman memoria-,
me cubrió con su vaho. 
No supe qué hacer con tanta nada
en un mundo en que todo
es moneda de cambio.
Él es fugitivo del día
y yo un sol
que lo busca entre sus sombras.
En su vestido hay restos de luna,
y en el mío,
el rumor de un beso muerto,
es un canto robado.






La casa que me habita

“Aquí golpeaba airadamente el padre sobre la mesa
causando un temblor de cristales, una zozobra en la sopa”
Piedad Bonnett


A veces siento desaparecer el límite
que separa mi cuerpo de la casa.
Entonces me convierto en un mueble más,
en un fardo inmóvil que acumula polvo,
en materia inerte que recuerda a los antepasados:

A la abuela con sus cigarrillos
tantas veces prohibidos por el médico,
a la tía siempre sola,
al abuelo que se convirtió en leyenda,
al que nunca conocimos con su faz de dios terrible
golpeando con su puño el centro de la mesa
o al bohemio tío en su borrachera eterna
escuchando en un tango el resumen de su vida.

Pero siempre hay algo que respira,
algo que se inflama con el fuego de la lengua
que lamió por vez primera nuestra piel
y que ahora sangra como una herida,
algo que regresa como la mañana al sol
e ilumina las estancias donde los recuerdos danzan
y nos hace huir a los aromas de jabones infantiles,
a las antiguas escenas de deseo
que retornan a los ojos como mil castigos.
Es entonces cuando salgo
y me confundo con los transeúntes,
quienes como yo
fingen caminar desprevenidos por las calles
y llevar sus cuerpos a las oficinas o a los parques,
ignorando que aquellas paredes
que aprisionan su alma
son ya parte de la casa donde habitan.

Cada hombre es una casa que camina.


1 comentario:

  1. Apenas vengo a encontrarme por estos lados. Un abrazo a los compiladores.

    Camilo.

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