miércoles, 8 de junio de 2016

SANTIAGO GRIJALVA [18.841]



Santiago Grijalva

Ibarra (Ecuador), 1992. Actualmente estudia en la Universidad Politécnica Salesiana psicología social y comunitaria, ha participado en diversos recitales de poesía, formó parte de la revista “Utopía”, miembro del grupo de poesía “El tornillo” y el grupo de literatura “Aporema” (Universidad Politécnica Salesiana) público su primer libro “La revolución de tus cuerpos” (2015) en la colección “Opera Prima” bajo el sello de El Ángel Editor.



A ellos

Mis muertos andan de un lado a otro
con mujeres distintas de las tendidas a su costado;
por eso se despiertan siempre anhelando el sueño.

Solo quedan los nocturnos escondidos
tras las ventanas; ahogando su memoria,
gritando algún poema, solos al igual
que su costado.

No me atrevo a separarlos;
siempre luminosos,
atrapados en espejos;
que la sociedad distorsiona.

Cuando las luciérnagas se apagan;
se acaba el sinsentido
inertes duermen los muertos.

Para amarnos quedamos los dos;
tu allá;
leyendo mis ojos,
yo acá;
suspirando tus vientos.
tu; al otro lado de la avenida
yo; entre dos aceras.

Tras la ventana
quedamos solos;
cavando algún poema
reciclando la memoria.

Es de noche;
Ha empacado la última luciérnaga
ahora solo tenemos la libertad
que los muertos nos dan.





La revolución de tus cuerpos 

Por Jorge Luis Bustamante

Escribir poesía es un acto de rebeldía y de revolución, cuando se trasciende de ver lo evidente (la cosa) a ese algo más, tal vez pueda ser el adentrarse en esos mares donde muchos naufragan y la poesía tenga la suerte de ser ese canto sirena. Borges decía que un poema gana si es la manifestación de un anhelo y no la de un hecho y tenía razón, tal vez por eso escribir poesía sea uno de las salvaciones más grandes que pueden existir.

Aunque no se hable mucho de ella, no escriba y se la lea, acompañado de esta soledad inmensa, a cuestas con el olvido y su saber, nace un nuevo nombre en la poesía Ecuatoriana, Santiago Grijalva nos abre su maletín de rescoldos y experiencias.



¿Quiénes todos? 
Yo soy nadie, 
Somos nadie.



La relación entre la nada, ¿Qué es lo que sigue después del amor?, ¿Cuál es la deuda que este nos deja a plazos? Un eterno espiral que cambia de cuerpo pero no de sentir, como diría Mario Benedetti, el olvido está lleno de memoria, a esto parecen acercarnos los poemas de Santiago, eterno aprendiz de la soledad y de las duras despedidas con la edad justa y en el momento preciso quema sus naves de la pequeña juventud en cada poema.

El amor es revolución, no importa la época, el lugar o el modo de producción, escribir esta palabra siempre será un acto de rebeldía. Y sin miedo Santiago nos muestra esta verdad en sus poemas donde la palabra amor y plaza de mayo tiene la misma carga simbólica, el significante de ambas palabras en la poesía de Santiago nos conduce a una palabra, revolución.



¿Cómo no quedarme?
tu amor me enseñó a estar furioso
ante un sistema que prohíbe la vida
y legaliza la muerte.
Esta noche, me acuesto contigo;
¡Qué mejor revolución que esa!




La palabra se sorprende ante la profundidad de la poesía de Santiago en donde él nos deja leer su estantería de cartas quemadas y nos hace cómplices de una lectura cuya médula es la experiencia. Se da una pausa breve de la vorágine de la vida, ahora ya nadie tiene tiempo para el amor, parece que este ha quedado sepultado en un oficio obligado más que un sentir adecuado, por eso la poesía de Santiago nos salva de ese naufragio de la cotidianidad.


Existen hallazgos impresionantes en la poesía de Santiago, ¿cómo poder decir tanto de una mujer y luego quedar en la nada? Es tal vez el amor la más dura despedida de la infancia, de la juventud. Tal vez el amor, amar, signifique abrazar la inocencia de niño y olvidar, es tomar la posta de la adultez, sea lo que sea Santiago nos deja ver como en sus poemas existe una eterna vuelta, una eterna despedida de ese algo cosa, algo árbol, algo mar que es el amor.


Resumen de ella

La brevedad, el desnudarse ante una realidad, el aceptar al amor como recuerdo, el convivir con él a gatas entre letras es el oficio que Santiago nos trasmite en este libro, mucho se dice del amor y es poco a la vez, este libro es una muestra que del amor hay que decir lo justo porque en aquellas cosas se encuentra la aorta que da vida a esta palabra.



Mudanza al desnudo

Aun esta carta sin nombre 
llegará para quedarse.
Es un secreto;
al escribirla me despojo de todo,
solo tu sabrás entender mi desnudo.

Este libro nos muestra que una revolución sin amor no es una revolución, una poesía social que habla de amor. Entre tantos oficios ejerciendo este que no es de él como diría Gelman, los poemas de Santiago nos llevan a amar ese odio, ese rencor, esa tozudez del olvido, en estos tiempos son un soplo de aire fresco. El camino ha iniciado y no se detendrá Santiago Grijalva ha elegido este estilo de vida que es de pocos, sus palabras quedan perennes en su libro, esperemos que este vate continúe su camino y nos siga salvando y salvándose con esta dulce condena. Ni más ni menos.



Ojo de pez

Soy el mismo que fue testigo de 203 bienvenidas
cuando llegaste con el amor en un saco
junto a tus juguetes, infancia asfixiada;
a los amores de adolecente pérdida
madurez y libertad aplastada.
Vida con un andén de despojos 
y la luna de testigo.
me destinaste en un lugar significado
junto a tu madurez, que nunca conocí
me abracé a tu infancia
esa época de perderlo todo
en un tirar los dados.
Hoy vuelves y el único testigo
es ese ojo de pez 
que irradia luz cuando te ve llegar,
se oscurece cuando 
las sombras de tus ojos buscan los míos.
Ahora lo sé.
Me quedé aferrado a ese ojo de pez
con esperanza de verte partir
cargando un saco y dejándome a vista de cualquier puerta
como esperando llegar a tu infancia y quedarme,
por fin,
tu madurez.



A un amigo

En la marginalidad hemos vivido, querido amigo.
Sin sentido, sobre los cuerpos
alimentándonos de aromas de mujeres
pero intoxicándonos con las letras
que llenan de violencia a esa poca razón que vuelve
cuando su cuerpo no es más que una hoja sucia y gastada
en única palabra.
Ese adiós escrito con labial gastado
tenía en su espalda nombres de amigos, conocidos
exiliados y su espalda querido amigo
me llevo a escribir.
¿Amor? ese egoísta, como si Dios hubiera jugado a los dado antes de conocerla.
Así es el amor breve, nos cala hasta los huesecillos del pie
y no nos permite caminar
¡Querido amigo ¡
así roce su espalda y me olvide que ya no llevaba falda
volví a lo burdo y extenuante que puede ser el febril sueño
de no encontrar una nota bajo la cama, profiriendo un adiós.
Sentados en la nada, en una plaza con un amigo a la mano, preguntándole al aire.


Desaparecidos

En Argentina, las locas de Plaza de mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.
Eduardo Galeano

El teatro se enmudece
quedan abiertos los corazones.
Los que nos dejan sin autoridad;
dejan nostalgias 
ilusiones tiradas en las aceras
dientes apretados,
sabores agrios,
quédate por favor, sin saber a quién decir esas palabras.
Omisión de leyes
que alegría podemos manifestar.
Corazones ahogados en desapariciones
indiferentes ante una verdad tangible
como la gente que se une en un solo lamento,
quédate por favor
que la revolución aun no empieza.


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