lunes, 22 de junio de 2015

NORA PUCCINI [16.323]


NORA PUCCINI DE ROSADO  

(Barranquilla, Colombia 1940). Periodista de la Universidad de Antioquia. Primer premio del concurso de poesía de la facultad de educación de la misma. Gerente de una empresa industrial. También ha publicado obras en verso para niños.
Libros: |Clausura de los sueños (1963); |De las pequeñas cosas (1988), al cual se refiere Meira Delmar: «Hay en este libro un rasgo común, eso que podríamos llamar un aire de familia. Es el buen gusto que ha sometido cada verso a lo que constituye en gran parte su esencia: la mesura que sale al paso de cualquier desbordamiento... Va esta poesía del júbilo a la nostalgia, de la dulzura a la melancolía, discurriendo sin tropiezos, sólo a ratos nublada por el llanto». El desamparo de los cangrejos, Roldanillo. En estado de Gracia, Bogotá. Obras infantiles: El barco sin capitán, Bogotá. Salpicón, Bogotá. El árbol encantado. Bogotá. Colorín, Bogotá.





Imagen de tí

Padre,era más simple buscarte
en tu trono de luz
alto y lejano,
pero tú me susurras
de tu cercanía
en los miedos oscuros,
en las tristes mentidas.

Cuando por fin percibo
una imagen de Ti
cotidiana y sencilla,
amasada en el pan,
convocada en palabras,
resumida en silencios,
una paz de crepúsculo
me serena los pasos
y una voz de esperanza
me florece por dentro.

Del libro En estado de gracia 




Amanecer

El mundo sueña
con el estreno
de la alborada.
Todo está inmóvil
menos el aleteo
de los pájaros
y el amor en las venas
fuerte y vivo.

Amanece.
un sol entre la niebla.
y en las flores,
el mismo sol pequeño repetido.



Viejo amigo

A don Floro 


Viejo amigo don Floro
fuiste
lo más hermoso
que habitó mi infancia.

La vida te dio poco,
cicatrices del sol sobre tu cara,
cicatrices de tierra por tus pies,
cicatrices de penas en el alma,
un cuartucho de tablas en el monte
y un burro melancólico y cansado
de llevar calambucos en la espalda…

Yo te llevaba cariño y sopa,
tú me llevabas tu cariño y flores,
flores de monte
campanillas pobres
campanillas de amor
frescas, moradas…

Un milagroso diálogo de sueños
anegaba de luz nuestros momentos,
tu voz hacía el camino de regreso
desde tu ancianidad hasta mi infancia,
mi voz
en extraña intuición de tu fatiga
corría al encuentro de tu voz cansada.

Ahora
eres un señorón por las mañanas
con un burro feliz de terciopelo
y dos enormes ánforas de plata
repartiendo la leche por el cielo.

Hoy que eres importante
ya ni te acordarás que me querías,…
pero yo no te olvido,
viejo amigo, siempre fuiste
con tus mágicas flores de maleza
lo más hermoso
que ocurrió en mi vida.

Del libro
De las cosas pequeñas 







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