martes, 7 de octubre de 2014

LUISA FERNANDA LINDO [13.574]


Luisa Fernanda Lindo 

(Lima, Perú  1979)
Escritora, curadora y artista. Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Ha sido ganadora de la beca otorgada por el Goethe-Institut Argentina para el Seminario de Jóvenes Dramaturgos Panorama Sur (2013); ganadora del Programa IBERESCENA para Proyectos de Creación Dramatúrgica en Residencia (2011/2012); y ganadora de la II Convocatoria de Ayuda a la Producción y Exhibición de las Artes Escénicas en el Perú AECID/CCE (2011).

Ha publicado los libros de poesía Simulacro (2010), POSTPOP (2009) y Postizas (2007); y las plaquetas Re(in)cidencia (Lima, 2013), Busco Emple-0º (Bs As, 2008) y Manténgase fuera del alcance de los niños (Bs As, 2006). Sus trabajos escénicos y performáticos más recientes son: ‘Proyecto 15’ (2014); ‘Ética para Amadora’ y ‘El infinito es un lugar que gira sobre sí mismo y da la vuelta y vuelve a empezar’ (2013); ‘Maculada’, ‘Ficción’ y ‘POSTPOP -hardcore poetry (2011). 

Como artista visual ha participado en diversas individuales y colectivas. Vive y trabaja en Lima. http://luisafernandalindo.wix.com/portafolio





Pasos Para Una Democracia

Paso 1:
Tome cinta adhesiva y cruce su ventana,
con una gran equis de punta a punta.

Paso 2:
Compre velas, fósforos y
mantenga la puerta cerrada con llave.
En lo posible no salga de casa.

Paso 3:
Si viaja en colectivo, trate siempre de cambiar
su itinerario de regreso a casa.
Si viaja en auto, no se detenga. .

Paso 4:
Esté atento a si alguien sospechoso lo sigue.
Camine siempre mirando a los costados, y
un poco hacia atrás.
Si siente la presencia de un desconocido,
acérquese a cualquier puerta y haga como si tocara el timbre.

Paso 5:
No ande distraído con su bolso en el hombro, crúceselo.
Siempre crúceselo, recuerde: crúceselo.

Paso 6:
Verifique su auto antes de subirse a él,
de preferencia tenga un espejo para registrar
que no contenga elementos extraños
adheridos en la parte inferior.

Paso 7:
Si encuentra un paquete sospechoso
en la calle, no se acerque.
Llame a la policía

Paso 8:
Si un desconocido toca a su puerta,
no lo atienda.
Llame a la policía.

Paso 9:
Si se siente observado por extraños,
llame a la policía.

Paso 10:
Ponga rejas en su casa.

Paso 11:
Ponga rejas en su ventana.

Paso 12:
Compre trabas y alarmas para su auto.

Paso 13:
Coloque cercos eléctricos.

Paso 14:
Recuerde: vivimos en una ciudad segura.

Paso 15:
No hable con extraños.

Paso 16:
No dé sus datos personales.

Paso 17:
No deje a sus niños solos.

Paso 18:
No deje que sus niños jueguen en las calles.

Paso 19:
No salga.

Paso 20:
Ante todo mantenga la calma.







POSTIZAS



I

Ella espera
con las pestañas en la mano
tomar la posta
un llamado
un grito suelto
que la vuelva a la vida
o le de-vuelva los 300 dólares
de la cirugía
Ella, color carmelo
abrazada al filo de la cama
redentora de ensueños
Taco aguja marca la hora
del paseo de las geishas
lugar de encuentro: calle Suecia, 
esperando a algún sueco
que le calce en el pie hinchado
de tanto andar con la cartera
Ella espera
una visa que la transporte
al sueño de toda reina
que acaba en un Ay!
lamentoso
que conjuga el dolor y el asco
porque esto, 
es el sur.





VI

nos vestimos para disimular
el roce de nuestros cuerpos
diecinueve noches
intentando el personaje,
juego a ser mujer:
mirada felina
contorneo de caderas
todo duele
todo atraviesa
todo anula
y sin embargo no puedo ocultar
lo que me delata
me encierro en el baño
a preparar el monólogo,
pasaría días mirándome
en el espejo:
me gusta ser mujer

atravesamos la recta Shiro,
tantas muertes juntos,
defenestrados contra el televisor,
y nuestros cuerpos
jamás se reconocieron.




Puto de mierda, gritaron y
arrancaron la 4x4, quedaste
tendido sobre el puente 13
desdibujándose a lo lejos Ciudad Evita.
Tu jueves había concluído, y
la marea de recuerdos violentaba:
ruído, líneas, tragos, besos
sueltos en la barra, la última
frase de Estrella
- esos gringos no me gustan
y tú
- me ofrecieron cien mangos.
No te dolió la golpiza
no te dolió chupar pijas ácidas
una tras otra tras otra tras otra
ni que te pusieran en cuatro
y apretaran hasta el fondo.
Sólo llorabas, porque habías
perdido los dientes, y
tapándote la boca, pensabas
ya no podré ser princesa.




X

Dejas el pañuelo
al borde de la cama
sigilosamente, casi deslizándote
te aproximas a la ventana
miras de reojo
nadie sabe de ti ni de tus ganas
la ciudad se levanta
sin siquiera pronunciarte
ese hilito de sangre
ayer no lo tenías
se te corrió el rouge
con la lechada
en la escena del que mama, 
las nenas no lloran.
Apretaste tus dientes
contra la almohada
cuando su dedo
te apuñaló la sien.






De Elecciones Afectivas:


Olvidé la maleta. Estaba destinada al fracaso.
No lograría hacer la gran Kundera: llegar a tu
casa y desvanecerme, pedirte un vaso de agua
y quedarme para siempre, haciéndote de sombra.
No tenía respuestas y tú, ninguna pregunta
estábamos empatados en el juego del silencio.
La casa era nueva, al menos para mí, 
que todo me resultaba ajeno. Los pasillos, 
las interminables puertas y el olor a guardado.
Huele a humedad -te dije- abre las ventanas.
Se sale por la puerta -me respondiste. 
La preservación de la memoria. mi olvido estallido.
Lugar lleno, lugar vacío, lugar desbordado. 
Soy experta en cortar el silencio, y en 
producir cortocircuitos cuando abro la boca.
No quería decir una palabra y que todo
terminara como siempre. Tú, diciéndome
que nunca cambiaré y yo, haciéndote reproches.
Odio la sensación de estar haciendo pis
fuera de la tapa, odio cuando siento que 
una gotita resbala por mi entrepierna,
imparable y llega a mi tobillo, y lo único que
deseo es que se pierda hasta mi talón
para nunca más volverla a ver.
Estás sentado, mirándome. Me siento una gotita
y lo único que quiero es desaparecer.
No me mires así - te digo.
No me digas lo que tengo que hacer- respondes.
Cuando te veo me dan ganas de treparme
arriba tuyo, y matarte a besos.
Gonzalo una vez me dijo que yo no aceptaba
el miedo que sentía por él. Y me reí, porque
no entendía lo que me quería decir. Acaso
yo te de miedo, y no me aceptas.
Te digo que te extraño, y me dices que
no empiece otra vez con lo mismo.
Un aluvión se apodera de mis ojos, no puedo
ser tan débil. Siento cómo la sangre se
concentra en mi nariz. Creo que voy a llorar.
Nunca sé por qué siempre termino a tu lado.
Ahora iremos a alquilar una película, cocinarás
la cena y despertaré con la cabeza apoyada
en tu pecho. Otro día traeré la maleta.







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