martes, 13 de noviembre de 2012

DIEGO PLANISICH [8367]




Diego Planisich es un poeta y narrador argentino, nacido en junio de 1979 en Avellaneda, Provincia de Santa Fe. Desde el año 1998 vive en la Ciudad Capital de la Provincia. En los años 2005 y 2007 mediante menciones de honor formó parte de Antologías en la Ciudad de Junín y Capital Federal, respectivamente. En el año 2006 pasa a formar parte -a la distancia- del CEA (Centro de Escritores de Avellaneda), actividad que continuó hasta 2008. Publicó poemas en la revista "Boreal" de dicho Centro de Escritores durante el período de actividad. Desde el 2007 publica en su blog Ciudad Boreal, tanto poemas como microrelatos. También ha publicado en “Quimicamente impuro” y “Breves no tan breves” del Grupo Heliconia. Actualmente se encuentra en plena producción, prepara un poemario y maneja el blog Ciudad Boreal: http://ciudadboreal.blogspot.com.ar  







Brisa
         saliente
que miras
alzas tus armas
para tocar
esta distancia
de instantes

respiras
como un fuelle
el instante me silba
me dice
aquí se encuentra

has estado en rescoldos
brisa
que no fueron
míos

hoy
te has colado
en este rostro
para el cielo
que huele mis reclamos









Mi sombra
es la de quienes abarcan
mi memoria
portadores inasibles
quienes no miran a mis ojos
no quedan a mi lado
perdurando
no se trenzan a
mis venas y metacarpos
para garabatear en el aire
un barrilete en celo

si el silencio
besara al aire
con su piel de eucalipto
la pausa llegaría con los grillos
calando hondo
mi costado más lejano








Me clavaría un bolígrafo
en el pecho
para sentir
lo que el papel siente
en la ausencia del verso

me acurrucaría
dejaría a la tinta
desparramarse
por todo mi cuerpo
por mis brazos y
piernas
por el torso de mi hambre

y al finalizar la Faena
me buscaría en el espejo
y transcribiría
las palabras más urgentes







I

Patíbulo de polos y pilares:
hosco.
Quedamos en el centro.

Un prematuro porvenir abrió sus mañanas pares
y sentenció con un esperanto rojo como el corazón
el ocre llanto de las heridas

UN PORTAZO:
los animales más pequeños
como las hormigas y los hombres
se meten en sus huecos
-comportamiento natural de algunas especies-
y comienzan a ahondarse 
aún más 
en sus libertas minas de la psiquis








La madera echada al fuego verde de tu cansancio
se consume en su lenta química
en su afilada predisposición de transformarse
Su frágil humareda son como tus caderas puntiagudas
como las caderas puntiagudas del ojo del huracán
Y los perros andan por ahí sueltos.

El obsecuente cuerno oye los chispazos de tus costados
que se van apagando como el monólogo de un globo desinflándose
El cuerno te ve de las alturas llamando inicia el llanto de los techos constelacionales
tu fuego que aún sobrevive en la incandescencia pálida como vómito de panal
va derribando las luces como querosene en su último suspiro
Y los perros andan por ahí sueltos.

El cónclave de particularidades que te guardan en las cajitas
en las cajitas de carne corroída en las cajitas de malva mecedora
son los portarretratos de un pronóstico de lluvia de un tiento que ajusta la ceguera
Mis cuerpos dromedarios se están secando se están volatilizando mis parches
Y los perros andan por ahí sueltos.

Es que quiero verte dormir toda la noche no dormir no soñar
en un sueño te podrías escapar y yo despertar y despertar y fluir y fluir
y yo me perdería ese talento que tienes al navegar en las olas de las sábanas
en las profundidades del ensueño del algodón
Entre las cenizas del día anterior te buscaré te fotografiaré
Desayunaré con las onomatopeyas y aforismos de tu primer rostro
Untaré mi comienzo con el color de tu amanecer
Aunque los perros anden por ahí sueltos.





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