viernes, 26 de septiembre de 2014

CARMEN ZENIL [13.476]


Carmen Zenil

(Ciudad de México, 1985)
Segundos Lugares y Primer Lugar de los Concursos Interpolitécnicos de Lectura en Voz Alta 2003, 2004 y 2006. Primeros Lugares de los Concursos Interpolitécnicos de Interpretación de Poesía 2005, 2006 y 2007. Primer Lugar del Concurso de Interpretación de Poesía “Benito Juárez” 2006. Primer Lugar del Concurso de Interpretación de Poesía de la “2da. Universiada Chapingo Científica, Artística y Deportiva” 2007. Tercer Lugar, Mención Honorífica y Segundo Lugar  de los concursos Interpolitécnicos de Creación Poética 2004, 2006 y 2007. Distinción al mérito politécnico, Diploma a la Cultura del Instituto Politécnico Nacional 2007 “por su relevante participación en eventos culturales”. Constancia del H. Ayuntamiento de Zitlala, Guerrero y de la Universidad Autónoma de Guerrero “por su participación en la Fiesta Nacional de Teatro Comunidad TECOM Susana Jones”, 2010. Reconocimiento del CONACULTA, FONCA, IMSS y del Consejo de Teatro de los Volcanes “por su participación en el XV Encuentro de Teatro Comunitario de la Región de los Volcanes” 2010. Organizadora y participante en recitales y diversos eventos culturales; organizadora del concurso metropolitano Boyng Literario 2010, 2011 y 2012. Participante en el Festival de las Artes Navachiste 2011. Incluida en Antología del Concurso de Poesía 2004, editada por la Dirección de Publicaciones del IPN, 2006. Incluida en la antología de poesía La Erótika de Leopoldo Ayala, editada por el Grupo Editorial Éxodo, 2006. Incluida en la antología de poesía cibernética El libro rojo del 68 y Antología poetisas del 68 Mexicano, de la revista. La guirnalda polar, 2008. Publicación del libro De Juárez a los jóvenes, editado por la Dirección de Publicaciones del IPN, 2006. Publicación del libro De mujer y hondo cuerpo, editado por la Dirección de Publicaciones del IPN, 2008. Publicación del libro cibernético Boyng literario 2011.
  




Nocturna

I

Que el silencio me envuelva
entre sus paredes de terciopelo herido.

Dormir siempre es eclipse solar.

Renazco entre sombras encogidas y esbeltas.

Al amanecer no rezo a la luz
que renuncia a tu rostro sin velo.

Te deshebro entre fuego derretido y cera prendida.
Viertes como café y canela tu nombre
para llevarme a escribir tu esencia
cansancios inútiles.

Mis huesos se estiran
se adormece la angustia.

De cualquier manera en tu lugar voy a mirar en sepia
voy a ampliar mi ser en tus paredes ennubecidas
que me desmiembran
y otra vez la luz
que me extiende la sombra
para alcanzarte en ese estado nocturnal.



II

Despertar a la oscuridad.
Tranquilidad de seis quince a.m.
es la noche del día.

Ya nadie escucha agonizar           ya nadie se queja.
Las horas son perseguidas por el reloj del espejo.






Insomnio  

I

Tener el curso de tu vida
tan cerca de mis dientes
y el pulso de tu sangre como reloj.

La vena en tu cuello
pestañas que señalan el deseo.

Parece que duermo en tu reposo
después de tantas pesadillas.

El insomnio se bebe plácido
cuando tu piel se envuelve
con otra sábana humana.

La cama no es enemiga
ni lápida fría que devora.

Vuelve el brillo de cobre en tus ojos
parece que pasaron mil noches.



II

El viento agita cabellos breves
esencias sutiles
de cuerpos agotados.

Los árboles bostezan y alargan sus ramas.
Las aves inician su cacería entre la tierra.






Tiempo de jacarandas


I

Anoche lloré la muerte de las jacarandas.

Fue inútil retenerlas
levantarlas de la banqueta
guardarlas entre libros de poesía.

No tuvo sentido
perfumarlas y enviarlas por correo
para que me ayudaran a revivirlas
entre mensajes y besos.

Quise mantenerlas alejadas del tiempo.

Se fueron…
mi ser entero se quiebra
como sus hojas violetas entre zapatos.



II

Miro el cielo y los parques
que alumbraron mi tristeza
con árboles y vientos
había esperanza…

No queda más que el sistema óseo
de lo que reflejó mi cuerpo
telarañas de madera oscura
se tejen frente a mis ojos secos.






Seré la muerte

M’ilumino d’immenso.
Giuseppe Ungaretti


I

Seré la muerte
me tornaré en huesos
fríos
sin dolor
ahí encontraré los sueños
y dejaré el miedo olvidado.



II

Yo me iré
semblante de ojos profundos
negros como el destino
consumido por el cielo
sobre nosotros.



III

Vamos juntos a esta tristeza
vivir y amarnos
aun sin llegar a un beso cercano
en nuestro sepulcro.



IV

Para comprender esta sangre
que me detiene en la tierra
es preciso saber
si el silencio puede sentir lo que digo
o sólo una luz que por las rendijas asoma
es ilusión de iluminarme.






Vacío

Invierno de aves
silencio de cuerpos.

En el hielo que hago monte
de recuerdos ramificó tu voz
quiebra el llanto filos de cristal
se incrustan en mis ojos añejos
que reían a trinos a la sombra del sol
ocultos detrás del viento.

Yazco como sauce cobijado
por tus brazos ausentes
revivo en este manantial
el polvo de las tardes
la piedra que se lanza
a la profundidad
dando girones
me lleva de la mano
tomada por el vacío.





Confesiones a una piedra


I

Los años se hicieron polvo en mi boca
el lodo y la sangre
cuajó en dolor este tiempo.

Dentro de mis puños tengo una piedra.
Habitó en mi garganta.

La miro
sus ojos de grietas
me recuerdan el espejo gris
en donde dejé escondido
el lamento de los días.

Lanzo la piedra al bosque
me quedo sola.



II

Fui engaño de piedra.

El espejismo
se desmorona entre mis manos.

Ahora tendré que volver,
coagular la tierra y la lluvia.






Plenilunio


I

Lánguido arrastra tus huellas por el cielo
deja tu camino centellante
y rasga las nubes.
Desborda tu fuerza
sé más grande que la noche
envuélvenos en tu sábana amarilla.

Nunca nadie me dedicó la luna.


Cada trece años
sucede que cambia la vida
¿nosotros?
los de entonces ya no somos los mismos…



II

Temblor entre siluetas negras
a través de los árboles
bajo la sombra de las jacarandas
seremos astro intenso que roza la tiera
cada uno tan lejos del otro
acompañándonos
para unir las vertientes secas
de esta hora
y derramar el plenilunio
entre labios de soledad
eyaculando corales pálidos
en el vestido estelar.
Nos asomamos
para tocar nuestros corazones inclinados.



III

Toma el último higo…
ojos cósmicos
años largos de espejos
miel púrpura
frenesí fugaz
reconstruir la ternura hecha añicos.



IV

En medio de la sequía y la tristeza
soñé que unos colibríes me visitaban.






Il sogno

Soñé que te dibujaba un Quijote
y mis manos esparcían las sombras.
Sonreías
y dabas tregua a la tristeza.
Te dije que el pincel
nos salvaría
y tus ojos profetizaron.
Te llevaste el lienzo blanco
entre tu piel morena
convencido y feliz
para repetir el sueño.








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